Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

viernes, 24 de agosto de 2018

DA POR SEGURO QUE EL SEÑOR TE LLAMA

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HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS.

No sería razonable ni de sentido común que el Señor te haya creado para, ahora, dejarte sólo. ¿te puedes imaginar algo así? ¡Hombre!, puedes justificarte alegando que no te ha creado y que existe por casualidad o por un chispazo energético que hizo este mundo tan ordenado, tan complejo pero tan bien construido. Pero, de una forma u otra, tú estás presente, eres una realidad y existe. Puedes tocarte y comprobar que no estás soñando.

No hay otra alternativa, Alguien muy grande y poderoso te ha creado. Podrás identificarlo como quieras, pero ese Ser que te ha creado, te ha creado, valga la redundancia, para que seas feliz eternamente. No se entiende de otra manera más inteligente. Porque, tú y yo tenemos inteligencia y buscamos ser felices y eternos. Y eso lo tienes en tu buzón de voz dentro de tu corazón. Te está sonando constantemente y repetidamente. No cesa, estás llamado a la felicidad eterna.

Y en el mundo no la encuentras. Posibemente, a Natanael y muchos otros, también Felipe. les ocurriera lo mismo. Jesús te llama, pero necesitas que tú te acerques y que hables con Él. Necesita desmenuzarte lo que tú piensas y decirte que Él es tu respuesta y tu objetivo. Porque, lo que buscas está en Él. Es realmente ese Camino, esa Verdad y esa Vida que andas buscando equivocadamente por otros lugares donde no se encuentra. Acercate y verás. Fue eso lo que le dijo Felipe a su amigo Natanael. Y lo que yo también te digo a ti, amigo, que quizás leas esta humilde reflexión.

Sólo el Señor nos llenará ardientemente y plenamente. Él es la Luz que nos ilumina y nos orienta y nos da la plenitud gozosa de vivir eternamente. Confiemos en su Palabra y acerquemonos para escucharle. No nos defraudará, porque nos ha creado para darnos la Felicidad Eterna. Amén.

jueves, 23 de agosto de 2018

ANDAMOS CIEGOS POR LA VIDA

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Es cuestión de preguntarnos que nos pasa, porque nos conducimos por la vida como ciegos que no sabemos a dónde vamos ni que buscamos. ¿Acaso alguien piensa que se va a quedar aquí para siempre? ¿Cree que este estado se puede mantener? ¿Y que de eternizarse el mundo resistiría tanta demanda de vida para subsistir? Es obvio que todo tiene que cambiar y ser de otra forma, luego no podemos dejar pasar la oportunidad de indagar y buscar sobre la trascendencia de nuestra vida.

Hoy, Jesús, nos habla de una invitación a un banquete de boda. Es una invitación al reino de Dios y, a pesar de nuestros rechazos, insiste e insiste. Dios no se cansa y su paciencia es ilimitada, pero, ese no es el problema. El problema es que a ti y a mí se nos acaba el tiempo, y... ¿qué pasará después?

Conviene tomarse en serio esta Palabra del Señor. Esta Palabra que nos habla de una buena Noticia. La Noticia de la Salvación, a la que no podemos responder como nos plazca y como nos apetezca. Hay que revestirse de la Vida de la Gracia. Ese traje nuevo que tomamos en el Bautismo y nos limpia para una vida nueva. Necesitamos responder a la invitación que nos da el Señor y revestidos con su Palabra y con las obras en el Espíritu Santo acudir a su llamada para, alimentados con el banquete de la Eucaristía, llenarnos de esa vida nueva que es la Vida Eterna.

Pidamos con insistencia abrir nuestros oídos y escuchar la invitación que Dios, nuestro Padre, nos hace cada día. Vivamos con alegría esa invitación y, fortalecidos en su Espíritu, perseveremos y acudamos apresurados a su invitación llenos de su Palabra y fortalecidos en sus obras. Amén.

miércoles, 22 de agosto de 2018

¿SABES QUÉ BUSCAS?

Imagen relacionadaRealmente, ¿te has parado a pensar que buscas realmente? Porque, tu tiempo, tampoco el mío, se detiene y, aunque a veces con pausa y muy lentamente, sigue siempre avanzando sin parar ni siquiera un instante. Y, mientras caminas, ¿no observas a tu derredor que ocurre? No ves que tus padres se hacen viejo; no ves que tus abuelos ya se han ido, y quizás muchos de los amigos de tus padres están marchándose. ¿Qué piensas al respecto? 

¿Crees que tú te vas a quedar, o estás resignados a irte como ellos sin encontrar lo que buscas? ¿Piensas que ellos encontraron lo que buscaban? Supongo que tú, igual que yo, buscas la felicidad. Y eso significa experimentar deseos de paz, de sosiego, de sentirte gozoso y feliz hasta el punto de no desear nada más. Algo así como decir, con esto tengo y me basta y ya no necesito seguir buscando. ¡Soy tan feliz que me planto!

Esto, en el tiempo que llevas caminando, ¿crees que lo puedes encontrar en las cosas que este mundo te ofrece? ¿Piensas que el dinero, el poder, el éxito, la riqueza, la fama, el placer, el sexo y todo los que quieras buscar te pueden hacer feliz? ¿Crees que la muerte, lo más cierto que sabes, la puedes borrar con ese disfrute en el que tú piensas? ¿Y qué compensa vivir así para luego morir? 

¿Crees que todas esas cosas, en el supuesto que las puedas conseguir, te darán sólo felicidad, o que también te harán sufrir y padecer? ¿Qué experiencia tienes a todo el tiempo que llevas vivido? ¿No te parece interesante y hasta merecedor de vivir esa experiencia aceptando esa buena invitación a trabajar en la Viña del Señor? ¿No crees que experimentarás otra forma de ver la vida y una gran esperanza de encontrar lo que realmente buscas?

Posiblemente estés sometido y esclavizado por las cosas que ves y que piensas que pueden darte una vida mejor, pero, el tiempo pasa y no se ven esos efectos que tú buscas. Abre tus ojos y prueba a ver lo que ocurre en esa Viña donde te invitan a participar y trabajar. Quizás esos frutos te darán la clave de lo que buscas. Oremos para que así suceda. Amén.

martes, 21 de agosto de 2018

LÍBERAME DE LA ESCLAVITUD DE MIS APEGOS

Resultado de imagen de Mt 19,23-30
No puedo librarme de la esclavitud de mis apegos. Mi humanidad me secuestra y me somete. Cada día es una batalla campal contra mi mismo. Me siento esclavo de mis gustos, de mis apetitos, de mis apetencias y apegos. No puedo liberarme de ellos y no me siento libre. Son las riquezas que anidan en mi corazón y encadenan mi voluntad secuestrando mis buenas intenciones y forzándome a buscar mis gustos y mis satisfacciones.

Me doy cuenta, Señor, que te necesito y que sin Ti nada puedo. Suplico tu Gracia y tu Fuerza para poder superar mis vicios, mis apetencias, mis apegos y mis satisfacciones y, desapegado, darme generosamente a los demás y a hacer tu Voluntad. A veces, Señor, las riquezas de mi corazón están escondidas en mis proyectos y mis planes, que antepongo a los tuyos. 

Muchas veces no es el problema el dinero, sino mis egoísmos y mis ideas. Muchas veces son ellas las que me hacen ensoberbecerme y entregarme a sus placeres olvidándome de los demás. Es una batalla de cada día para la que necesito tu Gracia, Señor. Por eso, te pido fuerzas y sabiduría para saber sostenerme firme en tu presencia y resistirme a las apetencias de mis gustos y satisfacciones. 

No quiero quedarme en el mero cumplimiento de preceptos y normas, sino ir más allá de lo que el amor me exige y me llama. Quiero darme en la totalidad de mis fuerzas y mis cualidades y eso, aunque a veces me cuesta y me cansa, sé, Señor, que contigo puedo superarlo y soportarlo. Por eso, desde lo más profundo de mi corazón te confieso, Señor, que quiero seguirte e irme desapegando de todo aquello que me separa de Ti. Amén.

lunes, 20 de agosto de 2018

SÓLO DIOS ES BUENO

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Nadie alcanza la bondad de Dios. Sólo Dios es bueno y, nosotros, pecadores y limitados tenemos y debemos  esforzarnos en imitarle como los niños imitan a sus padres. Imitarle adheridos a Él y asistidos por su Gracia. Para eso se ha quedado el Espíritu Santo, recibido en nuestro bautismo, y por el que recibimos los dones para dar los frutos que nos abrirán las puertas del cielo.

No podemos, pidamos al Señor esa sabiduría y fortaleza, quedarnos en simples y meros actos de cumplimientos. Sin ninguna duda que el decálogo nos marca un camino y nos orienta a darle una buena actitud e intención a nuestros actos, pero no a marcar un límite de nuestro amor y quedarnos tan tranquilos. Nuestro amor no tiene fondo ni profundidad. Está siempre creciendo y lo hace en la medida que tratamos de amar como nos ama el Señor.

En Él estaremos siempre, por su Gracia, creciendo y siendo cada día más perfectos, a pesar de nuestros retrocesos, nuestras caídas y pecados. La Misericordia de Dios es Infinita y siempre que nosotros estemos dispuestos a levantarnos y comenzar, el Corazón del Señor se hace pura y grande Misericordia que nos acoge y nos perdona - Lc 15, 11-32 - y nos fortalece para continuar y seguir la lucha. Porque, este mundo es un constante y peregrino camino de lucha cada día.

Seguir al Señor es postergar todo lo que nos impide verle cuando levantamos la mirada; seguir al Señor es apartar, como si por un bosque camináramos, toda hierba y matorral que nos impiden ver la huella que nos señala el Señor. Seguir al Señor es tenerlo, desde que nos levantamos hasta que volvemos a cerrar los ojos en el sueño, como la principal prioridad a seguir y a hacer vida en nuestra vida. Seguir al Señor es reconocer nuestra pobreza y nuestras limitaciones y suplicarles que nos dé la Gracia y la Fortaleza para nunca perderlo de vista.

Por eso, Señor, en este momento y desde este rincón de oración, elevamos nuestras plegarias para pedirte y suplicarte que llenes nuestros pobres y limitados corazones de sabiduría, de fortaleza, de humildad y de capacidad de servicio por amor. Amén.

domingo, 19 de agosto de 2018

UN ALIMENTO DE CADA DÍA

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Es posible que no puedas celebrar la Eucaristía cada día y recibir el alimento de Vida Eterna, pero no deje nunca de comerlo cada semana, aunque no pueda ser el domingo por circunstancias de trabajo, si algún día de la semana. La Eucaristía es la Vida de la Gracia y el alimento que nos va haciendo mejores cada día.

Pero, si puedes tomarlo cada día, ¡hazlo!, porque no hay alimento para el espíritu mejor. En la Eucaristía es el mismo Jesús que se nos da y comparte su Vida con la nuestra; su Gracia con la nuestra. Eso sí, siempre en el esfuerzo de tomar conciencia que el Señor se hace presente y se nos da realmente. Pero, sin más preocupaciones que la de unos niños que creen en su Padre y tratan de imitarle en su vida diaria. Para ello necesitan conocerle y alimentarse de su Espíritu.

Es la fuerza de Jesús quien nos irá transformando en la medida que tú te entregues y te dejes transformar. Porque, eres libre y de ti depende la decisión de creer en Jesús y tomar ese alimento de Vida Eterna que Él te ofrece y te da gratuitamente. No hay que asustarse ni preocuparse, porque el Señor sabe de lo que somos capaces, conoces nuestras cualidades y talentos y no nos exigirá más de lo que podemos dar.

Nosotros, como buenos hijos, obedientes y dispuestos a esforzarnos en todo lo que Él nos vaya indicando e iluminando.  Es verdad, como nos decía ayer el Evangelio, tenemos que ser como niños que obedecen, imitan y se fían de sus padres. También nosotros, abajándonos con verdadera humildad encontraremos el camino con Jesús. Porque, Él es el único y verdadero Camino, Verdad y Vida. Amén.

sábado, 18 de agosto de 2018

INDEFENSOS COMO NIÑOS

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La arrogancia y la suficiencia nos juegan malas pasadas. Encienden nuestra soberbia y suficiencia y nos ensoberbecen cegándonos hasta el punto de creernos capaces de bastarnos por nosotros mismos. Sin darnos cuenta hemos dejado endurecer nuestros corazones. El mundo, sus tentaciones y seducciones nos han alejado de Dios y cerrados herméticamente a su Gracia.

No cabe ninguna duda que tendremos que despojarnos y vaciarnos de toda inmundicia y de todo aquello que contamina nuestro corazón, para, limpio y puro, abrirnos a la Gracia de dios y, abajados humildemente, hacernos niños sin concepciones ni derechos adquiridos. Porque, esa es la esencia del ser niño, no han tenido tiempo en sus vidas para creerse con méritos y derechos adquiridos. Están a merced de los demás y de, por supuesto, la Gracia de Dios, que los protege y los cuida.

Todo lo reciben gratuitamente, tanto de sus padres de este mundo, cuando no ocurre lo contrario, y, sobre todo, del Padre del Cielo. Es el Señor quien les abre los brazos y los defiende y los pone como ejemplo. Porque, los niños están abandonados en las Manos del Señor. 

Cuando seamos capaces de comprender que no tenemos méritos ni derechos, sino, que y por la Misericordia de Dios nuestro viejo, sufrido corazón, endurecido y contaminado por las tentaciones y seducciones de este mundo sea transformado en un corazón suave, humilde y abierto a la Gracia de Dios como el de un niño, estaremos en el camino del reino de los cielos.

Pidamos al Padre del Cielo que transforme nuestros corazones viejos y endurecidos por el pecado en unos corazones de niños necesitados del auxilio del Padre. Amén.