"Despojado de toda distracción y riqueza. Sólo desde la humildad de nuestro corazón, junto a María, llegará nuestra oración al PADRE".
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sábado, 13 de febrero de 2021
¿CONOCES TUS TALENTOS? ESAS SON TUS POSIBILIDADES
viernes, 12 de febrero de 2021
LA NECESIDAD DE ABRIR MI CORAZÓN A LA ACCIÓN DEL ESPÍRITU SANTO
El peligro está siempre presente. Necesitamos abrirnos - effetat - a su acción y dejarnos guiar. Precisamente, esa necesidad de ser guiados supone que hay peligros que nos acechan y nos proponen nuevos caminos u otras maneras de interpretar la Palabra que, Tú, Señor, nos ha dejado y para lo que te quedas en el Espíritu Santo que nos defiende, nos protege y nos va guiando en la evolución e interpretación de tu Palabra.
Porque, los tiempos evolucionan y las actitudes y costumbres también. De la misma forma, las leyes, sin dejar lo fundamental - el amor y la misericordia, mostrada por Ti, Señor - también cambian.
En tu tiempo, Señor, salvarte a una mujer adultera - Jn 8, 1-11 - de morir lapidada - era la ley del aquel tiempo -, pero, hoy no parece que se pueda ni se tenga que matar a una mujer que haya pecado de adulterio. Hoy no pasa nada aunque el pecado está presente, pero, Tú también, para darle tu misericordia y perdón y encomendarle que no peque más.
Sin embargo, se hace necesario el arrepentimiento. Eso es lo fundamental. Sabemos que el Señor nos perdona, pero necesitamos, primero creérnoslo - Mc 2, 1-12 - y luego arrepentirnos para que la Misericordia de Dios haga efecto en nosotros. Y eso, de alguna manera, significa abrirnos a esa Misericordia que el Señor nos regala. De eso se trata, y eso es lo que hoy, postrado ante Él, le pedimos. Danos, Señor, la humildad de reconocer tu Misericordia y limpiar nuestros corazones aceptándola y acongiéndonos a ella. Gracias, Señor.
jueves, 11 de febrero de 2021
TÚ, SEÑOR, ME INVITAS A INSISTIR
En una ocasión nos has invitado a insistir, a tocar, a llamar y a buscar - Mt 7, 7-12 - como signo y prueba de nuestra fe. El Señor quiere que nos fiemos de su Palabra y que le sigamos confiados en lo que Él nos dice. Queire probar nuestra fe. Y tiene sentido, porque si todo se nos pone claro sin ningún riesgo, ¿quién no aceptaría y seguiría a Jesús? ¿Pará qué todo lo demás? ¿Y para qué crearnos en libertad, si no tendríamos que elegir ni decidir nada?
Esa mujer siriofenicia es un ejemplo de riesgo, de confiaza y de, por supueto, de fe. Ella no siendo judía, a los que se les consideraba paganos y excluídos, de momento, de la Palabra de Dios, se atrevío a buscar a Jesús e insistir por la curación de su hija, poseida por un espíritu inmundo. Y Jesús, en el que también se proyectaba esta manera de pensar respecto a los paganos, se admira de la fe de aquella mujer y accede a la curación de su hija.
La conversación mantenida entre Jesús y la mujer es hermosa y nos ayuda a comprender como debemos también nosotros actuar. Conviene leerla y reflexionarla - Mt 7, 24-30 -, pero, la lección que debemos sacar es la de la insistencia y perseverancia, que por supuesto, están apoyadas en la fe. Aquella mujer visibilizaba una gran fe. Y la pregunta surge enseguida, ¿es nuestra fe así? ¿Insistimos y perseveramos sabiendo que el Señor nos escucha y nos espera?
Posiblemente, exigiemos pruebas por parte de Dios y le retamos a que si no nos las da le retiramos nuestra confianza. ¿Nos parece eso correcto? ¿Acaso no tenemos que esperar pacientemente y aceptar la Voluntad de Dios. ¿No creemos que es un Padre Bueno y no hará nada malo que nos perjudique? Quizás tengamos que pedirle que aumente nuestra fe y que nos dé paciencia y fortaleza para saber esperar, confiados en su Palabra, que se haga su Voluntad. Amén.
miércoles, 10 de febrero de 2021
SOY PECADOR: DENTRO DE MÍ HAY MALAS INTENCIONES
Todos hemos experimentados malas intenciones en lo más profundo de nuestros corazones. Estamos tocados por el mal y nuestra naturaleza - herida por el pecado - es débil y propensa a la caída. Es obvio que necesitamos limpiarnos, purificarnos y alejar el mal de nuestro corazón. Sin embargo, nosotros solos no podemos. El mal nos puede y enfrentarnos con nuestras propias fuerzas sería aceptar una derrota segura.
Consciente de ello, Señor, venimos a Ti para suplicarte que nos asista y nos ayude a superar esa lucha de cada día contra el poder del mal - El Maligno - que está presente en nuestra vida y tienta la debilidad de nuestros corazones. Nos reconocemos débiles y frágiles, y sabedores de que estamos a merced del demonio. Por eso, Señor, necesitamos con urgencia estar a tu lado y permanecer contigo fortalecidos en la Eucaristía y en la perseverante y diaria oración - relación y diálogo - contigo.
Fortalece nuestra voluntad y perseverancia, Señor, para que sepamos sostenernos firmes y decididos a no desfallecer, en la lucha de cada día, contra las tentaciones y seducciones del mal que amenazan nuestras vidas. Danos la sabiduría y la tenacidad para limpiar nuestros corazones de todas esas impurezas que los contaminan y los invaden de impurezas.
Contigo, Señor, confiamos poder superar todas esas amenazas y tentaciones que tratan de impedirnos permanecer a tu lado y gozas de tu presencia. Gracias, Señor, en ti confiamos. Amén.
martes, 9 de febrero de 2021
GLORIOSA MADRE DE DIOS
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Thomas Merton |
“Gloriosa Madre de Dios, ¿volveré alguna vez a desconfiar de ti o de tu Dios, ante Cuyo trono eres irresistible intercesora? ¿Apartaré alguna vez mis ojos de tus manos, de tu rostro o de tus ojos? ¿Miraré alguna vez a otra parte que no sea rostro de tu amor, para hallar consejo auténtico y veraz y conocer mi camino todos los días y en todos los momentos de mi vida?
Trata como me has tratado a mí, Señora, a todos los millones de hermanas y hermanos míos que viven en la misma miseria que yo he conocido. Guíalos aunque no quieran y ejerce sobre ellos tu enorme influencia, oh Santa Reina de las Almas y Refugio de los Pecadores.
Llévalos a tu Cristo del mismo modo que me llevaste a mí. Illos tuos misericordes oculos ad nos converte, et Jesum, benedictum fructum ventris tui, nobis Ostende: “Vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos y muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre”.
Muéstranos a tu Cristo, Señora, después de nuestro destierro, sí; pero muéstranoslo también aquí y ahora, mientras aún somos peregrinos”.
Thomas Merton
lunes, 8 de febrero de 2021
¡QUE TODA MI VIDA TENGA SU ORIGEN EN TI, SEÑOR!
Quiero moverme, Señor, siempre partiendo de Ti. Como si se tratara de círculos concéntricos y Tú, Señor, fueses en centro de mi vida. De Ti y contigo, Señor, arranca toda mi vida y según tus mandatos quiero yo ordenarla. Pero, mi pobreza se pone de manifiesta cuando aparecen mis apetencias, mis pecado y la indolencia se apodera de mi ser. Por eso, Señor, te necesito y quiero permanecer en todo momento en Ti.
Pero, soy consciente y me doy cuenta, Señor, que estar contigo me exige sostenerme en constante contacto contigo y estar cerca de Ti. Porque, tu cercanía y tu contacto me fortalecen y me llenan de esperanza y gozo. Me dan vida y sanan todas mis dolencias físicas y espirituales. Dan sentido a mis exigencias, a mis esfuerzos y a mis limitaciones y me animan, a pesar de la cruz que mi vida me impone, a seguir tus pasos y estar cerca de Ti. Tan cerca hasta el punto de poderte tocar.
Porque, la Eucaristía es la más grande y hermosa acción de gracia y el momento álgido en el que tocamos al Señor y lo recibimos como alimento corporal y espiritual para tomar fuerzas y luchar contra todas las inclemencias que nos presenta la vida tanto materiales como espirituales. Porque, lo más grave que nos pueda pasar es dejarnos tentar por el Maligno que está pendiente de seducirnos, engañarnos y alejarnos del Señor, porque, alejados de Él quedaríamos a merced del tentador.
Por eso, Señor, consciente del peligro y la amenaza del Maligno, quiero pedirte fortaleza, paz y sabiduría para perseverar, resistir las seducciones del tentador y perseverar con firmeza y paciencia el camino, permaneciendo a tu lado y cerca de Ti en cada momento. Gracias, Señor.
domingo, 7 de febrero de 2021
NO TE CONFUNDAS, LA FELICIDAD NO ESTÁ EN LAS COSAS DEL MUNDO, ESTÁ EN DIOS.
Afanosamente buscamos la felicidad con el trabajo. O dicho de otra forma, buscamos a través del trabajo conseguir riquezas que nos den la felicidad, pero, ni de una u otra forma conseguimos ser felices. Porque, la felicidad no la está en las cosas de este mundo ni tampoco es cuestión de buscarla o pedirla.
Mira, no le pidas a Dios felicidad, vive en su amor y serás feliz. Es ese el secreto que te da eso que todos, unos de una manera y otros de otra, buscamos. Porque, puedes recibir hoy, por la oración de muchos, el milagro de tu curación, pero, sabes que volverá la enfermedad y la hora de la muerte. Y la curación y sanación de tu enfermedad es pasajera y no te dará felicidad permanente. Sí, te alegras en el momento y, quizás, por un tiempo, pero volverá a llegar de nuevo la enfermedad.
Por tanto, la felicidad está en vivir en la presencia del Señor y permanecer siempre a su lado. En, con y por Él todo será vencido y, a pesar de que llegue la enfermedad y la muerte, seremos sanados por su Gracia y para gozar en Él eternamente. Por eso, nuestra misión en este mundo es buscar espacios de paz, serenidad y oración para estar con el Señor, y también para llevarle - estando con Él - a los demás.
Para eso, consciente de que es difícil para y por nuestra naturaleza pecadora, te pedimos, eso sí, Señor, tu fortaleza para sostenernos fieles, firmes y perseverantes en permanecer contigo, abiertos a tu Palabra y disponible para derramar todas tus enseñanzas a los demás. Que te conozcan es nuestra meta y misión, y, para ello, Señor, contamos con tu Gracia y Misericordia. Amén.