Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

viernes, 1 de enero de 2016

NUESTRA VIDA TIENE LA PALABRA



Nunca mejor dicho, "nuestra vida tiene la Palabra". Y es que si proclamamos la Palabra de Dios, pero nuestra vida camina por otro lado, a parte de ofender a Dios, escandalizamos a los hermanos y los alejamos y distanciamos más del Señor.

Nuestra vida tiene la Palabra cuando lo que decimos tiene sintonía y esfuerzo para coincidir con la vida que vivimos, valga la redundancia. No hay mejor palabra que aquella que descubre y proclama lo que vivimos. Porque con la vida sobran las palabras. Y cuando hablas señalas tu propia vida.

Es lo que Jesús nos ha enseñado con sus Palabras y su Vida. El encuentro con Jesús está vivenciado y sacado de la misma vida. La samaritana, Zaqueo, Mateo, cada apóstol y muchos más obtienen de Jesús ejemplos sacados de la vida misma. No son palabras huecas que se pierden en la abstracción, sino que se concretan en hechos cotidianos de la propia vida, y que todo hombre busca y desea.

Buscamos vida eterna y gozosa. No se nos esconde que corremos detrás de ello. Todo lo que hacemos en nuestra vida esconde detrás esos deseos de felicidad y gozo eterno. ¿Por qué negarlos? Y cuando Jesús nos habla de ello despierta la esperanza en nuestros corazones. 

Porque no sólo nos habla como una ilusión inalcanzable, sino que nos la pone realmente a nuestro alcance con su Vida y, sobre todo, con su Resurrección. Es el Hijo de Dios, que tiene poder sobre la vida y la muerte. Nos ama entregando su Vida, y nos ofrece, con su Nacimiento, la promesa de revelarnos el Amor del Padre amándonos como el mismo Padre nos ama.

Pidamos, confiados como los pastores, ir al encuentro del Señor, y proclamar con nuestras palabras y vidas que Jesús, el Salvador, ha nacido para rescatarnos de la esclavitud del pecado. Que este año que hoy empieza, sea un año en el que proclamemos con nuestra palabra y vida que Jesús ha Nacido. Amén.

jueves, 31 de diciembre de 2015

NO PUEDO LIBERARME DE MIS DUDAS




Soy consciente que nunca podré liberarme de mis dudas. Dicho de otra manera, dudar es algo muy natural, porque mi humanidad está herida por el pecado, y entre sus consecuencias está la duda. No tendríamos necesidad de la fe si estuviésemos delante de Dios. O dicho de otro modo, si no hubiésemos pecado gozaríamos de la presencia de Dios en el paraíso.

La fe es, por lo tanto, indispensable y necesaria. Pero no podemos sosternela por nosotros mismos. Necesitamos la Gracia de Dios, y la asistencia y dirección del Espíritu Santo. No somos lo suficientemente fuertes para sostenernos por nosotros mismos. Somos débiles y esclavos de nuestras propias pasiones y apetencias, a las que el pecado nos somete. Y no podemos liberarnos sino por la Gracia de Dios.

Necesitamos, pues, la fe, don de Dios, y mucha oración y ayuno. Oración y ayuno que nos prepara, nos capacita para la renuncia de todo aquello que viene a tentarnos para confundirnos y alejarnos de nuestro destino y meta natural. Estamos llamados a la Vida. Una Vida plena de gozo y felicidad eterna, y perderla sería nuestro mayor fracaso.

Para eso. Dios, se ha hecho Hombre, y tomando nuestra propia naturaleza, sin dejar la Divina, se ha acercado a nosotros para señalarnos el camino de salvación. Él es el modelo y referencia que alumbra nuestros pasos y que nos guía hacia la Vida Eterna.

Oremos confiados en la esperanza de ser oídos por nuestro Padre, y atendidos en nuestras súplicas para, por su Gracia, poder vencer todas las dificultades y obstáculos que se nos irán presentando en el camino de nuestra vida hacia Él. La oración nos fortalece e inunda todos los lugares de nuestro corazón que puedan estar contaminados por las cosas de este mundo. Y nos lo limpia de toda inmundicia y pecado. En Ti, Señor, confiamos. Amén.

FELIZ AÑO 2016


miércoles, 30 de diciembre de 2015

FORTALEZA Y SABIDURÍA PARA PERMANECER VIGILANTE



No es cosa fácil permanecer vigilante y atento en oración y ayuno. Porque el mundo tienta mucho y distrae con sus innumerables ofertas de comodidad, de bienestar y placeres. Es fácil caer en tentación. Pienso que Jesús nos previene cuando lo incluye en la oración que el mismo nos recomienda en el Padre nuestro. "...y no nos dejes caer en tentación"

Por eso, se necesita fortaleza para permanecer en perseverante y constante oración y ayuno. Y mucha sabiduría para saber esquivar y rechazar las tentaciones que nos vienen del mundo. Rodearse de buenos ambientes, que favorezcan nuestras buenas intenciones, es una buena medida, surten buenos efectos y nos ayudan a estar centrados y activos en relación con el Señor.

Desde esta perspectiva se hace necesaria la comunidad o el grupo. Desvinculado de un grupo o actividad el peligro aumenta. Somos seres en relación y nos necesitamos los unos a los otros. En ese sentido es bueno estar en contacto, compartir y relacionarnos para mejorar y sentirnos arropados y animados. Esa es la finalidad primordial de este humilde rincón de oración, y de nuestro compartir en FaceBook. La fe, nuestra fe,  se fortalece al compartirla.

Y cuando nos encontramos con el Señor, como es el caso de Ana, nuestra fe sale proclamada y compartida con todos aquellos que, no sólo comparten, sino que caminan a nuestro lado en nuestra vida. Porque cuando alabamos al Señor, con nuestras alabanzas les hablamos a los demás de Él.

Te damos gracias, Señor, por todo esto que nos, en el Espíritu Santo, descubre y nos lo hace llegar a nuestro corazón. Te pedimos que nos llenes de fortaleza, sabiduría y Gracia para poder también, además de vivirlo, compartirlo y anunciarlo a los demás. Amén.


martes, 29 de diciembre de 2015

TE PEDIMOS SABIDURÍA, SEÑOR, PARA SEGUIR TUS PASOS CON FIRMEZA.



Tenemos mucha ventaja porque sabemos muchas cosas del Señor. Conocemos a muchos que, sólo por la acción del Espíritu Santo, han podido conocer y revelar la identidad de Aquel Niño Dios. Tal es el caso de Simeón, del que nos habla hoy el Evangelio. El Espíritu Santo también nos lo ha revelado a nosotros a través de esas personas como Simeón, porque, por su acción, la del Espíritu, hemos podido conocerlo en nuestro tiempo.

Sabemos que no podía ser de otra manera que por una intervención Divina. Simeón no podía saber que el Niño que tenía en sus brazos era el Mesías que él esperaba. ¿Cómo conocerlo? Está más que claro que, tanto en la esperanza de verlo, como el descubrirlo, fue inspirado por la Gracia del Espíritu Santo.

Te pedimos humildemente, Señor, que nos des la sabiduría, fortaleza y paz de también a nosotros para conocer a tu Hijo Jesús, y, no para quedarnos quieto mirándole, sino para seguir sus pasos y esforzarnos en vivir su Palabra tratando de imitarle en su Amor. Te pedimos, Señor, que nos des el don de vivir su amor misericordioso con los demás hombres y mujeres de nuestro tiempo, sobre todo con los más necesitado de ello. Y hacerlo tal y como Tú, Señor, lo haces con cada uno de nosotros.

Somos conscientes de nuestras debilidades, de nuestras limitaciones, y de que no podemos lograrlo sin la mediación de tu Hijo Jesús. Por eso, alegres y agradecidos por su venida al mundo, nos felicitamos por su presentación en el Templo y por su preparación en la Sagrada Familia, para, más tarde, enseñarnos el Camino, la Verdad y la Vida. Amén.

lunes, 28 de diciembre de 2015

¿CÓMO ESCUCHAMOS LA VOZ DEL SEÑOR?




Posiblemente concluyamos en que a nosotros no nos habla el Señor. Me esfuerzo, pero no le oigo. Quizás suceda que cuando observamos que no nos hacen caso, dejamos de hablarle. Estamos cansados de tanto insistir y recibir risas e indiferencias que dejamos de hablar. ¿Puede pasarnos algo parecido con el Señor?

Posiblemente sea así, pero a la inversa. El Señor nunca se cansará de hablarnos, pero si nosotros de tratar de escucharle. Sí, nos confundimos al decir que le escuchamos, porque no lo hacemos. Nos escuchamos,  y también nos respondemos, nosotros mismos. Escuchar al Señor exige silencio, perseverancia, paciencia y constancia. 

No se trata de exigir, sino de estar atento a sus Señales y a su Palabra. Y eso exige oración, cercanía, alimento espiritual, diálogo diario y constante. Y mucha atención. Cada día hay una pregunta y una respuesta; cada relación implica una actitud y un saber estar; cada acción reviste una dosis de amor y de ternura; cada verdad exige desnudarse y mostrar la pureza del corazón.

El lenguaje del Espíritu está siempre activo, y cada instante es una oportunidad para avanzar por donde el Espíritu nos indica. Tal y como hizo José y María, y como también caminó Jesús después de que Juan Bautista preparó el Camino.

Pidamos al Señor esa constancia, esa escucha, esa disposición, esa ternura, esa acción, esa confianza, ese estar presto a actuar a pesar de nuestros miedos y tribulaciones, confiados en su Palabra y su Amor. Amén.

domingo, 27 de diciembre de 2015

GRACIAS, SEÑOR, POR LA FAMILIA





La familia es lo más grande que tenemos. ¿Dónde estaríamos si no vivimos en familia? Es la verdadera escuela donde aprendemos a respetar, a servir, a renunciar, a sacrificarnos y privarnos, y, sobre todo, a amar y amarnos. Sin la familia difícilmente aprenderíamos a ser personas.

Se nota cuando no hemos crecido en familia, o en una familia dispersa y desestructurada. Se nota nuestras carencias de servicio, de respeto, de entrega, de escucha, de disponibilidad...etc. Pero, sobre todo, de amor. La familia es el medio natural donde el hombre crece como persona en sabiduría, estatura y espiritualidad cristiana si tenemos a Dios por nuestro Padre.

Recemos por la familia. Recemos al Padre Dios para que las familias se mantengan unidas por el verdadero amor, y sean comunidades de paz y justicia misericordiosas. Y, sobre todo, para que vivan en torno a la fe en nuestro Señor Jesús, que nos une y nos conforta dándonos fortaleza para vivir en el amor de unos con otros.

Recemos y pidamos que las familias, unidas, perseveren en la fe a pesar de las tribulaciones y desafíos del mundo que las amenaza con destruirlas. Que, a ejemplo de María y José, guardemos todas nuestras dudas e interrogantes en nuestros corazones, confiados en la seguridad de que nuestro Padre Dios nos guiará por el buen camino que todos deseamos.

Gracias, Señor, por darnos una familia. Una familia que nos ayuda a vivir, nos da sentido y nos llena de esperanza posibilitándonos la oportunidad de aprender a sacrificarnos, a entregarnos, a renunciar y, sobre todo, a amar respondiendo a tu Amor. Amén.

sábado, 26 de diciembre de 2015

EL ESPÍRITU SANTO NOS ALUMBRARÁ EL CAMINO



No va a ser fácil el camino. Sabemos que la verdad exige esfuerzo y cambio de rumbo, porque nuestra naturaleza es débil y gusta de sus apetencias y egoísmos. Nuestro corazón está contaminado por el pecado, y nuestra primera conciencia de ello nos debe ayudar a darnos cuenta que no podemos mejorar ni un pelo de nuestra cabeza sin el concurso del Espíritu Santo.

Él ha sido enviado con la misión de ayudarnos a soportar todos los sacrificios y renuncias que tengamos que realizar en nuestro camino. Él nos asistirá en los momentos de nuestra defensa. Él nos dará la fortaleza para encajar y aceptar todas las privaciones y luchas que nos amenacen con separarnos del camino del Señor. Esteban, el primer protomártir, nos da ejemplo, y nos descubre que realmente con el Espíritu de Dios podemos vencer esos obstáculos que nos impiden esperar limpios y perseverantes la llegada del Señor.

Por eso, tengamos confianza y fe en las Palabras de Jesús. Nos advierte de las amenazas que el seguirle nos puede presentar, pero nos alienta, nos da esperanza y nos promete la asistencia del Espíritu. En Él, con Él y por Él seremos fortaleza infranqueable y seguros vencedores. Demos gracias al Señor que ha venido al mundo para dar testimonio de la Palabra de su Padre y ofrecernos la salvación eterna.

Gracias, Señor, por tu nacimiento. Gracias, Señor, por tu incondicional Amor. Gracias, Señor, porque cada Navidad revives esa promesa de salvación y nos renuevas ese amor misericordioso que nos acoge y nos llama al arrepentimiento y al perdón.

Ahora te pedimos, Señor, que, como Esteban, figura y testimonio de mártir, nos revista de tu Gracia y Fortaleza, para no desfallecer y perseverar hasta que tu decidas venir de nuevo. Amén.