Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

lunes, 7 de agosto de 2017

TÚ, SEÑOR, ERES NUESTRO VERDADERO ALIMENTO

Nos puede faltar el alimento material, pero, por encima de eso, Tú, Señor, eres nuestro verdadero alimento. Porque, ese alimento no perece y da la Vida Eterna.  Sí, realmente sabemos que necesitamos tener la barriga llena, y que el pan material lo necesitamos. Cada día, y quizás más de una vez, te lo pedimos en la oración del Padre nuestro, pero, por encima de eso, el verdadero alimento eres Tú.

Porque, sin Ti, el otro alimento, el material, perece y nos deja en el más puro vacío. Es verdad que, sin el pan material no podemos subsistir, pero, a parte de ese, necesitamos urgentemente el Pan de la Vida de la Gracia, que eres Tú, Señor. Danos esa sabiduría y discernimiento de saber entenderlo y de también buscarlo con verdadero deseo y ganar. Y también compartirlo.

Gracias, Señor, por tu presencia y por tu ofrecimiento. Gracias por descubrirnos tu Divinidad y tu Poder. Señor de la Ley y los Profetas, testimoniado con la presencia de Moisés y Elías. Gracias, Señor, por tu manifestación y majestuosidad eterna. Señor, enviado por el Padre, el Mesías prometido en el Antiguo Testamento y encarnado y visible en el Nuevo. 

Gracias, Señor, por manifestarte a tus apóstoles, Pedro, Santiago y Juan, y al testimonio de ellos, que nos transmiten tu manifestación Divina, porque la han visto con sus propios ojos y han oído la Voz del Padre presentándote como el Hijo amado y predilecto, enviado para ser escuchado e imitado en su estilo de vida. Gracias, Señor, por esa Transfiguración en el monte Tabor, y por todas las manifestaciones que, a lo largo de mi humilde vida, me has manifestado y lo sigues haciendo para animarme a seguirte y a imitarte.

Gracias, Señor, por la presencia del Espíritu Santo, que me fortalece, me llena de sabiduría y me ayuda a discernir la orientación de mi camino, a fin de que no me distraiga ni me desoriente. Gracias, Señor, por alumbrarme la Resurrección en tu transfiguración y llenarme de esperanza, porque ya sabemos que la muerte no tiene la última palabra. Amén.

domingo, 6 de agosto de 2017

TABORES NECESARIOS PARA EL CAMINO

El Tabor es un momento de Gracia, y de agradecimiento al Señor. Porque, en él nos revela su Divinidad, y también el plan de su Padre, la Ley con Moisés y, con Elías, los Profetas. Queda claro que es el enviado, el Mesías. Sobre todo al escuchar, Pedro, Santiago y Juan que, "Jesús es el Hijo, el amado, el predilecto. Escuchadlo". Es decir, nos invita a hacer su Voluntad, a imitarle y seguir sus consejos, practicándolos y llevándolos a nuestras vidas.

Realmente nos hacía falta Señor ante tantas tribulaciones, pruebas, y tempestades de este mundo. Necesitábamos una parada y quedarnos rendidos y prendados de tu Majestuosidad y Divinidad. Necesitábamos una inyección de ese calibre. Y el testimonio de Pedro, Santiago y Juan, en el Evangelio de Mateo, nos lo trasmite. Gracias, Señor, por tanta hermosura y maravilla y por tanta prueba de amor. Gracias, Señor, por ese empuje que nos anima y nos abre la esperanza de saber que nos espera y quien nos espera.

Gracias, Señor, por ese adelanto de lo que va a suceder al final de los tiempos y de tu triunfo ante la muerte que te esperaba. Gracias, Señor, por descubrirnos, mostrándonos tu Divinidad, el camino a seguir, e invitarnos a bajar de la nube, donde perdemos la noción del tiempo y del espacio, extasiados y maravillados mirándote. Gracias, Señor, porque, acompañados por Ti, que significa que no estamos solos, al camino de nuestra vida; a la lucha de cada día; a nuestros problemas de hoy y de mañana; a nuestras batallas contra las tentaciones, las dudas, las ambiciones, los egoísmos, las envidas y soberbias y muchas cosas más, que nacen de nuestros maltrechos corazones. 

Y te pedimos, que, como el resplandor tan blanco de tu Rostro, Señor, limpies nuestros corazones de toda mala intención y llénalo de pureza, de bondad, de justicia, de humildad, de mansedumbre y amor. 

sábado, 5 de agosto de 2017

NECESITADOS DE TI, SEÑOR

En muchas ocasiones pensamos la forma de organizar nuestra vida sin concurso de nadie. Somos nosotros los que iniciamos y dirigimos nuestro propio camino, nuestra vida y la forma de limpiarla y enfocarla. Y, de alguna forma, nos experimentamos independiente y auto suficiente. Capaces de proyectar nuestras ideas y pensamientos. 

He oído, algunas veces, a personas hablar sobre sus planes y proyectos para adecuar su vida mejor y más limpia. Y yo mismo, también, lo he hecho muchas veces. Sin embargo, dificilmente podemos, por nosotros mismos, vencer al pecado. Diría, no ya difícil, sino imposible. Podríamos soportar un tiempo, pero, a la larga, seríamos vencidos.

Necesitamos la Gracia de Dios para salir victorioso. Porque, sólo nada podemos. Nacemos heridos por el pecado original y sólo lo podemos borrar por el Bautismo, que, precisamente, proclamaba Juan, anticipándose y preparándonos para la venida del Señor, autor del verdadero y único Bautismo nacido del Espíritu. En ´Él y por su Gracia somos limpios de todo pecado y fortalecidos para la lucha de cada día con el poder del príncipe de este mundo.

Las tentaciones, que son muchas, nos asedian y seducen. Caen sobre nuestra naturaleza humana, debilitada y herida por el pecado, y sujeta a la tentación y seducción del mal. Sin la fuerza y el poder del Espíritu Santo poco podemos hacer. De ahí la necesidad de permanecer unidos a Él con la oración y los sacramentos. Sobre todos la Penitencia y la Eucaristía, donde recibiremos el alimento espiritual que nos dará la fuerza y la sabiduría para perseverar y sostenernos. La unidad y la oración hará que nuestro camino se vea fortalecido y firme.

Danos, Señor, la fortaleza y la sabiduría de, unidos y acompañados también por tu Madre, también nuestra querida Madre, la Virgen, permanecer a tu lado. Amén.

viernes, 4 de agosto de 2017

A PESAR DE, SEGUIRÉ HABLANDO DE TI


HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDA


Esa es la experiencia, no sólo de mi vida, sino la de todos. Incluso, la de Ti, mi Señor Jesús. Nos es bastante difícil proclamar en nuestros círculos más íntimos. Lo he probado en mis propias carnes, y lo he visto y oído de otros compañeros. Nuestros hijos, no sólo no siguen nuestros pasos, sino que no nos hacen caso alguno. Y, al respecto, nada podemos hacer. Sólo una cosa, seguir hablando de Ti y esforzándonos en ser más parecidos a Ti cada día.

Ese es nuestro camino y nuestra lucha. Experimentamos que en otros lugares ajenos a los nuestros, nuestra humilde palabra es mejor acogida y aceptada. Se cumple así lo que Tú, Señor, dijiste: «Un profeta sólo en su patria y en su casa carece de prestigio». Algunas razones deben existir para que eso sea así, y se me ocurre pensar que la razón está en la convivencia. Y es que cuando se convive, emerge lo bueno, pero, también lo malo. Y, los cercanos, destacan lo malo más que lo bueno. Quizás, porque se encuentran con derecho de exigir, a pesar de haber recibido tanto.

Ocurre como contigo, Señor. Todo lo hemos recibido de Ti y, sin embargo, nos parece que te hacemos un favor acogiéndote y aceptándote. Inconscientemente, nos creemos merecedores o en el derecho de que se nos conceda aquella que creemos necesitar. Pero, ¿qué derecho tenemos?

Igual pasa con nuestros padres y familia. Nos creemos con derecho a que nos den y nos permitan muchas cosas, y si no es así, nos revelamos. Ese es el origen de muchos pleitos familiares. Igual nos ocurre con Dios. No aceptamos tan fácilmente la palabra de un familiar que la de un forastero. Al que damos crédito de forma más fácil y amable.

Pidamos que, a pesar de las dificultades, seamos perseverantes y mantengamos, pacientemente, nuestra lucha diaria, tanto con los cercanos como alejados, desde la Palabra y el testimonio. Y, a pesar de que la cosecha sea invisible o muy poco fructífera, confiemos que el Sembrador y Recolector es el Señor.

jueves, 3 de agosto de 2017

¿QUÉ OCURRE QUE TU FE NO TE MUEVE?

Si saliésemos a la calle a preguntar por la fe, creo, sin temor a equivocarme, que muchas personas dirían que creen. Muchos, dirán que creen en Dios, pero, no en los curas; otros, que creen, pero que eso de las misas, los curas y preceptos no les convencen. Estarán también lo que creen y se esfuerzan en practicar y seguir los mandatos del Señor siguiendo la escucha de su Palabra, y otros dirán, simplemente, que no creen.

De cualquier forma, digas lo que digas, y pienses lo que pienses, dentro de ti experimentas gozo y satisfacción cuando haces bien. Y eso es simplemente cuando has ayudado o alegrado la vida a alguien procurándole solucionarles algunas necesidades o resolviiéndoles algunos problemas. Es decir, dicho de otra forma, amándole. Problemas, que no son sólo materiales, sino también espirituales. Problemas que no sólo dificultan los caminos de la vida, sino que impiden ver la salvación eterna.

Sin embargo, tu fe no se mueve. Dices y reconoces, pero las tentaciones, ambiciones, afanes y riquezas del mundo te absoben y te distraen, y hasta te hacen olvidarte de la última hora de tu vida. Luego, al final será el rechinar de dientes. Pidamos al Señor que despertemos y tomemos conciencia de lo que se avecina en nuestra propia vida. Tu propia vida. No podrás evitar que llegue tu última hora y, en esos momentos, lo que importa es la cantidad de amor que has gastado y cómo lo has gastado.

Por eso Señor, te pedimos con fuerza y confianza que fortalezcas nuestra vida interior y que nos llenes de la sabiduría que sabe apreciar y discernir lo verdaderamente importante, y lo bueno de lo malo. Danos esa templanza y serenidad para saber gasta todo el amor del que somos capaces en buenos actos de amor por los demás y en correpondencia a todo el Amor que Tú, Señor, nos das.

En y con esa actitud, Señor, te pedimos que despiertes nuestra mente e ilumines nuestro corazón para, en el esfuerzo de parecernos a Ti, seamos cada día más amor y menos egoístas. Y así, lleguemos a tu presencia donde podamos presentarte todas nuestras buenas obras de amor. Amén.

miércoles, 2 de agosto de 2017

¿A QUÉ ASPIRAMOS NOSOTROS?

Si preguntaramos a los hombres sobre como desearían que fuese el mundo, seguramente la respuesta general sería: un mundo donde reine la justicia, la verdad, la paz y el amor. Porque eso lo tienen todos los hombres grabados en el corazón. Es la huella de Dios sellada en el corazón del hombre, y es lo que el hombre aspira y quiere.

Por eso, Dios, envío a su único Hijo, nuestro Señor Jesús, para que, pareciéndonos a Él, encontráramos su Reino. Un Reino de justicia, de amor y de paz. Jesús, nuestro Señor, es, pues, nuestra referencia y nuestro modelo. En Él encontramos todas nuestras aspiraciones y anhelos, y culminamos todas nuestras esperanzas. Él es la perla fina por la que vendemos todo lo que tenemos, porque nos llena plenamente de la felicidad, belleza y paz que buscamos. Él es el tesoro escondido, por el que, encontrado, vendemos todo para comprar ese campo donde el tesoro se halla.

Te pedimos, Señor, que nos des la luz necesaria para saber discernir cómo y en dónde estás Tú entre las cosas de este mundo. Saber elegir y apartar lo que nos esconde tu presencia y vender todo aquello que nos separa y aleja de Ti. Danos, Señor, la sabiduría de discernimiento, para que, encontrados contigo, sepamos diferenciarte de lo material y caduco de este mundo.

Danos, Señor, la fortaleza y la voluntad de saber abstenernos de los placeres y comodidades, que nos conducen a amarnos a nosotros mismos egoístamente y despreciar a los demás. Voluntad y fortaleza para renunciar, a pesar de ser atraídos por nuestras debilidades e inclinaciones humanas. 

Danos la constancia y perseverancia de ser paciente, fieles y confiados a tu Palabra, y, aún sintiéndonos tentados y con dudas por nuestras limitaciones e ignorancias, sostenernos firmes y fieles a Ti. Amén.

martes, 1 de agosto de 2017

Salmo 23: Entrada solemne de Dios en su templo







Ant: El hombre de manos inocentes y puro corazón subirá monte del 
Señor.


Las puertas del cielo se abren ante Cristo que, como hombre, sube al cielo (S. Ireneo)


Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
Él la fundó sobre los mares,
Él la afianzó sobre los ríos.

- ¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?

- El hombre de manos inocentes
y puro corazón,
que no confía en los ídolos
ni jura contra el prójimo en falso.
Ese recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.

- Este es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob.

¡Portones!, alzad los dinteles,
que se alcen las antiguas compuertas:
va a entrar el Rey de la gloria.

- ¿Quién es ese Rey de la gloria?
- El Señor, héroe valeroso;
el Señor, héroe de la guerra.

¡Portones!, alzad los dinteles,
que se alcen las antiguas compuertas:
va a entrar el Rey de la gloria.

- ¿Quién es ese Rey de la gloria?
- El Señor, Dios de los ejércitos.
Él es el Rey de la gloria.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.


Laudes
Salterio: martes de la primera semana