Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

martes, 27 de marzo de 2018

EL CONSUELO Y LA ESPERANZA DE SU REGRESO

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Podemos hacernos muchas preguntas y tratar de darnos respuestas, pero, detrás de todas las preguntas que nos hagamos, ¿dónde buscamos las respuestas? Porque, por nuestra condición humana tendemos irnos al mundo y en él buscar nuestros interrogantes. Un mundo donde esperamos ser feliz, pero, ¿y qué más? Porque, también queremos ser eternos. Una felicidad temporal no nos satisface plenamente.

La experiencia nos descubre que el mundo no es la solución. Es caduco e imperfecto. Está lleno de mentiras y espejismos. Todo está apoyado en el querer más y en la ambición. Eso genera envidia, odio, venganza, rencor, violencia, injusticias y muertes. Y no es que lo supongamos, sino que es lo que vemos. Ante esta realidad las Palabras de Jesús llenan de esperanza y de luz nuestras vidas: 

«Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre y Dios ha sido glorificado en Él. Si Dios ha sido glorificado en Él, Dios también le glorificará en sí mismo y le glorificará pronto. Hijos míos, ya poco tiempo voy a estar con vosotros. Vosotros me buscaréis, y, lo mismo que les dije a los judíos, que adonde yo voy, vosotros no podéis venir, os digo también ahora a vosotros». Simón Pedro le dice: «Señor, ¿a dónde vas?». Jesús le respondió: «Adonde yo voy no puedes seguirme ahora; me seguirás más tarde»

Podremos seguirle más tarde, como dice a Pedro. Esa sí es la respuesta que buscamos, y está en el mundo, pero en un mundo donde la presencia del Señor vive en nuestros corazones. Porque, ese es camino que tenemos que recorrer, un camino de justicia, de paz y de amor entre los hombres, para construir hasta esa segunda venida del Señor un mundo mejor tal y como Él nos pide.

Por lo tanto, pidamos esa Gracia al Señor y que esa llama de esperanza, en el regreso de su segunda venida, sea la luz que ilumine nuestras vidas y nos llene de esperanza el camino que tenemos que recorrer. Con, en y por Él todo será más ligero y llevadero, porque Él alivia nuestra carga. Amén.

lunes, 26 de marzo de 2018

DÍAS DE RIESGO Y AMENAZA

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No sólo es Jesús el amenazado, sino también todo aquel que se relaciona con Él y cree en Él. Lázaro, su buen amigo, es un signo de su obra y mucha gente acude asombrada a verlo en su casa de Betania. Lázaro representaba ahora un acontecimiento extraordinario del poder de Jesús, le había resucitado. Por lo tanto, los sumos sacerdotes decidieron también darle muerte a Lázaro, pues por él muchos judíos se les iban y creían en Jesús.

Esta era la situación, y continúa siendo, con diferentes matices  y gravedad, hoy la misma. Mientras en unos lugares se persigue a muerte a los cristianos, en otros se les hace una guerra fría tratando de marginarlo y de excluirlos de la vida pública expulsándolos de las escuelas y centros de enseñanzas e ignorando sus propuestas de igualdad entre todos los hombres y defensa de la vida. Poco a poco se les va arrinconando y destruyendo el valor fundamental de la familia, erigiéndose el hombre como director del mundo en que vive.

La lucha consiste en darle la espalda a Dios, porque igual piensan que matándoles no les da resultado. Al calor de la corriente del mundo que propone el individualismo, el poder, la riqueza, el hedonismo, el materialismo y la satisfacción de las pasiones, el demonio hace de las suyas y amenaza peligrosamente el anuncio de la buena Noticia de salvación. Es lo que se refleja también en el Evangelio de hoy lunes. Se murmura sobre una libra de perfume de nardo puro, muy caro, que María, la hermana de Lázaro ungió en los pies de Jesús y los secó con sus cabellos.

Judas, quien lo iba a entregar, opinaba que ese dinero era mejor entregárselo a los pobres. Hoy, también son otros los que opinan sobre las cosas que se hacen en las parroquias. Siempre todo tiene un punto de crítica, pero lo importante es la buena intención del corazón. Porque, el error siempre está ahí, pero la buena intención del corazón es la que realmente manda y califica el acto. Jesús lo describe muy bien: «Déjala, que lo guarde para el día de mi sepultura. Porque pobres siempre tendréis con vosotros; pero a mí no siempre me tendréis».

Tú, Señor, eres lo importante, y lo primero que hay que buscar. Porque, estando contigo nuestros corazones se llenaran de buenas intenciones y de actitudes de amor. Eso te pedimos, Señor, que permanezcamos siempre en tu presencia y en íntima relación contigo para no perdernos ni desviarnos por las sendas del pecado. Amén.

domingo, 25 de marzo de 2018

SEÑOR, MUÉVEME A SER MISERICORDIOSO Y COMPASIVO

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Tu fama lleva a los que te han conocido a descubrirte como Misericordioso y Compasivo. A lo largo de tu camino de anuncio del Evangelio, Tú, Señor, has sido Misericordioso y Compasivo. Y así, tus momentos finales en la Cruz fueron todo compasión y misericordia para todos aquellos que te insultaron, te maltrataron y hasta te rechazaron. Incluso, para todos aquellos que te dejaron solo.

También nosotros te hemos dejado solo. Y eso, de alguna manera es abandonarte y rechazarte. Si no delante de los hombres, sí a escondidas, escabulliéndonos y pasando indiferente ante el drama de tu Pasión y Muerte. No podemos vivir esos momentos de tu Pasión, sin experimentar que hoy y en estos momentos sigue sucediendo lo mismo. Porque, sí, Señor, seguimos crucificándote cada día con nuestra mediocridad, con nuestro poco compromiso y con nuestros pecados.

Tratemos de vivir estos momentos de Pasión como una continuidad de nuestra propia vida, porque, a cada instante cargamos con nuestra cruz. Y lo hacemos cuando topamos con aquella persona que nos cuesta mucho aceptar y superar; porque, avanzamos con nuestra cruz cuando nos enfrentamos a nuestras responsabilidades de cada día; porque, sostenemos nuestra cruz cuando somos pacientes y confiados ante las insuperables dificultades que la vida nos presenta.

Todo se hace cruz en muchos momentos de nuestra vida: la convivencia, las ideas, el compartir, el aceptarnos tal y como somos y, en cada paso que damos, el amor nos exige cruz y fortaleza. Tú, Señor, nos lo demuestra cada instante del recorrido de tu Pasión, y así queremos vivirlo y escenificarlo nosotros. Eso te pedimos, que sepamos sacar las lecciones de amor, de ternura, de constancia, de perseverancia y, sobre todo de fe, que Tú nos has dado en tu Pasión, para, injertados en Ti, Señor, alcanzar ese día glorioso de la Resurrección para Gloria Tuya y salvación nuestra. Amén.

sábado, 24 de marzo de 2018

ABIERTOS A TU GRACIA, SEÑOR

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El proceso de la fe es un camino que nunca termina mientras peregrinamos en este mundo. Siempre debe estar en marcha y creciendo, porque de pararse se muere. La fe es fe cuando está activa y crece, porque siempre está presenta la llama de la duda. El camino está lleno de trampas, de seducciones y tentaciones, y, quizás, una de las trampas mayores es pensar que con un ratito de plegarias, que en muchos casos nos salen de forma preceptiva, rutinaria y hasta medias forzadas, nos creemos santos y mejores que otros.

Todo se reduce a considerar que hemos cumplido y transformamos nuestra fe en un rosario de normas y cumplimientos. Y nada más lejos de la realidad, porque el Mensaje que nos trae el Señor no es una doctrina, ni unas leyes, ni unos mandatos. Es simplemente una buena Noticia, que nos da la Vida Eterna. Es algo que el hombre ya de por sí busca y por lo que lucha en su vida. Vivir en plenitud eternamente.

Por otro lado, hablamos, leemos o reflexiónamos tanto que no tenemos tiempo para escuchar. Sin darnos cuenta, empezando por este que escribe, convertimos nuestra fe en una tarea y en una serie de prácticas y trabajos que, terminados, hasta nos olvidamos de lo que somos y a donde vamos. El mundo tiene poder y nos desvía con facilidad.  Y, menos aún, le dejamos hablar. Todo lo hacemos nosotros y pedimos nosotros. ¿Es qué no nos hemos dado cuenta que no sabemos pedir?  Nuestras oraciones son monólogos, individuales y personales. Cada cuál pide según sus intereses, y apenas nos importa quienes están a nuestro lado.

¿Cómo puedo mirar a Dios si no me importas tú? ¿Acaso pienso  y creo que Dios me quiere y me pide que actúe así? ¿Para qué, entonces nos mandó amarnos? ¿Significa eso  algo importante para mí? Estar y orar con el Señor es algo muy serio. Lo más serio de nuestra vida y debe de ser ese el centro de ella. Mi relación con Jesús debe ser y coger toda mi vida. Él debe ser la referencia, el motor y la llama que enciende mi corazón y quema toda mi vida de verdadero y auténtico amor.

Pero, al mismo tiempo, debe ser la brújula que lo orienta y lo dirige. Y eso exige mucho tiempo en comunión con Él. Mucho tiempo de silencio y de escucha. Danos, Señor, ese tiempo importante, necesario y suficiente para, entregado a tu contemplación y adoración, saber escucharte, entenderte y llevar a cabo lo que quieres decirme y que haga. Amén.

viernes, 23 de marzo de 2018

TODO SE HABÍA ENTENDIDO BIEN

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HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS.


Las Escrituras nos dejan todo claro. Aquellos judíos entendieron muy bien a Jesús y por eso, por falta de fe, le querían apedrear. Entendieron que Jesús les anunciaba que Él y el Padre eran uno, y que sus Obras eran las que el Padre le había enviado a hacer. Llegaron a decirle que no le apedreaban por sus Obras, sino por una blasfemia: «Muchas obras buenas que vienen del Padre os he mostrado. ¿Por cuál de esas obras queréis apedrearme?». Le respondieron los judíos: «No queremos apedrearte por ninguna obra buena, sino por una blasfemia y porque tú, siendo hombre, te haces a ti mismo Dios».

Podemos afirmar que Jesús reveló lo que realmente quería revelar. Él era el Mesías, el enviado, el Hijo de Dios hecho Hombre para salvar a los hombres del pecado. Y esto fue lo que se entendió. Así que todo fue realmente como tenía que ser. Pero, el hombre, a pesar de entender bien el anuncio de esta buena Noticia, no la aceptó y rechazó la identidad divina de Dios.

Nosotros, Señor, queremos aceptarla. Y queremos aceptarla con todas las consecuencias para llegar a Ti de forma plena e íntrega. No sé como pedírtelo, Señor, si suplicándote que transformes mi corazón, o pidiéndote fortaleza y voluntad para ponerlo yo a tus pies. De cualquier forma, Señor, yo sé que sólo Tú eres quien me puedes cambiar y eso es lo que te pido.

Porque, cada vez que lo intento experimento que soy más débil y más frágil ante tu misterio y tu poder, Señor. Y me siento muy pobre, incapaz de dar nada, porque para dar hay que tener. Tener un corazón grande, generoso y lleno de amor como el Tuyo, que, ante los demás, sea capaz de darse, de servir y de amar como Tú los amas. Y me veo muy lejos de todo eso. Sé, Señor, y ya es algo, que sin Ti nada soy ni nada puedo. 

Dame, Señor, la Luz de tu Amor y de tu Poder para revertirlo en los hermanos, y si así no es, porque Tú lo consideras de otra forma, permítame permanecer siempre a tu lado aguardando y viviendo tu Palabra. Transforma mi corazón egoísta en un corazón orante y generoso. Amén.

jueves, 22 de marzo de 2018

QUIERO GUARDAR TU PALABRA, SEÑOR

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No hay otra Palabra sino la tuya, Señor, que dé confianza y Vida Eterna. ¿A dónde podré acudir, si no es a Ti, Señor del Cielo y la Tierra? Nadie tiene poder sobre la muerte, y Tú, Señor, has resucitado después de ser crucificado en la Cruz. ¿Cómo puedo ser tan incrédulo y no creer en tu Palabra? ¿Acaso necesito más pruebas de amor? Y si las pruebas me lo dejan claro, ¿dónde está mi fe y mi confianza? ¿No es necesario que me fíe de tu Palabra, Señor, y deposite en Ti mi confianza?

¿Dónde voy a poner mi fe? ¿En el mundo? Sabemos lo que es el mundo y como paga sus favores, y sabemos, también, que detrás de él no hay nada bueno. Todo se vuelve vacío y hueco, y huele a perdición. Porque el mundo es caduco y de muerte. Está sometido al tiempo y al espacio y todo en él tiene sus días contados. Tú, en cambio, Señor, tienes Palabra de Vida Eterna, porque existe desde el principio de los tiempos y tu Palabra salva y es Eterna.

Por lo tanto, nada de lo de aquí abajo me convence, Señor. Sé que soy de carne y bastante frágil y débil, y las seducciones del mundo me tienta y me atraen. Pero, también sé que Tú, Señor, has venido para salvarme y, tomando mi misma naturaleza humana, te has despojado de tu condición divina, para pasar por un hombre como yo, menos en el pecado. Y así sufrir y padecer por mis pecados y los de todos los hombres, para, con tu Pasión y Muerte, salvarnos en la Resurrección.

Esa es mi esperanza y mi fe. Creo en Ti, Señor, y en tus Manos me abandono. No quiero oír más disparate ni rechazos ni argumentos de los que, creyéndose inteligentes, son pobres hombres. Aspiran a la muerte y al sufrimiento eterno, pues, tan solo cuando descubran lo que han perdido, quedaran eternamente sufrientes y amargados.

También te pido por ellos, Señor, pues nuestro corazón injertado en el Tuyo no puede sino desear amar y el bien para todos los hombres. Darles la capacidad de ver y de ser humildes. Amén.

miércoles, 21 de marzo de 2018

LIBRE PARA AMAR

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Para amar necesitamos ser libres, porque el amor implica renuncias y sacrificios y eso sólo se puede hacer desde la libertad. Porque, quien no es libre no puede optar a la renuncia o a la privación. Está sometido y esclavizado y dirigido por sus propias pasiones. Y no se trata de herencias ni de descendencias, se trata de fe.

Porque, muchos se creen mejores y distinguidos por cuestión de descendencia. Pertenecer a la dinastía de los descendietes de Abraham les hace sentirse con derechos y privilegios, y ya libres. Craso error la de todos aquellos que confunden la herencia de la Promesa con la consanguinidad. Nada que ver una cosa con la otra. Los herederos de la Promesa son los que acogen y dejan fecundar la fe en sus corazones. Es decir, los herederos son los que creen en Jesús.

Y eso te pedimos. Somos insistentes siguiendo tus consejos, Señor, y te pedimos que aumentes y afirmes nuestra fe. Creemos y queremos seguir tu Palabra y guiarnos por tu Camino, Verdad y Vida. No queremos plantearnos ningún problema ni duda, ni siquiera razonarla, porque nos sabemos débiles y frágiles. Nos sabemos tentados para confundirnos y no queremos exponernos a eso. Ya hemos razonado bastante y nada hay que pueda darnos esperanza como tu Palabra y tu Misericordia, Señor.

Tú eres el Señor, y ahora, próximos esos días en los que tu Cruz va a marcar el sentido de la vida, queremos estar junto a Ti y pasar contigo estos días importantes de tu Pascua y de tu Pasión y Muerte. Porque, esperamos la Resurrección. El triunfo de la Vida sobre la muerte. Ese es el fundamento de nuestra vida y el verdadero signo que nos abre los ojos y responde a todas las dudas que surgen en nuestra vida.

 No queremos plantearnos nada, Señor. Sólo queremos obedecerte y dejarnos guiar por Ti, porque sólo Tú tienes Palabra de Vida Eterna. Abiertos a tu Gracia en Ti confiamos, Señor. Amén.