Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

viernes, 20 de abril de 2018

EL ALIMENTO QUE DA LA VIDA

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HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS.

Es posible que comamos a diario o con mucha frecuencia el Cuerpo y bebamos la Sangre de Cristo bajo las especies de pan y vino en las celebraciones Eucarísticas. Y, quizás, no experimentamos esa presencia, esa fuerza y Gracia con la que el Señor no fortalece. Todo lleva su tiempo, y también necesita fe. La fe en creer que esa comida Eucarística nos transformará. Son Palabras del mismo Jesús: "Quién come mi Cuerpo y bebe mi Sangre vivirá eternamente".

Necesitamos creer y pedir que nuestra fe crezca y aumente hasta el punto de darnos cuenta que el Señor está dentro de nosotros y nos hace partícipe de su Gloria. Nos da su propia Vida y nos hace un nuevo Cristo como Él. San Pablo lo expresa muy bien cuando dice: “Ya no vivo yo, pues es Cristo el que vive en mí". (Gál. 2, 20). 

Es Jesús quien vive en mí y el que me va transformando casi sin darme cuenta. De repente me voy dando cuenta como hago muchas cosas que me sentía incapaz de hacer; de repente experimento que no soy yo quien hablo muchas veces, sino que el Espíritu de Dios pone las palabras en mi boca; de repente tomo conciencia que alguien mueve mis dedos y escribe por mí. Y es que Cristo vive dentro de mí y es Él quien mueve mi vida, a pesar de mi torpeza, de mi incredulidad y mis pecados.

Gracias, Señor, por tomar conciencia de tu presencia y de tener el privilegio de poder comer cada día en la Eucaristía. Gracias, Señor, por permitirme tocarte y repartirte entre los demás. Me siento indigno de hacerlo y, en algunos momentos siento vergüenza y temor, pues siendo un pecador, ¿cómo me atrevo a tocarte y repartirte? Dame, Señor, la luz para asumir tal responsabilidad y para aceptar mi pobreza y pequeñez. Dame, Señor, la paz y la paciencia para, abandonado en tus Manos, dejarme modelar por tu Amor y por tus caricias de Padre bueno y misericordioso.

Aumenta, Espíritu Santo, nuestra fe y darnos perseverancia en sostenernos cada día en busca de ese alimento espiritual, que es tu Cuerpo y tu Sangre, para, alimentados en Él, alcanzar la Vida Eterna que nos has prometido. Amén.

1 comentario:

Salvador Pérez Alayón dijo...

Buenos días, preparándonos para comenzar el rezo del santo Rosario. Gracias por tu visita y compañía.

Un fuerte abrazo en Xto. Jesús.