Creo en ti, Señor, pero ayúdame a creer con firmeza; espero en ti pero ayúdame a esperar sin desconfianza; te
amo, Señor, pero ayúdame a demostrarte que te quiero; estoy arrepentido, pero ayúdame
a no volver a ofenderte.
Te adoro, Señor, porque eres mi creador y te anhelo
porque eres mi fin; te alabo, porque no te cansas de hacerme el bien y me
refugio en ti, porque no tc cansas de hacerme el bien y me refugio en ti,
porque eres mi protector.
Que tu sabiduría, Señor, me dirija y tu justicia me reprima; que tu
misericordia me consuele y tu poder me defienda.
Te ofrezco, Señor, mis pensamientos, ayúdame a pensar en ti; te ofrezco mis
palabras, ayúdame a hablar de ti; te
ofrezco mis obras, ayúdame a cumplir tu voluntad; te ofrezco mis penas, ayúdame
a sufrir por ti.
Todo aquello que quieres tú, Señor, lo quiero yo,
precisamente porque lo quieres tú, como tú lo quieras y durante todo el tiempo
que lo quieras.
Te pido Señor, que ilumines mi entendimiento, que fortalezcas
mi voluntad, que purifiques mi corazón y santifiques mi espíritu.
Dame tu gracia para ser obediente con mis superior, comprensivo con mis
inferiores, solicito con mis amigos y generoso con mis enemigos.
Que sepa yo tener prudencia, Señor, al aconsejar, valor en los peligros, paciencia en las dificultades, sencillez en los éxitos.