Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

miércoles, 15 de enero de 2020

AL SERVICIO DE LO PEQUEÑO

Resultado de imagen para Mc 1,29-39
Cada día tenemos muchas oportunidades de ser amables, serviciales, atentos en hacer el bien. Cada día se nos presenta muchas oportunidades donde podemos actuar por el bien de los demás y por lo sencillo y natural sobre naturalizarlo por la Gracia de Dios. Cualquier acto, por pequeño que sea, puede convertirse en una ocasión de conversión o de buen testimonio para otros. Toda ocasión puede convertirse en una llamada a la conversión, se trata solamente de hacerlo en nombre de Dios.

Y cada día tenemos muchas oportunidades de poder vivir esos maravillosos momentos donde podemos convertir nuestros actos en verdaderas acciones de amor y misericordia. Por eso, Señor, pedimos tu Gracia para que, nuestros actos, sean bendecidos por Ti y con tu Gracia y la acción del Espíritu Santo poder convertir nuestras relaciones en verdaderos actos de amor y misericordia.

No se trata de buscar grandes ocasiones o cosas extraordinarias, se trata de lo cotidiano de cada día. En los lugares normales donde convivimos a diario: la familia, el trabajo, el ocio...etc. Se trata de en esos lugares actuar en la presencia de Dios e injertados en el Espíritu Santo. Amén.

martes, 14 de enero de 2020

TÚ, SEÑOR, DAS VALOR A MI VIDA

Resultado de imagen para Mc 1,21-28
Mi vida no vale por lo que tengo o por el lugar relevante que puedo tener en la sociedad en la que vivo, sino, simplemente, por lo que soy. Es decir, mi vida vale porque Dios me ha dado la dignidad de ser su hijo y, como hijo de Dios, igual a todos los hombres en dignidad y derechos. 

Los derechos humanos no me vienen por la ley, que hoy es y mañana puede cambiar por el capricho o interés de los hombres, sino por Alguien que está antes de la ley y me da esa dignidad.

El hombre tiene derecho a ser libre, a la vida y a decidir su camino. Y esa dignidad le viene dada por el hecho de ser persona humana. Es antes y está por encima de la ley. No cabe ninguna duda que esa dignidad le viene gratuitamente y sin merecerla desde arriba y que los hace a todos iguales y con los mismos derechos humanos. Por todo ello damos gracias a Dios.

Y le pedimos que nos de la sabiduría y la voluntad para corresponder a esa dignidad de hijos suyos que hemos recibido sin merecerlo. Te pedimos, Señor, coherencia de nuestras palabras con nuestra vida y que seamos fieles y responsables con el compromiso de nuestro bautismo. Un bautismo donde nos has nombrado, Señor, hijos predilectos tuyos y nos ha enviado al Espíritu Santo para, que como con Jesús, tu Hijo predilecto, nos guíe y nos dirija por el camino que nos lleva a Ti.

Señor, conscientes de que no merecemos tanta Gracia ni tu Misericordia, te pedimos perdón por todos nuestro pecados y, postrados humildemente a tus pies, imploramos fortaleza y paciencia para, con la fuerza del Espíritu, sostenernos en tu Voluntad y perseverar coherentemente en tu Palabra. Amén.

lunes, 13 de enero de 2020

ANUNCIAR LA BUENA NOTICIA

Imagen relacionada
Desde la hora de mi bautismo, Señor, me he comprometido a anunciar la Noticia de que, por el Amor de tu Padre y los méritos, también por Amor, de tu Pasión y Muerte, hemos sido rescatados de la muerte y la esclavitud de nuestros pecado. Pero, al mismo tiempo me doy cuenta de mi pobreza y de mi imposibilidad de corresponder a ese compromiso bautismal sin la asistencia del Espíritu Santo, que precisamente he recibido en el bautismo para poder cumplirla.

Por eso, Señor, queriendo seguirte y responder a ese compromiso bautismal que he recibido de niño y que ahora, adulto, quiero cumplir, te pido, siguiendo tu promesa de que pidamos, la Gracia que me ayude a proclamar y anunciar la Buena Noticia de Salvación. Y cuando digo esto, Señor, quiero referirme a que, no sólo me des la sabiduría de poder proclamarla, sino también la fortaleza de dar ejemplo con mi obras, con mi renuncia a todo aquello que sea buscarme y pensar en mis intereses.

Quiero, Señor, vivir a tu estilo y buscar siempre el bien de los demás, incluso cuando me vaya en ello perder o renunciar a mí mismo. Y te lo pido, Señor, porque sé que yo no podré hacerlo por mí mismo sino con la ayuda de tu Espíritu. Y ahí, Señor, ponto toda mi confianza y esperanza y seguiré esforzándome en perseverar y entregarme a tu Amor confiado en que de Ti recibiré la Gracia de sostenerme en tu presencia y vencer las dificultades que el mundo me presenta. Amén.

domingo, 12 de enero de 2020

BAUTISMO DEL SEÑOR

Resultado de imagen para Mt 3,13-17


H I M N O

A la orilla del Jordán,
descalza el alma y los pies,
bajan buscando pureza
doce tribus de Israel.

Piensan que a la puerta está
el Mesías del Señor
y que, para recibirlo,
gran limpieza es menester.

Bajan hombres y mujeres,
pobres y ricos también,
y Juan sobre todos ellos
derrama el agua y la fe.

Mas ¿por qué se ha de lavar
el Autor de la limpieza?
Porque el bautismo hoy empieza,
y él lo quiere inaugurar. Amén.

Laudes -Domingo de la tercera semana

sábado, 11 de enero de 2020

ENSÉÑAME, SEÑOR, A SER INCLUYENTE

Imagen relacionada
Parto de que sé que me cuesta, que muchas veces me quedo a media y que otras, la mayoría, no sé qué hacer ni como actuar. Me pierdo y me siento impotente y sin fuerzas para actuar e incluir a esas personas marginadas, rechazadas por muchos y, creo, que con razón, y termino excluyéndolas. Y yo, Señor, no quiero excluirlas, porque, todas son hijas de tu Padre Dios.

Eso significa que tu Padre, que te ha enviado a Ti a limpiarnos corporalmente y espiritualmente, nos quiere a todos y, por medio de tu aceptación libre y voluntaria, entregando tu Vida para rescatarnos y merecer nuestra salvación, quiere incluirnos a todos, empezando por los más pobres y marginados. ¿Cómo rechazarlos? Dame, Señor, la sabiduría para también yo tratar a todos de la misma forma.

Es verdad, Señor, que nos cuesta aceptar a muchos y que muchos también no sean merecedores de ser atendidos por sus obstinados comportamientos, pero muchas veces somos conscientes que buscamos excusas y justificaciones para alejarnos de ellos. Reconocemos que somos cómodos o que no incomoda muchos de esos pobres o enfermos que nos complican la vida, incluso familiares. Y no queremos hacerlo, Señor. Queremos atenderles en la medida de lo posible y te pedimos las fuerzas y la paciencia necesarias para actuar como Tú quieres que actuemos.

Ayúdanos, Señor, a no ser excluyentes sino incluyente con todos aquellos que se acerquen a mí y a los que yo pueda acercarme. Dame la sabiduría y la astucia de poder ayudarles y, sobre todo, de llevarles a Ti. Amén.

viernes, 10 de enero de 2020

TAMBIÉN YO, SEÑOR, TE IMAGINO DE OTRA FORMA

Resultado de imagen para Lc 4,14-22
HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 


También a mí me gustaría un Mesías de acuerdo con mis ideas y mis proyectos. Quisiera un Mesías que estuviera de acuerdo con mis pensamientos y mi manera de comprender y ver las cosas. Y, supongo, que a todos nos ocurre algo parecido. Un Mesías que me interpela y me dice cosas que me exigen esfuerzo y que, muchas veces, no comprendo, me fastidia y me cuesta aceptarlo. 

Me pongo en la piel de María y tengo que reconocer su grandeza y su fe. No es nada fácil aceptar la Voluntad de Dios en esas condiciones. Todavía cuando pienso que pudo pasar por el corazón de María no llego a entender su docilidad y, sobre todo, su fe. Fue grande la fe de María a aceptar tan grande misión y en esas condiciones de verse en cinta y sin ninguna explicación que se pudiera entender.

Tengo que confesar, Señor, que yo no podría hacerlo. Y eso no hace sino descubrir mi poca fe y mi condición pecadora. ¿Cuan lejos estoy de tener fe! Por todo ello, Señor, y consciente de mi lejanía te pido que aumentes mi fe y me llenes de tu Gracia para, como tu Madre María, pueda, al menos, cumplir con lo que tú quieras de mí. Dame, Dios mío, lo que necesito para cumplir con humildad lo poco o mucho que Tú quieres que se realice en mi pobre corazón. Y dame la Gracia para aceptarlo humildemente sin aspaviento ni altivez sino como una misión venida de tu amor.

Dame también, Señor, la sabiduría para saber descubrirte en la pobreza, en la pequeñez y sencillez y proceder con la necesaria y suficiente humildad en todas las cosas que se presenten en mi vida, teniendo siempre en cuenta que Tú estas delante y me acompañas y yo quiero servirte y amarte a Ti amando a mis hermanos como Tú quieres y nos amas a todos. Amén.

jueves, 9 de enero de 2020

MUCHA NECESIDAD DE ORAR

Resultado de imagen para Mc 6,45-52
Cuando hablamos de la oración, hablamos de la buena oración. Es decir, entendemos que hacer una buena oración no es cosa fácil ni tampoco sencilla. Pero, decimos eso no porque sea algo difícil o complicado, sino porque, orar es hablar seriamente con Dios, y, muchas veces, al menos esa es mi experiencia, se nos va el gato al agua. Es decir, nos distraemos, no permanecemos concentrados o nos lo tomamos a la ligera. Eso es lo que hace difícil y complica nuestras oraciones. 

Necesitamos tomárnosla más en serio y esforzarnos en hacerla de una manera más concentrada y consciente. Ello no debe preocuparnos sino ayudarnos a esforzarnos más confiados en que nuestro Padre Dios no ayuda. Se trata lo mismo que hacíamos o hacemos, según nuestra edad, en el colegio. Ponemos atención a lo que el profesor nos explica, porque si no es así corremos el riesgo de no enterarnos de nada. Igual debe suceder cuando hablamos con nuestro Padre Dios.

Necesitamos, primero, estar interesado en hablar con Dios y, luego, buscar tiempo para ello. Es lo más importante que nos puede ocurrir y lo más valioso de nuestra vida. Es nuestro mayor Tesoro, porque, en Él está toda nuestra felicidad y anhelos de eternidad. La oración va estrechamente unida a la vida, de forma que se confunden y se complementan hasta el punto que cuando trabajas también rezas, y cuando rezas también estás sirviendo al mundo con tu oración. Todo es servicio porque todo es amor.

Lo verdaderamente importante es sabernos amado por el Padre que envía a su Hijo para que entregando su Vida por nosotros nos rescata nuestra perdida dignidad de hijos por el pecado. No hay amor más grande. Y es el Hijo, Dios hecho hombre, quien voluntariamente acepta esa misión de entregar su Vida para rescatar y redimir la nuestra. Gracias, Señor por tanta amor inmerecido y danos la Gracia de saber y empeñarnos en amar, como Tú nos amas, a los hermanos. Amén.