Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

lunes, 27 de febrero de 2012

NUESTRA VIDA ES EL GRAN TESORO

 El camino de nuestra vida está lleno de obstáculos y tristezas, ...

No advertimos que somos inmensamente ricos. No por los bienes o tesoros de este mundo, porque de una u otra manera todo se perderá y su valor es perecedero y caduco. Nada vale porque nada permanece. Solo la Palabra de Dios es eterna, y Ella, la Palabra, nos ha hablado y prometido que nuestra vida es eterna.

Por eso, nuestro gran tesoro es nuestra vida. Tesoro inmenso porque es eterna y gozosa en plenitud. Por eso, nadie tiene derecho a quitárnosla, porque quitándonosla, no solo no logra nada, sino que pierde la suya propia. 

Pero encontrar ese gran Tesoro cuesta, se hace duro y difícil, porque no se encuentra en la superficie de esta tierra, ni en los bienes y riquezas de este mundo. Es un Tesoro que está dentro de nosotros mismos, pero encontrarlo exige olvidarnos de él y, olvidado, entregarlo y compartirlo con los demás. ¿Cómo? Pues, sirviendo, visitando al que lo necesita, al que está enfermo. Llenándonos de paciencia, de comprensión, de perseverancia, de caridad y misericordia, porque así es Dios con nosotros.

No hay otra vía. Es esa, y por esa si quieres estar a la derecha el día de su venida tendrás que vivir estas virtudes que Él te propone. Se nos hace difícil asumirlo. Experimentamos que nosotros solos no podemos. Estamos muy atados y apegados a los bienes de este mundo y olvidarlo es misión altamente dura y casi imposible. 

Pero, ¿cómo es posible que siendo así, Él se haya atrevido a dejar salir a su Hijo de su Casa para darnos todo sus bienes naturales, olvidando su divinidad, y entregarnos hasta su propia vida en una muerte de cruz. ¿Es posible eso? No cabe duda que Él sabe como soy.  

¿Y sabiéndolo lo ha hecho? Eso me hace pensar y me empuja a responderle, porque si Él confía en mí, ¿cómo no voy yo a confiar en Él? Si Él me lo ha prometido conociéndome, no puedo obviar su Palabra, porque siempre la ha cumplido. Debo responderle porque me ha dado pruebas para ello, su Resurrección.

Por lo tanto, asistido por el Espíritu Santo, prometido por Él, debo confiar que puedo llegar a alcanzar ese Tesoro que todos buscamos y anhelamos. Por eso, juntos podemos alcanzarlo todavía mejor, porque donde dos o más estamos en su nombre, allí estará Él con nosotros.

domingo, 26 de febrero de 2012

EL CAMINO HACIA LA PASCUA


El camino hacia la Pascua se hace día a día, como todos los caminos. Sin embargo, este camino necesita el esfuerzo de prepararnos y disponernos a recibir el regalo de la salvación que Jesús nos regala con su muerte, pero sobre todo con su Resurrección. Es un camino de esperanza, de alegría y gozo.

Estas oraciones nos pueden ayudar a recorrerlo y a darle sentido. Cada semana podemos meditar y reflexionar nuestro encuentro con Jesús. 

MIERCOLES DE CENIZA
(Mateo 6, 1-6. 16-18)

¡Padre!

Dios Padre bueno,
saber lo que hay en lo
profundo de mi corazón;
que no busque más recompensa
sino saber que eres mi Padre.

Padre lleno de misericordia,
que movido por tu amor,
ayude con la limosna de la caridad
a los más necesitados;
y no busque más recompensa
que tu amor y misericordia.

Padre santo,
haz que pueda ayuna
de todo lo que me separa de ti;
y no busque más recompensa
que el alimento
que da la Vida eterna,
la Comunión con Jesucristo.

1ER DOMINGO DE CUARESMA
(Mc 1,12-15)
Convertíos y creed
Señor Jesús,
tu que fuiste impulsado
por el Espíritu Santo,
haz que este mismo Espíritu
me impulse a seguirte más de cerca
y no caer en la tentación.

Que me deje hacer por tus manos
y así me convertiré,
me volveré hacia ti y creeré,
confiaré con la esperanza firme
de que siempre me buscas
cuando me alejo de ti.

¡Dichoso el hombre 
que confía en el Señor!  

Fuente: Parroquia San Ginés de Arrecife (ver aquí) 

sábado, 25 de febrero de 2012

QUIERO HACER VERDADERO AYUNO


Sería fácil, Señor, privarse un poco de comida, o de algún pequeño vicio, o de desprenderse de algo de dinero. Cuesta un pequeño esfuerzo, pero no tanto. Es cuestión de habituarse y de proponérselo.

Sin embargo, Jesús no nos pide eso, ni tampoco nos propone eso. Jesús nos pide otra clase de ayuno. Un ayuno de no mirarse en el espejo y de no verse tanto. Un ayuno de, olvidado de ti, pensar en los problemas de los otros. Un ayuno más preocupado de salvar que salvarte, porque aquel que pierde, gana. Y aquel que salva, se salva.

No por olvidarte de ti, te pierdes, sino todo lo contrario. Cuando te olvidas de ti resulta que piensas en ti. Cuando te descuidas y despreocupas de ti, es cuando más te cuidas y te preocupas. Parece una contradicción, ¡claro!, no es de este mundo, pertenece a otro. Quien busca perderse resulta que se encuentra. Resulta raro, pero es la única salvación.

Por todo ello, Señor, te pido fuerzas, valor, sabiduría, arrojo, valentía, decisión, firmeza, desapego y todo lo que me ayude a morir a mis vanidades, soberbias, vanaglorias, apegos, riquezas, poder, prestigio, incredulidad, desobediencias, mentiras... Porque yo, como el apóstol Mateo, quiero seguirte y vivir en permanente ayuno de hacer tu Voluntad.

viernes, 24 de febrero de 2012

POR TU AMOR, YO TE RESPONDO AMÁNDOTE


No me canso de decírtelo… No me canso de repetírtelo…

Te los digo con el alma… día y noche… en todo momento… mi corazón va repitiendo sin cesar…porque no se cansa de decírtelo… no se cansa de repetírtelo…Te amo… te amo… te amo… eternamente quiero amarte… Jesús de mi alma…
Amarte como si ya estuviera en el cielo… porque mi cielo es tu Amor… es Tú corazón…amarte como si mi mirada se encontrara contigo contemplándote admirada de rostro tan hermoso como el Tuyo… en este mundo no hay ninguno…
Te amo… en todo momento… mil veces al día quiero decírtelo… aunque el alma no sienta el menor deseo de decírtelo…
Te amo… a cada instante del día… gritarlo desde el silencio de mi corazón… aunque la voluntad se mueva en las bagatelas de este mundo… aunque la mente se llene de mil problemas alejando el pensamiento de Ti… aunque la mirada se pierda en tantas cosas que no me hablan de Ti…
Te amo… aunque el alma se encuentre en sequedad y aridez… aun así mi interior va repitiendo una y otra vez con pasión o sin ella, te amo… te amo… te amo…
Mientras voy trabajando… mientras me acompañan y escucho a los demás que me hablan de todo menos de Ti… mientras el ruido y el trajín del diario vivir desvié mi atención de Ti… a cada latido de mi corazón… voy repitiendo en mi interior “te amo… te amo… te amo… Jesús de mi alma… te amo…
En la misa… en la oración… en el descanso… en el jardín… en mi compartir … en la soledad o en el bullicio… en todo momento… sin desfallecer… es mi oxigeno espiritual que si no lo digo mi alma expira… por eso voy murmurando, voy repitiendo, voy expresando con el corazón derramado a borbotones o en la sequedad más alarmante… te amo… te amo… te amo… día y noche… te amo… te amo…
Te amo Jesús simplemente porque Tú me amas con locura… y de esa locura quiero alimentar mi alma y mi vida… a tus pies postrada de hinojos quiero estar… mendigando un pedacito de pan… el pan de tu adorado corazón… Lo bueno y lo malo que hay en mí… ofrecido en la patena inmaculada desde el amanecer al anochecer siempre encontraras… porque no hay nada que no entregue y ofrezca al horno de Tu Sagrado Corazón… así todo será consumido en Tu Amor… devolviéndome gracias y bendiciones para amándote morir de amor…despertando a la vida eterna…


                                  Desde la Soledad del Sagrario

jueves, 23 de febrero de 2012

LA CENIZA EN LA FRENTE


Todavía tenemos fresca ese signo en cruz de la ceniza. Es una premonición de que nuestro camino terminará en muerte, pero una muerte que no es el final, sino todo lo contrario, el comienzo de una vida eterna y gozosa si la hemos vivido aceptando la cruz que nos ha tocado vivir e injertados en XTO.JESÚS.

Porque de otra forma sería imposible vivirla. Sin Él nada podemos hacer, y la salvación que buscamos está en, con y por Él. Él es la referencia de cómo hemos de vivir y recorrer el camino.

Y ese camino debemos recorrerlo sabiendo que nuestro Padre Dios es un Padre bueno. Un Padre que sabe lo que hay en lo profundo de nuestro corazón, que nos perdona y nos quiere hasta entregarnos a su Hijo para rescatarnos del pecado y salvarnos. Un Padre al que puedo dirigirme y hablarle, porque me escucha, me oye y me responde.

Esa es nuestra recompensa, saber que tengo un Padre bueno que me salva. Y a ese Padre bueno le pido que me ayude a ser desprendido, a compartir lo que soy y tengo como única respuesta a su Amor. ¿Qué más recompensa puedo anhelar?

Padre, te pido que pueda ayunar de todo aquello que me separa de Ti, y no busque más recompensa que el alimento que da la Vida eterna, la Comunión con Jesucristo.

miércoles, 22 de febrero de 2012

LA LUCHA DE CADA DÍA


Hay escondida en cada persona humana una contradicción. Por un lado buscas la seguridad, la paz y el sosiego. Una vida tranquila, segura y alejada de tormentas y problemas que te puedan desestabilizar y quebrantar tu paz. Pero, por otro, siente la inquietud de no concederte todo lo que deseas y, contra tu propia corriente interior, te enfrentas a una lucha por crecer en perfección y dominio de ti mismo.

Podríamos estar hablando de una lucha constante entre lo que sientes de mal en tu interior, y lo que sientes como bien y piensas debes hacer. Algo así, o realmente si, como lo que dice san Pablo: "Hago lo que no quiero y dejo de hacer lo que realmente quiero".

Esos sentimientos encontrados, que nos vienen de afuera y no los podemos dominar, entran y salen como y cuando quieren, sí los podemos someter con nuestra voluntad, pero a base de esfuerzos, concentración y lucha constante. Creo que de eso se trata la etapa que hoy mismo, la Iglesia, inaugura como la Cuaresma.

O, dicho de otro modo, podríamos definir la Cuaresma como la etapa en la que ponemos en primera página de nuestra vida esa lucha de todos los días con la que tratamos de preparar y disponer nuestra vida para encontrarnos con el SEÑOR. 

Una lucha que será constante y siempre. Porque la guardia nunca se puede bajar, pero, de forma especial, tiene una fecha en que se recuerda y se pone toda la atención en ella para que no nos descuidemos y estemos atentos.

Hoy es el día señalado por la Iglesia como principio de la Cuaresma, y nos recuerda que empezamos el camino de conversión. Una conversión que nunca termina y, aunque creamos que vamos bien o que estamos en el camino, debemos siempre preguntarnos si estamos en la actitud de responder a lo que el SEÑOR nos pide a cada uno.

¿Porque una misión tendremos? El Señor nos ha creado, no para hacer número o pertenecer a una familia concreta. Tendremos una misión a la que reponder y esa misión es nuestra responsabilidad descubrirla y realizarla. Por eso, este tiempo nos puede ayudar a eso.

Pidamos al Señor que nos aclare cual es nuestra misión, y qué espera de nosotros. Estemos atento a sus Palabras, y pongamos todo lo que esté de nuestra parte seguros de que el Señor nos responderá.

martes, 21 de febrero de 2012

ELLOS NO SABIAN NADA

Luego echó agua en un lebrillo y se puso a lavar los pies de...

Ellos no lo sabían, ni siquiera se lo podían imaginar, ni entenderlo. ¿Nos cuesta también ahora a nosotros que tenemos más ventajas y testigos? La Cruz era un escándalo, y, peor aun, nos dejaba a un Mesías fracasado, derrotado, débil, sin poder, ridiculizado...¿Cómo entender este perfil del Mesías esperado?

Hoy, después de 2012 años también nos cuesta a nosotros entenderlo? No podemos imaginar un Dios tan loco de amor por cada uno de los hombres de este planeta. Un Dios que después de ser rechazado en los orígenes de la creación del hombre, todavía se deja ridiculizar, insultar, negar y toda clase de atropellos. ¿Se puede entender un Dios así?

Son los Apóstoles, sus Apóstoles, quienes después, en la Resurrección, y por la Gracia del Espíritu Santo empiezan a entender y a transmitirlo a los hombres. Claro, a los hombres que estén dispuesto a escuchar. Y por la Gracia de Dios, yo soy uno que creo y que me fío de las palabras que me dicen los que han creído primero que yo.

Pero, como la Samaritana, aquella mujer que tuvo un encuentro con Jesús, yo también, por mí mismo he experimentado que Jesús está dentro de mí. Su Espíritu me impulsa y me da ánimos para, fortalecido en Él, creer con firmeza, y apoyarme en su Palabra.

Pero, más todavía, mis deseos de ser feliz, y no por un ratito, sino para siempre, tienen respuesta en Él, pues me promete serlo eternamente. Y mi propia vida me descubre que fuera de Él no hay vida con sentido, sino un camino que termina en la tristeza y en el sin sentido, donde reina la angustia, la desesperación y el caos.

Por eso me siento privilegiado, querido, amado y protegido. Y, por eso, doy gracias a mi Padre Dios, y le pido que aumente mi fe, mi confianza, mis deseos de acudir a su llamada, de no dejarle plantado, de responderle, de serle fiel como la esposa al esposo o viceversa.

Sin embargo, todo eso no lo lograré con esfuerzos y trabajos para estar en los primeros puestos y lugares, sino derramando todo esa capacidad en servir a los demás, sobre todo a los más débiles y marginados. Por eso, Señor, te pido las fuerzas necesarias para empeñar todo mis esfuerzo, no servir para subir, sino en servir en aquellos que nada pueden darme.