Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

lunes, 24 de octubre de 2016

CONFIESO MI PECADO

No puedo excluirme, porque muchas veces vivo mi tiempo en función de mis gustos y placeres. Y el domingo lo he utilizado para aprovecharlo según mis intereses. No creo que tenga mucha diferencia con los hipócritas de aquel tiempo. Por eso, aprovechando tu Palabra del Evangelio de hoy, quiero, Señor, pedirte que pongas en mi corazón el anhelo de reservar un tiempo especial para Ti.

Pero, no sólo el domingo, que es un tiempo muy importante, porque es el comienzo de la semana y el día de tu Resurrección, sino cada día de mi vida, porque de las veinticuatro horas que tiene el día, puedo dedicarte un instante al menos, para estar contigo. Y también el domingo, pero sabes que estos tiempos modernos que me ha tocado vivir, muchas profesiones utilizan el domingo para trabajar. Y, curiosamente, es el día que más movimiento tienen en sus trabajos.

De todos modos, Señor, lo verdaderamente importante es tener un espacio de tiempo e íntimo contigo, y que tu Palabra vaya horadando mi corazón hasta hacerte un lugar dentro de él. De modo que su palpitar vaya a tu ritmo, siguiendo tus pasos e intenciones de amor. Sé que eso hará que te busque y que pase contigo buenos ratos. Quizás no sean el domingo, pero sé que Tú me entiendes y no te niegas a estar conmigo un lunes o cualquier otro día, y todos los días en los momentos especiales que puedo parar y aparcar todo lo demás para hablar y reflexionar contigo.

Quiero pedirte que me ayudes a intimar contigo y que ocupes el primer lugar en mi vida. Quiero pedirte que mi rumbo sea tu Rumbo y que Tú seas el Patrón de mi humilde barca. Quiero pedirte perdón, como lo hizo ayer aquel publicano arrepentido y humillado. 

Y quiero pedirte y suplicarte que tomes mi vida y me arranques mi corazón podrido, endurecido y calloso de los apegos y apetencias de este mundo y pongas en su lugar un corazón tierno, suave, renovado, de niño dócil a tu Palabra y dispuesto a tenerte como el mejor amigo y lo primero de mi vida. Amén.

domingo, 23 de octubre de 2016

DAME UN CORAZÓN SINCERO Y HUMILDE

Sin darnos cuenta, corriendo deprisa y sin saber exactamente el recorrido de nuestra vida, pensamos en esconder todas nuestras faltas, y disimular nuestros pecados. Nos importa quedar bien para conseguir lo que nos hemos propuesto. Ni siquiera descubrimos que los afanes por conseguir cosas no tienen mucho sentido, porque las cosas desaparecen, son caducas.

Hoy, si nos paramos y pensamos, recordamos todas las cosas que hemos tenidos, ¿y de qué nos han servido? Sí, posiblemente nos han sido útiles, pero, ¿tanto afán era necesario? ¿Tanto valor significaban esas cosas que me enfrentó con mi familia? Y podemos, reflexionando, tirar de nuestra propia manta.

Todo saldrá a la luz y toda se conocerá. Eso tiene sentido y es lógico. La mentira tiene sus días contados, y con ella el engaño. La verdad descubrirá todo lo que se esconda en la mentira. Por lo tanto, las apariencias sirven de poco y el no reconocernos como somos servirá aun menos. Vivir en la altivez y la suficiencia, creyéndote mejor que otros es vivir auto engañado. 

Todos tenemos defectos, cometemos errores y pecamos. Somos esclavos del egoísmo y del error, pero también del orgullo y la soberbia. Y nos cuesta abajarnos con humildad. La parábola del fariseo y publicano es una muestra y retrato de como somos realmente. Nuestro Señor Jesús, el Hermano Mayor, nos conoce y nos retrata. Y nos aconseja que, sólo con humildad, seremos capaces de alcanzar la Misericordia del Padre.

Pidamos, pues, ser humildes y capaces por tanto de postrarnos, como aquel publicano, ante el Señor, y pedirle, con todo nuestro corazón y avergonzados de nuestras miserias, su perdón. Pedirle su compasión porque nos reconocemos pecadores. Amén.

sábado, 22 de octubre de 2016

FORTALECIDOS Y ESPERANZADOS EN TU PACIENCIA Y MISERICORDIA

Gracias, Señor, por tu Paciencia y tu Misericordia. ¿Qué sería de mí sin ellas? Mi vida, mi pobre vida no merece tanta paciencia y, menos, misericordia. Mis pecados me impiden dar frutos. Soy víctima de mis pasiones, de mis apetencias y esclavitudes; de mis egoísmos. 

Soy higuera estéril que no da frutos e indigna de merecer perdón y misericordia. ¿Qué más puedo decir? Sin embargo, por la Misericordia de Dios, me siento reconfortado y esperanzado. Tus Palabras de hoy, Señor, no sólo accedes a darme más tiempo, sostienes mi vida, sino a darme la Vida de la Gracia contenida en y por tus sacramentos.

Así, alimentado con tu Cuerpo y Sangre, bajo las especies del pan y vino, puedo fertilizar y alimentar mis raíces y dar esos frutos que Tú esperas recoger de mí. Gracias, Señor, porque tu Misericordia me sostiene y me fortalece. Gracias, Señor, porque tu Infinita Paciencia me da la oportunidad de recuperarme, de levantarme y de reiniciar el camino que tu Infinita Misericordia me regala.

Gracias, Señor porque eres el agua viva que riegas mi vida y que la fertilizas con los frutos que nacen de tu Amor. Amén.

viernes, 21 de octubre de 2016

DANOS SABIDURÍA, SEÑOR, PARA ALUMBRAR NUESTRA VIDA SEGÚN TU PALABRA

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS



Cada día trae sus afanes y sus inquietudes, pero nosotros acostumbramos a fijarnos en el tiempo y mirar a ver que nos dicen las nubes. Con la experiencia sabemos interpretar y sospechar cuando amenaza lluvia y cuando no. Sin embargo, los acontecimientos de nuestra vida los tratamos de resolver desde nuestros conocimientos e intereses. ¿Por qué no miramos y reflexionamos la Palabra de Dios? Es ella la que alumbra nuestra vida y la que le da sentido y orientación.

Lo mismo que nos guiamos por el parte meteorológico, para discernir sobre el tiempo, debemos leer y escuchar la Palabra de Dios para, reflexionando, encontrar caminos de luz y de discernimiento. Para que impere en nosotros el sentido común y las buenas intenciones. Discernir los acontecimientos de nuestras vidas es absolutamente necesario, pero hacerlo desde la Palabra de Dios y abandonados a la acción del Espíritu Santo, para descubrir lo que es justo y verdadero.

Pidamos al Espíritu de Dios esa capacidad de discernimiento, de consejo, de inteligencia, de sabiduría, de capacidad de oración, de caridad y amor. Pidamos que no apartemos nuestros oídos de la escucha atenta de su Palabra y nuestros ojos de su lectura serena, reflexiva y en Manos del Espíritu Santo. Amén.

jueves, 20 de octubre de 2016

QUIERO, SEÑOR, QUE MI CORAZÓN ARDA DE AMOR COMO EL TUYO

Eso es lo que quiero, Señor, arder de deseos de amar y contagiar al mundo en el que vivo de esa clase de amor. Pero se me hace difícil, costoso y casi imposible lograrlo. Mi corazón no logra arder lo suficiente para prender a otros. Peor, se enfría y amenaza con apagarse él. Por eso, Señor, recurro a Ti y confío en Ti.

En Ti, Señor, pongo todas mis esperanzas y todas mis fuerzas. Descanso todas mis batallas y luchas que, siendo infructuosas, apoyo en tu Palabra y tu Poder. Recuerdo esos consejos que me dabas haces días, Lc 18, 1-8, y me esfuerzo en ser constante y perseverante en pedirte cada día las fuerzas y voluntad que necesito para sostener mi corazón prendido del tuyo y también quemar a todos aquellos de buena voluntad que se acerquen a mí.

Danos, Señor, la virtud de la perseverancia para no desfallecer a pesar de no ver los frutos y experimentar que el mundo va peor cada día. Danos la confianza y la esperanza de sabernos escuchado, atendidos y protegidos por Ti, y la fortaleza de no abandonarnos ni rendirnos en manos de los enemigos que quieren apara el fuego de amor de nuestros corazones.

Esa es nuestra oración de hoy. Unidos todos los que pasemos por este humilde rincón, y tomados de la mano, elevemos nuestras oraciones al Señor para que el mundo, prendido del fuego de amor del Señor, sea capaz de vivir en paz, justicia, fraternidad y verdadero amor como el Padre y el Hijo viven. Amén.

miércoles, 19 de octubre de 2016

¡CUIDADO!, PORQUE PODEMOS SER SORPRENDIDOS

Es fácil confundirse y olvidarse de que lo que soy y he recibido es para servicio y bien de todos. Y es fácil porque también se hace difícil entenderlo. Descubrir que esas habilidades, inteligencia o dones que tengo, que sobre salen por encima de los demás, no son para mi provecho y lucimiento, sino para administrarlo en el bien y provecho de los que más lo necesiten.

Realmente, cuesta bastante entenderlo y, más todavía, ponerlos al servicio de la comunidad. Sí, cuesta, porque pensamos que nos lo merecemos; sí, cuesta, porque creemos que, por el empeño y voluntad que hayamos puesto en educarlos y perfeccionarlos, son nuestros y nos lo merecemos. Sólo, en el atardecer de nuestra vida empezamos a entender que todo nos viene y procede de nuestro Padre Dios.

Y hoy, el Señor, nos lo dice y recuerda en este Evangelio. Somos simples administradores, y vendrá, cuando menos lo pensemos, a ver la obra de nuestra administración. Y según nuestro trabajo nos recompensará. Sabemos lo frágil y débiles que somos, y que estamos inclinados a dejarnos llevar por las ofertas, placeres y sugerencia de este mundo. La tentación está siempre en la puerta esperándonos.

Pidamos fuerza y sabiduría para no caer. Pidamos que nuestra voluntad, edificada sobre roca, nos sostenga y nos dé la consistencias necesaria para perseverar y actuar siempre honestamente y rectamente según la Voluntad del Señor. Pidamos mesura y conocimiento para saber que somos simples administradores de todo los dones recibidos, y que nos han sido dado para servir y evangelizar a aquellos que, quizás, no le conocen.

Y en la medida que lo hagamos, ganaremos la confianza y el premio que el Señor nos ha prometido. Tal es encontrar la paz y el gozo eterno junto a El. Unamos nuestras manos y elevemos nuestras oraciones juntos a María, la Madre misericordiosa, que nos cobija y nos sirve de intermediaria para acompañarnos por el camino que nos lleva a encontrarnos con su Hijo. Amén.

martes, 18 de octubre de 2016

PROCLAMAR PARA CONOCER


Bien es sabido que lo que no se conoce no se puede querer ni desear. Es necesario saber que existe tú para que el yo te quiera. Y la razón de proclamar la Buena Noticia de salvación es para que los hombres la conozcan y la puedan buscar y desear. El sentido común nos lo razona claramente.

Sería injusto y absurdo que teniendo una oportunidad, nuestra vida, para salvarnos, la desperdiciemos por ignorancia y desconocimiento. Además, estando esa huella de salvación dentro de nuestro corazón. Por eso, necesitamos que se nos anuncie y se nos explique, para, conociéndola, podamos amarla y poder salvarnos. Y esa es la misión de nuestro Señor Jesús, que ha dejado en sus apóstoles como continuadores después de su Resurrección a los Cielos.

Por eso, el cristiano se siente responsabilizado a dar testimonio de su fe. Una fe que se sugiere, que se ofrece, que se propone y que se comparte. Una fe que se da a conocer libremente, para que tú, también de forma libre, elijas tomarla o dejarla. Sin imposiciones ni presiones. Desde la libertad de decidir y elegir por ti mismo. Y así es, observamos que muchos, libremente y por su propia voluntad, la rechazan. Y son respetados. Jesús también los respetó.

Pero eso no nos exime de compartirla y anunciarla. Porque a todo aquel que le sea anunciada le será también cargada su responsabilidad de aceptarla o no. De momento sabemos que aquí no nos quedamos, y que luego nos reuniremos con el Padre. Sí, muchos no lo creen, pero llegará el día. Y es esa la hora donde se nos pedirá cuenta de nuestra responsabilidad.

Pidamos al Señor la fortaleza, la sabiduría y la paz de recibir la luz de la Verdad y de saber proclamarla y llevarla, ofreciéndola con libertad y voluntariamente a todos aquellos que, libremente, decidan abrazarla. Amén.