H I M N O
"Despojado de toda distracción y riqueza. Sólo desde la humildad de nuestro corazón, junto a María, llegará nuestra oración al PADRE".
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UN ROSARIO CADA VIERNES
Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.
Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.
Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.
También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
jueves, 2 de abril de 2020
LAUDES DEL MIÉRCOLES
Oh sol de salvación, oh Jesucristo:
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Laudes del miércoles,
Oración
miércoles, 1 de abril de 2020
¿TE CREES MEJOR QUE LOS ALEJADOS O NO CREYENTES?
Uno de los errores en los que podemos caer con mucha
facilidad y frecuencia es el de creernos superiores a los demás, sobre todo a
aquellos que están alejados de la Iglesia o, incluso, a los que no creen en
Dios. No somos nosotros mejores porque lo digamos o porque estemos bautizados
con respecto a los que no lo están, o porque seamos practicantes frecuentes en los
sacramentos de la Iglesia.
Porque, no se trata de aparentar y de manifestar, sino
de ser y hacer la Voluntad de Aquel en quien se cree. Es decir, de Dios nuestro
Padre. Y, lo primero, es considerarnos humildemente pecadores, indignos de la
Misericordia de Dios y de vivir en el esfuerzo y la actitud de responder a esa
voluntad de considerarnos sus hijos. Es decir, creer y vivir, por la fe, en el
amor y la verdad según su Palabra.
Y, dándonos cuenta de nuestras debilidades y pecados,
reconocemos nuestra fragilidad y nuestra condición pecadora para, postrados
ante el Señor, rogarle y suplicarle el don de la fe para, creyendo en Él, ser
libre y vivir en libertad en la Verdad. Porque, sólo la Verdad me hará libre.
Por todo ello, te pedimos Padre del Cielo que nos des la sabiduría, la
fortaleza y la paz para, desde nuestra voluntad actuar libremente por amor en
ayudar y servir a los demás. Porque, en eso consiste precisamente ser libre.
Danos, Señor, la luz y la voluntad para apartar de
nosotros todo aquello que pueda esclavizarnos, dominarnos e impedirnos actuar
con verdadera libertad en la verdad y justicia. Y ser fieles a cumplir
y vivir en verdad y justicia, porque no podemos desear para otros lo que no
deseamos para nosotros. Ni, tampoco, no cumplir nosotros lo que deseamos que
otros cumplan. Amén.
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libertad y voluntad,
Oración,
verdad
martes, 31 de marzo de 2020
GRACIAS, SEÑOR, POR TU IGLESIA
A veces pienso lo afortunados que somos los que hemos nacidos con la Iglesia ya en marcha. Muchas veces me pregunto que seríamos sin la Iglesia guiada por el Espíritu Santo. Porque, pensemos, los primeros años de la Iglesia fueron muy difíciles. Gracias a esos apóstoles que perseveraron en la fe y, a pesar de todos los obstáculos y dificultades, que fueron muchas hasta dar sus vidas, la Iglesia está presente hoy entre nosotros. Y, luego, a todos los cristianos, padres santos que siguieron sus enseñanzas hasta transmitírnosla a nosotros. ¡Cuánto le debemos!
Pero, sobre todo, al Espíritu Santo, que los ha guiado y fortalecido hasta hoy. Hasta este momento exactamente. Sería imposible que sin el auxilio del Espíritu Santo la Iglesia estuviese hoy presente. Son dos mil veinte años que la Iglesia se mantiene firme continuando la obra de salvación en el mundo. Y nosotros somos unos privilegiados entre otros muchos. Y lo somos porque, por la Gracia de Dios y la acción del Espíritu Santo en nosotros creemos en el Señor.
Sí, sabemos que Jesús es el Hijo de Dios y que, enviado por el Padre, ha venido a hacer su Voluntad, que no es otra que la de entregar su Vida en la Cruz para salvación de todos los hombres que crean en Él. Porque, creer en Jesús es creer en el Padre. Y en eso, la Iglesia, nuestra Iglesia, a la que también todos los creyentes pertenecen, tiene enorme mérito.
Una Iglesia santa y pecadora. Santa como muy bien se reflejaba en las lecturas de la Eucaristía de ayer, y que el Santo Padre nos mostraba en su homilía de Santa Marta. Una Iglesia inocente, como aquella mujer, Susana de la primera lectura, a la que se le hizo justicia por la acción de Dios, y otra mujer, en el Evangelio, que reconoce su culpabilidad y obtiene el perdón por la Misericordia de Dios. Justicia y perdón que se hacen compatibles en la Infinita Misericordia de Dios.
Y damos gracias a Dios que por su Infinita Misericordia alcanzamos el perdón de nuestros pecados. Pecados que, primero, para ser perdonados, tenemos que reconocer y mostrar arrepentimiento sincero, porque de no ser así no serán perdonados.
lunes, 30 de marzo de 2020
UN PADRE MISERICORDIOSO
Te damos gracias, Señor, por tu Infinita Misericordia. Somos conscientes que por ella alcanzamos el perdón de nuestros pecados y la salvación eterna. Y, más agradecidos porque nos conocemos indignos de tal perdón y misericordia. Nuestros méritos nunca podrán alcanzar pagar o equilibrar tu Amor y Misericordia Infinitas. Nosotros, criaturas finitas no podemos atesorar méritos infinitos para saldar esa deuda de nuestras miserias y pecados. Por tanto, Señor, gracias y gracias es lo único que podemos decir.
Sin embargo, te pedimos, Señor, que nos des el conocimiento y la sabiduría de darnos cuenta de que sin Ti nuestra vida no tiene sentido. Y que necesitamos ser misericordioso de la misma forma que Tú lo eres con cada uno de nosotros. No te avergüenzas de nuestros pecados, nos acoge y nos defiende. Sabes, Señor, me admira y me asombra la gran confianza que tienes en nosotros, a pesar de tantas veces que te hemos fallado. Te pones en nuestro lugar y, como a esa mujer adultera, la defiendes y la perdonas.
Señor, te pido paciencia y perseverancia para permanecer a tu lado y saber escucharte con tranquilidad y en silencio. Silencio de todo ese ruido que me rodea y me desconcierta, que me descontrola y me inclina a vivir en el ajetreo de una vida consumista, acomodada, instalada y ociosa. Y, sin darme cuenta adultero mi vida alejado de Ti, Señor.
Por eso, como aquella mujer que fue llevada ante ti acusada de adulterio, yo quiero voluntariamente ir a Ti para que, mi vida, adulterada por tantos vicios, pecados, errores y decepciones la tomes en tus Manos y, misericordiosamente me devuelvas al camino bien intencionado y limpio de todo pecado. Gracias, Señor. Amén.
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adultera,
misericordia,
Oración
domingo, 29 de marzo de 2020
¿POR QUÉ ESTOY TAN MUDO ( THOMAS MERTON)
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Thomas Mertón |
Oh Dios, mi Dios, ¿por qué estoy tan mudo?
Desearía gritarte y gritarte una y otra vez,
pero Tú eres el innombrable e infinito.
Todos los nombres que te damos
no son tu nombre, Trinidad infinita.
Pero tu Palabra es Jesús,
y yo grito el nombre de tu Hijo;
y vivo en el amor de su corazón,
y creo que, si, Él lo quiere,
daré respuesta a mi única oración:
¡que pueda renunciar a todo
y pertenecer por entero al Señor!
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Jesús es el Señor,
Oración
sábado, 28 de marzo de 2020
JESÚS NO DEJA INDIFERENTE A NADIE
No caen indiferentes a los que le oyen. Unos quedan sorprendidos gratamente y le admiran; otros ponen en duda su Palabra al creer que el Mesías, según las Escrituras debe de venir de la casa de David y de Belén: «¿Acaso va a venir de Galilea el Cristo? ¿No dice la Escritura que el Cristo vendrá de la descendencia de David y de Belén, el pueblo de donde era David?».
Como podemos apreciar y advertir la discusión está servida. Jesús es motivo de contradicción, unos le admiran por lo que dice y de la forma que lo dice, y otros le acusan, les molesta y les pone su situación y estado en peligro. En este contexto también nos planteamos nuestra fe actual, porque, es ahora cuando nos toca a nosotros participar y decidirnos. Crees o no crees en Jesús.
Y si crees, ¿dónde y cómo se nota esa fe en tu vida y tus ambientes? Nicodemo, aquel que se veía con Jesús por la noche, salió en defenda de Él tratando de demorar el prendimiento de Jesús y abogando un juicio justo. Más tarde, en la Pasión y Muerte de Jesús confesaría su fe abiertamente. La cuestión es preguntarnos nosotros ahora, ¿confesamos nuestra fe?
Pero, a pesar de cuestionarnos nuestra fe y discernir, no sólo, sino a la luz del Espíritu Santo, pidamos al Señor que nos aumente nuestra fe y que nos dé la sabiduría y humildad para permanecer y perseverar con firmeza en su Palabra. Que sepamos acoger lo pequeño, lo despreciable y lo sencillo como verdadera sabiduría que viene de Dios, porque, el Señor se vale de lo, aparentemente, inservible para servir y amar. Y eso es lo que les molesta a los soberbios, a los poderosos y a los que no quieren moverse de sus estados de poder y privilegios.
Pidamos al Señor que no nos aferremos a lo cómodo y al bienestar a costa de los que sufren y padecen. Pensemos en los que sufren y padecen. Hoy los tenemos más cerca en estos momentos que la pandemia del covid19 nos amenaza y nos atenaza confinados en casa.
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fe,
indiferencia,
Oración
viernes, 27 de marzo de 2020
TAMBIÉN NOSOTROS, COMO JESÚS, SOMOS ENVIADOS
HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS.
En muchas ocasiones he tenido la oportunidad de decir que Jesús no viene por su cuenta sino que es enviado. En su bautismo en el Jordan, Juan así lo testimonia cuando se oye la Voz del Padre que lo presenta como su Hijo predilecto y en quien se complace y al que nos remite a escucharle. Sobre Él viene el Espíritu Santo para acompañarle en toda su obra de salvación.
También nosotros hemos recibido al mismo Espíritu Santo. Por la Gracia de Dios también lo he repetido muchas veces en mis humildes catequesis. Hemos recibido al Espíritu Santo, el mismo que recibió Jesús, para asistirnos en nuestra humilde misión de proclamar el Evangelio. Pero, una proclamación primera con nuestra disponibilidad de entrega y servicio a los demás y luego con oración y adoración al Señor. Es verdad que ambas van unidas, pero tanto la oración como las obras son oportunidades y ocasiones para evangelizar.
Sin embargo, somos conscientes de nuestros pecados. Pecados por nuestra debilidad y apetencias. Somos propensos a la caída, a la fragilidad y derrumbamiento por nuestras pasiones, egoísmos y afanes y, sin la asistencia del Espíritu Santo somos presa del Maligno. Por eso, como Jesús, lo hemos recibido en nuestro bautismo, y a Él nos encomendamos y agarramos. Ven Espíritu Santo y danos la fortaleza y el valor de vencer a nuestros enemigos: mundo, demonio y carne, que nos amenazan y persiguen.
Pidamos al Señor que nos dé la fortaleza, la sabiduría y la paz de permanecer a su lado y perseverar en su Palabra y en su escucha. Pidamos no desfallecer en los momentos de confusión, de debilidades y de dudas, y, sobre todo, en estos momentos difíciles como los que sufrimos actualmente - pandemia del covid19 - donde estamos más proclive a debilitarnos y perder toda esperanza. Pidamos sostenernos firmes, como nuestra Madre María, a la Palabra de nuestro Padre Dios, confortados e injertados en su Hijo, enviado para darnos a conocer su Voluntad. Amén.
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Espíritu Santo,
María,
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