Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

lunes, 21 de septiembre de 2015

PARA SER LLAMADO SE NECESITA ESCUCHAR


Picar en imagen para ver mejor


Postramos nuestro corazón ante Ti, Señor, 
suplicándote que nos lo transformes 
en un corazón dócil y sumiso a tu Voluntad, 
en la que encontraremos el gozo, la paz
 y la felicidad eterna que buscamos.

domingo, 20 de septiembre de 2015

NO ES FÁCIL SER ÚLTIMO



Se puede decir con facilidad, pero no es nada fácil ser último. Porque "ser último" significa renunciar a muchas cosas a las que aspiras en tu vida. Ser último significa gastar tu tiempo en aliviar y remediar la vida de otros y en servirles. Ser último significa olvidarte de ti y de tus inmediatas aspiraciones mundanas, para, dejadas, servir, proclamando con tu vida, la salvación verdadera del hombre.

Ser último significa muchas cosas. Quizás tú estés pensando ahora mismos en lo que te exige ser último en tu vida. Quizás se te pase por la cabeza renunciar a ese partido, a ese puesto, a esa afición o a muchas cosas más. O simplemente a ese tiempo para ti. Ser último es muy difícil de conseguir, o mejor, imposible de lograr sin el concurso del Espíritu Santo.

Porque ser último significa amar como nos ama Jesús, y eso supone estar dispuesto hasta dar la vida. Es entonces, en esas circunstancias, cuando emergen nuestras limitaciones, nuestras apetencias, dificultades y apegos, y se hacen insoportables de superar. Nos experimentamos esclavos, sometidos y encarcelados en nuestros propios cuerpos. Y necesitados de libertad. Una libertad que sólo Jesús nos puede dar.

Por eso, Señor, te pedimos que nos des la Fuerza de tu Gracia para ser capaces vencernos y liberarnos de todas nuestras esclavitudes. Ser capaces de elegir, fortalecida nuestra voluntad, renunciar a nuestros propios egoísmos y ponernos en actitud de servicio en los últimos y excluidos. 

Sin Ti, Señor, no podemos conseguirlo, y conscientes de eso queremos unirnos a Ti y abrirte nuestro corazón para que, modelados y transformados por tu Gracia, seamos instrumentos de tu Amor según tu Voluntad. Amén.

sábado, 19 de septiembre de 2015

SEMILLAS DE FRUTOS



Quiero ser Señor semilla que dé buenos frutos. Pero no los frutos que espera y son de este mundo. No quiero frutos de éxitos mundanos, ni placeres y privilegios que me hagan la vida más hermosa y llevadera. ¡No!, porque esos frutos son frutos de perdición.

Simplemente te pido Señor los frutos que vienen del Amor. De ese Amor Tuyo que nos salva y nos transforma, y que nos invade de gozo y de paz. Frutos de un amor que, aun escondiendo dolor y sufrimientos, rebozan paz y gozo. El amor que nos revela nuestra propia conciencia y que nos desvela su conformidad con la Voluntad de Dios. Un amor que tras las amarguras, dolores  y sufrimientos hay esperanzas de paz y felicidad eternas.

Convierte Señor la semilla de nuestra vida en semilla buena que hunda sus raíces en lo más profundo de tu Amor y se abra a la acción de tu Gracia para que, cultivada en tu Palabra y tu Amor, dé los frutos buenos a los que está llamada. Amén.

viernes, 18 de septiembre de 2015

¿Y YO, PREDICO CADA DÍA TU PALABRA, SEÑOR?

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA UNIDA Y DEFENSA DE LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS





Nos preguntamos cómo tenemos que proclamar la Palabra de Dios y nos llenamos la cabeza de estrategias, métodos y formas diversas de hacerla eficaz y que llegue a todos lo mejor posible. Y supongo que eso no está mal, pero también que no es lo fundamental, ni siquiera lo verdaderamente importante.

Lo que creo es que hay que mirar a Jesús, y ver qué y cómo lo hacía Él. Supongo que lo fundamental es vivir lo que predicas. Y eso lo hacía Jesús. Supongo que lo importante es escuchar y atender a las personas, y eso lo hacía Jesús. Supongo que lo destacado es que te escuchen y te sigan porque descubren en ti bondad, cercanía, comprensión y amor. Y eso lo hacía Jesús.

Creo que Jesús nos señala, nos descubre y nos enseña como hay que proclamar su Palabra. Y creo que cada instante tienes esa oportunidad en tu propia casa, en tu trabajo, con tus amigos, en tu recreo u ocio y en todo lugar donde te encuentres y vivas. Proclamar la Palabra no es sino llevar a a vida el amor que recibes de Jesús, departe del Padre, y vivenciarlo con los que te rodean. Y deja todo lo demás que, no siendo malo, tampoco sirve de mucho. Porque si no hay amor y testimonio, todo lo demás no sirve para nada.

Hoy te pedimos Señor que nos des esa Gracia, la de vivir en tu Palabra esforzándonos en vivir cada Palabra que Tú nos dices y nos das. Tener la voluntad y la capacidad de hacerla vida en nuestra vida, y de darlas y ofrecerla con amor a los que nos rodean, desde la familia hasta la calle. Así enseñaremos a los demás que Tú eres el Señor de la Vida y de la Muerte.

Danos esa capacidad y esa esperanza de vivirla con alegría y entusiasmo sabiendo que cada instante vivido con amor es una abrazo que te damos desde lo más profundo de nuestro corazón. amén.

jueves, 17 de septiembre de 2015

ORAR ES SUPLICAR PERDÓN



Cuando oramos estamos pidiendo perdón. Porque sólo el que se sabe perdonado es capaz de pedir. Nadie se atreve a hablar con otro, y menos pedirle algo, si está en enemistad con él. Por eso, la oración de petición supone el conocer la Misericordia y el perdón de nuestro Padre. Por eso nos atrevemos a llamarle Padre nuestro y a pedirle, no sólo el pan de cada día, sino su Gracia, su Perdón y Misericordia.

Padre nuestro del Cielo, danos tu perdón por tantas ofensas que te hacemos cada día. Ofensas que se concretan en nuestros hermanos, desoyéndolos, maltratándolos, olvidándolos y siendo indiferentes ante sus dolores, problemas y carencias. Perdónanos Señor porque no somos dignos de merecerlo. Pero nos anima la esperanza de conocerte en Jesús, y saber de tu Misericordia y de tu Amor.

Por todo ello, como aquella mujer pecadora, hoy suplicamos tu Misericordia, y te pedimos voluntad para, siendo fuertes, ser capaces de perseverar y ser constantes en sostenernos en tu Amor, viviendo esforzados en hacer realidad tu amor. 

Danos Señor la Gracia de no desfallecer, de no derrumbarnos en la dificultad, ante los malos testimonios y en las incomprensiones y limitaciones de nuestro propio ser. Danos la paciencia de soportar y aguantar las tempestades que asolan nuestra fe y tienta nuestra perseverancia y constancia. 

En ti, Señor, ponemos toda nuestra confianza y nuestra esperanza. Amén.


miércoles, 16 de septiembre de 2015

SOMETIDOS A LA DISCONFORMIDAD



Es algo inherente a nuestra condición humana. Ante lo que sucede delante de nosotros siempre tenemos algo que reprochar. Nos cuesta mucho dar todo por bueno, y, hasta nos parece, que siempre hay que poner alguna objeción. Lo lógico es poner algún defecto aunque eso sea por decir algo, pues nos parece que no es bueno estar conforme con todo. Al menos eso es lo que se desprende en el ambiente en que hemos sido educados.

¡Cuánto nos cuesta mantener nuestra boca en silencio! Es eso lo que hoy queremos pedirte Señor, que nos mantenga nuestra boca en silencio y sólo abrirla cuando la situación lo demanda y se hace necesario. No es cosa fácil y necesitamos tu concurso y tu Gracia Espíritu Santo para poder enfrentarnos con esperanza de victoria contra nosotros mismos. En nosotros se esconde ese mal que nos traiciona y nos envuelve en la crítica destructiva y disconforme.

Cargados de esperanza, y en la confianza que, injertados en el Espíritu Santo, seamos capaces de liberarnos de esa inclinación y tentación a hablar mal y poner reparos a todo los que hacen, te rogamos Señor que nos llenes de la sabiduría de discernir lo bueno de lo malo, y de saber cuando debemos permanecer en silencio y callados, y cuando debemos intervenir y compartir.

Líbranos Señor de la tentación de la crítica y del desprecio a las obras de los demás, y danos un corazón humilde para aceptar el silencio y la humildad de construir por amor. Amén.

martes, 15 de septiembre de 2015

ACEPTAR MI VIDA DE CRUZ



Cada vida tiene su cruz. Cruz que para unos será mayor que la de otros, pero cruz que cada cual tiene la capacidad y la fuerza necesaria para soportar. Ha de ser así, porque de no serlo sería injusto echarnos tanto peso a nuestras espaldas.

La vida, en su camino, nos presentará nuestra cruz. Todos las tenemos y el camino consiste en aceptarlas y ofrecerlas a los pies del Señor compartiéndolas con Él. Eso es lo que significamos cuando hablamos de cargar con nuestra cruz.

No se trata de buscar cruces, ni de renunciar a ser felices en este mundo. Se trata de aceptar lo que nos viene encima y de compartir con aquellos que la vida les ha dejado desnudos y con más sufrimientos que alegrías. Y esas fuerzas son las que te pedimos, Señor. Fuerzas para renunciar a nuestros egoísmos de vivir despreocupados y mirando sólo para nuestros intereses y comodidades sin tener en cuenta a los demás. Sobre todo a los que sufren.

Danos la Gracia de sabernos débiles y pecadores, y de sacar fuerzas para, renunciando a nuestros egos personales entregarnos al servicio de los demás. No nos cuesta mucho decirlo, Señor, pero cumplirlos es harina de otro costal. Y conscientes de nuestra debilidad te pedimos voluntad y fuerza para, injertado en el Espíritu Santo, ser capaces de vivir coherente con lo que decimos.

Y a ti, Madre del Cielo, intercede por nosotros para que, siguiendo tu ejemplo, nos miremos en tu paciencia y perseverancia esperanzados en la Resurrección del Señor. Amén.