Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

martes, 3 de abril de 2018

LA VIDA SE TRANSFORMA CON LA RESURRECCIÓN

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Todo empieza a verse de otra forma. Se hace la luz y la esperanza renace. Hay victoria del amor sobre el mal. La vida se renueva y la muerte queda vencida. Se puede decir de muchas formas, pero todas conducen a un mismo lugar, el triunfo del amor que da vida sobre el mal y el pecado. El signo de la Cruz es nuestra salvación.

A pesar de nuestras esclavitudes, de nuestros miedos, de nuestras debilidades, de nuestros interrogantes y limitaciones, Jesús, el Señor, ha Resucitado, y su Infinita Misericordia nos ha rescatado de las garras del pecado liberándonos también de la muerte al amor. Nuestra vida se transforma y queda liberada de estar sometida a la muerte. Jesús con su Resurrección nos da esperanza y una nueva vida.

Gracias, Señor. ¿Qué sería de nosotros sin Ti? ¿Cómo entenderíamos la vida sin la esperanza de la Resurrección? Esa Resurrección que Tú nos has mostrado resucitando del sepulcro. Esa Resurrección que María Magdalena nos comunica exultante de alegría y llena de vida. Nuestros miedos han desaparecido. Es verdad que todavía nos queda un largo camino que recorrer y una pasión particular que sufrir, pero ya no nos da miedo. Al menos tanto miedo.

Porque, Tú, Señor, estás con cada uno de los que en Ti creen; porque, Tú, Señor, nos acompañas y nos das fortaleza y sabiduría para tener capacidad de discernir y saber elegir el verdadero camino. Te pedimos, Señor, que nos des fuerza y voluntad para no anteponer nuestra voluntad, sino la Tuya. Es esa la que nos salva y la que también nosotros queremos cumplir y realizar. 

Pero, también sabemos que somos débiles, que nuestras fuerzas nos fallan y que podemos caer en las garras del demonio que nos asedia y nos acecha. Líbranos, Señor, de su influencia y llénanos de sabiduría y consejo para, en el Espíritu Santo, salir victorioso y alcanzar como Tú nuestra propia cruz para en ella, por tu Gracia, resucitar en Ti, Señor. Amén.

lunes, 2 de abril de 2018

NACE UNA ESPERANZA ETERNA

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Es posible que en el camino hayan muchas lagunas y pasos oscuros. Es verdad que en muchos momentos nuestra razón se queda bloqueada y sin eslabón que le marque el siguiente paso. Experimentamos muchos momentos de oscuridad y de contradicciones, pero el camino nadie ha dicho que es fácil ni claro. En él hay muchas oscuridades y mucha exigencia de fe. Sin la fe nadie hubiese podido seguir adelante.

María, la Madre de Dios, es la elegida porque pone su fe en Dios. Se fía y se hace su esclava poniéndose incondicionalmente en y a la Voluntad de Dios. Y es ahí donde está el verdadero fundamento de nuestra fe, fiarnos y confiar en la Palabra de Dios, que nunca falla y siempre se cumple. Por eso, hoy es el día de la Esperanza con mayúscula, el día de la alegría y la renovación de nuestra fe.

Jesús, el Señor, ha resucitado, y eso es lo que verdaderamente importa. Todo lo demás, si fue blanco o negro queda atrás. Creemos en su Palabra y ella sola nos basta. Jesús ha Resucitado y en adelante se irá apareciendo a todos los que creen en Él. Es la prueba y demostración de su Resurrección. Es la prueba que nos anima a creer en su Palabra y al Plan que Dios ha previsto para la salvación del hombre. Plan que tiene su plenitud en la Resurrección.

Por todo ello, Padre, te pedimos que nos des capacidad para saber discernir lo que viene de Ti separándolo de todo aquello que es del mundo. Y la fortaleza para, diferenciándolo, llevarlo a cumplimiento en plena confrontación con lo que nos propone el mundo. Sí, Padre, creemos en tu Palabra y en tu Resurrección, y queremos vivir de acuerdo con esa esperanza llevando a nuestras vidas esa Palabra de buena voluntad que nos exhorta a amar como Tú nos ama.

Por eso, aprovechando la celebración de la alegría de la Resurrección, te pedimos la fortaleza, sabiduría, paciencia y voluntad para vivir esa pascua nuestra finándonos siempre en la Tuya y tomándola como referencia para, como Tú, vivirla desde la Verdad y el Amor. Amén.

domingo, 1 de abril de 2018

AMOR Y BÚSQUEDA

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Cuando realmente amas buscas una salida a ese amor. Porque, el amor no se conforma con una despedida, sino que persigue y desea la eternidad. Tanto María Magdalena, como Juan y Pedro salen, avisados por ésta, corriendo hacia el sepulcro, porque la piedra ha sido rodada. Corren porque la llama de su amor todavía esta viva; todavía arde dentro de sus corazones. Y son recompensados con la ausencia de Jesús en el sepulcro. No está allí, y eso significa que ha Resucitado.

Todo empieza a tomar orden en el puzle que todavía los apóstoles no han entendido. Ahora todo empieza a tener sentido y significación. Jesús, el Señor, ha Resucitado. Él lo había dicho. Su Cuerpo, Templo del Espíritu Santo, ha sido construido en tres días. Jesús es el Señor, el Hijo de Dios Vivo. ¡Alabado y glorificado sea su nombre! ¡Bendito sea el nombre del Señor!

Señor, te pedimos en este día de gloria y exaltación que nuestra fe se vea fortalecida y aumentada en el camino que todavía nos falta por recorrer. Que cada día sea mayor y más madura, y que sea una fe más entregada, más dada, más ágape. Una fe que tras el recorrido de su inseguridad  - dodim - va alcanzado la madurez del agapé, de la entrega y de la plenitud.

Hoy permanecemos alegré, exultantes, llenos de esperanza y alegría. Sabemos que el camino nos presentará dificultades y momentos difíciles donde el discernimiento necesita fortaleza y desprendimiento. Sabemos que también nosotros tenemos que sufrir nuestra propia pascua, pero, sabemos también que en Ti, Señor, resucitaremos por tu Gracia y para permanecer contigo para la eternidad en plenitud de gozo y felicidad. Danos, Señor, esa sabiduría cada día de nuestro camino para amanecer siempre con la esperanza de empezar una nueva resurrección.

Porque, cada día, empezamos a construir nuestra resurrección con el esfuerzo de nuestra conversión. Porque, cada día, es una nueva oportunidad para preparar nuestra resurrección con el esfuerzo del amor que recibimos de Ti, Señor. Amén.

sábado, 31 de marzo de 2018

UNIDOS EN ORACIÓN JUNTO A LA CRUZ


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Soportamos estos momentos de tribulación, de confusión, de desánimo, pero cargados y llenos de esperanza. Creemos en su Palabra y esperamos el triunfo de la Vida sobre la muerte. En esta actitud de unidad y esperanza perseveramos a través de la oración.

viernes, 30 de marzo de 2018

H I M N O

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¡Oh cruz fiel, árbol único en nobleza!
Jamás el bosque dio mejor tributo
en hoja, en flor y en fruto.
¡Dulces clavos! ¡Dulce árbol donde la Vida empieza
con un peso tan dulce en su corteza!

Cantemos la nobleza de esta guerra,
el triunfo de la sangre y del madero;
y un Redentor, que en trance de Cordero,
sacrificado en cruz, salvó la tierra.

Dolido mi Señor por el fracaso
 
de Adán, que mordió muerte en la manzana,
otro árbol señaló, de flor humana,
que reparase el daño paso a paso.

Y así dijo el Señor: "¡Vuelva la Vida,
y que el Amor redima la condena!"
La gracia está en el fondo de la pena,
y la salud naciendo de la herida.

¡Oh plenitud del tiempo consumado!
Del seno de Dios Padre en que vivía,
ved la Palabra entrando por María
en el misterio mismo del pecado.

¿Quién vio en más estrechez gloria más plena,
y a Dios como el menor de los humanos?
Llorando en el pesebre, pies y manos
le faja una doncella nazarena.

En plenitud de vida y de sendero,
dio el paso hacia la muerte porque él quiso.
Mirad de par en par el paraíso
abierto por la fuerza de un Cordero.

Vinagre y sed la boca, apenas gime;
y, al golpe de los clavos y la lanza,
un mar de sangre fluye, inunda, avanza
por tierra, mar y cielo, y los redime.

Ablándate, madero, tronco abrupto
de duro corazón y fibra inerte;
doblégate a este peso y esta muerte
que cuelga de tus ramas como un fruto.

Tú, solo entre los árboles, crecido
para tender a Cristo en tu regazo;
tú, el arca que nos salva; tú, el abrazo
de Dios con los verdugos del Ungido.

Al Dios de los designios de la historia,
que es Padre, Hijo y Espíritu, alabanza;
al que en la cruz devuelve la esperanza
de toda salvación, honor y gloria. Amén.

Vísperas -Viernes Santo, solemnidad 

jueves, 29 de marzo de 2018

NO SÓLO NOS LO HA DICHO CON PALABRAS, SINO TAMBIÉN CON HECHOS

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El lavatorio de los pies es una lección práctica ejemplar y muy clara. Si quiere seguir a Jesús y amar como Él nos ama, ahí tienes el método o el secreto, por decirlo de alguna manera. No hay otro camino; sobran las palabras; manda el corazón y la acción que ordena el corazón. El amor se concreta en el cumplimiento de la palabra. Y la Palabra exige abajarse, empequeñecerse y servir al más pobre y humilde.

El diálogo de Pedro con Jesús lo descubre todo: "sabiendo que el Padre le había puesto todo en sus manos y que había salido de Dios y a Dios volvía, se levanta de la mesa, se quita sus vestidos y, tomando una toalla, se la ciñó. Luego echa agua en un lebrillo y se puso a lavar los pies de los discípulos y a sacárselos con la toalla con que estaba ceñido. Llega a Simón Pedro; éste le dice: «Señor, ¿tú lavarme a mí los pies?» Jesús le respondió: «Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora: lo comprenderás más tarde.» Le dice Pedro: «No me lavarás los pies jamás.» Jesús le respondió: «Si no te lavo, no tienes parte conmigo.» Le dice Simón Pedro: «Señor, no sólo los pies, sino hasta las manos y la cabeza.»"

¿Te recuerda a alguien? Quizás muchos de nosotros nos hemos encontrado y, posiblemente estemos todavía, en esa actitud. ¿Tú, Señor, lavarme los pies a mí? Y lo estamos porque todavía no hemos entendido bien lo que nos dice y nos transmite el Señor. Estamos en camino y, quizás, no hemos llegado a ese punto de entregarnos al servicio integro por amor. Pero, no por eso debemos desesperar. Por su Gracia estamos todavía vivos y en camino. 

Tratemos pues de pedírselo y de abrirnos a su Gracia para, recibiéndola, seamos capaces de abajarnos y de servir a los más humildes y pobres. Esa es la forma en la que Jesús nos ama y, por lo tanto, nos perdona. Dejémonos amar por el Señor y pidámosle que nos dé la fuerza, la sabiduría y, sobre todo la humildad de hacernos pequeños y, llenos de humildad, transformar nuestro corazón de piedra y soberbio en un corazón de carne, humilde y manos como el Señor. Amén.

miércoles, 28 de marzo de 2018

DESEAR SÓLO LO NECESARIO

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Esta mañana, quizás sea una casualidad, todavía no había mirado el Evangelio del día, observé como algunas personas se amontonaban en la ventanilla de un vendedor de loterías y boletos de la once. Y mientras caminaba pensaba como la gente persigue el dinero poniendo en él la felicidad. De alguna manera el ser humano busca la felicidad, pero el gran error, y no aprende, es que lo busca en el dinero, porque da poder y consigue muchas cosas.

Y es verdad. El dinero da poder y consigue muchas cosas, pero, ¿qué cosas? Bienes, comodidades, salud,  placeres, joyas,  coches, objetos y cosas que te dan felicidad. Pero, ¿qué clase de felicidad? Una felicidad efímera, caduca. Una felicidad efímera no es verdadera felicidad, porque todo lo que termina al final no vale de mucho. Por lo tanto, las cosas que buscas en este mundo no dan la felicidad y el dinero no puede sino dar cosas de este mundo.

Por eso, apoyar nuestra vida en el dinero no es buena idea. Sabemos que es necesario, pero para eso, para las cosas necesarias que necesitamos para vivir de forma digna y humana. Pero, a partir de ahí empieza a ser peligroso, porque nos divide, nos diferencia y nos separa. Tratemos de poner al dinero y a la ambición en su lugar y no dejarnos tentar por algo que sabemos que detrás no hay sino vaciedad y muerte.

Porque, el dinero no nos libra de la muerte. Puede, quizás, en el mejor de los casos alargarla algo, pero nada más. Todo se queda ahí. Y nosotros, el ser humano está llamado a la vida. Para el cristiano no existe la muerte, sino la vida. Una vida que, tras pasar su periodo de prueba por este mundo, continúa en el otro, al que estamos llamados. Porque esa es la buena Noticia, la que nos reveló Jesús.

Vivamos esa esperanza en esta Semana Santa, que termina con la Victoria de la Vida sobre la muerte, la Resurrección de nuestro Señor Jesús. Vivamos y pidamos que nuestra fe sea cada día más madura, más coherente y más confiada en la esperanza de alcanzar esa felicidad que todos buscamos. Amén.