Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

lunes, 14 de noviembre de 2016

¡¡¡QUIERO VER, SEÑOR!!!


Himno
Mis ojos, mis pobres ojos
que acaban de despertar
los hiciste para ver,
no sólo para llorar.

Haz que sepa adivinar
entre las sombras la luz,
que nunca me ciegue el mal
ni olvide que existes tú.

Que, cuando llegue el dolor,
que yo sé que llegará,
no se me enturbie el amor,
ni se me nuble la paz.

Sostén ahora mi fe,
pues, cuando llegue a tu hogar,
con mis ojos te veré
y mi llanto cesará. Amén.

domingo, 13 de noviembre de 2016

NO ES CUESTIÓN DE TOMARSELO INDIFERENTE

Nadie va al cielo obligado, ni tampoco al infierno. Uno u otro viaje tienes que elegirlo y donde te encuentres al final de esta vida será por tu propia elección. Estamos todos avisados. El Señor nos ha ido diciendo lo que va a ocurrir y hoy nos habla claramente, como siempre, sobre lo que va a pasar antes del final. 

«Esto que veis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea derruida». Le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo sucederá eso? Y ¿cuál será la señal de que todas estas cosas están para ocurrir?». Él dijo: «Mirad, no os dejéis engañar. Porque vendrán muchos usurpando mi nombre y diciendo: ‘Yo soy’ y ‘el tiempo está cerca’. No les sigáis. Cuando oigáis hablar de guerras y ... Lc 21, 5-19.

Todo saldrá a la luz y todo se sabrá. Será emocionante ver todo lo que se ha querido ocultar. También nuestros propios pensamientos, defectos y pecados. De nada vale ocultarlos y, ahora, simplemente con verdadero arrepentimiento y confesión podemos borrarlos para siempre. Pero, más emocionante será vernos a un lado u otro del Señor, porque ese destino, elegido por nosotros, será para siempre. Y si no estamos con el Señor será terrible para nosotros.

Por eso, pidamos ahora la sabiduría y la fortaleza de caminar por los caminos, valga la redundancia, que el Señor nos propone, aceptando todas las pruebas y obstáculo que tratan de impedirnoslo. Seamos paciente y tengamos fe en su Palabra y su Amor Misericordioso. 

sábado, 12 de noviembre de 2016

LA MEJOR ORACIÓN ES PERSEVERAR

Nuestro Padre Dios sabe todas nuestras necesidades, y también nuestros problemas y obstáculos. ¿Cómo no los va a saber si venimos de Él? Él nos ha creado y sabe quienes somos y como somos. Poco podemos mejorar y, menos, sorprenderle en nuestras oraciones. Sin embargo, una cosa le gustara, nuestra insistencia y perseverancia.

Entre otras cosas porque esa perseverancia descubre nuestra fe y nuestra confianza. Sin fe no se puede sostener la oración, y, menos aún insistir. Aquella mujer sostuvo su fe en la insistencia y perseveró hasta que aquel juez terminara atendiéndola. Para nosotros será incluso más fácil, porque Jesús, el Hijo de Dios, nos lo dice y nos invita a perseverar con insistencia y perseverancia en la confianza y seguridad que nuestro Padre nos responderá. Y es que un Padre siempre responde, ¡cuánto más nos responderá nuestro Padre Dios¡ 

Pidamos al Padre, en la confianza y fe en su Palabra, que nos de la sabiduría, la fortaleza y la paz para, sin dejar de permanecer unidos y perseverantes en la oración, sostenernos en su Palabra y confiar en la acción del Espíritu Santo, que nos ha sido enviado para asistirnos y darnos la fortaleza. Amén.

viernes, 11 de noviembre de 2016

EL MOMENTO FINAL

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS

Siempre hemos oídos decir que el que ríe el último ríe mejor. No cabe duda que es así, porque de nada vale pasarlo bien primero para luego sufrir eternamente. Eso es lo que nos viene a decir el Evangelio de hoy. Y no nos lo dice para asustarnos, sino todo lo contrario, nos lo dice para que estemos alerta y preparados.

Y eso es lo que hoy te queremos pedir, Señor, la fuerza y la sabiduría de prepararnos para ese momento final de nuestra vida y para ese tiempo en el que Tú Gloria se manifieste. Todo lo demás no vale para mucho, sino es para ganar tu Misericordia. Son ganancias efímeras y caducas, y eso les quita todo su valor. La prueba es que todos deseamos amar y ser amados. La prueba es que el verdadero amor que nos llena no nace del placer sino de la entrega y el darse en servicio por el otro. Ese es el amor que nunca muere.

Pero si entendemos por amor el recibir placer y gusto nos descubrimos como egoístas. Y eso todos lo rechazamos, aunque todos caemos en él. Porque somos pecadores y débiles. Por eso te pedimos, Señor, fortaleza y sabiduría para permanecer firmes, preparados y dispuestos a tu venida.  Y estar desapegados para no quedar atados a las cosas de este mundo sino disponibles a tu llamada y a tu venida.

Queremos y te pedimos, Señor, que nos des un corazón apasionado por buscarte y por amar al mundo tal y como Tú lo has amado, dándote, por amor, para salvarlo. Queremos, Señor, estar entre los elegidos cuando Tú decidas tu segunda venida. Queremos esperarte fortalecidos en tu Espíritu, y te pedimos esa Gracia para sostenernos firmes y vigilantes a tu venida. Amén.

jueves, 10 de noviembre de 2016

ESPERANDO TU SEGUNDA VENIDA

Cada día es un día más que pasa, pero, quizás sea también un día menos que falta para tu regreso, Señor. No sabemos si estaremos presente en ese momento, pero si sabemos, y esperamos confiados en tu Palabra que vendrás a buscarnos para llevarnos a esa mansión que nos has prometido. Y nos despertarás si estamos dormidos para, resucitados en Ti, emprender ese viaje celestial a esa morada de plenitud y felicidad eterna que nos tienes preparada. Gracias, Señor por tanta Gloria y tanta Misericordia.

Por eso, te pido fuerza, sabiduría y voluntad para no desistir ni un ápice en sostenerme preparado cada día que pasa de mi vida. Preparado en esforzarme en vivir la presencia de tu Reino entre nosotros. Porque Tú vives en cada uno de nosotros en la medida que te abrimos nuestros corazones y nos esforzamos en hacer de este mundo, un mundo de justicia, de amor y de paz.

Tú, Señor, estás entre nosotros. Te haces presente y te das en sacrificio en cada Eucaristía que es celebrada por tu amor. La noche de la última cena, antes de tu Pasión, nos lo dijiste: "Hagan esto en memoria mía", y cada día ese memorial de tu sacrifico es celebrado y alimenta nuestras almas. Así queremos estar hasta que Tú decidas regresar. No sabemos el día ni la hora, y como nos dices hoy: «El Reino de Dios viene sin dejarse sentir. Y no dirán: ‘Vedlo aquí o allá’, porque el Reino de Dios ya está entre vosotros». 

Te esperamos, Señor. Y queremos hacerlo como Tú nos has dicho, tratando de amarnos y trabajando por hacer de este mundo, un mundo de justicia, de verdad, de amor y de paz entre todos los hombres. Sabemos de nuestras debilidades y flaquezas, pero confiamos que el Espíritu Santo nos asista y nos de todo lo necesario para sostenernos en tu confianza, en tu amor y esperanzados en tu venida. Amén.,

miércoles, 9 de noviembre de 2016

LUGAR DE ENCUENTRO Y ORACIÓN

No cabe duda que el templo es lugar de encuentro y oración. Lugar de encuentro con los hermanos en la fe, pero principalmente con el Señor. Es Jesús el verdadero protagonista. Es el Señor que se ofrece en sacrificio por y para la purificación de nuestros pecados y por nuestra salvación. Y es un lugar sagrado que debemos respetar y guardar respeto y silencio. Porque no estamos solos, y porque vamos a encontrarnos con Jesús, el Mesías, el salvador y redentor del mundo.

Es posible que no podamos evitar unas palabras de saludo y de alegría al encontrarnos con otros hermanos en la fe, pero debemos tener presente que el templo es la Casa donde, reunidos, está Jesús con nosotros. Y respetar el silencio para los demás y para lograr un espacio de recogimiento y de escucha a nuestra oración con el Señor. No podemos convertir ese espacio y lugar en un lugar, valga la redundancia, de charla, de chismorreos o de saludos. Quizás nos ocurra lo mismo que vivió Jesús en su tiempo.

Pidamos al Señor que tengamos presente esa actitud de recogimiento y de silencio. Pidamos al Espíritu Santo que nos alerte de que no estamos solos y de que hay mucha gente que va a hablar y pedirle al Señor por sus problemas e inquietudes. Pidamos que nos comportemos con respeto hacia los demás y guardemos el debido silencio. El templo es un lugar de silencio y oración.

Tomemos conciencia de que somos templo del Espíritu Santo y que en cada uno de nosotros está el Espíritu de Dios. Somos pues templos y cuando nos reunimos diríamos que formamos el gran templo de unidad que somos todos. Todos formamos la Iglesia, que es la reunión de todos los templos humanos donde vive el Señor. Por eso debemos guardar respeto y dejar que en el silencio cada uno deje escapar y derramar su oración personal con el Señor, para luego participar también en la comunitaria.

Pidamos esa Gracia y que con nuestra actitud de respeto y silencio cada día nuestros templos sean verdaderos espacios de recogimiento y de oración. Amén.

martes, 8 de noviembre de 2016

¿MERECEDORES DE RECOMPENSA?

Se nos atraganta el corazón cuando nos encontramos con personas que se consideran merecedoras de halagos, honores y agradecimientos. Personas que, por su habilidad, riqueza o situación se creen en y con derechos a que le vayan poniendo alfombras y tirando flores a su paso por el mundo. Se creen superiores y merecedores de recompensas. Ignoran de dónde le vienen sus habilidades, riqueza o talentos. 

El problema es que todo lo valoran y a todo le ponen precio. Incluso al asalariado que ya está pagado con su trabajo. Ellos esperan siempre la recompensa a su caridad, misericordia o protección. Son los bienhechores de los pueblos o países. Muchos premios se reparten a lo largo del año donde se recompensa la labor de muchas horas de trabajo en bien de todos.

Pero la cuestión que hoy nos lleva a esta reflexión es que, independiente de que esos premios o recompensas sirvan de estímulos y acicates para ayudar y seguir impulsando el trabajo de los hombres y mujeres, lo importante es darnos cuenta que el trabajo bien hecho ya está premiado. Está premiado con nuestro salario, y es nuestro deber. No merecemos más ni propina de ninguna clase, porque simplemente has cumplido con lo que debías hacer.

Y eso es lo que nos revela el Evangelio de hoy. No esperes propina por todo el bien que hagas, porque lo has recibido gratuitamente y de la misma forma tienes y debes darlo. Nuestra recompensa está en el Cielo y será el Señor, nuestro Padre, quien nos dará lo que, por amor, Él ha establecido por revelación de su Hijo, el Señor Jesús. 

Por lo tanto, Padre bueno, te pedimos que conviertas nuestros corazones apegados y egoístas, que buscan y esperan recompensa, en corazones entregados, dados al servicio y sin ningún interés. Que podamos experimentar el gozo, la paz y la alegría de darnos gratuitamente sin esperar nada a cambio, porque sólo el estar en tu presencia será la dicha eterna que colmará todas nuestras ansias de felicidad. Amén.