Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

martes, 2 de abril de 2019

CUANDO LA VIDA SE TE PARALIZA

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Te sientes muy bien y todo parece hermoso. La vida se presenta llena de optimismo y esperanza y el futuro promete una vida cargada de éxito. Pero, todo se rompe en un instante. Aparece la enfermedad y cubre todo de oscuridad y de desasosiego. La vida se apaga y la parálisis te deja inmóvil. Parece el principio de una novela, pero es la triste realidad. Por experiencia, sabemos que esto ha ocurrido y sigue ocurriendo muchas veces en la vida. No son simples historias sino que, incluso, se ven  superadas por la realidad.

Estamos tentados por el pecado, y el pecado nos conduce a la muerte. Esa muerte que tarde o temprano nos corrompe y deteriora nuestro cuerpo. A veces repentinamente en la enfermedad y otras veces con el paso del tiempo y la llegada de la vejez. De una forma u otra, la muerte llega y nos vemos impotente para pararla. 

Pero, también llega la otra muerte, la del alma. Ésta, aunque es eterna, podemos matarla por el pecado. El pecado que nos paraliza, nos esclaviza y nos somete. El pecado que, nos presenta la vida fácil, agradable, hermosa, pero nos engaña, y cuando nos tiene a su merced nos hunde en la mayor de las parálisis dejándonos en el vacío, la soledad y el sufrimiento. No podemos andar solos por la vida. Necesitamos que alguien nos dé la mano y nos levante.

Y nadie puede hacerlo salvo el Señor. Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, enviado para salvarnos y levantarnos de esa parálisis que nos atormenta y nos amenaza con dejarnos inmóvil. Él nos puede liberar de nuestras esclavitudes sólo con que nosotros se lo pidamos. Nos lo pregunta y únicamente espera un sí por nuestra parte. Viene en nuestra búsqueda y quiere nuestra disponibilidad y nuestro sí decidido para tendernos su Mano y darnos el aliento necesario para levantarnos y echar a caminar.

Pero un caminar detrás de Él. Un caminar desde su Palabra y desde nuestro arrepentimiento y deseos de seguirle para no volver a caer en esa debilidad que nos puede dejar inmóvil y paralíticos. Amén.

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