Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

…Señor, que yo vea… que yo vea Señor…

Señor a Ti dirijo mi pequeña plegaria.
A ti elevo mi corazón en una ardiente suplica.
Solo Tú puedes ayudarme…mi deseo es fuego
…Señor, que yo vea… que yo vea Señor… 
Que yo vea con los ojos de la fe, si Padre mío,
Quiero poseer la riqueza de unos ojos de fe,
Una fe solida, una fe viva, una fe contagiante,
Una fe llena de fuego, una fe que traspase el umbral de la eternidad, una fe que toque la fuente de la Divina Misericordia abriendo la puerta de par en par para las almas…
Una fe que sea noticia divina para la humanidad.
Mi Señor, que yo vea con tus ojos, que yo vea el bien y su fecundidad en medio de tantas tinieblas.
Que mis ojos de fe provoque tu obrar misericordioso en beneficio de los pobres pecadores, de las almas. 
Padre mío, que mi alma se enriquezca con la luz de la fe que brote de unos ojos de fe… que yo vea… que yo te vea en todo y en todos… que mi fe me lance audazmente a confiar ciegamente esperándolo TODO de Ti… que jamás dude, que jamás tema, que jamás me acobarde, que jamás me desvié, si no, por el contrario que mi ojos de fe me lleven a poseer una fe tan pequeña como un grano de mostaza para subirme a la cima de una montaña y gritar al mundo entero, con la voz más tierna posible…con el ímpetu  de la fe y del amor compasivo, a las almas, a los pobres pecadores que “Dios les ama… volver a Dios… volver a Dios…dejar el pecado… venid a los brazos de Dios, el Dios del Sagrario…que los está esperando con tanta ilusión. ”
Madre mía… préstame tu fe…para vivir como tú siendo  totalmente de Dios…

Desde la Soledad del Sagrario

martes, 11 de diciembre de 2012

SÓLO TÚ, MI BUEN PASTOR, ME BUSCAS


Al final de nuestro camino estaremos solos. Solos porque nadie podrá acompañarnos ni hacer nada por nosotros. Ahí estaremos perdidos y nadie nos encontrará ni podrá salvarnos. Es entonces cuando entenderemos estas palabras que hoy nos dice Jesús.

Sólo el Buen Pastor, nuestro Padre Dios, podrá estar con nosotros y acompañarnos en el atardecer de nuestra vida para darnos protección, ternura, comprensión, misericordia y amor. En Él encontraremos el sosiego y la paz y la luz que nos seguirá guiando por toda la eternidad.

Es reconfortante y esperanzador espera en estos días, ya próximos, la celebración del nacimiento del Buen Pastor. Ese pastor que pastoreará nuestra vida si somos las ovejas obedientes que obedecen a su amo y le siguen. Un Pastor que busca el bien de sus ovejas y que pastoreen libremente en la verdad y la paz. Y que no dudará en dar su vida por cada una de ellas cuando se encuentren en peligro.

Señor, dame la sabiduría de saber estar siempre entre las de tu rebaño, y de acudir todas las tardes a tu redil y no dejar de entrar por esa puerta estrecha que Tú nos indica, porque, aunque a veces nos cuesta encontrarla, es la única que nos promete y asegura la eternidad en plenitud. Amén.

lunes, 10 de diciembre de 2012

PAN PARA HOY...


y hambre para mañana. Es el refrán que expresa claramente que lo importante no es salir ahora del paso sino quedar sanado para siempre. Y eso es lo que quiero y entiendo que es lo importante Señor. Sáname para toda la vida, porque para eso he sido llamado, para vivir en tu presencia eternamente.

Por eso, Padre, te doy las gracias por darme la sabiduría en el Espíritu Santo para entender estas cosas, y aceptar primero el perdón de mis pecados que me ofreces. Porque me siento pecador y necesitado de tu perdón y de tu amor.

Pero, también sé, que no me vas a dejar enfermo del cuerpo. Al mismo tiempo que me curas mi alma perdida y arrepentida por tu Amor, también te preocupas por mi cuerpo y me sanas de toda dolencia y enfermedad. Porque no se entiende un cuerpo enfermo en un alma llena de tu Gracia y tu Paz.

Te doy gracias, Dios y Padre mío, Dios mío, por enviarnos a tu Hijo, hecho Hombre por tu Amor, para redimirnos y enseñarnos el camino que lleva a Ti. Amén.

domingo, 9 de diciembre de 2012

INQUIETO POR LA VERDAD


Dame, Señor, la valentía y la fuerza de no parar nunca en buscar la verdad. Verdad que iguale a los hombres, que haga justicia en igualdad de oportunidades, de derechos, de responsabilidades y oportunidades para todos. 

Que cada cual sea libre para tomar sus propias decisiones, decisiones que busquen la verdad y el bien, porque solo la verdad busca el bien de todos, pues en la mentira se esconde el mal y la injusticia. Y es en la verdad donde encontramos la libertad. Libertad que se define en buscar el bien de todos los hombres.

Señor, enciende mi corazón y llénalo de verdad, verdad que me libere de todo aquello que impide que este mundo sea mejor y viva en paz. Verdad que busque la concordia y la dignidad de toda persona humana. De tantos niños inocentes víctimas y reos de muerte en el seno de sus propias madres.

Señor, dame la sabiduría y la perseverancia de escuchar y hacer vida en mi vida esas palabras de Juan en el desierto: «Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas; todo barranco será rellenado, todo monte y colina será rebajado, lo tortuoso se hará recto y las asperezas serán caminos llanos. Y todos verán la salvación de Dios».

sábado, 8 de diciembre de 2012

NO ES FÁCIL FIARSE


Estamos acostumbrados a ver la anunciación como algo clásico y que tenía que ser así. Nos parece algo natural que no podía ser de otra forma. Sin embargo, el anuncio de la encarnación del Hijo de Dios es un acontecimiento que cambia totalmente la vida de una persona.

Una persona sencilla que tiene puestas todas sus ilusiones en el acontecimiento de su boda. La natural aspiración de toda joven, pero que de repente, mientras todo el mundo está indiferente y abstraído por sus propios problemas, esa joven, María, es elegida para ser la Madre de Dios.

Elegida para ser corredentora con su Hijo en la redención de todos los hombres. Y ante ese panorama toma la decisión de abandonar sus planes y seguir los de Dios. Sin más demostraciones ni garantías. Sin seguridades ni respuestas a los compromisos contraídos. Un panorama arriesgado, inseguro y difícil de afrontar. Con todos estos ingredientes, María se pone en Manos del Señor su Dios.

¿Y nosotros? ¿Cuáles son nuestros planteamientos? ¿Estamos dispuestos a irnos poniendo en Manos del Espíritu Santo para irnos dejando llevar por sus impulsos y soplos? ¿O sin dejar los nuestros, miramos a ver cuales podemos cumplir y satisfacer de los que Él nos propone?

Son preguntas que descubrirán que clase de nacimiento se va a realizar, este año otra vez, cada día en nuestro corazón. ¿Un corazón acomodado e instalado en condiciones, o un corazón disponible y entrega a la voluntad del Señor?

Pidamos al Espíritu que nos de la sabiduría y fortaleza de dejarnos llevar y pongamos nosotros todo lo que esté de nuestra parte para que así sea.

viernes, 7 de diciembre de 2012

MI FE ME MUEVE

 

Porque cuando se cree no paras en tu empeño y te adentras en el riesgo de conseguir aquello que buscas y que significa tu fuente de felicidad. Pronto descubres que tu felicidad no la alcanzas en las cosas de este mundo, ¡claro si estás despierto y atento!, y te sientes ciego y necesitado de nueva luz para encontrar el camino donde encontrar esa fuente que perdura y permanece siempre encendida.

Experimentas pobreza e impotencia, y descubres que necesitas buscar a Alguien que te pueda dar esa Luz que tú solo no sabes encontrar ni descubres. Dame luz, Dios mío, para ver el camino que busco. Que busco sin saber dónde puedo hallarlo. Me siento ciego y necesitado.

Quisiera tener vista, pero no una vista para ver solamente la vida, sino una vista que sepa vislumbrar tu Amor, tu Gracia y tu Misericordia. Dame esa fe que me mueva a caminar y a buscarte. Me experimento ciego y sin horizonte, y busco el horizonte de tu Amor.

Me siento perdido en este mundo de tinieblas, y quiero encontrar la luz. La Luz que me ayude a ver el gozo y la eternidad que palmita dentro de mi corazón; la justicia y la paz que anhelo dar, y el amor que enciende la alegría y la felicidad que busco desesperadamente.

jueves, 6 de diciembre de 2012

SER Y PARECER


Es eso lo importante y lo coherente. Porque nos pasa que solemos aparentar lo que no somos. Adoptamos caretas temporales y circunstanciales según nuestras apetencias e intereses, y no somos lo que queremos aparentar ser. Por eso, hoy, la Palabra de Jesús nos impele y descubre los signos de apariencias con los que tratamos de mentir a los demás.

Y eso no se transmite, o transmite todo lo contrario de lo que queremos transmitir. La verdad no se puede dar cargada de mentiras, porque no hace efecto sino daña y perjudica. Por eso y para eso tenemos al Espíritu Santo, que nos asiste, que nos infunde ciencia, sabiduría y fuerzas para llevar a nuestras vidas la Palabra del Señor.

Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y encienden en nosotros la llama del amor. Envía, Señor tu Espíritu y nuestros corazones serán creados de nuevo.

¡Oh Dios!, que iluminas los corazones de tus hijos con la Luz del Espíritu Santo, haznos dóciles a tu Espíritu para gustar siempre el bien y gozar de tu consuelo, por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.