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UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

jueves, 25 de abril de 2019

LA CERTEZA DE LA RESURRECCIÓN


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No es fácil cerciorarse de que Jesús ha resucitado. Es algo que no nos cabe en la cabeza. Los de Emaús que habían regresado al grupo y contaban que habían visto al Señor se vieron sorprendido, junto con los demás, de nuevo con la aparición de Jesús, y no se lo creían. Prueba de que creían que era un fantasma es que Jesús les demostraba que era Él:  En aquel tiempo, los discípulos contaron lo que había pasado en el camino y cómo habían conocido a Jesús en la fracción del pan. Estaban hablando de estas cosas, cuando Él se presentó en medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros». Sobresaltados y asustados, creían ver un espíritu. Pero Él les dijo: «¿Por qué os turbáis, y por qué se suscitan dudas en vuestro corazón? Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo. Palpadme y ved que un espíritu no tiene carne y huesos como veis que yo tengo». Y, diciendo esto, les mostró las manos y los pies. Como ellos no acabasen de creerlo a causa de la alegría y estuviesen asombrados, les dijo: «¿Tenéis aquí algo de comer?». Ellos le ofrecieron parte de un pez asado. Lo tomó y comió delante de ellos.

Observamos como les cuesta creer en la resurrección. Y Jesús se los había dicho y ahora estaba delante de ellos. También a nosotros nos cuesta creer. Tenemos el testimonio de los apóstoles y la Palabra que nos han dejado en las Escrituras. Y también el testimonio de muchos santos que han llegado a los altares por medio de la Santa Madre Iglesia, pero, así y todo nos cuesta creer.

Sin duda es un don de Dios. Pidamos el don de la fe y abramos nuestros corazones para que el Espíritu Santo, que continúa la labor del Señor Jesús, nos abra nuestras mentes y nos ilumine para que comprendamos y veamos con certeza que Jesús es el Señor Resucitado en el que se ha cumplido todo lo profetizado por los profetas.

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