Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

lunes, 10 de abril de 2017

NOSOTROS SABEMOS MÁS

Nuestra Pascua no es como la de Marta, María o Lázaro. Ni tampoco como la de los discípulos, ni, mucho menos como la de Judas. Nosotros gozamos de mucha más ventaja, y, lógicamente, se nos pedirá mucha más responsabilidad y cuenta. Es de sentido común, porque, ellos, no sabían lo que iba a suceder y mucho más difícil creer. Sin embargo, muchos estuvieron al lado del Señor, incluso en los momentos de mayor dificultad.

¿Y nosotros? ¿Qué hacemos? Porque nosotros sabemos el desenlace final. Sabemos de la Resurrección del Señor y del testimonio de todos los que le vieron después de la Pascua. Y de nuestra Madre la Iglesia que nos lo ha transmitido hasta nuestros días, y continúa haciéndolo por su Palabra y el testimonio de tantos santos que le han seguido y nos han dejado su testimonio.

Vivamos esta Pasión y muerte del Señor con esperanza y fe, confiados en su Palabra y abierto a la acción del Espíritu Santo, que nos acompaña y nos alienta a continuar el camino del Señor. A vivir con intensidad y con fe nuestra propia pascua, con nuestras dificultades, fracasos, incomprensiones y pecados, pero siempre esperanzados en que con el Señor resucitaremos para la vida gozosa y eterna junto al Padre. Amén.

domingo, 9 de abril de 2017

UNA ACOGIDA TRIUNFAL, PERO HUMILDE

Jesús no se deja embaucar ni seducir por la algarabía y los clamores triunfales. Le vitorean y aclaman y le proclaman el enviado en nombre del Señor, pero Jesús no se pronuncia ni se vanagloria. Se presenta sumido en la humildad y dispuesto a proclamar el Evangelio para el que su Padre le ha enviado.. Sabe las dificultades que le esperan y el rechazo de los hombres, que piensan en otro mesías tal y como ellos se lo imaginan.

Y yo, Señor. ¿qué Mesías tengo en mi cabeza? Y yo, Señor, ¿qué Mesías quiero imaginarme? Y yo, Señor, ¿qué Mesías espero y deseo? Posiblemente, de estar ahí, quizás, te hubiese rechazado, y quiero agradecerte, Señor, que eso no ha ocurrido, porque estoy aquí. Gracias por conocerte en este momento de la vida, mi vida, y creer en Ti. Gracias, Señor, por la fe y la esperanza.

Porque muchos amigos, familiares y conocidos no creen, Señor. Porque sabiendo y recibiendo lo mismo que he conocido y recibido yo, no creen. Te han rechazado y condenado. Y eso, perplejo y asombrado, lo experimento y lo valoro. Porque siendo peor que ellos, me has dado la fe de creer en Ti, y de acercarme a Ti. Y de experimentar mis debilidades, mis fracasos, mis errores y pecados. Y quiero, a pesar de mis caídas seguirte y estar siempre en tu presencia y contigo.

Yo no quiero imaginarme un Mesías, sino aceptar al Mesías que Tú me descubres y me presentas. Yo no quiero plantearte preguntas y exigencias, sino obedecerte y seguirte, tal y como Tú me indicas y me señalas. Porque Tú eres un Mesías bueno, justo y en verdad, y tu Palabra es Palabra de Vida Eterna. Y vienes enviado por tu Padre para salvarnos del pecado y la esclavitud.

Por eso, Señor, hoy, domingo de Ramos, esperanzado en lo que se avecina y en tu Resurrección pasada la Pascua de tu Pasión, quiero darte gracias y abrir mi corazón a tu Palabra. Amén.

sábado, 8 de abril de 2017

HAN DECIDIDO MATARLE


Me pregunto, ¿qué he decidido yo? Porque también yo tengo mi responsabilidad y tomo parte en esa decisión. Porque, quizás, dentro de mí también pulula esa misma respuesta, "matarle". Porque se me ha dado esa oportunidad, elegir estar con Él o rechazarle. Y eso equivale a condenarlo y matarle dentro de mi corazón. 

No hay ninguna diferencia con la condena que le dieron aquellos judíos contemporáneos y la que puedo decidir yo ahora, en este instante  y en estos momentos de mi vida. Porque te condeno, Señor, y te mato cada vez que te ignoro en el hermano que tengo a mi lado y sufre y padece; porque te condeno a muerte cada vez que desoigo tu Palabra y atiendo la del mundo que me rodea; porque te mato cuando me instalo en mis apegos, apetencias y hábitos cómodos y de bienestar; porque elijo tu condena y muerte cuando desoigo tu Voluntad y dirijo mi vida según la mía, instalado en mis pecados y rechazando la acción del Espíritu Santo.

Y, hoy, consciente de mis debilidades y pecados, quiero pedirte, Señor, que me des la capacidad de ver tu Camino y escuchar tu Palabra, comprenderla y vivirla. Vivirla en tu Gracia y dirigido por el Espíritu Santo, que me auxilia y asiste en el verdadero camino de salvación según tu Voluntad.

Quiero pedirte, Señor, luz y sabiduría para saber caminar por este mundo, difícil y lleno de peligros y tentaciones. Y, en esta hora que me ha tocado vivir, caminar en tu Palabra y Voluntad, y, fortalecido en ellas, vivirlas intensamente. Pero, también, te pido perdón por todos mis errores, caídas, debilidades, fallos y pecados. Por mis miedos, mis apegos y comodidades. Por mis impaciencias y mis inclinaciones a no comprometerme y despreocuparme para vivir cómodamente, pensando sólo en mí.

Sé, Señor, lo mísero que soy, y te pido levantes a este humilde y pobre pecador que, sin Ti, Señor, se experimenta perdido y muerto. Amén.

viernes, 7 de abril de 2017

VALE LA PENA COMPLICARSE POR AMOR


HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS


Seguir a Jesús no nos supone que las cosas se nos arreglen. Al contrario se no complica. En el Evangelio de hoy vemos como, Jesús, se siente amenazado y por mucho que trata de convencerles presentando todas sus obras, no le hacen caso. Están ciegos y llenos de oscuridad de ambición, de soberbia,  de pecados que no quieren lavar.

Amar no supone camino llano. El amor complica la vida. Es lo que ocurre en el matrimonio y en el enamoramiento. Cuando amas sabes que la vida se te puede complicar, pero lo aceptas de muy buena ganas, porque tu amor está dispuesto a afrontarlo y superarlo. El amor lo puede todo, y, en Jesús, hasta con la muerte. Amamos a Jesús, no porque las cosas se nos vayan a solucionar, lo mismo que ocurre con nuestro matrimonio, sino porque con el amor de Jesús nos va a ir mejor, ¡¡mucho mejor!! que con todo lo que nos puede ofrecer este mundo: éxito, dinero, fama, privilegios, poder pasión, placeres...etc.




Seguir a Jesús es la mejor opción que podamos descubrir, porque detrás de todo lo demás no hay sino vacío, sin sentido, envidias, luchas, enfrentamientos y caducidad que termina con la muerte. Y, de eso no hace falta hablar mucho, porque todos lo sabemos, pero igual nos sucede como aquellos judíos, que estamos obcecados, ciegos y rodeados de tanta oscuridad que nos vemos ni por donde vamos.

Pidamos luz, mucha luz, para encontrar el verdadero sentido del amor. Porque, ocurre, que nos empeñamos en amar de forma egoísta, placentera, mirándonos el ombligo y eso termina por destruirnos y destruir todo lo que nos rodea. 

Pongamos toda nuestra confianza en las Manos del Señor y, viendo todas sus obras buenas dejémonos conducir por su Palabra y la acción del Espíritu Santo. Amén.

jueves, 6 de abril de 2017

VIVIR EN TU PALABRA, SEÑOR, PARA VIVIR ETERNAMENTE

Es la cuestión más importante de nuestra vida, y pasa delante de nosotros indiferente. Corremos al médico, nos preocupamos en caminar, hacer ejercicio y cuidarnos. Pero, ¿qué cuidamos? ¿Un cuerpo corrupto y que se pudrirá con la muerte? Porque la forma en la que lo cuidamos no garantiza nada, sino la muerte. Sabemos que envejecemos y a esperar el último día.

¿Es qué no hay más? ¿No hay ninguna otra esperanza? Pues, Jesús habla muy claro: «En verdad, en verdad os digo: si alguno guarda mi Palabra, no verá la muerte jamás». Aquí tienes la solución, porque no hay otra propuesta de este calibre, y lo que hay que cuidar. Ahora, lo que falta es que te lo creas. Para ello, al menos, tienes que enterarte, conocerlos y saber quien y qué dice el Padre y a quien envía, al Hijo. Ambos son fundamentales en tu vida. ¡Claro!, si quieres vivir eternamente.

Todo lo que gastes en correr, en hacer ejercicios físicos, en dietas y toda la vida buena que quieras llevar, sin dejar de ser bueno, no sirve sino para, quizás, en el mejor de los casos, alargar unos años tu vida, pero nada más. La vida eterna y en plenitud de gozo y alegría está en el Señor. Él te la ofrece, y sólo te pide que creas en su Palabra. Y no es nada difícil si te lo pones por obra, porque vas descubriendo que todo lo que te dice está escrito dentro de tu corazón y tú lo deseas.

Sin embargo, ocurre que no es fácil hacerlo. Cuesta, porque nuestra naturaleza está tocada y muy herida. Diría, gravemente herida, pero en Él y con la Gracia del Espíritu Santo, enviado para auxiliarnos, podemos salir victorioso. Pero, para ello, necesitamos perseverar en su Palabra. Y eso es lo que, humildemente, hoy, Señor, te queremos pedir. 

Te suplicamos que nos des la fuerza de tu Espíritu para que no desistamos en seguirte y permanecer fieles a tu Palabra. Porque en Ella encontraremos la Luz y la Sabiduría para guiarnos y caminar hacia Ti por caminos de Verdad, de Paz y de Justicia. Amén.

miércoles, 5 de abril de 2017

PERSEVERAR EN LA PALABRA

Es un peligro y un grave error creernos mejores que otros. Y es un peligro porque, aunque no queramos pensar así ni creernos nada, se nos cuela ese virus que nos tienta y nos hace pensar en eso. Porque los malos pensamientos no podemos evitarlo. Vendrán, y nuestra defensa será dejarlo salir de la misma manera que entran, pero sin utilizarlo, ni hacer acopio de aprovecharnos y satisfacernos en ellos. En el Espíritu Santo tendremos un aliado fuerte para vencerlos y alejarlos.

No somos hijos de Dios porque hayamos nacido dentro de la Iglesia y estemos bautizados. Ni recibiremos la promesa de salvación por lo mismo, sino por la fe. En la medida que creamos en el Señor seremos merecedores, entre comillas, de recibir la salvación. Y digo "entre comillas" porque todo es Gracia de Dios, pues de Él los hemos recibidos.

Sin la fe en Jesús, el Señor, no es posible que nadie alcance la promesa de Abrahán. Por lo tanto, no se trata de ser judíos, discípulo, griego, esclavo o libre. Se trata de ser creyente y creer en la Palabra de Dios que nos trae Jesús. Todos estamos hermanados en el Bautismo.

Pidamos al Espíritu Santo que nos libere de ese orgullo espiritual y que nos llene de humildad. Sólo la Gracia de Dios nos hace hijos suyos y herederos, en y por Cristo Jesús, de su Gloria -Rm 8, 14-17-. Por tanto, esforcémonos en perseverar confiados en la Palabra del Señor y seguir sus mandatos, cual es el de amar. Amar como Él nos ama y nos enseña.

Pidamos paciencia, fortaleza, sabiduría y paz. En este día que empieza venimos todos a pedirte, Señor, paz, sabiduría y fortaleza. Queremos iniciar este día junto a Ti y recorrerlo confiando en Ti y perseverando en tu Palabra. Amén.

martes, 4 de abril de 2017

HAY MOMENTOS DE DESASOCIEGOS Y TRIBULACIONES

No podemos ocultar la realidad. También nosotros dudamos en muchos momentos. La fe es un don de Dios, y sólo en Él podemos estar seguros y afirmados. Pedro -Mt, 14, 28-30- se hundió en el agua cuando le vino la duda y tuvo miedo. Y todos tenemos momentos de zozobra y tribulación. Necesitamos, pues, la Gracia del Espíritu Santo para permanecer firmes en la fe.

Pero, tampoco podemos negar que dentro de nosotros reside y vive la huella de Dios. No nos explicamos, decía un joven, muchas cosas y necesitamos creer en algo. Pero ese algo no lo concretan y justifican la existencia de muchos dioses, y cada cual cree en el que le convenga. Que al final conviene en hacer lo que les parece y piensan. Es decir, son sus propios dioses, y eso de que hay muchos, podemos convenir, que ellos forman parte de esa multitud.

La cuestión la esconden en la razón de que hay un Dios. Un Dios creador de todo lo que se ve y lo que no se ve. Pero ese Dios no les cuadra con Jesús, pues, seguramente, ellos tienen uno propio, pensado según su manera de ver el mundo. Y se quedarán buscando en este mundo, porque Jesús no es de este mundo, bien claro nos lo dice:«Yo me voy y vosotros me buscaréis, y moriréis en vuestro pecado. Adonde yo voy, vosotros no podéis ir». Los judíos se decían: «¿Es que se va a suicidar, pues dice: ‘Adonde yo voy, vosotros no podéis ir’?». El les decía: «Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba. Vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Ya os he dicho que moriréis en vuestros pecados, porque si no creéis que Yo Soy, moriréis en vuestros pecados».  

Nosotros, Señor, sí creemos. Creemos en tu Palabra y queremos seguir tus huellas de salvación. Te pedimos que nos alumbres el Camino, la Verdad y la Vida que Tú eres y que nos des la sabiduría de perseverar en la fe. Esa fe que te rogamos nos aumentes y nos la fortalezcas. Amén.