Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

viernes, 2 de agosto de 2019

UN NUEVO PROYECTO CADA DÍA

Resultado de imagen de Mt 13,54-58


HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 


Es hermoso levantarse cada día, Señor, con un nuevo proyecto. Un nuevo proyecto compartido contigo desde nuestras disponibilidades a la acción del Espíritu Santo. Un nuevo proyecto donde el Espíritu Santo nos propone, nos señala y guía para que nosotros actuemos fortalecidos, iluminados y asesorados por Él. Creo que esta nueva forma de verte y entenderte, Señor, marca, apasiona e ilumina nuestra nueva forma de ver, actuar y vivir cada día nuestra vida.

Empezar de cero significa emprender una nueva conquista cada día considerando que no hemos logrado nada, y menos por nuestros méritos. Significa vernos pobres, alejados e inmerecidos de tu Misericordia, Señor, y necesitados de tu Gracia. Significa activar todo nuestro esfuerzo desde la humildad de descubrirnos pecadores e indignos de tu Amor Misericordioso. Significa tener siempre presente, Señor, tu Gracia, Tu Misericordia y tu presencia en el centro de todo mi ser y obrar.

Significa, Señor,  experimentar desde lo más profundo de mi corazón el deseo de estar postrado a tus pies dándote gracias por todo lo recibido y por cada instante de vida vivida en tu presencia y según tu Palabra. Porque, esa, Señor, es la dicha más grande que podemos vivir. El Tesoro más grande que podemos buscar, y la petición más hermosa que podemos pedirte y encontrar. Amén.

jueves, 1 de agosto de 2019

QUIERO, SEÑOR, ELEGIR TU REINO

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Todos buscamos un reino. Un reino que colme todas nuestras apetencias, nuestros proyectos y nos satisfaga de gozo y felicidad. Es la tendencia humana y a la que no podemos resistirnos, pues todo ser humano busca ser feliz, pero también eterno. Y es esa eternidad la que no consigue, dentro de la felicidad, prolongar eternamente. Ese es el dilema que tiene el hombre planteado y al que no quiere enfrentarse porque ya de antemano se ha rendido al mundo y resignado a la muerte.

¿Acaso dentro de nuestro corazón se ha apagado ese deseo de eternidad? ¿No los sentimos, aunque sea algo lejano, dentro de nosotros? ¿No mantenemos, a pesar de nuestra resignación, la esperanza de encontrarlo? Claro que sí. Todos anhelamos vivir eternamente y felizmente, pero no acabamos de creérnoslo. Y es ahí donde empiezan todas nuestras dificultades y problemas. Porque, el gozo y la alegría la podemos encontrar, pero la eternidad no. Todo en esta vida es caduco y hasta lo bueno tiene su momento final.

Pero, esa fatalidad nos hace levantar la mirada y buscar a Aquel que nos promete esa Vida Eterna en gozo y plenitud de felicidad. Es Jesús que con su Palabra nos llena de esperanza y de alegría al ofrecernos con toda garantía Vida Eterna en plenitud. Nos descubre el momento final y de como aquellos que permanezcamos en su Palabra seremos apartados de los malos y llevados a la Gloria Eterna para gozar de su presencia en plenitud de felicidad.

Y no se trata de algo que puede ser posible y de lo que tengamos esperanza. Se trata de algo real y garantizado por la Palabra de Dios, que, enviando a su Hijo ha pagado por nuestro rescate y con su Muerte y Resurrección nos garantiza, también a todos los que en Él creamos, la Vida Eterna. Hay garantía absoluta porque el Señor Jesús ha vencido a la muerte. Te damos gracias, Señor, y te pedimos que nos des la fortaleza, paz y sabiduría de sostenernos en tu Palabra y de permanecer fieles en tu seguimiento. Amén.

miércoles, 31 de julio de 2019

¿QUÉ HAY EN MI CORAZÓN?


Resultado de imagen de Mt 13,44-46
Saber que esconde mi corazón es saber que es lo que realmente busco en mi vida. Porque, dentro de mi corazón estará el verdadero tesoros que moverá mi vida hacia su búsqueda insaciable. El riesgo será que encontrado ese supuesto tesoro no me sacie eternamente. ¡Eh ahí el problema! Porque, de no saciarme eternamente estoy buscando en lugar equivocado.

Un verdadero Tesoro tiene que cumplir con ese inmenso deseo de felicidad que arde dentro de mi corazón. Un deseo que colme todas mis ansias eternamente, porque, de no ser así, el tesoro es un espejismo que distorsiona mi visión y me engaña. Es lo que suele pasar con todas las cosas que nos ofrece el mundo y que, saciándonos temporalmente, nos dejan después peor. Tendremos que estar muy atentos y vigilantes para discernir bien y buscar el único y verdadero Tesoro que nos colme de verdadero gozo eterno.

Y como somos pecadores y sujetos al error pidamos a nuestro Padre Dios que nos dé la sabiduría necesaria para buscar en el campo donde podamos encontrar ese único y verdadero Tesoro. Y la fortaleza y voluntad necesaria para dejar todo lo demás y entregarnos a la búsqueda de ese Tesoro. Por lo tanto, pidamos la Gracia para movernos, para buscar y para descubrir ese Tesoro que llevamos escondido dentro de nosotros. Un Tesoro que encontraremos a través del seguimiento de la Palabra de Dios y nuestra disponibilidad a la acción del Espíritu Santo.

Pidamos sin descanso, porque nos lo ha dicho el Señor: Pidan y recibirán; busquen y encontrarán; llamen y se les abrirá. Por lo tanto, ¿a qué esperamos? Tengamos confianza en el Señor y pidamos insistentemente, porque lo que el Señor nos ha prometido lo cumplirá. Amén.

martes, 30 de julio de 2019

NECESIDAD DE UNA LUZ QUE NOS GUÍE

Resultado de imagen de Mt 13,36-43
El mundo está lleno de peligros y de terrenos que, aparentemente parecen buenos o que no tienen peligro, pero que sólo son apariencias. Hay muchas amenazas que pueden confundirnos y jugarnos una mala pasada. Porque, hay terrenos cuya tierra es muy dura por las propias pisadas de la gente al caminar por ellos. En realidad son como caminos, y, en ellos, la semilla no se hunde y viniendo las aves del cielo se las comen. Hay también otras tierras poco profundas y las semillas no llegan a echar buenas raíces que se agarren bien a la tierra y puedan germinar y dar frutos. Pronto se ven secas por el duro sol.

Hay terrenos pedregosos que impiden que las semillas se desarrollen y tierra buena donde la semilla tiene mucha posibilidad de crecer y dar frutos. Ahora, lo verdaderamente importante es elegir bien el terreno y abonar nuestros corazones con tierra buena donde no haya dureza, ni superficialidad, ni piedras. Una tierra donde, bien abonada por la Gracia de Dios y bien regada por el Agua que, salida de nuestro Señor Jesús, salta hasta la Vida Eterna, dé los frutos apetecidos.

Por eso, desde esta actitud, Señor, elevamos nuestra mirada hacia Ti y ponemos nuestros corazones en tus Manos abriéndonos a la oración de tu Espíritu y con toda nuestra máxima disponibilidad para que seas Tú, mi Señor, quien dirijas e ilumines nuestras vidas. Para que seas Tú quien obre en ellas y reflejes tu Bondad y Misericordia. Para que seas Tú quien las lleve por el buen camino dando buenos frutos apartándonos de los malos. Para que seas Tú la que la oriente y la defienda de todo mal que la amenace y trate de confundirla.

Señor, no puedo atreverme a ir por este mundo por mi cuenta. Quedaría muy pronto atrapado por la cizaña y, posiblemente, arrancado con ella. Necesito en cada instante de mi vida tu presencia y tu Gracia, porque sin Ti nada puedo y me quedo sin defensa. Dame, Señor, tu Luz para saber orientarme y permanecer fiel a tu Palabra hasta la hora de la siega . Amén.

lunes, 29 de julio de 2019

¡SEÑOR, TÚ TIENES PALABRA DE VIDA ETERNA!

Resultado de imagen de Jn 11, 19-27
Repitiendo las palabras, que invito a meditar, de Pablo en - Rom 8, 35-39 - experimentamos que a nada debemos tener miedo. En Jesús tenemos garantizado el triunfo sobre el mal y, a pesar de los sufrimientos que en este mundo tengamos que soportar, permaneciendo en Jesús todo se podrá soportar. Posiblemente tengamos dudas o miedos, pero confiemos en Jesús, nuestro Señor y abandonemos en sus Manos. Su Palabra es Palabra de Vida Eterna.

Tengamos confianza y pidamos con verdadera fe desde lo más profundo de nuestros corazones. Tengamos la seguridad de que Jesús, el Señor, nos escucha y nos responde. Recordemos que Él nos ha invitado, nos lo decía en el Evangelio de ayer, pedir y se les dará; buscar y encontrarán; llamad y se les abrirá. ¿Acaso son palabras dicha por un cualquiera o sin responsabilidad y sentido? Son Palabras del Señor, Aquel que ha vencido a la muerte en la Cruz y ha Resucitado para Gloria de Dios.

Por lo tanto, son palabras seguras, garantizadas y cien por cien que tienen cumplimiento. Sólo necesitamos creerlas y confiar en Él. Esa ha sido la experiencia de muchos que, abiertos a su Palabra, ha experimentado la Gloria de su Resurrección y están hoy a su derecha. Confiemos en el Señor como hizo Marta y muchos otros. Y, conscientes de que eso no está a nuestro alcance, Señor, te pedimos que nos des el don de la fe y fortalezcas nuestras voluntades e ilumines nuestras mentes para que nuestros corazones se abran disponibles a tu Voluntad y a a tu Palabra. Amén.

domingo, 28 de julio de 2019

PADRENUESTRO DE CADA DÍA

Resultado de imagen de Lc 11,1-13 dibujado según Fano

Creo, al menos lo digo por mí, no somos consciente de la oración del Padrenuestro. Y cuando digo que no somos consciente me refiero a que cuando lo pronunciamos no caemos en la cuenta de lo que realmente decimos. Es algo que nos sale como por inercia, rutina y costumbre, porque, ¿realmente nos damos cuenta de que le llamamos a Dios Padrenuestro. Y no sólo eso, sino que todo lo que viene detrás son palabras huecas que no tienen correspondencias en nuestras vidas.

Decimos Padrenuestro, pero, ¿nos sentimos hermanos los unos de los otros? No hace falta sino levantar nuestra mirada y mirarnos unos a otros. ¿Cómo es posible que haya tantas injusticias a nuestro derredor? Precisamente, este mes de junio estamos rezando, sugerido por el Papa Francisco, para que aquellos que administran la justicia obren con integridad, y para que las injusticias que atraviesan el mundo no sea la última palabra. ¿Cuántos están preocupados por eso y cuántos rezan esta oración?

Y si seguimos analizando lo que decimos en el Padrenuestro podemos preguntarnos, ¿cómo santificamos el nombre de Dios? Quizás, y son minorías, con una misa a la semana, una media hora y poco, y a lo nuestro. Y hasta el próximo domingo. Pero, eso no es lo peor, sino la actitud que guardamos durante la semana en los ambientes en los que vivimos. ¿Buscamos el Reino de Dios? ¿Hacemos su Voluntad? Perdonamos las ofensas que nos hacen, incluso los enemigos? ¿Y tratamos de apartarnos de las situaciones que nos incitan a malos pensamientos, tentaciones y ocasiones de pecado?

Pidamos al Señor que nos ayude a ser más conscientes de nuestras palabras y a ser más coherentes con nuestras vidas según su Palabra. Pidamos, busquemos y toquemos, tal como Él nos anima hoy en su Palabra para que recibamos, encontremos y abramos nuestros corazones a estar disponible y en actitud de dejarnos moldear por su Espíritu. Amén.

sábado, 27 de julio de 2019

ABANDONADOS EN TUS MANOS, SEÑOR.

Resultado de imagen de Mt 13,24-30
La vida nos va enseñando que nunca podemos estar seguros ni tranquilos. La cizaña crece sin darnos cuenta junto a la buena semilla. Es la experiencia que nos va transmitiendo el camino de nuestra propia vida. Lo experimento en mi pequeño y humilde jardín. A poco que caiga cuatro gota se llena de hierbas salvajes que lo invaden todo. De no arreglarlo y cortarla quedará todo inundado de malas hierbas.

Por otro lado, las plantas se ven atacadas por virus que las deterioran y las infectan. La pregunta, ¿de dónde proviene y sale todo eso sin nadie haberlo plantado?  Sin lugar a duda aparecen mientras descansamos o dormimos. Es el mal reinante en el mundo que nos obliga a estar vigilantes, expectantes y disponibles a la lucha de cada día. Pero, una lucha que nos lleva a encontrarnos con el Señor y a pedirle asistencia, ayuda y salvación. Porque, en nuestro mundo sucede lo mismo con nuestras vidas. Estamos amenazados por las apetencias, las inclinaciones hacia el mal que, mirándolo desde lo positivo, nos pone en relación con el Señor porque le necesitamos para poder vencer ese mal que nos acecha mientras dormimos.

No podemos descansar, pero tampoco de pedirle al Señor que nos de la fortaleza, la sabiduría y la paz para estar siempre vigilantes y disponible a renunciar a todas esas tentaciones y seducciones que el mundo nos presenta con el objetivo de alejarnos del Señor. No tengamos miedo y abracemos esas cruces que nos unen más con el Señor en la necesidad de suplicarle y solicitar la fortaleza necesaria para resistir y salir victoriosos de la lucha de cada día. Claro, ese camino nos exigirá esfuerzos y vigilancia y, en muchos momentos se nos hará duro e imposible para nosotros.

Pero, ahí está el Señor, que nos ayuda y nos levanta para que continuemos perseverando y esperando su venida que ponga todo en su sitio. Por eso, Padre bueno del Cielo, te pedimos que nos sostengas firmes y fiel a tu Palabra para que, renunciado a mezclarnos con la cizaña, podamos vivir en tu Palabra y cumplir con tu Voluntad. Abandonados en tus Manos confiamos en Ti, Dios mío. Amén.