Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

jueves, 1 de marzo de 2018

DAME, SEÑOR, UN CORAZÓN MISERICORDIOSO

Resultado de imagen de Lc 16,19-31
Me doy cuenta, Señor, que mi corazón atrapado por las cosas del mundo se resiste a darse como Tú me lo pides. Me siento mal y sometido a mis pasiones y pecados capitales. El egoísmo, la avaricia, la ambición y la tentación de vivir para mí sin mirar para el otro están dentro de mi corazón. ¿Cómo liberarme de ellas? Es la lucha de cada día en la que me debato a muerte.

Hoy, escuchando y reflexionando sobre la parábola de este hombre rico y epulón, parábola que he escuchado y leído muchas veces, me siento temeroso de tu Amor. Porque, me da miedo no poder responderte y quedarme en la mediocridad de mi vida. Me experimento esclavo y encadenado a mi cárcel humana y herida por el pecado. Y, como ese rico epulón, pido clemencia para aliviar mi  sed. 

Pero, Señor, no quiero hacerlo cuando ya no tenga tiempo. Quiero hacerlo ahora que mi vida camina todavía por las sendas de la vida, valga la redundancia. Y me anima el saber que me quieres y que tu Misericordia es Infinita. Y que me invitas a escuchar tu Palabra y a no tener miedo, porque Tú, Señor, me acompañas y te compadeces de mi pobreza y esclavitud.

Transforma mi corazón, Señor, en un corazón paciente, desprendido, sensible, disponible a darse y a preocuparse por los demás. Dame esa sabiduría para encontrar el camino de la luz y del amor, y la voluntad para vivirlo como Tú me has enseñado con tu Vida y tu Palabra. Sí, es verdad que todo lo que pueda darte es muy poco. No porque no sea mucho, sino porque no vale nada. 

Pero, Tú, Señor, me conoces y sabes lo que puedo darte, y mi poca generosidad la puedes transformar en abundante generosidad y dar todo lo que de Ti he recibido para dar y compartir. Yo, Señor, quiero estar dispuesto para que Tú hagas en mí el milagro de vivir en el amor. Porque, quiero, Señor, estar contigo cuando me llegue la hora de regresar a Ti. Amén.

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