Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

lunes, 7 de diciembre de 2015

FORTALECE Y AUMENTA NUESTA FE, SEÑOR



Es la súplica diaria que tenemos que hacer: ¡Señor, aumenta y fortalece mi fe!, porque sólo Él puede hacerlo y darnos esa luz que nos mantenga firme en su presencia y su Misericordia. Su existencia no nos cabe en la cabeza. Nunca entenderemos su Resurrección, ni tampoco sus prodigios y poder. Por eso se ha hecho Hombre, y, acercándose a nosotros, sencillo, humilde y discretamente, nos ha revelado la locura de Amor de su Padre Dios, y el poder de su Misericordia.

Pero, tenemos su Palabra de salvación, y su promesa de poder hacer tantas cosas como Él, si depositamos nuestra confianza y fe en Él. Para eso se ha acercado a nosotros, para desde su Naturaleza Humana, tal como la nuestra, menos en el pecado, acercarnos a su Padre Dios y revelarnos su Misericordia.

Quizás tengamos parálisis más complicadas que la de aquel paralitico. Parálisis de visión, parálisis de oscuridad, parálisis de odio, de venganza, de suficiencia y de soberbia. Necesitamos el poder del Amor de Dios para curarnos de esas parálisis que inmovilizan nuestras vidas y las dejan muy alejadas del Amor y la Misericordia de nuestro Padre Dios.

Pero, como aquel y los compañeros que lo llevaron a Jesús, tengamos confianza y fe en que Jesús nos recibirá en cualquier lugar. Quizás sea este humilde pesebre de blog, "Un Rincón para orar", quien te esté llevando a la presencia del Señor. Al menos esa es su intención, para que puedas presentarles tus parálisis que te impiden seguirle y amarle en el servicio concreto a los hermanos.

Pidamos esa Gracia, y pidan por mí, porque todos corremos el peligro de confundirnos, de dejarnos tentar por las ofertas de este mundo y perder nuestra fe y esperanza en el Señor. Pidamos por todos los blogueros, por la Asociación de Blogueros con el Papa, por todos nosotros, para que la Gracia del Señor nos ilumine y nos ayude a preparar el Camino de salvación en este tiempo de Adviento. Amén.

domingo, 6 de diciembre de 2015

PREPARANDO EL CAMINO



Preparemos los caminos
ya se acerca el Salvador
y salgamos, peregrinos,
al encuentro del Señor.

Ven, Señor, a libertarnos,
ven tu pueblo a redimir;
purifica nuestras vidas
y no tardes en venir.

El rocío de los cielos
sobre el mundo va a caer,
el Mesías prometido,
hecho niño, va a nacer.

Te esperamos anhelantes
y sabemos que vendrás;
deseamos ver tu rostro
y que vengas a reinar.

Consolaos y alegraos,
desterrados de Sión,
que ya viene, ya está cerca,
él es nuestra salvación.


6 de diciembre de 2015, 
II domingo de Adviento. Ciclo C.
Oración de la mañana (laudes) 

sábado, 5 de diciembre de 2015

AUMENTA NUESTRA FE Y PURIFICA NUESTRAS OBRAS




Pensar que ser cristiano y discípulo de Jesús se concreta y termina en rezos y prácticas religiosas, es una falsa e inmadura fe. Eso es lo que hacían los fariseos, aparentar con las prácticas religiosas, y luego vivir según sus criterios e intereses. Es decir, cumplir con unos preceptos y, luego, organizar sus vidas según ellos mismos.

Es algo que se cae por sí mismo. Seguir a Jesús no consiste en unos rezos y prácticas, porque Él no busca cumplidores, sino servidores por amor. Seguir a Jesús es, humildemente, ponerse a su servicio sirviendo a los demás por amor. Tal y como Él ha hecho con cada uno de nosotros. Y, claro, por eso necesitas estar muy unido a Él. 

Para eso necesitas hablarle mucho (oración); para eso necesitas conocerle a través de su Palabra, y escucharle en el silencio reflexivo y atento de tu corazón. Y poner en prácticas sus enseñanzas. Sin olvidar nuestra pobreza y humildad para tan alta misión. Necesitas, mejor, necesitamos pedirle fuerza para cumplir su Voluntad.

Dame, Señor, fortaleza para comunicar tu Palabra, poder de hacerla salvación en los hombres que la escuche, sanándoles sus dolencias, y sabiduría de enseñarla como Tú lo has hecho. Amén.

viernes, 4 de diciembre de 2015

VER PARA CREER

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR,08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA UNIDA Y DEFENSA DE LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS




Muchos suelen decir que necesita ver para creer. Incluso manifiestan que no ha venido nadie para contarlo ni para demostrarlo. Y es que cuando queremos permanecer con los ojos cerrados nos basta con negarlo todo. De esa forma, podemos decir que hay muchos que ven, pero permanecen ciegos, porque no ven lo que verdaderamente importa ver.

Es lo que sucedió con aquellos dos ciegos. Sus ojos mundanos estaban cerrados a la luz del mundo, pero abiertos a la luz de la Gracia. Vieron la Divinidad del Hijo de Dios, y creyeron en Él. Así sus ojos, no sólo se abrieron a la luz del mundo, sino que también vieron la verdadera Luz de salvación.

La fe supone fiarse y confiar. Necesitar ver para creer es lo mismo que decir que no tienes fe, porque lo que se ve no necesita fe. Ya lo estás viendo. La fe en ese momento no tiene ningún sentido. Sobra. Tener fe es dar un margen de confianza y creer ciegamente en una determinada persona. En este caso hablamos de la fe en Jesús, el Hijo de Dios hecho Hombre.

Aquellos ciegos creyeron en Jesús, y esa fe les movió a buscarlo y a pedirle que les devolviera la vista. Y así sucedió. ¿Tú y yo creemos también que Jesús nos puede devolver la vista? La vista que nos haga ver la única y verdadera Luz que nos salva?

Es eso lo que queremos pedirle hoy. Danos, Señor Jesús, la luz que nos permita verte y confiar en Ti. Aumenta nuestra fe y mueve nuestro corazón para que no cese de buscarte en todos los momentos de nuestra vida. Danos, Señor, un corazón sencillo y humilde que, como la cierva que busca agua fresca, no cese de buscarte hasta saciarse en tu Amor. Amén.

jueves, 3 de diciembre de 2015

DAME, SEÑOR, LA FORTALEZA DE TU GRACIA



Evitarnos molestias nos empuja a desvincularnos de circunstancias grupales y de comunidad que nos sirven para fortalecer nuestra fe. También huimos de comprometernos, y en esos grupos el compromiso se hace necesario, pues de no contraerlo nos descubre y delata. La fe compartida se fortalece, pero nosotros optamos por encerrarnos en nosotros mismos y cerrar las puertas de nuestro corazón a Dios, y, por supuesto, también a los demás.

De esa manera nos quedamos solos y a merced del poder del demonio, que jugará con nosotros. La comodidad es una basa que aprovecha muy bien el diablo para esclavizarnos y someternos. Por eso, Señor, aprovechamos el Evangelio de hoy para suplicarte que, con y por tu Gracia Misericordiosa, nos libere de la inclinación a la comodidad y demás pasiones que habitan, conviven y duermen dentro de nuestros corazones hasta la segunda venida del Hijo de Dios, nuestro Señor Jesús,, que nos liberará plenamente de toda esclavitud y pecado.

Gracias, Señor, por tantos regalos y tanta Gracia y Misericordia que nos ofrece, y por la salvación eterna en plenitud de gozo, dándonos la oportunidad de, abriéndonos al amor a Ti y a los hermanos, aguardar esperanzados con gozo.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

LA NECESIDAD DE COMPARTIR



Solemos decirlo con cierta facilidad, pero a hora de rascarnos el bolsillo el corazón se endurece, y, no sé por qué, nos cuesta mucho dar, y más si cabe, darnos. Posiblemente será porque nuestra naturaleza está tocada por el egoísmo y la comodidad, y queremos asegurarnos ante el riesgo de padecer y sufrir. Eso nos inclina a cerrarnos y resguardarnos.

Sin embargo, no nos ocurre lo mismo cuando se trata de nuestra familia, precisamente cónyuge e hijos. Ahí nuestro corazón está más desprendido y dispuesto a dar y darse, incluso hasta la última gota de nuestra sangre. Pero, conocedor nuestro Señor Jesús de nuestro corazón, nos exhorta a hacer eso, no sólo con nuestros familiares y amigos, pues esa tendencia se produce también en los demás, sin necesidad de seguir a Jesús, sino también con nuestros enemigos. Y ahí está la diferencia y la esencia cristiana del amor.

Posiblemente, en aquella multitud de gente habría muchos que no seguían a Jesús sino por el interés material de ser curados, e incluso con la esperanza de que le dieran de comer. Hoy sucede también lo mismo. Muchos se acercan a la Iglesia con esa intención. Pero, Jesús, nos ánima a amar sin condiciones ni banderas, a todos por igual, y de manera especial a los enemigos.

Y eso te queremos pedir hoy, Señor. Sabemos lo que nos cuesta dar, incluso a los nuestros también. Dar significa un poco morir, renunciar a nuestros proyectos y gustos. Dar significa volver a quedarte desnudo y desguarnecido, tanto económicamente como de tu tiempo, tus cosas y tus apetencias. Dar significa dejar tus proyectos para entregarte y servir a los que te necesitan. Y eso nos duele y nos cuesta.

Danos, Señor, esa Gracia generosa, y enciende nuestro amor para que seamos corrientes de agua fresca que se derrama en los demás. Danos la capacidad de experimentar gozo y alegría, y de sentirnos fuertes y animado, a pesar de nuestras heridas y apegos, para dar y darnos sin desfallecer ni abandonar. En Ti, Señor, confiamos. Amén.

martes, 1 de diciembre de 2015

CUANDO DAMOS GRACIAS SOMOS HUMILDES



No se puede dar gracias si no te abajas y experimentas la humildad. Sólo da gracias aquel que se siente humilde y necesitado, porque dar gracias es reconocer que estás agradecido por lo que has recibido. Bien, es verdad, que esa acción de gratitud va sentida y nacida desde el corazón, porque se puede aparentar estar agradecido y sólo hacerlo desde una actitud de cumplimiento.

Jesús se siente agradecido al ver a los discípulos alegres y exultantes de gozo después que han tenido la primera experiencia de proclamar la Palabra. Y, alegre y lleno de Espíritu Santo, da gracias al Padre por revelar estas cosas a los sencillos y humildes.

También lo hacemos nosotros unidos a Jesús y en su Nombre. Gracias Padre por darnos a tu Hijo y, hecho Hombre, estar tan cercano para compartir con nosotros. Gracias, Padre, por entregarnos tu Hijo, para que, con su Muerte de Cruz quede saldada nuestra deuda pecadora y podamos ser digno hijos Tuyos. Gracias Padre porque no nos lo merecemos.

Gracias, Padre, por darnos un corazón pobre, sencillo y humilde para abrirnos a tu Gracia, y llenos de tu Espíritu, podamos, como tu Hijo Jesús, exultar de alegría y de gozo cuando, con nuestra vida y palabra, demos testimonio de tus enseñanzas. 

Sin embargo, Padre, sabemos que el camino es angosto y difícil de recorrer. Y reconocemos nuestros fallos y debilidades, y tememos decepcionarte y fracasar. Infunde en nosotros ese espíritu de sabiduría y voluntad, para no desfallecer ni abandonar el camino por difícil que se nos ponga. Gracias por tu compañia y por la fuerza que nos infunde en el Espíritu Santo. En Él nos confortamos y nos llenamos de paciencia y esperanza.Amén.