Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

sábado, 26 de septiembre de 2020

TRAS EL DOLOR VIENE EL GOZO ETERNO

 

Nuestro corazón debe estar vivo y pendiente del gozo que nos espera tras la cruz. Es la Voluntad del Padre que pase primero por la Cruz para luego, tras la Resurrección, vivir eternamente el gozo eterno. Aceptar esto es aceptar nuestra cruz. Porque, ese es el camino que nos propone Jesús. Un camino que transcurre por el Gólgota y termina en el Calvario crucificado en la Cruz.

No cabe duda que nos cuesta entenderlo, pues, viendo a Jesús hacer obras y milagros que desprenden admiración y hacen tanto bien, no podemos imaginar que termine condenado y, menos, crucificado en la Cruz. También a nosotros nos sucede algo parecido, no entendemos por qué tenemos que sufrir y, por supuesto, nos da miedo enfrentarnos sumisos a ese camino crucificado.

Por eso, Señor, postrados a tus pies, te pedimos la fortaleza, la paz y la sabiduría de, si no entender, sí aceptar la Voluntad del Padre. Una Voluntad que pasa por compartir las cruces de mi vida con la Cruz de su Hijo, reconociendo mis debilidades y pecados. Por tanto, Señor, te pido que fortalezcas mi voluntad e ilumines mi entendimiento para que sepa en todo momento aceptar y agarrarme fuertemente a tu Hijo, Camino, Verdad y Vida, para compartir en y con Él mis cruces. Amén.

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