Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

miércoles, 10 de junio de 2020

ALGO MÁS QUE LA LEY

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 5, 17-19
La ley nos marca el camino y orienta nuestra forma de obrar, pero no abarca todo el espíritu de la justicia y de la verdad. Porque, hay momentos en nuestra vida que la ley se nos queda limitada y no da respuesta a la exigencia de la justicia. Na basta en muchos momentos con cumplir, sino que hay que dar un paso más allá para dar plenitud a ese cumplimiento. 

Jesús, el Señor nos lo demuestra y nos lo explica en muchos momentos de su vida. Aquella mujer adultera estaba condenada a morir lapidada según la ley de Moisés. Y hubiese sido, a los ojos de su tiempo, legal para aquellos hombres. Sin embargo, comprendemos que hay leyes que no se ajusta plenamente a la realidad, como que otras también se quedan limitadas y pequeñas ante lo que realmente es justo. 

Jesús, el Señor, da un paso más y ahonda en el espíritu de cada uno. No apliques la ley sobre otro sin ponerte tú en su lugar. No consideres que la justicia termina en la ley sin ahondar en el espíritu de la verdadera realidad de la justicia. Porque, por ejemplo, la abstinencia no sólo consiste en privarse de comer carne, sino de suplirla por otro manjar que no contemple la ley. El espíritu de la abstinencia está en privarse de la satisfacción de comer.

Por todo ello, lejo de quedarnos en el cumplimiento de la letra, pidamos al Señor que nos dé esa sabiduría para saber interpretar el espíritu de la misma y no instalarnos en la cómoda observancia de la ley sin más, porque, detrás de cada letra hay un espíritu que la interpreta y le da verdadero sentido justo. Y, también, demos gracias por esa misiericordia que, infringida la ley, alcanzamos el perdón, que no merecemos, por ese Amor Infinito con el que Dios nos regala gratuitamente su perdón.

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