Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

miércoles, 7 de octubre de 2020

ENSÉÑAME, SEÑOR, A ORAR

 

La oración no consiste en una retahíla de frases, oraciones o invocaciones rutinarias que se dicen, muchas veces, de memoria y sin conciencia de lo que se dice. Sin descartar esas oraciones litúrgicas que enseña la Iglesia y que debemos hacer de forma consciente y meditada, la oración consiste fundamentalmente en entablar una conversación filial - de hijo a Padre - donde vaya naciendo la confianza y el corazón se vaya abriendo al de mi Padre Dios para ir madurando en el conocimiento de su Amor y su Inmenso deseo de regalarme la salvación. Salvación, que no es otra que la de gozar eternamente en su presencia. 

Solo de esa manera iré ganando confianza y conocimiento del Amor y la Misericordia que Dios, mi Padre, me ha regalado. Pero, al mismo tiempo, también descubriendo mi pequeñes, mi pobreza y necesida de tenerle como Padre y pedrile todo lo que necesito. No se trata de orar, hablar o relacionarme con un Dios superior y poderoso, sino con un Dios Padre que me ama como a un hijo y que me busca para darme esa felicidad eterna que busco y deseo.

Ese es el verdadero sentido de la oración que Jesús descubre y quiere enseñar a sus discípulos. Se trata de hablar con el Padre desde una actitud filial - de hijo - pequeño y necesitado.

martes, 6 de octubre de 2020

ORA ET LABORA


Así reza una locución latina - Ora et labora -  que expresa la vocación y la vida monástica benedictina de alabanza a Dios. Es evidente que cuando la oración es seria nace el compromiso del servicio y la entrega incondicional y gratuita.

 Porque, la oración te configura con el mismo Cristo y, como dice Pablo - Ga 2, 20 - no soy yo sino Cristo que actúa en mí. Y de ahí nace el amor que, recibido por la Gracia del Espíritu Santo, me ayuda a reflejar el Amor de Dios.

Es también evidente y de sentido común que el amor es verdadero en la medida que se da gratuitamente y de manera incondicional. Sobre todos a los enemigos. Amar implica servir y, sin servicio el amor será falso y aparente. 

Tener, pues, espacios de oración es buscar la fortaleza y la disponibilidad para el servicio. También podemos decir que todo servicio que no se haga con amor deja de ser servicio y se convierte en utilitarismo y egoísmo. Por tanto, amor y servicio van juntos.

Pidamos, pues, al Padre que busquemos más espacios de oración que fortalezcan nuestra disponibilidad al servicio desinteresado e incondicional y por verdadero amor. Amén.

lunes, 5 de octubre de 2020

PEDIR DESCUBRE LA NECESIDAD DE AMAR

 

 

Se nos hace difícil pedir si antes no somos capaces de abajarnos. Uno se atreve a pedir cuando la necesidad le apremia y se hace necesaria o vital en su vida. Y ese atrevimiento nos descubre el revestimiento de nuestra soberbia. Percibimos que nuestra soberbia levantan una muralla de suficiencia y nos impide abajarnos y, más, manifestar nuestras necesidades y carencias. En una palabra, nuestra pequeñez. Reconocer esa necesidad de pedir es un primer y gran paso.

Cuando me pongo delante del Señor y le pido que me ayude, estoy reconociendo mi pequeñez y mi condición de pecador. Me viene ahora a la memoria la parábola del fariseo y publicano - Lc 18, 9-14 - donde la jactancia de uno no le justifica y la humildad de otro le justifica. Jesús lo deja claro, pedir conlleva el darnos cuenta de nuestra pequeñez y de nuestra pobreza. Pedir descubre esa necesidad de hijo que necesita la ayuda del Padre. Pedir nos ayuda a familiarizarnos con nuestro Padre Dios y, en esa relación de cada día, a conocerle y a depositar en Él toda nuestra confianza.

No dejemos que estas hermosas y esperanzadoras Palabras de Jesús caigan en saco roto y el viento se las lleve. Pensemos que nuestro Padre Dios nos Ama Infinitamente y, por eso, nos dará todo aquello que verdaderamente necesitemos para nuestra salvación, que no es otra que la de gozar junto a Él para toda la Eternidad. Recordémoslo siempre: (Mt 7,7-11): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide recibe; el que busca, halla; y al que...

domingo, 4 de octubre de 2020

DAME, SEÑOR, SEMILLAS DE ORACIÓN PARA LA VIÑA


Una viña necesita agua y buena tierra, al margen de, no cabe ninguna duda, buenos cuidados de abono y labranza. Es de sentido común que la semilla necesita buena tierra para, hundida sus raíces en ella, nutrirse, pudrirse y dar ese fruto esperado. Indudablemente que el misterio de que una semilla, sin más, solo con el agua que le viene del cielo y el abono propio contenido en la tierra, dé ese alimento que tanto necesita el hombre, es un misterio indescifrable para el hombre.

Un misterio que ya, por sí solo, deja claro que todo está en manos de Dios. Volvemos a recordar que si el Señor no construye la casa - la Viña - en vano se afanan los constructores - labradores - salmo 126. Tampoco necesitamos darle muchas vueltas a esto, porque sabemos que todo está en manos del Señor. Si, no es menos cierto, que el Señor nos ha dejado al frente de la viña y ha permitido que tengamos libertad de elegir hacerlo bien o a nuestro gusto e interés. Por tanto, somos libres para cultivar bien nuestra viña para que dé buenos frutos, o, cultivándolos, utilizarlos para provecho propio sin pensar en los demás.

Pidamos, pues, al Señor de la Viña, que nuestra respuesta sea de acuerdo con su Voluntad y que, aplicándonos con buena intención en esa viña que ha dejado a nuestra administración, trabajemos honradamente y pongamos todas nuestras cualidades - también recibidas gratuitamente - para bien y provecho de todos. Amén.

sábado, 3 de octubre de 2020

MIRA LA ESTRELLA, INVOCA A MARÍA

 


Oración de San Bernardo

 

 ¡Oh! tú, quien quiera que seas, que te sientes lejos de tierra firme,
arrastrado por las olas de este mundo, en medio de las borrascas y tempestades,
si no quieres zozobrar, no quites los ojos de la luz de esta estrella.

Si el viento de las tentaciones se levanta,
si el escollo de las tribulaciones se interpone en tu camino,
mira la estrella, invoca a María.

Si eres balanceado por las agitaciones del orgullo,
de la ambición, de la murmuración, de la envidia,
mira la estrella, invoca a María.

Si la cólera, la avaricia, los deseos impuros
sacuden la frágil embarcación de tu alma,
levanta los ojos hacia María.

Si perturbado por el recuerdo de la enormidad de tus crímenes,
confuso ante las torpezas de tu conciencia,
aterrorizado por el miedo del Juicio,
comienzas a dejarte arrastrar por el torbellino de tristeza,
a despeñarte en el abismo de la desesperación, piensa en María.

Si se levantan las tempestades de tus pasiones,
mira a la Estrella, invoca a María.

Si la sensualidad de tus sentidos quiere hundir la barca de tu espíritu,
levanta los ojos de la fe, mira a la Estrella, invoca a María.

Si el recuerdo de tus muchos pecados quiere lanzarte al abismo de la desesperación,
lánzale una mirada a la Estrella del cielo y rézale a la Madre de Dios.
Siguiéndola, no te perderás en el camino. Invocándola no te desesperarás.
Y guiado por Ella llegarás al Puerto Celestial.

Que su nombre nunca se aparte de tus labios, jamás abandone tu corazón;
y para alcanzar el socorro de su intercesión, no descuides los ejemplos de su vida.
Siguiéndola, no te extraviarás, rezándole, no desesperarás,
pensando en Ella, evitarás todo error.

Si Ella te sustenta, no caerás; si Ella te protege, nada tendrás que temer;
si Ella te conduce, no te cansarás; si Ella te es favorable, alcanzarás el fin.
Y así verificarás, por tu propia experiencia,
con cuánta razón fue dicho: “Y el nombre de la Virgen era María”.

viernes, 2 de octubre de 2020

PEDIMOS LA GRACIA DE SER PEQUEÑO

 

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 

 

No es fácil despojarse de todo aquello que alimenta tu vanidad y enciende tu soberbia. Aspirar a ser el mejor despierta la sed competitiva que almacena el corazón del hombre. Todos, de forma espontánea o inconsciente llevamos delirios de grandeza dentro de nuestro corazones. Y el peligro se hace presente cuando somos conscientes y aceptamos esas aspiraciones con las que nuestros corazones son tentados.

Esas aspiraciones nos mueven a vivir movidos por ese motor - delirios de grandezas -  que nos llevan a considerar a los otros inferiores. Esa es la gran equivocación y la gran herida de nuestro corazón, querer ser grande e importante por la fuerza del poder, de la imposición y las riquezas. Porque, la grandeza de un hombre no está en su poder y riqueza, sino en su humildad y pequeñez.

 Y eso todos lo experimentamos cuando sentimos compasión por estar al lado de los más pequeños e indefensos. Hay una empatía natural por el más indefenso y que no puede hacer nada para defenderse. Es un sentimiento natural que anida en nuestro corazón y que brota de manera espontánea en esos momentos de dolor por el sufrimiento del pequeño e indefenso. 

Por tanto, esos son los preferidos de Dios. Pidamos, pues, la Gracia de abajarnos y sentirnos pequeños, humildes y servidores de los demás. Amén.

jueves, 1 de octubre de 2020

ORACIÓN DE THOMAS MERTON



Thomas Merton
 
 
Dios, Señor Mío,
no tengo idea de adónde voy.

No veo el camino delante de mí.

No puedo saber con certeza dónde terminará.

Tampoco me conozco realmente,
y el hecho de pensar que estoy siguiendo
tu voluntad
no significa
que en
realidad lo esté haciendo.
 
Pero creo que el deseo de agradarte,
de hecho te agrada.

Y espero tener ese deseo en todo lo que haga.

Espero que nunca haga algo apartado de ese deseo.

Y sé que si hago esto
me llevarás por el camino correcto,
aunque yo no me dé cuenta de ello.

Por lo tanto, confiaré en ti siempre
aunque parezca estar perdido a la sombra de la muerte.

No tendré temor
porque estás siempre conmigo,
y nunca dejarás que enfrente solo mis peligros.
Amén

Thomas Merton
1915-1968