Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

jueves, 14 de noviembre de 2013

NO SÉ NI EL MOMENTO NI LA HORA



Pienso que es lo lógico, es decir, que cabe en nuestra cabeza que no sepamos el momento ni la hora a la que vamos a ser llamados para analizar que ha pasado en nuestra vida. San Juan de la Cruz ha hecho famosa esa frase profunda y clara: "En el atardecer de la vida, nos examinaran del amor".

En realidad eso es lo que importa. No nos vamos a llevar nada de lo que aquí en la tierra acumulemos, sólo se irá con nosotros nuestras vivencias de amor. De ahí que lo importante es esperar la hora de nuestra llamada vivenciado el amor en cada instante. Ese amor que consiste en dejarnos para darnos.

Y esa es nuestra oración de hoy, la de pedir la sabiduría para, más que esperar y estar preocupados, vivir ya desde estos momentos la vivencia del amor que Jesús nos enseñó. 

Danos Padre Eterno la paciencia, la constancia, la capacidad y voluntad de ser capaces de olvidarnos de nosotros para pensar más en los demás. Ya, entonces, no tendremos preocupación cuando Tú decidas venir a llevarnos contigo.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

CUANTA REBELDÍA INJUSTIFICADA




Mientras en muchas partes del mundo la gente se enfada porque no pueden ver la televisión o no tienen la suficiente cobertura para tener una buena imagen, otros lugares piden simplemente poder tener lo suficiente para vivir. Carecen de agua y luz, y sus condiciones de vidas son casi inhumanas y ponen sus vidas en peligro.

No nos damos cuenta lo que tenemos, y ya no valoramos las cosas imprescindibles para que exista la vida y se pueda vivir. Todo eso me devuelve a mi infancia, donde no teníamos tele, ni casi cine, y la luz se apagaba a las doce de la noche. Sin embargo, no me recuerdo triste, ni aburrido ni enfadado. Vivíamos feliz con las carencias que cada época trae.

Supongo que para muchos tener agua, luz y una vivienda digna será lo suficiente para sentirse bien y alegre. Mientras otros aspiran a casas más cómodas, lujosas y con añadidos mayores. En la medida que se tiene, se aspira y desea más. Y en la medida que subimos nos ensoberbecemos más y sentimos que tenemos derecho a eso y a más. Perdemos nuestros orígenes y dejamos de ser agradecidos y exigimos más. Todo se convierte en derechos y casi desaparecen los deberes y la gratitud.

Es el caso del Evangelio de hoy. De aquellos diez leprosos, sólo uno recordó su pasado y valoró el presente de experimentarse curado. Los otros nueve perdieron el sentimiento del agradecimiento y percibieron el derecho a ser curados.

 Puede que a nosotros nos pueda estar pasando lo mismo. Por eso, arrepentidos de poder experimentarnos así, nos postramos ante el Señor para pedirle perdón y expresarles nuestra gratitud por todo los bienes recibidos cada día. Es posible que no nos sintamos satisfechos de muchas cosas, pero, ¿nos las merecemos? Tenemos la vida y lo necesario para seguir caminando, y, sobre todo, la esperanza de alcanzar esa vida que todos buscamos donde reine la paz, la justicia y el gozo eterno. ¡Qué más podemos pedir!

martes, 12 de noviembre de 2013

PERDONA MI OSADÍA SEÑOR


Perdona Señor mi osadía y mi ignorancia; perdona mi presuntuosidad y mi atrevimiento; perdona mi arrogancia y mi vanidad. Porque, Señor, sabiendo mi condición humilde de esclavo y siervo, todavía tengo la osadía de pedirte recompensa y que me sirvas en muchas cosas que necesito.

Y, si no la recibo, me enfado y te amenazo con darte la espalda. Sí, Señor, muchos de nosotros, empezando por este que escribe, hemos experimentado esos deseos de rebeldía y de sentirnos mal tratados cuando no hemos recibido lo que creemos merecer. Nos hemos sentido mal cuando tus planes no son nuestros planes y te hemos pedido cambiarlos. Y si no ha sido así, nos hemos evadido con cierta indiferencia y disimulo.

Perdónanos Señor, porque siendo esclavos y siervos hemos pretendido ser servidos y recompensados cuando ya nuestra recompensa era cumplir con nuestras obligaciones y deberes para contigo. Ten, Señor, Misericordia con todos nosotros porque no merecemos ni ser tratados como esclavos, pues no hemos estado a la altura siquiera de esa servidumbre.

Danos, Señor, un corazón humilde y manso para sentirnos lo que verdaderamente somos y ser agradecidos con lo que ya hemos recibido gratuitamente. Simplemente por amor.

lunes, 11 de noviembre de 2013

NO SÓLO SE TRATA DE SER, SINO DE PARECER



Cuando no se parece y se guarda las apariencias, se corre el peligro de dar mal ejemplo y provocar malas interpretaciones. No cabe duda que aparentar es falsear la realidad, pero no basta con ser sino que también hay que parecer. Porque el no hacerlo puede suscitar al escándalo.

El cristiano tiene que ser y parecer, porque, aunque siempre no sea así, si se es, también se parece. Una imagen vale más que mil palabras, y es que, aunque las apariencias engañan, en la mayoría de las veces hablan y descubren la verdad. Siempre se termina por mostrar lo que realmente se es.

Y en esas apariencias podemos provocar o escandalizar. Debemos tener mucho cuidado, porque en ello se juega la vida de muchas personas y de las cuales nosotros podemos ser los responsables directos con nuestro proceder y actuar. Seamos cautos y prudentes, y pensemos que nos miran y que influimos en otros. 

Por lo tanto, pidamos al Padre Dios que nos ilumine y nos aparte de, con nuestro obrar, ser cauce de que otros, sobre todo los niños, sean encauzados a vivir de forma mal intencionada y desviada de la Voluntad de Dios. Escandalizar es ser culpables de que otros, más débiles e indefensos, se aparten del camino que les conduce a Dios.

Pidamos que nuestra fe crezca hasta el punto de ser cauce y testimonio para otros, y, en lugar de provocar su alejamiento, sirva para catalizar la cercanía y el acercamiento a la Casa del Padre.

domingo, 10 de noviembre de 2013

ME FÍO DE TU PALABRA



Y no quiero seguir preguntándome cosas inalcanzables para mi limitada mente. Es absurdo querer dar respuesta a la cosas de Dios, porque Dios es Infinito e imposible de comprender para el hombre. Comprendido Dios, dejaría en ese momento de ser Dios. Esa es nuestra fe, y por eso la necesitamos, para confiar en su Palabra.

Y su Palabra nos dice que nos prepara un lugar inimaginable para aquellos que confíen y crean en Él. Y eso me basta. No significa que creo ciegamente, sino que confío en su Palabra. Porque dentro de mí bulle el deseo y anhelo de ser feliz, pero una felicidad no perecedera como ocurre aquí en la tierra, sino una felicidad perdurable y eterna.

 Y eso no se compra ni se alcanza en ningún lugar sino en Jesús. Él es el Camino la Verdad y la Vida, y yo creo en Él. Por eso, Señor, te pido que nos aumente nuestra fe, nos des sabiduría y voluntad firme para continuar detrás de tus pasos y no permitas que las cosas de este mundo nos desvíen de tu camino.

sábado, 9 de noviembre de 2013

SEÑOR, QUIERO SER TU TEMPLO



No quisiera ser un adorno ni un visitante más que pasan sólo para admirar el arte que adorna tus templos. Y se pasean delante de Ti, dónde Tú habitas sacramentalizado, sin ni siquiera tomar conciencia de tu presencia. Quisiera ser un amigo, no turista, que te visita para preguntarte sobre mis dudas, problemas y pedirte consejos. 

También escucharte y acompañarte, o simplemente, permanecer en silencio y dejar que tu mirada se detenga en mí pobre persona, sintiéndome agradecido por tan alta dignidad. Soy un pobre pecador que no merece tu paciencia ni tu espera, y menos tu Misericordia. Se cambian los papeles, porque en definitiva, eres Tú quien me visitas, me esperas y me mueves a llegarme a Ti impulsado por tu Espíritu y tu Amor.

Dame Señor la Gracia de ser tu templo, y de portarte en mí a todos los lugares que yo vaya; dame la Gracia de ser tus Manos y tu prolongación en y con todos aquellos que convivo y entro en relación; dame la sabiduría de adorarte y proclamarte a los cuatro viento, y como Pablo, me siento orgulloso y alegra de derramarte dejando tu huella tras el camino por donde transcurra mi pobre vida.

Caminar contigo, Señor, es descubrir la verdadera Fuente de Felicidad. No llego a entender como los hombres, a los que has venido a revelarte, buscan y prefieren otros caminos. Necios que prefieren lo caduco a lo eterno.

viernes, 8 de noviembre de 2013

PROLONGA MI VIDA SEÑOR



Todos anhelamos vivir lo más posible. Las dietas, los gimnasios, los deportes, los cuidados para conservar el buen estado físico y la salud...etc. Mucho tiempo de nuestra vida lo dedicamos a cuidarnos y a hablar de esta preocupación que todos tenemos por conservar y prolongar la vida. Nos preocupa la salud y el dinero,pero no mucho el vivir eternamente. Al menos esa son las preguntas que se disparan en las encuestas: salud, dinero y amor.

Sin embargo, nadie se pregunta que la vida ha sido creada para permanecer siempre despierta y viva, y vivir eternamente. Porque esa es nuestra vocación y nuestra llamada. Estamos invitados a un Banquete Eterno. Ya nos lo decía Jesús en el Evangelio de hace unos días.

Estamos llamado a vivir eternamente aunque eso no supone que nos descuidemos mientras pasamos por esta vida. Pero nuestro destino es la Vida Eterna. No obstante, sorprende que esta llamada se olvida y muy pocos le prestan atención. ¿Qué nos ocurre? ¿Acaso no creemos en la Palabra de Dios? ¿O no tenemos la astucia y audacia de aquel administrador infiel del que nos habla el Evangelio de hoy?

Pidámosle al Señor que nos despierte la mente y nos mueva el corazón a responder y buscar esa vida eterna a la que estamos llamados. Pongámonos en camino y manos a la obra, porque dependerá de nosotros responder a esa invitación. Luego, el darnos esa Vida Eterna será por la Misericordia y gratuidad de Dios, que cuenta con nuestra astucia e interés. Por eso nos ha dado la libertad y los talentos necesarios para que nos pongamos en acción.

En ese sentido, el administrador infiel nos da ejemplo. Ejemplo que el mismo Señor Jesús ha admirado.