Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

sábado, 21 de marzo de 2015

¡LIMPIA MI CORAZÓ DE DUDAS, SEÑOR!



Somos pecadores y nuestro corazón está manchado y herido. El pecado nos hace daño y confunde nuestro corazón. Nos empuja a poner en duda nuestra fe en el Señor y a desconfiar de su Palabra.

A pesar de los Hechos y Palabras de Jesús no estamos del todo convencido, porque nuestra naturaleza, débil, frágil y pecadora, nos lo impide. Y es que abrirnos y darnos a los demás sin condiciones, los que nos dice y propone Jesús con sus Palabras y ejemplos, nos cuesta y nos exige renuncias y sacrificios.

Nuestro egoísmo herido nos arrastra al pecado, y del pecado saltamos a la duda y al rechazo. ¡Señor!, enciende la llama de tu Espíritu en nuestros corazones, y aumenta y fortalece nuestra fe. Una fe firme, decidida, segura, dispuesta y sin condiciones. Una fe confiada en tu Palabra y abandonada a la acción de tu Espíritu, que busca siempre lo mejor para nuestra salvación.


viernes, 20 de marzo de 2015

¿ME OCURRE A MÍ LO MISMO HOY?



HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA UNIDA Y DEFENSA DE LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS




Igual pensamos que eso ocurrió allá cuando, pero que hoy no ocurre. Tendríamos que decir que, caso que no ocurriera, se debería a que fue Jesús la primera voz que defendió la igualdad y libertad del hombre, y que hoy el hombre tiene hoy unos derechos porque Jesús los enseñó, defendió y proclamó.

Pero desafortunadamente ocurre. Ocurre porque el hombre se ha entregado al pecado, y, a pesar de su naturaleza caída, no ha luchado, asistido por el Espíritu Santo, confiando en su poder. Se ha sometido al poder de las tinieblas y se ha dejado llevar por ella. Por eso, desconoce la voz del Señor y no la escucha.

Y es más, lucha para borrarla del mundo y alejarlo de la salvación, que trae Jesús, el Hijo de Dios hecho Hombre. Por eso le buscan para matarlo, y Jesús ante tal amenaza trata de pasar inadvertido, pero llegado el momento proclama el Mensaje de salvación, pues ha sido enviado para eso.

Danos, Señor, la sabiduría y la paciencia para escucharte y superar todas las dificultades y temores que nos acechan. No permitas que el mundo nos desvíe y nos silencie tu Palabra, y que te rechacemos alegando conocerte y saber de dónde vienes. Danos, Señor, la humildad y la fortaleza de perseverar, a pesar de las dudas y tropiezos que el mundo nos pone para que no te sigamos.

Quizás no notamos tu presencia; quizás observamos que el mundo se desmorona; quizás experimentamos fracasos e incapacidad de enderezar el camino; quizás notamos desfallecer y que nuestra esperanza se disipa, pero, a pesar de todo, Tú, Señor estás ahí. Sostén nuestra fe.


jueves, 19 de marzo de 2015

CAMBIAME, SEÑOR, EL RUMBO DE MI VIDA



Posiblemente nos pensamos libres, y nos creemos dueños de hacer nuestra voluntad. Y no percibimos, cada día, las enormes cadenas con las que vivimos y a las que estamos sometidos. 

En un instante nos vemos dominados por la soberbia, por la incomprensión, por nuestras ideas y lo que nosotros pensamos. Son nuestros derechos y nuestra manera de ver e interpretar los hechos de los demás lo que prevalece y alrededor de los que debe girar el mundo. Y se nos viene abajo en un momento.

De repente nos vemos en una situación incomprensible, irrazonable e inexplicable. Así me encuentro ahora. No se comprende sino de la poca cosa que somos, del pecado que habita en nosotros y la falta de humildad de la que carecemos. Sólo en Ti, Señor, podemos encontrar refugio, comprensión, perdón y consuelo. Pero también propósitos de enmienda y de convertir nuestra situación.

Supongo que san José pasó por estas experiencias. Experiencias que se repinten una y otra vez en nuestras vidas. Es la lucha de cada día, doblegar nuestra humanidad soberbia donde reside el pecado, y entregártela, Señor. Porque todo se derrumba en mi interior y experimento lo débil y frágil que soy y la miseria que habita dentro de mí. ¿A quién puedo dar ejemplo y convertir? 

Gracias Señor porque estas experiencias, a pesar de lo sangrantes que son, nos sirven para purificarnos, para darnos cuenta de nuestra pequeñez, de nuestras miserias, debilidades y fragilidad. Nos sirven si somos capaces de comprender que sólo Tú eres santo y sólo contigo podemos vencer nuestra soberbia y pecados.

¡Señor!, estas experiencias no están previstas en nuestras vidas. Pienso que a san José le ocurrió igual. Tenemos nuestros planes y, en unos segundos, toda cambia y se vuelve al revés. Y nos quedamos sorprendidos, atormentados, molestos. ¿Qué hacer?

Líbranos, Señor, de nuestra soberbia. Danos paz y paciencia. Purifica nuestro corazón y despójanos de nuestras propias ideas y prejuicios. Aléjanos de nuestros respetos humanos, de nuestra soberbia y llénanos de humildad. Humildad para decir, amén, hágase tu Voluntad.

miércoles, 18 de marzo de 2015

EN LA HORA DE LA TRIBULACIÓN CUESTA MANTER TU CONFIANZA, SEÑOR



Hay momentos difíciles y que todo se vuelve negro. No se ve camino ni tampoco esperanza. Todas las teorías y consejos se vienen abajo y nada parece importar o tener valor. Sólo nos queda la fe, y yo, en esos momentos donde todo parece perdido, recurro a Ti, Señor y me abandono en tus brazos. Porque sólo Tú tienes Palabra de Vida Eterna.

Escucho tus Palabras, Señor, y creo lo que me dices. Tú eres el Hijo de Dios Vivo: «En verdad, en verdad os digo: el Hijo no puede hacer nada por su cuenta, sino lo que ve hacer al Padre: lo que hace Él, eso también lo hace igualmente el Hijo. Porque el Padre quiere al Hijo y le muestra todo lo que Él hace. Y le mostrará obras aún mayores que estas, para que os asombréis. Porque, como el Padre resucita a los muertos y les da la vida, así también el Hijo da la vida a los que quiere. Porque el Padre no juzga a nadie; sino que todo juicio lo ha entregado al Hijo, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo no honra al Padre que lo ha enviado. En verdad, en verdad os digo: el que escucha mi Palabra y cree en el que me ha enviado, tiene vida eterna y no incurre en juicio, sino que ha pasado de la muerte a la vida. 

Creo, Señor, en quién te ha enviado, porque, por su Amor, has entregado libremente tu Vida  en la Cruz para salvarnos. Y a pesar de nuestra pobreza, de nuestras dudas y pecados, Tú me esperas y das tu Vida por la salvación de todos los hombres. No se entiende tanto Amor ni tanta Misericordia.

Te doy gracias, Señor, por esta hermosa oportunidad de salvación, y te pido sabiduría y fortaleza para perseverar confiado y abierto a tu Amor.


martes, 17 de marzo de 2015

SIN LUGAR A DUDA, ES FALTA DE FE



Tendremos que agachar la cabeza y confesar y aceptar que nos falta fe. Sí, Señor, es falta de fe, porque si tuviéramos la fe de un grano de mostaza, como Tú nos has dicho, nuestra fe movería montañas. 

Por eso nos cuesta creer en tu Palabra, Señor, y verte en el hermano. Por eso nos resistimos al perdón, porque no nos terminamos de creernos que Tú estás en aquel que nos ha ofendido y al tenemos que perdonar, porque Tú, que te hemos ofendido, nos perdona. Y es más, has dado tu Vida por cada uno de nosotros.

No aceptamos nuestra debilidad y no nos abrimos a la acción del Espíritu. Nos falta humildad. Esa humildad que reflejó María, tu Madre, Señor, cuando se puso a disposición de la Voluntad del Padre: "He aquí la esclava del Señor, hágase en mí tu Palabra".

Y también nos falta esperanza y mucha fe. En la imagen podemos pensar que ocurre con los demás. Porque, Tú, Señor, sólo te diriges a uno que sabes que lleva allí treinta y ocho años, ¿y los demás? Porque yo puedo estar entre los demás. Dame Señor esa fe y esperanza de saber que a mí también me atiendes, sólo que necesito la paciencia de tu Amor.

Por eso, Señor, te pedimos que transformes nuestro corazón endurecido e incrédulo, en un corazón de carne, suave y abierto a tu Amor, y confiado a tu Palabra. Aumenta nuestra fe, Señor, y llénanos de esperanza para aguardar pacientemente tu llegada como hizo aquel paralitico de la piscina de Betesda.

lunes, 16 de marzo de 2015

¡AUMENTANOS LA FE, SEÑOR!



Pensamos que tenemos fe, pero a la hora de sufrir algunas pruebas nuestra fe se tambalea. Ocurre que cuando alguien no actúa como pensamos, o algo no sale como queremos, nuestra fe se debilita y desesperamos. Perdemos la confianza, no sólo en los demás sino también en Dios.

Ocurre entonces que nos alejamos de Dios como señal de protesta y de desacuerdo con Él. No estamos de acuerdo con lo que nos ha sucedido, o como se están haciendo las cosas. Queremos que las cosas sean como nosotros las interpretamos o como nos gustan. El perdón se borra de nuestro corazón, y también la actitud de servicio y comprensión.

¿Y dónde está el amor? Nuestro compromiso de Bautismo es un compromiso de servicio. Porque seguir a Jesús, es lo que prometemos en el Bautismo, significa servirle en los demás tal y como Él nos enseña. No se trata entonces de hacer nuestros gustos, sino de tratar de hacer los gustos, si son para el bien, de los demás.

La finalidad del amor es servir para el bien común. Y el bien es curar, solucionar problemas que redunden en mejora la vida. No se trata de satisfacer caprichos y placeres, sino mejorar lo esencial de la vida que la alegre y la haga mejor. Luego, la cuestión no es estar de acuerdo con los otros, ni tampoco sensurarles sus actitudes, sino de darle testimonio de servicio y aportarles luz de la verdad, justicia y paz.

Aumenta, Señor, nuestra fe para que nuestro corazón sea un corazón de servicio, de escucha, de comprensión, de disponibilidad y de estar presto a construir el bien y la mejora de la vida de todos los hombres. Amén.

domingo, 15 de marzo de 2015

¡SEÑOR, QUE ME ACERCE A TU LUZ!



Dame Señor la capacidad y la sabiduría de acercarme a tu Luz, porque es la Luz que busco, la Luz que responde a esa felicidad eterna que grita dentro de mi corazón y, equivocadamente busco en las cosas caducas de este mundo.

Sácame, Señor, de la oscuridad de las tinieblas, que esconden un olor a muerte y se refugian en la mentira, en la impureza, en la sombra hipócrita del engaño, de la deshonra y de la falsa apariencia disfrazada de verdad. Una verdad que se nos presenta adulterada, escondida en las falsas promesas de felicidad mundana que nos tienta y nos engaña.

Levanta mi mirada, Señor, y haz que contemple tu Cruz. Una Cruz de muerte y renuncias que, bajo el dolor, derrama mucho amor y entrega que desprende esa felicidad que buscamos. Porque, sólo cuando somos capaces de darnos, hasta incluso entregar la vida, encontramos esa plenitud eterna que desesperadamente buscamos en el camino de nuestra vida.

Por eso, Señor, queremos buscar la verdadera Luz, la Luz que Tú has traído al mundo y que en Ella vencemos a desenmascaramos a las tinieblas. Clavarnos Señor junto a tu Cruz porque queremos confiar en Ti y dejarnos salvar por tu Mirada.

Tú, Señor, eres la Luz que nos alumbra y que trae la salvación al mundo para todos los hombres que crean en tu Palabra. Amén.