Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

EQUIVOCAMOS NUESTRO DESCANSO



Nos sentimos extresados y agobiados. Buscamos relajarnos y distraernos y pedimos un descanso. Pensamos que no podemos con tanta carga sobre nuestras espaldas y proyectamos descansar. Pero nos confundimos, porque el descanso proyectado es más de lo mismo: viajes, excursiones, compras, fiestas...etc.

Al final venimos a descansar en casa, cuando ya no sabemos a donde acudir ni encontramos espacio lejos de tantos ruidos y algarabías. Es entonces cuando despertamos y descubrimos que el descanso es otra cosa. No tanto buscar satisfaciones y entretenimientos sino cambiar de dinámica y ocuparnos en cosas diferentes a las rutinarias de cada día. Descansar no es parar, sino eludir la responsabilidad de cada día y gastar el tiempo en otros menesteres que nos atraigan y nos gusten.

Sin embargo, el descanso de la batalla diaria, de la lucha contra uno mismo, de vencer esas debilidades que nos inclinan y someten nuestra voluntad a hacer lo que, en conciencia, entendemos que no debemos hacer, es un descanso que no está en el cambio de actividad, ni en parar la actividad ni en ocuparnos en distraernos. Eso puede que en algunos momentos nos ayude, pero no soluciona nuestro peregrinar y nuestra lucha en el camino de nuestra vida.

Solo encontraremos descanso en el Señor: «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobre cargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera».

Porque sólo en la mansedumbre y humildad seremos capaces de, injertados en Xto. Jesús, vencernos a nosotros mismos.

 Danos Señor esa Gracia de buscarnos en la humildad y de esforzarnos en ser mansos para que nuestra alma sea saciada de paz y amor, el verdadero descanso.

 

martes, 10 de diciembre de 2013

EN TU CONFIANZA ME ATREVO A CAMINAR


Camino en tu Providencia, Señor

Sigo adelante Señor a pesar de los peligros. Hay momentos que mi pluma se atreve a caminar porque sabe de tus cuidados y tu defensa. Sabe que Tú eres la Verdad y que Tú la defiendes hasta con tu Muerte. Y que sales victorioso con tu Resurrección. Me siento seguro y me atrevo a subir al risco a pesar de los peligros.

Y lo hago, no para escaparme de tu Redil, ¡dónde mejor estaría!, sino para llevar tu Palabra más allá de mis fronteras y posesiones. ¡Se está tan bien entre tu rebaño que no puedo quedarme sin proclamarlo y decírselo a otros que andan perdidos o desorientados.

¡Y claro, Señor! Corro algún peligro. Hay lobos, falsos profetas, reyes con minúscula interesados en ser los dueños de este mundo. No se dan cuenta que este mundo es un mundo caduco y de barro. Están cegados por la oscuridad, a pesar de alumbrarse con muchas luces, pero no las ven, son luces falsas, efímeras, que pronto los dejaran en la total oscuridad.

Tú Señor, eres la Luz que alumbras el camino, y lo haces con Amor y Paz. No hay nada que temer, porque tu vara y callado nos protege. Aunque camine por caminos oscuros y peligrosos, Tú me sigues y me proteges.


lunes, 9 de diciembre de 2013

CURA MI PARÁLISIS SEÑOR



Mi incapacidad para dejarme perdonar me paraliza Señor. Me asalta la duda del perdón, y me resisto a dejarme perdonar por los hombres. Hombres de carne y hueso como yo y tocados por el pecado. Sé que Tú le has dado ese perdón, pero sólo queda en mi saber, pues a la hora de aceptarlo me vienen las dudas.

No quiero pedirte pruebas que, como hiciste con el parlítico, me demuestren tu poder divino para perdonar los pecados, pero si necesito que cures mi parálisis de miedo e impotencia de sentirme perdonado. Dame la Gracia y la sabiduría de dejarme curar por tu Misericordia y perdón.

Sé, Señor, que tienes poder para perdonar los pecados, pero a mí me cuesta, no tanto saberlo que dejarme perdonar. Danos la luz de descubrir la necesidad que tenemos de ser perdonados, porque sólo en el perdón encontramos la paz y la fuerzas para amar y dejarnos amar.

Descubrir la necesidad de ser perdonado es descubrir que soy pecador. Y nada hay tan grande para mover tu Misericordia Señor que la súplica de un hijo que se reconoce pecador.

domingo, 8 de diciembre de 2013

SEÑOR, NECESITO TU GRACIA



Yo no tengo la Gracia que tiene María, tu Madre, Señor. Ella alcanzo tu Gracia y Tú la llenaste de Ti. No hay mayor Gracia que la de ser elegida Madre tuya. Pero yo, Señor, aunque también me has creado por amor y te has hecho Hombre en María para acercarme y regalarme tu salvación, yo, Señor, soy un pecador.

Un pecador que no merece tu Gracia ni tu Misericordia, y sin embargo, Tú me la das y me la ofreces, Y lo has hecho sin pedirme ni siquiera opinión. No me has dejado ni opinar. Te has entregado, en tu Hijo, a mi entera salvación. Y sin embargo, me dejas en libertad y aceptas mi rechazo y mi negación a tu plan.

¿Qué hubiese sido de mí si María también te rechaza? Ahora sé valorar la colaboración y grandeza de María, tu Madre, al aceptar tu Voluntad. Yo, Señor, y Tú lo sabes, quiero también aceptar tu plan, lo que ocurre que, Tú también lo sabes, soy un miserable pecador y te decepciono a cada momento. 

Quiero aprovechar este momento para pedirte que me des la Gracia suficiente para, como María, tu Madre, corresponder a tu Amor y ser capaz de seguirte. No simplemente de Palabra, sino también con mi vida, con mi ejemplo, con mi testimonio, con mi trabajo, con mi servicio, con mi humildad, con mi entrega, con mi aceptación y sacrificio... Ayúdame Señor.

sábado, 7 de diciembre de 2013

A VECES DUDO DE MI FE



Supongo que a ti también te pasa. ¿No tienes dudas, sobre todo cuando el camino se pone duro y difícil? Te preguntas, ¿para qué hago esto? ¿Servirá esta lucha para algo? Y es que Satanás no está dormido. Él también juega y trata de convencernos que no vale la pena caminar contra corriente. Así encontró Jesús a muchos, fatigados, vejados y abatidos. Diríamos sin esperanzas.

Cuando decidimos quedarnos, dejar de luchar y rendirnos a las corrientes de este mundo, pronto experimentamos que nuestra esperanza empieza también a desaparecer. Es el Espíritu Santo que nos alerta, que nos previene, que nos empuja, porque somos seres de esperanza, de deseo de una vida mejor. Y en este mundo sólo encontramos apariencias de esperanza y felicidad, pero no la auténtica verdad y felicidad. 

Nos damos cuenta que estamos siendo arrastrados, y volvemos nuestros ojos a Jesús, la única y verdadera esperanza. En, por y con Él nos encontramos a gustos, felices, esperanzados y en paz. No por eso dejamos de padecer y sufrir contra tiempos, pero lo hacemos con otra mirada, con otra esperanza. Son las pruebas que nos mantienen alerta y deseosos de buscarle y de dejarnos encontrar con Él. 

Precisamente porque le necesitamos.

 A pesar de mis penas y tristezas. A pesar de mis sufrimientos y mis temores. A pesar de mis angustias e inseguridades, dame Señor la esperanza de saberme salvado y de continuar el camino hacia Ti. Eso descubre que mis dudas son superadas y que mi fe, aunque en momentos se tambalea y me recuerda mi humanidad, mi pobreza y mis pecados, sigue en pie porque Tú la sostienes.


viernes, 6 de diciembre de 2013

NO TE QUEDES ALEJADO, NI PARES DE GRITAR



Fue lo que hicieron aquellos dos ciegos. Habían oído las maravillas que hacía Jesús, y en cuanto tuvieron su oportunidad, 1zaaasssss!, la aprovecharon. Saltaron al camino, se le acercaron y le gritaron sin ningún respeto humano que les permitieran ver. No cabe duda que eso supone primero creer que Jesús lo puede hacer, si no es hacer el ridículo y perder el tiempo.

Supongo que Jesús les hace confesar el móvil por el que se le acerca y le piden sanación para descubrirles su fe. ¿Realmente, están convencidos que les puedo devolver la vista? Y ellos, sin ningún respeto humano respondiéron acto seguido, "sí".

¡Claro!, para buscarle y acercarsele, primero hay que tener fe, esa fe que empuja y te pone en camino. Mudar tu corazón no significa pensar de otra forma, significa arrancartelo y ponerte otro según Jesús. Te cambia todo; empiezas a ver de otra forma; encuentras en los hombres, no enemigos, sino personas a las que tienes que acercarte y perdonar.

Descubres entonces que no es fácil, pero experimentas y comprendes que sin Jesús no puedes caminar firme y sobre roca. Necesitas que Él construya tu casa.

jueves, 5 de diciembre de 2013

TÚ, SEÑOR, ERES MI ARQUITECTO



Tú, Señor, construyes mi casa, porque yo no sé cómo construirla firme y sólida. Soy un mal constructor y de nada valen mis afanes si Tú, mi Dios y Señor, no la construye. Hoy, aprovecha tu Palabra para pedirte que no quiero estar entre aquello que dicen sólo Señor, Señor... sino que quiero ser de los que, además de decirlo se esfuerzan en cumplirlo y llevarlo a sus vidas.

Por eso, quiero invitarte a que seas Tú quien construyas mi casa. Yo simplemente seré un mal albañil, al que Tú tendrás que despertar muchas veces de su adormilada siesta, o de su despistada faena. No seré capaz de construirme una casa segura y firme ante las tempestades de ese mundo y las tentaciones de los que persiguen derrumbármela. Necesito tu protección y tu Gracia.

Por eso, Señor, necesito el cemento y la arena que bien mezcladas conviertan mi casa en casa de oración. Una oración constante, sensata, consciente, firme, comprometida, dispuesta, abierta, dialogante, entregada, solidaria, alegre, compartida, silenciosa, escuchante y, sobre todo, llena de amor. De ese Amor que sólo Tú posees y sabes dar.

Dame, pues, esa Gracia de saber amasar mi vida con esa mezcla de tu Amor para construir mi casa de tal forma que ninguna tempestad ni huracán pueda hacerla tambalear.