Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

miércoles, 7 de diciembre de 2016

SÓLO EN TÍ, SEÑOR, DESCANSAREMOS

No hay otra posibilidad por mucho que nos lo propongamos. No podremos descansar en nuestros egoísmos, vanidades y anhelos sino solamente en el Señor. Las referencias que tomamos del mundo no nos llenan ni nos satisfacen plenamente. La vida nos arrastra y cuando creemos haber encontrado la solución o la cima de nuestra paz y descanso, caemos en nuestra propia trampa. 

Nuestra vanidad, orgullo, soberbia y egoísmo nos destruye y nos abate. La paz sólo está en el Señor. Él es nuestro descanso, y así nos lo promete en el Evangelio de hoy: "Venid a Mí los que estáis cansados y agobiados, y Yo os aliviaré" Y eso queremos y te pedimos hoy, Señor, la sabiduría y la fortaleza para no desfallecer y descansar de todos nuestros fracasos y pecados en Ti. Porque Tú nos salvas y nos liberas de todas nuestras debilidades y frustraciones.

Danos la perseverancia para saber esperar y sostenernos en espera paciente hasta que Tú, Señor, decidas venir para salvarnos. Porque está vida, Señor, sin Ti se hace rutina y absurda. No valdría la pena ni vivir ciento de años, pues nos cansaríamos de lo mismo y no entenderíamos la misma vida que va evolucionando y avanzando. Quedaríamos marginados y desubicados de nuestra misma realidad, porque el tiempo y la ciencia nos superarían y quedaríamos fuera de lugar.

No tenemos otro destino sino descansar en Ti, Señor e igual que de Ti hemos salido, a Ti regresaremos. Y eso esperamos y en esa esperanza apoyamos nuestra vida, que, entonces, cobra todo su sentido y realidad. Eso, llenos de esperanza y confianza te pedimos, Señor. Amén.

martes, 6 de diciembre de 2016

¿TENDRÉ QUE PERDERME PARA VERME ENTRE LAS OVEJAS PERDIDAS?

En la mayoría de las veces no nos vemos perdidos sino cuando nos perdemos. Por experiencia lo sabemos y porque se repite cada día. En estos días estoy oyendo el drama de una joven que se dice que sabe lo que hace y está hundida y sometida a la droga. Le digo y repito que tiene que dejar ese ambiente para que sus esfuerzos se vean recompensado. Pero no hace caso y sigue en las mismas circunstancias. De esa forma volverá a perderse una y otra vez. No encuentra el abrazo del Padre por mucho que el Señor los mantenga abiertos, porque, se aleja de redil.

No podemos escapar del lobo si vivimos entre lobos. La razón del Espíritu Santo es porque, Padre Dios sabe de nuestras debilidades y nos lo envía para que nos asista, nos defienda, nos fortalezca y nos guíe. ¿Cómo es que no nos agarramos a Él? De no hacerlo seremos presa del Lobo maligno que nos persigue y está al acecho. El Señor nos lo advierte con frecuencia.

Y por eso, hoy nos habla del Buen Pastor. Nos dice que El está dispuesto a buscarnos, a dar la vida por cada uno de nosotros y a abrazarnos. Quiere salvarnos y nos ha creado para que seamos felices en el redil del Cielo junto a Él. ¡¡Qué Padre tan bueno!! ¡¡Qué hermosas Navidades si descubrimos y experimentamos que estamos salvados de todo peligro por el Señor!!

Pidamos esa Gracia, la de experimentar y descubrir que somos ovejas perdidas, pero rescatadas y salvadas por el Buen Pastor, el abrazo misericordioso del Padre Dios. Que estas Navidades sean la Navidad de darnos cuenta que, no son lo más importante las comidas, los regalos y las fiestas, que también debemos, como parte del verdadero gozo y alegría, festejar. 

Pero, lo más importante es que Dios se encarna en el seno de María, y naciendo como Niño, se hace Hombre como nosotros, menos en el pecado, para rescatarnos y salvarnos. Amén.

lunes, 5 de diciembre de 2016

AYÚDAME, SEÑOR, A DESCUBRIR MIS PARÁLISIS

No sólo existen parálisis corporales, sino, y son peores, parálisis espirituales. Peores porque se esconden en las apariencias y en las mentiras. Y porque también se nos hace difícil descubrirlas. Por eso, Señor, ayúdanos a reconocernos también paralítico y a pedirte que nos cure ese tipo de parálisis. La parálisis de nuestros pecados que nos apartan de Ti.

Y ese tipo de enfermedad es más grave y terrible, porque nos pierde para la vida Eterna. Podemos perder el cuerpo, pero por tu Misericordia y Gracia, Señor, volvemos, en la resurrección, a recuperarlo. Pero si lo que perdemos es el alma, esa ya no la volveremos a recuperar y la perderemos para siempre. Debemos tener mucho cuidado con aquellos que, no sólo matan el cuerpo, pero que también pueden matar el alma.

Creemos en Ti, Señor, y creemos que nos puedes perdonar los pecados. Es más, es lo que te pedimos que pongas como prioridad en nuestros corazones. Así como los ciegos, Evangelio del viernes, Mt 9, 27-31, persiguieron a Jesús hasta lograr que los curara de su ceguera. También nosotros, Señor, queremos insistir y seguirte, como aquel paralitico, sin regatear esfuerzos para pedirte que nos cure de nuestras parálisis de pecados.

No queremos pararnos ni desfallecer, e insistir como Tú nos has dicho en otro momento. Danos, Señor, la fuerza perseverante de sostenernos fieles y firmes a tu Palabra y fortalece nuestra fe para que se sostenga sin titubeos ni vacilamientos. Ayúdanos a descubrir nuestras enfermedades espirituales, nuestra pobreza de espíritu y a curarnos de esa parálisis que nos enferma el alma y nuestra esperanza y nos debilita nuestra fe.

Aumenta, Señor, nuestra confianza, nuestra esperanza y, sobre todo, nuestra fe, para que como aquel paralitico, tomemos nuestra camilla de la fe y te sigamos sin titubeos ni desfallecimientos. Amén.

domingo, 4 de diciembre de 2016

HORA DE CONVERSIÓN: PALABRA Y VIDA

La conversión no es reconocer al Señor como nuestro Mesías y Salvador. Eso es un paso, para la verdadera conversión exige un cambio de vida que nos lleva a vivir lo que creemos. Es lo que descubrimos en el Evangelio de hoy cuando Juan el Bautista reprocha a los fariseos y saduceos cuando se acercan para ser bautizados: «Raza de víboras, ¿quién os ha enseñado a huir de la ira inminente? Dad, pues, fruto digno de conversión, y no creáis que basta con decir en vuestro interior: ‘Tenemos por padre a Abraham’; porque os digo que puede Dios de estas piedras dar hijos a Abraham. Ya está el hacha puesta a la raíz de los árboles; y todo árbol que no dé buen fruto será cortado y arrojado al fuego. Yo os bautizo en agua para conversión; pero aquel que viene detrás de mí es más fuerte que yo, y no soy digno de llevarle las sandalias. Él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. En su mano tiene el bieldo y va a limpiar su era: recogerá su trigo en el granero, pero la paja la quemará con fuego que no se apaga».

Pidamos que no seamos nosotros paja en el granero, sino trigo recogido del fruto, y que nuestra conversión no se pare ni se detenga por las inclemencias de aquellos que rechazan la Palabra de Dios. Pidamos ser parte de la cosecha recogida por el Señor y que estemos nosotros ahí contenidos por haber respondido a su Palabra con nuestro esfuerzo de conversión de cada día.

Pidamos ser perseverantes y capaces de permanecer fieles al Señor, a pesar de nuestras debilidades y caídas ante las tentaciones de este mundo. Que este tiempo de adviento sea un tiempo propicio para la reflexión y preparación, que nos refuerce más para hacerle cada día un lugar más confortable, espacioso y dócil a la llamada del Espíritu que nos interpela y nos convierte. 

Que nos dejemos intervenir por la acción del Espíritu para cumplir fielmente nuestro compromiso de Bautismo. Amén.

sábado, 3 de diciembre de 2016

ID Y PROCLAMAD QUE EL REINO DE DIOS ESTÁ CERCA

No podemos callarnos ni quedarnos pasivamente cruzados de brazo. Necesitamos salir de nuestra propia tierra y sembrar la semilla del Evangelio que llevamos, a su vez, sembrada dentro de nosotros mismos. Pero, no sólo sembrar, sino también cuidar y pastorear gratuitamente, injertado en el Espíritu Santo, y llevándola a la vida.

Porque no se trata de decir: "Señor, Señor... sino de hacer la Voluntad del Padre. Y esa no es otra sino la voluntad del amor. Pidamos, pues, la fortaleza, la paz y sabiduría de proclamar, de palabra y vida, la Palabra del Señor. Pidamos que nuestros actos respondan a nuestras palabras y que no nos sean indiferentes todos aquellos que sufren y lo pasan mal.

Pidamos que nuestra palabra sea una palabra de salvación, no sólo para el cuerpo enfermo, sino también ,fundamentalmente, para el alma. Y que todo eso lo hagamos de forma gratuita y desinteresada. Sólo por amor, tal y como lo hemos recibido, nuestras obras tendrán su justo valor. Pues, no siendo así, el precio recibido ajusturá ya su recompensa.

Abramos nuestros corazones a la acción del Espíritu Santo, y dispongamos nuestra entrega y disponibilidad a dejarnos moldear por su Palabra y su Gracia, para que de la misma forma seamos también nosotros capaces de transmitir, gratuitamente, todo lo recibido. Amén.

viernes, 2 de diciembre de 2016

ESPERANZADOS EN LA LUZ



HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS

Hay días que nos quedamos extasiados cuando contemplamos la luz del sol y el contraste a lo lejo, en el horizonte, coincidiendo con la puesta de sol y su combinación y reflejos con las nubes. Todos hemos visto esas estampas preciosas, bien directamente o en postales, películas y pintura. Y experimentamos una sensación hermosa y placentera.

¡¡Cómo será la Luz de la Verdad!! Supongo que inigualable y algo muy diferente a la que conocemos. Tanto es así que no podemos ni siquiera imaginárnosla. Una Luz que no sólo ilumina nuestra vida, sino que nos hace eternamente felices y plenos de gozo. No nos cabe en la cabeza ni tampoco en el corazón. Sólo el desearla nos llena de alegría, de esperanza y de gozo.

Te pedimos, Señor, que como esos dos ciegos del Evangelio de hoy, nos des la fe para seguir tus pasos y suplicarte constantemente sin desmayo que nos abras los ojos de nuestro corazón para ver esa Luz Infinita que nos alumbra, no una sola parte de nuestra vida, sino toda nuestra vida. Es decir, para toda la Eternidad.

Ahora es tiempo de esperarte y buscarte, Señor. Sé y sabemos que siempre es tiempo de búsqueda, de oración, de limosna y de actitud de conversión. Pero, hoy, Señor, queremos adaptarnos a este tiempo litúrgico que vivimos y prepararnos para recibirte y descubrirte como Niño en el pesebre. Es tiempo de oración, de espera y de alegría porque llega el Mesías, el Salvador que nos abre los ojos para ver la Luz, la verdadera Luz que nos alumbra el camino de salvación.

Danos, Señor, esa fe que necesitamos para mantener despiertos nuestro ojos interiores y espabilada nuestra mente en actitud de espera y vigilancia y descubrir tu venida, tu nacimiento y encarnación desde el vientre de María y por obra del Espíritu Santo. Amén.

jueves, 1 de diciembre de 2016

¡SEÑOR, SOY ROCA DÉBIL!

Tú sabes, Señor, que quiero seguirte, y que quiero construir mi casa apoyado en Ti. Pero también sabes de mis debilidades, de mis miedos y mis ignorancias. Dame la sabiduría de discernir siempre lo bueno, el bien y la verdad, que es la roca que me salva y que me sostiene en Ti. Por eso, Señor, mi fortaleza consiste en estar todo el día pegado a Ti. Porque de una u otra manera me paso las veinticuatro horas del día hablando y pensando contigo y en Ti.

Y es qué no puedo hacerlo de otra forma, ni tampoco sabría. Si me faltas Tú no sabría, a estas alturas, a dónde ir. Sin embargo, Señor, sé que te fallo y que muchas veces puedo quedarme en Señor, Señor... y mantener mis brazos cruzados. Y, quizás, abuso de tu Misericordia. Reconozco como aquel pobre publicano que no soy digno de levantar mi cabeza y mirarte. Me de fuerza y esperanza el saber y conocer tu Misericordia Infinita, esa que tu Hijo, nuestro Señor Jesús, nos ha hablado de Ti.

Padre nuestro, nos ponemos en tus Manos y te pedimos fervorosamente que nos fortalezcas, nos infundas valor y conocimiento para luchar contra las tempestades del odio, de la venganza, de la soberbia, de la vanidad, del egoísmo y de la suficiencia. Te pedimos el equilibrio y dominio de nosotros mismos para saber y poder dominar nuestras pasiones y tentaciones. Haznos, Señor, como roca fuerte y poderosa que no se mueve ante los embates de vientos y huracanes u olas del mar.

Por eso, confiado en tu Palabra te suplico que al iniciarse cada día me des esa fortaleza, paz y sabiduría para saber enfrentarme al mundo con verdadero amor y ser paciente, comprensivo, humilde, suave y bueno, para ver a tus hijos como los ves Tú mismo y poder llegar a descubrir la bondad de cada uno. Amén.