Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

viernes, 28 de julio de 2017

UN CORAZÓN ENDURECIDO

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDA



Mi corazón, Señor, no es el apropiado para acoger tu Palabra. Está endurecido por el mundo en el que vive, y su tierra está contaminada por las seducciones que le rodean. Sufre muchas tentaciones que le debilitan y le alejan de dar buenos frutos. Es un corazón de piedra, que no deja que sus raíces se hundan en la tierra. Y necesito al buen Sembrador que hunda mis semillas en tierra buena para que den frutos.

Tú, Señor, eres quien puedes cambiar mi corazón. Y convertirlo de piedra en un corazón de carne, suave y misericordioso e inundado de amor. Sácame, Señor, de esas indecisiones que me separan de Ti; despójame de todas esas tentaciones e inclinaciones terrenales que debilitan mis raíces y, apartándome, impiden que dé buenos frutos. Dame, pues, Señor, un corazón bueno, bien abonado y lleno de amor, para que, por tu el agua de tu Gracia, sea fértil y dé buenos frutos.

Ayúdanos, Señor, a regar cada día nuestros corazones de tu Palabra, pero, también, a entenderla y a obedecer. Ayúdanos a llevarla a nuestras vidas y a cultivarlas con la Gracia de los Sacramentos. Ayúndanos a permanecer y perseverar en la Iglesia, para que nuestras raíces no se debiliten y se sostengas fuertes y fortalecidas a la buena tierra para dar buenos frutos.

Se nos hace imposible conseguirlo sin Ti, Señor. Necesitamos el riego de tu Gracia y de tu Palabra, y que nos abras nuestras mentes, para que podamos escucharte con nuestros oídos y verte con nuestros ojos. Pero, sobre todo, hacer que la semilla de tu Palabra crezca y dé frutos en nuestros corazones. Amén.

jueves, 27 de julio de 2017

LA OPORTUNIDAD DE HABLAR CON DIOS

No es algo corriente ni pequeño. Se trata de hablar con Dios. ¡Dios mío, hemos perdido la capacidad de asombro y del amor primero! Nos acostumbramos a orar, que consiste en hablar con Dios, y nos parece algo tan común y frecuente que, igual no le damos mucha importancia. De esa manera, posiblemente, nuestra oración no tendrá toda la atención y escucha que necesita. Y, posiblemente, nuestros oídos no oirán, ni nuestros ojos verán.

No es que quiera preocupar ni preocuparme mucho por ello. Soy humano y pecador, y muchas veces, lo confieso, me he culpado de hacer de mis oraciones una rutina diaria. Se me va el santo al cielo y la hago de forma mecánica. Trato de enmendarme, pero experimento que vuelvo a caer. Sin embargo, sigo poniendo toda la atención de la que soy capaz y siendo perseverante. Porque es el Señor quien me dará la Gracia de despertar mi atención y mi conciencia, y el gozo de estar en su presencia.

Por eso, nunca mejor ocasión para suplicarle, pedirle y rogarle que me llene el corazón de su Gracia y me haga sentir el gozo, la alegría y la paz de que mi oración sea cada día más gozosa, atenta y llena de paz. Porque, siendo así, también será más plena y sabia, ya que tendrá la sabiduría que viene de Dios y la que nos hará ver el camino de la verdad y del amor.

Por todo ello, Señor, te pedimos que nos abras nuestros oídos y nuestros ojos, y que estemos atentos a tu Palabra, para, si no entender, si perseverar y confiar en que el Espíritu Santo nos guiará, revelándonos todo lo que necesitamos, para seguir tu Camino y cumplir con tus Mandatos y tu Voluntad. Amén.

miércoles, 26 de julio de 2017

¿QUÉ TIPO DE TIERRA ERES?

Un labrador prepara su tierra. Sería impensable que no la cuidara y la mimara hasta exigir de ella frutos. De la misma forma, Dios no puede habernos creados para dejarnos estériles y sin dar frutos. Ya, en el pueblo de Israel si señalaba como una maldición ser estéril. Dios nos ha creado y ha sembrado en nuestros corazones la semilla de su Palabra.

Y hoy nos habla en parábola explicándonoslo, para que despertemos y tratemos de acoger, en nuestra tierra particular, esa semilla plantada. Él es ese Sembrador que ha sembrado esa semilla y nosotros seremos esa tierra que la acoge, la fertiliza y la hace dar frutos, por medio de su Gracia. 

Necesitamos abrirnos a su Palabra y dejar que nos fecunde y nos, muriendo, haga fructificar y dar buenos y hermosos frutos. Pero, para eso, necesitamos estar atentos, escuchantes, abrir nuestros oídos y disponibles a su siembra. Y eso es lo que te pedimos hoy, Señor. Danos esa capacidad de acoger tu Palabra, y también de discernirla y de aplicarla a nuestra tierra para que dé frutos.

Sin tu Gracia nada podemos hacer, ni ningún frutos podemos dar. Necesitamos la oración y la atenta y paciente escucha, pero acompañada de tu Gracia, Señor. Porque, sin Ti nada podemos hacer. Siempre repetimos las mismas palabras. Y es que no sabemos decir otra cosa. Insistimos confiados en tus Palabras, que nos has animado a ser constante e insistentes. No dejaremos de pedírtelo.

Danos la fortaleza, la sabiduría, la capacidad, la voluntad, la paciencia, la esperanza y la constancia de no desfallecer y sostenernos en tu Palabra. A pesar de no entenderla en muchas ocasiones; a pesar de no poder llevarla a nuestras viciadas y débiles vidas; a pesar de descubrirnos pobres labradores, indignos de ser campos y tierras donde Tú, Señor, has dejado tu semilla. Perdónanos, Señor, y riega nuestras pobres y estériles tierras, para que, por tu Gracia, puedan dar los frutos que Tú Misericordiosamente, esperas de cada uno de nosotros. Amén.

martes, 25 de julio de 2017

ABIERTOS A LA ACCIÓN DEL ESPÍRITU

Esa es nuestra misión, estar abierto a la acción del Espíritu Santo. Es la tarea más difícil, porque seguir sus impulsos y mandatos no es nada fácil. Porque, nos va a exigir y a dirigir hacia muchas cosas que no nos gustan o que nos presentan dificultad. Y es que todos sabemos que, cuando se trata por nuestra cuenta, nos abandonamos en muchos momentos y dejamos de hacer muchas cosas, que luego, nos arrepentimos y nos confesamos. ¡Cuántos pecados de y por omisión!

Los apóstoles siguieron sus órdenes confiados a su Poder y Amor. Es el Espíritu quien acompañó a Jesús al desierto; fue el Espíritu quien concibió en María al Hijo de Dios; fue el Espíritu quien señaló a Jesús como el enviado y predilecto del Padre, presentándolo ante el pueblo de Israel. Y es el Espíritu quien guia a la Iglesia durante su travesía hasta la segunda venida del Señor.

Por lo tanto, Señor, te pedimos que seamos fieles a sus mandatos, y capaces de abrirnos a su acción, a pesar de no entender muchas cosas, ni confiar en nuestras propias posibilidades. Así como los apóstoles fueron fieles a sus impulsos desde el Espíritu Santo, danos también a nosotros la fortaleza de seguirlos también. Iluminanos para que pongamos en nuestro corazón, como centro y norte de nuestra vida, la Voz del Espíritu Santo, y que nuestros pasos sean siempre dirigidos por Él.

Hoy, festividad de Santiago Apóstol, patrón de España, te pedimos fortaleza, ánimo, confianza y voluntad para seguir su camino. No tanto el camino peregrino de Santiago, sino el camino que recorrió su vida dándola por Ti. Poniéndote siempre en el primer lugar de su vida y dándole fiel cumplimiento, incluso a riesgo de su propia vida. 

Señor, llenanos de tu Poder y Fortaleza para que, como Santiago, seamos capaces de entregar nuestra vida, por encima de todo aquello que quiera separarnos de Ti. Amén.

lunes, 24 de julio de 2017

¿Y NOSOTROS, NO LE INTERPELAMOS TAMBIÉN?

¿Cuántas veces nos hemos resistido a la llamada de Dios?  ¿Cuántas veces le ponemos condiciones a sus planes y proyectos sobre nosotros? Tratamos de atarle las manos e imponerles nuestros planes e ideas. Y estas siempre de forma que nos sean favorables. ¿No es eso exigirle pruebas y prodigios como aquellos escribas y fariseos? Por lo tanto, no miremos de forma despreciativa y acusadora a aquellos escribas y fariseos, sino que tratemos de mirarnos profundamente nosotros mismos.

Y eso es lo que tratamos de pedirte hoy, Señor. Danos la capacidad de saber mirarnos a nosotros mismos, y de la capacidad de discernimiento, para darnos cuenta de nuestros pecados y de nuestros rechazos. De descubrirnos lo lejos que estamos de cumplir con tu Voluntad, y de reconocernos que buscamos cumplir la nuestra y no la Tuya. Perdona, Señor, nuestras mentiras e hipocresías.

Y, reconociendo que eres un Padre Misericordioso, volvemos la mirada hacia Ti y te pedimos que nos des la fortaleza y la voluntad de, arrepentidos, saber aceptarnos pecadores. Y abiertos y disponibles a tu Palabra esforzarnos, cada día, en la lucha de vencernos y renunciar a nosotros para vivir en el amor por tu Amor. Por eso, Padre, confiados a tu Palabra, te damos gracias por tu Redención, que nos salva y nos hace hijos de tu Padre Dios.

Gracias, Señor, por tanta Gracia y por el regalo de la vida. Gracia, Señor, por darnos la oportunidad de, perdonándonos, salvarnos y regalarnos la dicha de la Vida Eterna. Sí, Padre, es un misterio tanto Amor, que no entendemos. Porque, indudablemente, no nos lo merecemos. Y, porque, encima, no estamos a la altura de corresponderte en el cumplimiento de tus mandatos. 

domingo, 23 de julio de 2017

UN MUNDO SALVAJE LLENO DE PELIGROS

Estamos acostumbrados a ver documentales del mundo libre animal. Un mundo salvaje donde cada día la lucha por la subsistencia es una batalla a vida o muerte. Y donde cada día nacen, subsisten y mueren muchos animales. Unos devorados por otros. Es el equilibrio natural de la vida. Es la ley del más fuerte.

Y eso nos parece que sucede sólo en el mundo animal libre. Al que llamamos mundo salvaje. Pero, ¿acaso nuestro mundo es mejor? ¿Somos nosotros un mundo libre ordenado y respetado? ¿Se respetan los derechos de los más débiles? Si miramos las estadísticas, observamos que cada día mueren mucha gente en accidentes de tráfico, por ejemplo. Y sus consecuencias son distracciones, incumplimientos de las normas de tráfico o no tener el debido transporte en perfectas condiciones. Descuidos y más descuidos.

Pero, todo no se queda en eso. Hay también muchas muertes por enfrentamientos, robos, atentados, guerras, sexo, abortos...etc. ¿No es eso una selva? En la selva se mata para comer, pero aquí, en nuestro mundo se hace por envidia, por vanidad, por soberbia, por egoísmos, por ideologías y hasta por maldad. Al lado de la semilla buena crece también la cizaña. Y nada se puede hacer. Hay que esperar al final cuando los segadores enviados por el Señor corten la cizaña y la separen del trigo. Entonces todo se verá mejor.

Lo importante es tratar de mantenernos como trigo y no confundirnos, ni alinearnos con la cizaña. Lo importante es no convertirnos en cizaña, sino sostenernos firmemente en ser buena semilla que dé frutos buenos, aunque eso ocasione nuestra muerte a este mundo. Porque, entonces, dando nuestra vida la ganaremos para la eternidad.

Pidamos al Señor esa Gracia. La de ser buena semilla que persevere pacientemente en la lucha de cada día hasta la hora de los segadores enviados por el Señor. Entonces presentaremos nuestros buenos frutos para ser recogidos y para gozar de la Gloria Eterna. Amén.

sábado, 22 de julio de 2017

RENDIDOS A TU PALABRA

Tú, Señor, eres nuestra esperanza y nuestra vida. Sin Ti, Señor, ¿a dónde vamos? Sin Ti, la vida no es vida, porque Tú nos has enseñado a vivir en la verdad y el amor. Y, es ahí, en el amor donde se esconde esa felicidad y gozo que buscamos. Tú, Señor, no puedes morir, porque con tu muerte se acabaría mi vida y mis esperanzas.

En Ti, Señor, deposito toda mi confianza y espero, según tu Palabra, la Vida Eterna. Una vida que se me devolverá en la resurrección, tal y como Tú, mi Señor, has Resucitado. Y como, María Magdalena, a anunciado a los apóstoles. Ella fue la primera en experimentar y ver tu Resurrección, y la primera en anunciarla a los apóstoles. Y en ese anuncio descubrimos esa Verdad escondida dentro  y en lo más profundo de nuestros corazones.

Gracias, Señor, porque has ofrecido voluntariamente tu Vida, para que la mía también fuera salvada, eterna y dichosa. Gracias, Señor, porque has dejado tu huella en los labios de María Magdalena, para que anunciando tu Resurrección a los apóstoles, nos la dio a conocer a nosotros también. 

Danos, Señor, también a nosotros, la sabiduría y la fe de proclamarla con la misma convicción y entrega. Ayúdanos, Señor, a dejarnos de tantas ataduras que nos impiden verte y adorarte, y, sobre todo, anunciarte con nuestro testimonio de vida y de palabra. Aumenta nuestra fe y nuestra experiencia de tu presencia, y fortalece nuestra voluntad y convicción para, con nuestro testimonio, derramar el anuncio de tu Resurrección, roca y fundamento de nuestra fe. Amén.