Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

miércoles, 1 de abril de 2015

AL EMPEZAR CADA DÍA



Al empezar cada día, Señor, quiero pedirte, primero paz. Porque solo con paz podré estar en condiciones de escucharte, de abrir mis oídos y tranquilizar mi alma para hacer vida tu Palabra en mi pobre y mísera vida. Tú, mi Señor, que al reunirte con tus apóstoles lo primero que les regalaba era la Paz. Esa paz que es condición imprescindible para que nazca el amor dentro de nuestros corazones.

Lo segundo, Señor, llena mi corazón de sabiduría. No la sabiduría que premia el mundo, sino la sabiduría de conocerte, de buscar que tus Sentimientos llenen mi corazón y cultiven en él, el reflejo de tu Amor. Haz Señor que vea el mundo con los ojos llenos de amor, para que todos aquellos que se acerquen a mí sientan tu presencia y no la mía. Haz mi corazón paciente, comprensivo, humilde, suave y bueno.

Y fortaleza, Señor. Es la tercera petición que quiero hacerte para cada día. Fortaleza para soportar la cruz que me toca llevar. Sí, Señor, sé que tengo que llevar mi cruz como Tú hicisteis con la tuya. Y Tú lo hiciste de forma voluntaria y libre, por amor. Para salvarme. Pero yo lo hago buscando mi salvación, porque mi corazón egoísta no piensa sino en eso. Y me pierdo buscando esa salvación en lugares y cosas equivocadas. Soy tan débil que cualquier camino me confunde a menos que me presente el espejismos de la felicidad. ¡Qué pobre soy!

Por eso, Dios mío, te lo repito todos los días, paz, sabiduría y fortaleza, no para ser mejor y más fuerte; no para ser centro y admiración de otros; no, Señor, sino para ser reflejo Tuyo, para parecerme a Ti; para servirte en el servicio a los demás, tal y como Tú has hecho conmigo. Gracias Señor.

martes, 31 de marzo de 2015

EL REGRESO SE HACE DURO Y DIFÍCIL



La vuelta atrás es dura, y cuesta mucho. Diría que todos no pueden volver, que no significa que no puedan hacerlo, porque todos contamos con la Gracia de Dios para poder. Dios quiere a sus hijos, y a todos les da lo necesario para regresar a casa. En la parábola del hijo prodigo, Jesús nos lo deja bien claro.

Otra cosa que la libertad tiene su precio, y la lucha por doblegarla a nuestras propias pasiones y pecados no nos resulta siempre fácil y posible. Cuando decimos que somos esclavos, no lo decimos por decirlo, ni por rellenar la frase. Lo decimos porque estamos encadenados a los apegos y pasiones de nuestro cuerpo. 

Pero lo peor, no es que nos ocurra esto, sino que creamos que podemos salir por nuestros propios pies, y descartemos pedir ayuda. Sobre todo al Señor. Quizás eso fue lo ocurrido con Judas, a diferencia de Pedro. Uno contó solo con sus fuerzas, y el otro, Pedro, lloró su pecado y se confío a la Gracia del Señor.

Cuesta levantarse, humillarse y reconocerse pecador. Cuesta pedir perdón y vomitar toda esa soberbia y orgullo que pudre nuestra alma y endurece nuestro corazón entregándolo al Señor, para que con su Gracia, lo purifique. ¡Cuesta!, ¡claro que cuesta!, pero esa es la prueba de nuestra fe y la esperanza de nuestro amor. Porque Jesús, siendo el Señor, ser rebajó, dejando su condición Divina, para, igualándose con nosotros, morir por nuestros pecados.

Eso, Señor, justifica todos mis esfuerzos, y los deja pagados por tu Amor. Dame, Dios mío, la Gracia de, como Pedro, ser capaz de aguantar tu mirada y, esperanzado, confiarme a Ella para poder llorar mis pecados. Y nunca dejar de acogerme a tu perdón por horribles y miserables que sean mis pecados.

lunes, 30 de marzo de 2015

LA FE NOS VIENE DE DIOS



Muchos somos los que quisiéramos tener fe. La gente acude a las celebraciones litúrgicas, y muchos que quizás no se deciden a ir, o les vence su propia pereza u otras apetencias, en lo más profundo de sus corazones experimentas ese deseo de asistir. Jesús atrae. Ocurrió cuando estuvo en la tierra, y ocurre ahora también cuando su presencia espiritual habita entre nosotros.

Sin embargo, nuestra fe se hace presente en nuestro corazón cuando descubrimos que nos viene de Dios. No somos nosotros capaces de creer, sino, simplemente de intuir y razonar la Mano de Dios en la creación del mundo y de todo lo que lo habita, principalmente el hombre. Pero es la venida de su Hijo Jesús la razón poderosa de su revelación. Jesús nos enseña y descubre el Amor de nuestro Padre Dios.

Jesús nos revela que Dios es nuestro Padre, y nos manifiesta su presencia, libre y voluntaria, por amor del Padre, para nuestra salvación. En Él está la mediación para salvarnos, y por Él somos invitados a creer. Nos da su Palabra, y también sus obras. Muchos creyeron en Jesús al ver a Lázaro resucitado, pero también por todos los milagros y resurrecciones que Jesús hizo a lo largo de su vida humana entre nosotros.

Su testimonio de vida haciendo el bien por donde pasaba y atendiendo, acogiendo, curando, escuchando, comprendiendo, perdonando...etc., nos revela el Amor del Padre. En Él, con Él y por Él recibimos la fe si somos capaces de abrirle nuestros corazones. Un don de Dios que nos lo envía en su Hijo predilecto, y que por la Gracia del Bautismo entra en nosotros.

Un don de Dios que pedimos humildemente y que imploramos pacientemente poniéndonos a sus pies. Danos, Señor, la fe de creer firmemente en Ti, no sólo de palabra, sino también entregando nuestra vida al servicio de los demás. Amén.

domingo, 29 de marzo de 2015

¿CUÁL ES EL SENTIDO DE MI ACLAMACIÓN?



¿Aclamo al Señor porque lo descubro desde mi corazón, o me dejo llevar por las voces que me dirigen y me dicen lo que debo hacer en cada momento? ¿Soy una marioneta o esclavo en manos de aquello sumos sacerdotes, fariseos y escribas, hoy modernos dirigentes que los suplantan para hacer el mismo papel?

Son preguntas que me invitan a la reflexión, antes de levantar mi ramo impulsado como si de un acto inconsciente se tratara. Porque, puede ocurrir que hoy lo aclamo, pero mañana no, y soy indiferente a su Palabra. Por eso, experimento que Jesús es el Mesías, enviado por Dios, para proclamar su Palabra de salvación. Y creo firmemente en Él.

Líbrame Señor de sentirme eufórico dentro de la procesión y actuar por el que dirán y por la emoción. Transforma mi corazón para que mis palabras y mis actos sean consecuencia del esfuerzo de vivir en tu Palabra. Hazme prudente, comedido y solidario con mi sentir y vivir, para que la consecuencia de seguirte sea aceptar ser el último y el servidor de todos.

Porque si es así experimentaré estar entre los que te aclaman de verdad, y no por contagio o emociones. Esa es mi actitud e intención, que pongo en tus Manos, Señor, para que, por tu Gracia, sea el motor y la fuerza que me impulse cada día a vivir en tu Palabra y Voluntad.

sábado, 28 de marzo de 2015

HOY TAMBIÉN LE MATAMOS DESECHÁNDOLO DE NUESTRAS VIDAS



Hoy no le inferimos una muerte cruenta, pero, en cierto modo, le herimos y le matamos cuando le rechazamos con indiferencia, alejándonos de su presencia con nuestras infidelidades y con nuestros pecados. No nos importa Jesús, ni sus Palabras, ni tampoco sus promesas. 

La experiencia nos descubre muchas respuestas que dicen: no me interesa eso, cuando le hablas de la Palabra de Dios. Andamos ciegos buscando en el mundo lo que en él nunca encontraremos. Porque el hombre busca la felicidad y la eternidad, y, por mucho que busque y se afane, nunca las encontrará en el mundo.

Lo que el mundo te puede ofrecer es caduco y vacío. No te llenará plenamente. Incluso la verdadera felicidad siempre te hará sentir insatisfecho, porque el mundo es un camino hacia la plenitud. Estaremos siempre inquietos hasta descansar en la única y verdadera Fuente de Felicidad y Eternidad que está en la Casa del Padre.

Eso que todos buscamos nos lo ofrece Jesús. Sus signos son pruebas que nos adelantan el tesoro que todos buscamos. Lázaro fue resucitado, pero una resurrección que sirvió de signo para que los testigos creyeran, pero tendría que morir a su hora. Más, cuando venga el Señor de nuevo, en su segunda venida, todos resucitaremos para no morir nunca. 

Te pedimos, Señor, que nuestra fe en Ti no descanse, y que se mantenga siempre fiel a tu Palabra, de vida y obra, para que cuando decidas venir por segunda vez, nuestros cuerpos sean levantados para gozar junto a Ti la Gloria que nos has prometido junto al Padre, para toda la eternidad.

viernes, 27 de marzo de 2015

TUS OBRAS TE DESCUBREN HIJO DEL PADRE

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA UNIDA Y DEFENSA DE LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS 




Tú, Señor, has entregado tu vida por los hombres. ¿Y qué hemos hecho los hombres para merecer tan alto precio? Simplemente nada. Te hemos recibido con indiferencia y exigiéndote pruebas para demostrar tu Divinidad. El hombre, la criatura, exigiendo pruebas al Creador. Diríamos que el mundo al revés.

¿Y encima nos atrevemos a coger piedras para apedrearte? ¡Es inaudito! ¡Cuánto amor hay en tu Corazón, Señor, para amarnos tanto, hasta humillarte y pasar como uno de nosotros sin hacer ruido ni alardes de tu condición Divina! Y todavía seguimos empeñados en perseguirte. Y lo hacemos cuando explotamos, condenamos, juzgamos, despreciamos, minusvaloramos, sometemos o no servimos a tus otros hijos. Porque todos somos hijos tuyos.

Por eso, Tú, Padre, nos has hecho hermanos y coherederos con tu Hijos Jesús, de tu Gloria. Y encima te exigimos pruebas. ¿Es qué hay más prueba de amor que la de dar tu Vida por cada uno de nosotros sin pedir nada a cambio, sino para salvarnos? ¿Es qué hay más prueba de amor que morir en una muerte de Cruz para ofrecerte gratuitamente la salvación eterna? 

¿Es qué encima te exijo más prueba? Tú, Señor, que todo lo profetizado se ha cumplido en Ti hasta culminar en la Resurrección, no me tenga en cuenta mis rechazos y protestas, porque soy un pobre pecador. Ablanda mi corazón de piedra y conviértelo en un corazón de carne, capaz de amarte y de servirte en los hermanos.

Acepta, Señor, mi débil fe, y cuéntame entre tus seguidores, y vierte en mi pobre corazón la Gracia de tu Amor para que, transformado por Él, viva según tu Voluntad y tu Palabra. Amén.

jueves, 26 de marzo de 2015

RESIGNADOS A MORIR



Parece mentira, pero es la pura realidad. Hay mucha gente que se resigna a morir. Hay mucha gente que no quieren sufrir. Y no hablamos de eso como si de buscar sufrir se tratara, sino del sufrimiento que la propia vida nos puede deparar. Ese accidente ocurrido ayer en el Airbus germanwings de Barcelona a Dusseldorf lo expresa claramente.

No sabemos el año, ni el día, ni la hora. Ni incluso el cómo o dónde. El dolor y sufrimiento nos viene de repente, y hay que aceptarlo. No queda más remedio. Pero dependerá de cómo lo aceptes para que tu vida continúe con esperanza y sentido. A eso me refiero. Porque de no hacerlo así, terminarás desquiciado, amargado y condenado a morir.

Hay mucha gente desquiciada, amargada y viviendo a toda velocidad. Preocupada por las cosas de este mundo porque no salen como ellas quieren. Mira, las cosas son como son, y aunque algunas puedes evitar y cambiar con tu trabajo, otras no podrás, porque no dependen de ti, o porque, simplemente, tú no puedes cambiarla. Y, lo mejor, es aceptarlas y ponerle mucho amor.

Ese es el sufrimiento que hay que aceptar y encajar. Encajar bien en nuestro corazón, para bien digerido convertirlo en buenos frutos que hagan la vida más llevadera y en paz a los demás. No te empeñes en arreglar la vida a tu manera, sino vivirla según la Voluntad de Dios, y descubrirás que así tiene sentido y todo se ve de otra manera.

Nuestros sentimientos, que no podemos evitar, pero si dominar, nos ponen a prueba cada momento. Sentimientos de todo tipo que tientan nuestra responsabilidad, nuestra justicia y nuestra paz. Sentimientos que muchas veces nos hacen sufrir, y que hay que saber dirigirlos y encarrilarlos por el camino de la responsabilidad y el compromiso.

Las cosas y los acontecimientos están para que sepamos aceptarlos, pero con la esperanza que de ello dependerá nuestra salvación, porque de aceptarlo como nos enseña y propone Jesús, nuestra vida no terminará, sino que será para siempre. Y Jesús tiene autoridad para decirlo, porque en Él se ha cumplido-

Te pedimos, Señor, la sabiduría de creer en tus Palabras, y de esperar, confiados en tu promesa, que nuestras vidas permanezcan en Ti y alcancen la salvación eterna. Amén.