Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

viernes, 6 de septiembre de 2013

VIVIR TU VOLUNTAD EN CADA INSTANTE

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Eso es lo que te pido, Señor: "Vivir tu Voluntad en cada instante", porque eso colmará mis deseos y gozos, y me llenará de paz y felicidad. Sé que me es difícil, por no decir imposible, lograrlo con mis solas fuerzas, pero también sé que contigo puedo lograrlo.

En contra, tengo mis debilidades y apegos por mi naturaleza caída. Me descubro pecador e incapaz de merecer tu Gracia, Dios mío, y me siento privilegiado y agradecido por ser foco de tu Amor y de tus debilidades. Gracias por darme fuerza y aliento en el Espíritu de poder decirte, valga la redundancia, gracias.

Experimento que salen de mi boca palabras que no llego a comprender su grandeza ni su alcance. Siento el impulso del Espíritu que me anima y me sostiene, y desata mi lengua, ilumina mi mente y libera mis palabras que parecen brotar desde mi corazón.

Es como si Tú vivieras en mí, y siento miedo por mi pobreza, por mis pecados, por mis miserias, por tanta poca cosa. ¿Cómo puedes quererme tanto, Señor? Jamás lo entenderé, y no me atrevería ni a pensarlo si no fuese promesa de tu Hijo Jesús. 

Señor y Padre nuestro, en Ti espero y pongo todas mis esperanzas y en ti confío. Por eso vivo y camino contra corriente, a pesar de mis tropiezos, debilidades y sufrimiento. Sé que detrás de todo eso estás Tú esperándome y me lleno de gozo y felicidad el saber que llegará el momento de encontrarme entre tus brazos para vivir una vida eterna de gozo y felicidad.

jueves, 5 de septiembre de 2013

¿QUÉ HABLARÍA JESUS?



Hoy el Evangelio empieza diciendo: En aquel tiempo, estaba Jesús a la orilla del lago Genesaret y la gente se agolpaba sobre él para oír la Palabra de Dios, cuando vio dos barcas que estaban a la orilla del lago. Los pescadores habían bajado de ellas, y lavaban las redes. Subiendo a una de las barcas, que era de Simón, le rogó que se alejara un poco de tierra; y, sentándose, enseñaba desde la barca a la muchedumbre.

Y yo me pregunto: ¿Qué habría dicho Jesús? Porque todo lo que enseñaba era escuchado con mucha atención y entusiasmo. Su autoridad y sabiduría maravillaba, y su Palabra era Palabra de Vida Eterna. Por eso, hoy quiero pedirte Señor Jesús, que me enseñes a vivir y cumplir la Voluntad del Padre. Esa Voluntad que Tú has vivido y realizado según Él.

Y esa Voluntad que nos has enseñado para que nosotros también hagamos como Tú. En el Padre nuestro nos lo has descrito muy bien, pero también nos has dado una medida, la misma con la que nosotros vivamos y hagamos con nuestros semejantes. Por eso, Señor, se nos hace el camino muy duro e imposible realizarlo solos. Necesitamos tu Gracia, porque sin Ti nada podemos hacer.

Danos Señor la Gracia de saber y tener la fuerza necesaria de elegir, como Pedro y los demás apóstoles, el camino del verdadero Tesoro que Tú nos trazas cada día.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

SEÑOR, SÉ QUE TÚ PUEDES CURARME



Desde este humilde rincón, Señor, elevo mi pobre oración confiado en que Tú puedes liberarme de mi esclavitud y pereza. Las cadenas de mi humanidad me pesan, y no puedo con ellas. Se me hace cuesta arriba seguirte, escucharte y alcanzar el ritmo de tus pasos. Te busco Señor, pero me canso y pierdo la paciencia de seguirte.

Me duele todo mi cuerpo, pero no tanto mi alma. Esa es mi ceguera, que no veo el dolor de mi alma, sino siento el sufrimiento de mi cuerpo. Y Tú, Señor, aunque curas el cuerpo, también, y más importante, es la curación del alma. Porque de nada me vale curar mi cuerpo si dejo enfermar y perder mi alma. Tú me lo has dicho, y yo lo creo.

Por eso, Señor, hoy te pido que cures principalmente mi alma, aunque el dolor de mi cuerpo me desespere y me atormente. Claro, quiero curar también mi sufrimiento, y te lo pido, pero sé que Tú lo tienes en cuenta y lo que permitas debe estar bien. Sólo te pido tu Gracia para soportar lo que mi cruz me exija soportar, tal y como Tú has hecho por cada uno de nosotros.