Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

lunes, 16 de mayo de 2016

NADA MEJOR QUE UN RINCÓN PARA ORAR



La oración es necesaria, tan necesaria que sin oración le cerramos la puerta al Espíritu Santo. Casualmente, en este año de la misericordia, Jesús es la Puerta que se nos ofrece para, perdonados nuestros pecados por la Misericordia Infinita del Padre, por, con y en Él y por sus méritos misericordiosos, atravesar la puerta que nos lleva, en Él, al Padre.

Y la única llave que abre esa Puerta del Corazón del Señor Jesús es la oración. Esa oración de cada día que, poco a poco, van intimando con Él y dándonos la confianza necesaria para que, el Espíritu Santo, anide dentro de nuestros corazones y nos dé el aliento e impulso que nos haga vivir, en su Gracia, la Palabra del Dios.

Pidamos esa Gracia desde este nuestro humilde rincón de oración. Este modesto y sencillo rincón que nos une, o al menos trata de hacerlo. Este humilde rincón que nos iguala, que nos hace hermanos, que nos une a nuestro Papa Francisco, que nos hermana y que nos da la confianza, día a día, con nuestro Señor Jesús que nos habla de su Padre y nos pone en relación con Él.

Hagamos, no solo una lectura rápida y ligera, sino que nos sirva para pararnos y meditar, al menos, unos minutos en nuestro camino diario del día a día. Que sea circunstancia y ocasión para empezar nuestro día, o para pararnos durante el día y, como si de un café se tratara, elevemos al Padre nuestro propósito y  nuestro compromiso para ofrecerle nuestras preocupaciones, desventuras, riesgos y obras de esas próximas horas que el día presente nos depara.

Porque, sólo así irá creciendo junto a la oración nuestra confianza íntima con el Señor, y escondida en ella, aumentará, por la Gracia de Dios, nuestra fe. Y, por la fe, recibiremos el poder del Señor para, en su Nombre, hacer cosas tan grandes como Él ha hecho y nos ha prometido (Jn 14, 12-14).

domingo, 15 de mayo de 2016

ERES TÚ, SEÑOR, QUIEN NOS SOSTIENES EN TU ESPÍRITU




Sabes, Señor, de que pasta estamos hechos, y sabías que no nos podía dejar solos. Eso era darle la razón a Gamaliel (Hech 5, 38-39) cuando dijo que si esto era cosa de hombres acabaría pronto como ya habían acabado otras supuestas rebeliones o doctrinas. Y estaba en lo cierto, si esto lo hubiese emprendido un hombre, por muy listo y preparado que estuviese, todo hubiese sido en vano. Porque nosotros no somos capaces ni de decir una simple palabra sin tu presencia y tu asistencia. Tú, Señor, en el Espíritu Santo, hablas por nosotros.

Pero, volviendo al principio, Gamaliel y todos los que pensaron así, hasta tus propios apóstoles, asustados y temerosos. Recordamos a los de Emaús (Lc 24, 13-35), y también nosotros, todavía asustados, temerosos e inseguros, dudábamos de que tu Mensaje y tu Palabra fuera proclamada y perdurará en el tiempo. Y es lógico desde el punto de vista humano. Los hombres pensamos así. 

Pero, Tú, Señor, no eres un hombre. Tú eres el Hijo de Dios, Dios y Hombre Verdadero. Pedro, a quien Tú has elegido para dirigir tu Barca no dudó, asistido por el Espíritu Santo, en decirlo. Y, ahora nosotros, también lo decimos. Porque es en el Espíritu Santo donde encontramos la Luz y la Fortaleza para proclamar tu Palabra. Y también para esforzarnos en vivirla.

Te damos gracias, Señor, por este Inmenso regalo del Espíritu Santo, porque sin Él no podríamos continuar tu Obra Evangelizadora por los caminos del mundo. Y ahora, te pedimos también, Señor, luz y sabiduría para proclamar tu Buena Noticia de Salvación por este medio de Internet, la Blogosfera, a todos los rincones del planeta y, en nuestro casa particular, a través de Blogueros con el Papa. Cada cual desde donde el mismo Espíritu le ha colocado, según sus carismas. Pero unidos y junto al Papa.

Confiados en tu Misericordia y en la acción del Espíritu Santo, solemnidad que hoy celebramos, cantamos llenos de alegría y esperanza la presencia del Espíritu Santo derramado en nuestros corazones. Amén.

sábado, 14 de mayo de 2016

SÓLO UNA COSA NECESITAMOS, SEÑOR: AMAR COMO TÚ NOS AMA



No podemos dejar de buscarte, y te buscamos, ¿dónde, si no en tu Iglesia? Es el lugar donde sabemos, a ciencia cierta, que Tú estás, porque en ella has dejado a Pedro como encargado de custodiarla y dirigirla aquí en la tierra, dándole poderes para atar o desatar el bien del mal. Y, también, de perdonar los pecados de los hombres.

Permanecer en ella nos ayudará a encontrarte. Pero encontrarte, no para seguirte como un mero espectador de un equipo deportivo, de forma pasiva y simplemente mirándote, sino también participando en la medida que puedas hacerlo. Es decir, respeto a lo que nos atañe: "Amando tal y como Tú nos dice y nos demuestra con tu amor".

Ese es el objetivo y la finalidad de seguirte, Señor. Y el que no lo tiene claro se perderá en el camino y será víctima de las tentaciones que le seducirán por el camino. Porque te seguimos, Señor, para aprender a vivir en y para el amor verdadero que Tú nos has dado y nos enseña con tu testimonio. Seguirte, para experimentar el despojo de mí mismo y la cruz de negarme, para, como Tú, crucificarme en el madero de mi vida y convertirme en amor, como quemado por el fuego de mi humilde corazón injertado en el Tuyo.

Y sé que, yo sólo, no puedo lograr eso. Sé, claramente, que mi humanidad caída y herida por el pecado puede conmigo y me vence. Pero, también sé que Tú has enviado a tu Hijo para levantarme, para darme fuerza y voluntad y sacarme de la esclavitud de mi pecado. Y, en Él, puedo vencer, porque con él soy mayoría aplastante y nadie ni nada puede vencerme.

Por eso, mi Señor, te pido desesperadamente que tomes mi corazón de piedra y egoísta y lo conviertas en un corazón suave, tierno, desprendido, despojado de todo egoísmo y entregado al amor verdadero del que Tu me has enseñado y dado testimonio.En esa confianza y esperanza voy detrás de Ti, como la hemorroisa (Mt 9, 20-22), dispuesto y esperanzado a esfuerzo de poder tocarte y llenarme de la fuerza de tu Espíritu. Amén.

viernes, 13 de mayo de 2016

UNIDOS EN Y A PEDRO

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR,08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS



No podías dejarnos a la deriva, y no porque Tú te ausentaras, que no lo has hecho, porque sigues a nuestro lado y guiando en el Espíritu Santo nuestros pasos, sino porque necesitábamos una referencia aquí en la tierra que nos sirviera y ayudara a mantener la unidad. Tú, ya nos lo habías dicho varias veces: para que todos sean uno. Como tú, oh Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste (Jn 17, 21).

Y Pedro nos hacía falta. Al menos así Tú lo has decidido. Y sometes a Pedro a la prueba de confesarte su amor por tres veces. Y, Pedro, aquel Pedro que te negó tres veces, ahora te confiesa firmemente su fidelidad y amor también tres veces. Y Tú les das el poder de pastorear tu Iglesia, y lo pones al frente de ella. Gracias, Señor, porque desde tu Ascensión no nos ha faltado otros Pedros que sucediéndoles a él han seguido pastoreando tu Iglesia.

Gracias, Señor, porque no sólo nos has dejado a Pedro, sino más aun, al Espíritu Santo, enviado por el Padre, para que a Pedro no le faltase la Luz y la Palabra con la que pastorear tu Iglesia. Y gracias, Señor, porque hoy tenemos al Papa Francisco, que sucediendo a Pedro, continúa el camino de tu Iglesia. Hoy, aprovechando esa decisión Tuya de nombrar a Pedro Pastor de tu Iglesia, te pido por el Pastor actual que tenemos, el Papa Francisco, para que le asista el Espíritu de Dios y le dé la fuerza necesaria para continuar la navegación de la que fue tu primara Barca con Pedro.

Y aprovechando estos momentos, queremos unirnos a las intenciones del Papa Francisco para este mes de mayo: a) Para que en todos los países del mundo las mujeres sean honradas y respetadas y sea valorada su imprescindible aportación social;
        b) para que se difunda en las familias, comunidades y grupos, la práctica de rezar el santo Rosario por la evangelización y la paz.

jueves, 12 de mayo de 2016

UN GRAN ALIVIO Y ESPERANZA DE SABER QUE TE PREOCUPAS Y REZAS POR MÍ, SEÑOR



Nuestro Dios es único, ¿qué Dios es Padre y recibe las oraciones del Hijo, enviado a revelarnos su Amor y a ofrecernos la salvación ? ¿Qué Padre envía y encarga a su Hijo que nos cuide y rece por nosotros para que nos mantengamos unidos y que sea esa unidad el sello y la identidad que convenza a los demás? Sólo lo hace un Dios Padre Bueno, Verdadero y dispuesto a amarnos hasta el extremo de entregar a su Hijo para nuestra salvación.

Pero, ¿se puede desear más? Imposible, porque mayor gozo y esperanza no cabe en nuestro corazón. Saber y tomar conciencia, porque el Hijo nos lo revela, que reza al Padre por nosotros es la mayor gloria que podamos aspirar. Porque eso nos da confianza, esperanza y nos hace fuerte ante las adversidades de la vida y nos capacita para superar nuestras diferencias y pecados y perseverar unidos como Él nos propone y pide al Padre. Es ahí donde damos el verdadero testimonio de amor que nos identifica y convierte.

Y, sabiéndonos, Padre, tan pobres, tan imperfectos, tan débiles y a merced de las tentaciones y seducciones de este mundo, queremos dejarnos recomendar por tu Hijo Jesús, nuestro Mediador y Salvador, que, sabiendo de nuestra naturaleza humana caída, te pide que nos des la misma gloria que a Él para perseverar en la unidad y el amor.

Porque sólo así el mundo creerá que tu Hijo, nuestro Señor, es el enviado por Ti para la redención y perdón de todos los pecados cometidos por el hombre. Porque así, todos los hombres conoceremos la Misericordia que, por los mérito de tu Hijo, Tú, Padre Bueno, nos ofrece.

Gracias Señor Jesús por darnos tu gloria y depositar en nosotros, pobres y pecadores, la confianza de, incluso, pedirle al Padre que seamos uno como Tú y el Padre son uno. Gracias, Señor, por esa gran confianza que pones en cada hombre. Danos la capacidad y la sabiduría de no defraudarte y de despertar a esa llamada gratuita de tu Gracia. Amén.

miércoles, 11 de mayo de 2016

SIMPLEMENTE GRACIAS, SEÑOR.



No tenemos ni la capacidad de asombro para dar gracias al Señor, porque por mucho que digamos gracias nunca podremos acercarnos a la medida de gratitud por tanto recibido. Realmente no nos cabe en la cabeza tanta Gracia. Porque, ¿qué es nuestro, o que merecemos? La vida; la oportunidad de vivir para alcanzar la Vida Eterna; cada instante que respiras, que disfrutas, que tomas conciencia de que tu corazón late. Y tantas cosas que podemos descubrir y que, quizás, no valoramos.

El Señor se ha encarnado en naturaleza humana igualándose a nosotros. ¡Se ha despojado de su Dignidad de Dios y de todo privilegio para sufrir y padecer como nosotros! Ha entregado su Vida para que la nuestra merezca el Perdón y la Misericordia del Padre. Y, encima, ahora se preocupa en pedir al Padre que nos cuide y nos proteja.

¿Se puede tener un Padre Dios y un Hijo más buenos que lo dan todo por cada uno de nosotros? Que se puede tener está claro, porque lo vemos y el Evangelio nos lo demuestra y dice cada día, pero entenderlo, si es verdad que no podemos. Porque de entenderlo estaríamos todo el día de rodilla dándote gracias, Señor. Por eso, Padre Bueno del Cielo, hoy te damos gracias por todo lo que haces por nosotros, y, por los méritos de tu Hijo, Jesús, que, no sólo nos ha salvado con su Muerte y Resurrección, sino que sigue a nuestro lado intercediendo por nosotros.

Gracias Padre porque has dispuesto entregarnos a tu Hijo para nuestra salvación. Y gracias, Señor Jesús, Hijo del Padre, que has aceptado la Voluntad de tu Padre voluntariamente y por amor a cada uno de nosotros. Gracias, simplemente gracias, porque no podemos ni sabemos decir nada más. Y porque no alcanzamos a entender cómo se puede amar tanto. 

Y, eso sí, te pedimos, Señor, que nos des sabiduría para entender y perseverar, aun no entendiendo, y que nos transformes nuestros corazones, para que podamos amar a los demás tal y como Tú nos amas a nosotros.

martes, 10 de mayo de 2016

GRACIAS, SEÑOR, POR LA VIDA ETERNA



Sería absurdo elegir una vida finita antes la posibilidad de elegir una vida eterna. Todos los hombres y mujeres del planeta desean y quieren vivir eternamente. Eso no tiene punto de discusión. El problema empieza cuando esa Vida Eterna es posible. Muchos que la creían imposible, no dan asombro a oír y ver que es posible.

¿Y qué sucede? Sencillamente que esa posibilidad les interpela y les exige un cambio. Es un ofrecimiento gratuito, pero exige un corazón limpio, generoso, desprendido, solidario, paciente, comprensivo, humilde, misericordioso y lleno de amor. Porque sin amor todo lo demás sería imposible derramar. Ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y al que tú has enviado, Jesucristo. 

Conversión es sinónimo de movimiento o salida. Es un salir de ti para comenzar a ser otro. Es vaciarte del hombre viejo para que nazca en ti el hombre nuevo que viene del fuego y del Espíritu. Es morir a tus ideas, proyectos, principios para dejar lugar a las de Jesucristo. Es lo de Pablo: ‘Ya no vivo yo, es Cristo que vive en mí’ (Gál 2, 20).

Y eso es lo que quiero pedirte hoy, Señor, junto a todos mis compañeros y creyentes que pasen por este humilde rincón de oración. Cambia y transforma nuestro corazón contaminado por los ruidos, perfumes, olores, tentaciones y pecados de este mundo, y, limpios, por la Gracia del Espíritu, Santo ilumina nuestras mentes para reconocer que, Tú, nuestro Señor, vienes como enviado del Padre.

Gracias, Señor, por tus oraciones e intercesión al Padre; por tus cuidados y tu promesa de que volverás a buscarnos para llevarnos contigo. Y gracias por darnos todo lo que has recibido del Padre, revelándonos su gran Amor por cada uno de sus hijos, que en Ti, Señor Jesús, tal alta dignidad hemos alcanzado por los méritos de tu Pasión y Muerte.