Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

lunes, 12 de septiembre de 2016

SEÑOR, AUMENTA MI FE



Cuando se cree no se duda. Se cree que esto va a pasar y ya está. Sin embargo, mi fe, aunque quiere creer y lo cree, siempre mantiene esa duda dentro de sí, y es lo normal y lógico. Porque la fe no la podemos comprar, ni siquiera adquirir. La fe es un don que da Dios y que yo, por eso, le pido encarecidamente.

Sí, experimento que tengo más fe, porque en el tiempo lo noto. Creo que ahora me costaría mucho dejar al Señor, pero también siento el peligro de instalarme y acomodarme a unas prácticas, unas reflexiones y unas casi costumbre que, quizás, me hacen sentir bien. Pero eso no basta. La fe implica algo más. Es un riesgo que demuestra que se cree, porque cuando tú crees en alguien arriesgas hasta tu vida por ese alguien.

En ese sentido, creo, que nos invita el Papa Francisco a meter líos hasta el punto de arriesgarnos. Porque la fe complica y mete en líos. Supongo que fue una complicación para aquel centurión recabar la ayuda de Jesús. ¿Un centurión romano creyendo en el Dios de los judíos? Podía verse complicado si eso trasciende. Y mira que ha trascendido hasta el punto que se repiten sus palabras en todas las misas de la Iglesia.

Señor, aumenta mi fe y dame la fortaleza y el valor de comprometerla, de proclamarla y de arriesgarla. Y no se arriesga sólo poniéndola en peligro, sino reflejándola en tu vida con el servicio, la escucha, la comprensión y la caridad. La fe se enciende en la medida que tu corazón queda prendido por y de ella. Y al prenderse quema todo lo que se le acerca. Se nota una fe viva. Así se notó la del centurión que la sacó a relucir por su siervo gravemente enfermo.

Danos, Señor, ese don de la fe. Una fe viva, disponible, entregada, servicial, amorosa, caritativa, compasiva, solidaria y misericordiosa, para que, sacándola a la calle, los demás puedan verla. Amén.

domingo, 11 de septiembre de 2016

UN CORAZÓN MISERICORDIOSO COMO EL TUYO, SEÑOR



Mi cabeza no piensa así; mis criterios son otros; mi justicia es limitada y no alcanza la misericordia que Tú me presentas, Padre, necesito cambiar. Mejor, necesito que me cambies, porque yo no puedo. Soy como el hermano mayor y me cuesta recibir a mi hermano que regresa fracasado. No soy capaz de verme a mí mismo como pecador. Me experimento justo, mejor que él.

No entiendo como compartes con publicanos y pecadores. Ellos no lo merecen. Son los desechos de la sociedad. Nosotros somos los herederos a los que está destinado el Reino de Dios. ¡¡Que ciegos estamos, Señor!! Perdona nuestra ceguera y nuestra necedad. Ten Misericordia de nosotros.

Porque, ¿quién verdaderamente necesita médico? ¿Los buenos o los malos? El sentido común y la lógica nos responde que los malos. Es decir, los enfermos, los perdidos, los pecadores. Y eso es lo que hace Jesús, porque ha venido a curar y salvar a los enfermos, a los perdidos y pecadores. Esas son las ovejas perdidas, las que se alejan y quedan a merced de los lobos del mundo. ¡¡Sálvanos, Señor!!

Por eso te pedimos, Señor, un corazón misericordioso como el tuyo, Señor. Capaz de perdonar por encima de lo que es justo o no lo es: Capaz de perdonar por encima del pecado y de la sin razón. Un corazón abierto a la misericordia y al perdón. Danos, Señor, la Luz de poder entender tu Gracia y todo lo que nos has dado gratuitamente. Danos la virtud de sentirnos agradecidos, porque eso hará que te reconozcamos como Señor y Dios nuestro.

Y también nos ayudará a vivir en tu presencia, cercanía y Palabra y a experimentar que sólo el amor nos acerca a la verdad haciéndonos libres. Porque sólo Tú, Señor, eres el Camino, la Verdad y la Vida. Amén.

sábado, 10 de septiembre de 2016

CULTIVA MI VIDA, SEÑOR, PARA QUE MIS FRUTOS SEAN BUENOS




Todo labrador espera buena cosecha. Con esa intención cuida su siembra regándola y mimándola con buena tierra y abonos. Espera frutos buenos y vigila para que nada los pueda estropear. Así, Señor, quiero yo que mi vida sea cuidada. La pongo en tus Manos para que seas Tú, mi Señor, mi Labrador, Dueño y Señor de mis pobres y humildes frutos.

Por mi parte, por la autonomía que Tú me has dejado, quiero e intento hacer el esfuerzo de mantener mi tierra limpia de impurezas, de malas hierbas y de parásitos que la puedan contaminar y debilitar su esperada cosecha. Quiero conseguir los mejores frutos para Ti, mi Señor, y me esfuerzo en comprometer mi vida en ese objetivo.

Pero, también, sé que sólo Tú eres el buen Labrador que todo lo que siembras y cuidas da y exiges frutos. Y, por eso, Señor, quiero poner mi propia tierra en tus Manos y Presencia, para que, por tu Gracia, la cosecha sea abundante y dé buenos frutos, los frutos que nacen de tu Misericordia y Amor. 

Gracias, Señor, por tanta espera y tanto Amor, que me animan a seguir ofreciéndote mi pobre y humilde tierra, para que, por tu Gracia, dé una cosecha abundante y buenos frutos. Y sea construida y apoyada en roca firme, que la sostenga y la mantenga en los momentos de tormentas y tiempos duros. Amén.

viernes, 9 de septiembre de 2016

UNA CEGUERA CRÓNICA

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS



El peligro es que la ceguera se vuelva crónica y no tenga cura. No corras a curar la herida del cínico, pues no tienen cura, es brote de mala planta (Si 3, 28).  Y nos puede ocurrir eso. Diría que a muchos no está ocurriendo. Se nos hace difícil volver atrás, salir de nuestras comodidades, donde nos encontramos bien y despojarnos de todas nuestras vigas que nos impiden ver.

El camino no es cómodo, y si no lo vemos así posiblemente sea porque no lo hemos visto todavía, o no lo comprendemos. El camino es duro, incómodo, estrecho, abnegado, arriesgado y dispuesto a morir. Y es que amar comporta e implica eso, un darse sin nada a cambio. Y eso da lata y cansa.

Señor, no podemos pedir otra cosa, sino abnegación y capacidad para soportarlo. Mucha humildad y paciencia para sufrir las adversidades de los demás y, con ellos, tratar de aliviarlas. Hay mucha gente que sufre, pero quizás no nos demos cuenta porque nuestras vigas nos lo impiden, y nuestros apetitos y pasiones instaladas nos lo impiden. Quizás necesitamos una limpieza para ver y obrar mejor de acuerdo con nuestra fe, porque no seremos discípulos de Jesús si no obramos tal y como Él nos ha enseñado y testimoniado con su Vida.

No hay excusas ni justificaciones. Somos lo que somos y verlo es descubrir esas enormes vigas que tenemos en nuestros propios ojos. Quizás ahora descubramos con mas convicción y certeza nuestra condición de pecadores. Realmente, somos pecadores, y te pedimos, Señor, que nos perdones. Comprendemos ahora lo importante de tu Misericordia. Gracias, Señor, por tu Misericordia, que nos salva y nos redime.

Limpia, Señor, nuestros pecadores ojos de esas enormes vigas que nos impiden verte y haz que iluminados por tu Espíritu, vayamos haciendo luz en nuestras vidas para quitarnos nuestras vigas y limpiar con nuestros humildes ejemplos las briznas de los demás. Amén.

jueves, 8 de septiembre de 2016

MARÍA, LA PUERTA DE LA REDENCIÓN



Virgen María, Madre de Dios, tú que has sido elegida para dar comienzo a la Redención y Salvación de todos los hombre dando tu seno para la encarnación del Hijo de Dios, intercede por todos nosotros para que seamos capaces de dar y darnos en servicio, por amor, al bien del hombre y de toda la humanidad, adheriéndonos a las peticiones de este mes del Papa Francisco.


Espíritu Santo, danos la fuerza y la luz para que sepamos vivir proclamando la grandeza del Señor, tal y como lo canta María en su Magnificat al saberse la elegida para ser la Madre del Hijo de Dios. Amén.


Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

miércoles, 7 de septiembre de 2016

CONTRADICCIÓN: NADIE QUIERE SER POBRE



La paradoja de la vida es que, mientras todos buscamos la felicidad eterna, todos también la rechazamos cuando optamos por las riquezas y comodidades en lugar de la pobreza y caridad. Es una contradicción que el sentido común no la explica. Porque negando la pobreza no apartamos de lo que realmente buscamos.

En el Evangelio de hoy, Jesús nos lo deja muy claro. Así que por falta de decirlo y saberlo no es. Su razón tendrá que estar en otra parte. Y es que nuestro egoísmo y naturaleza pecadora es tal que nos ciega hasta el punto de rechazar la salvación y optar por la condenación.

El camino son las bienaventuranzas. Un camino que, como los mandamientos, basta con ser pobre, que no es poco ni fácil lograrlo, para poder cumplir todas las demás. Pero una pobreza, no sólo material, sino principalmente espiritual. Una pobreza de espíritu que esté dispuesta a darse, a poner todos sus bienes, materiales y espirituales al servicio de los demás. Una pobreza que dé hambre y sed de justicia.

Una pobreza que nos impulse a sufrir con el que sufre, y a compartir con el que no tiene nada ni puede saldar su deuda. Una pobreza que rompa el miedo de sufrir insultos e injurias por el Nombre de Jesús, y que experimente, al contrario, alegría y regocijo en lugar de desesperación y angustia.

Danos, Señor, ese espíritu, para soportar nuestras riquezas y suficiencias, y para ponerlas siempre al servicio y bien de los demás. Porque sabemos, danos también esa sabiduría, que al final que muere a sí mismo, ganará su vida para siempre. Pero quien la gana en este mundo, la perderá a la hora de la verdad. 

Y yo, Señor, he sido creado por Ti para ganar y ser feliz en tu presencia. Danos, pues, esa virtud de discernir lo que es tu Voluntad contra la que no lo es. Amén.

martes, 6 de septiembre de 2016

LA ORACIÓN, LA FUENTE DE NUESTRA FUERZA



La vida nos presenta muchas dificultades. Muchas veces no provengan del exterior, porque, quizás son las que mejor podemos vencer, sino de nuestro propio interior. Ya sea como enfermedad, remordimiento, intranquilidad de conciencia o de otra índole. El resultado es que hay momentos de cansancio, de oscuridad y de deseos de abandono.

Y en la oración encontramos la fuente de nuestra fuerza. En ella podemos reforzarnos y levantarnos para continuar el camino. El estilo que Jesús nos dejó estaba marcado por la oración. Los momentos importantes de su Vida están llenos de oración, y cada momento de nuestra vida, por pequeño y sin importancia que parezca, son momentos vitales e importantes.

La oración es el aire que oxigena nuestro camino, lo despeja y le da sentido. La oración coloca todos nuestros desaires y fracasos en el lugar donde pueden transformarse en impulsos de energía y esperanza. Porque nada supone fracaso, sino oportunidad de levantarse, reponer humildad y seguir los pasos. Porque lo importante no son los pasos ni los resultados que traen los mismos, sino la huella de amor que tú vas dejando en tu propia vida.

Y esa huella de amor está íntimamente relacionada con la oración. Jesús, el Señor, elige a sus apóstoles previos momentos de oración, y también tú y yo somos momentos previos de oración por el Señor. Porque desde el principio fuimos pensados y creados por Él. Estábamos en su Pensamiento, y también en su Pensamiento está el que volvamos a Él.

Pidamos, confiados en su Misericordia y en constante oración de cada día que descansemos en Él y sigamos sus pasos. No perdamos su ritmo y tengamos plena confianza que Él camina también con nosotros, a pesar de la oscuridad y los nubarrones que nuestra vida descarga en nuestro propio camino. En Él lograremos encontrar siempre la salida. Amén.