Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

jueves, 21 de noviembre de 2019

DANOS, SEÑOR, LA PAZ

Resultado de imagen de Lc 19,41-44"
Nos empeñamos en buscar la paz donde no está. Porque, la paz no se encuentra en el poder, ni tampoco en las riquezas. Tampoco la encontraremos en el éxito ni en la fama. Sin lugar a dudas, la paz no está en este mundo que trata de seducirnos y engañarnos. De ello tenemos innumerables ejemplos delante de nuestros ojos que buscando la felicidad en las cosas de este mundo no encuentran la paz. 

Porque, la felicidad es una consecuencia de la paz. Tú y yo somos felices cuando experimentamos la paz dentro de nosotros mismos, en el centro de nuestros corazones. Entenderás que nadie puede ser feliz si no experimenta la paz en su corazón. 

Por tanto, Señor, te pido que llenes mi corazón del gozo de la paz. Esa paz con la que Tú me saludas cada día y me das desde el Amor. Ese amor que yo debo poner en mi corazón como primera prioridad y fuente de mi paz y felicidad, para, luego, darme, por tu Gracia, a los demás en correspondencia a tu Infinito Amor.

Te doy gracias de antemano porque sé y confío, Señor, que me escuchas y me das esa paz que ansío y te pido. Eso sí, no sé cuándo ni cómo, pero si sé que llegará, porque tu Palabra siempre se cumple. Ahora, consciente de mis flaquezas y debilidades, también te pido, Señor, que me sostengas y me llenes de tu fortaleza, para resistir todas las pruebas que tu permitas en mí y me ayudes a perseverar firmemente en tu presencia. Amén.

miércoles, 20 de noviembre de 2019

¡SEÑOR, ENSÉÑAME Y GUIAME A ADMINISTRAR BIEN LOS TALENTOS RECIBIDOS

Resultado de imagen de Lc 19,11-28"
Es una gran responsabilidad la administración de los talentos que he recibido gratuitamente de Manos del Señor. Porque, de la misma forma que se me han dado tendré yo también que darlos. Sería aprovecharme por mi parte y comportarme de forma egoísta utilizar solo para mí lo que he recibido gratuitamente para derramarlo en bien de todos. Porque, ese es el encargo que me han dado, amar. Y se ama cuando, no sólo se manifiesta con palabras, sino cuando también se demuestra con obras. Y las obras se esconden en los talentos que he recibido.

Pero, la pregunta que se me plantea es, ¿a quién o a quienes tengo o debo ayudar? Por sentido común deberá tener prioridad aquellos que han recibido poco o casi nada. Es decir, a los pobres, marginados y excluidos. A los que están carentes de muchas cosas porque se han equivocado o porque han dilapidado mal lo que han recibido o porque han recibido poco. Pero, eso sí, aquellos que han aprendido de sus errores y confiesan y se arrepienten de sus pecados. Porque, siempre se necesitará tu colaboración.

Y eso es así porque es la única manera de desarrollar y cultivar esa semilla de amor sembrada en mi corazón. El sol y el agua necesario para que esa semilla crezca y dé frutos serán mis compromisos de amor en despojarme de mis bienes recibido gratuitamente y ponerlos en favor de los demás. Si nos damos cuenta y lo miramos desde esta perspectiva descubrimos que es un regalo inmenso para probarnos y para darnos la oportunidad de sacrificarnos y experimentar el único y verdadero amor. El tener hijos va en esa dirección, son regalos para desarrollar y dar todo ese amor que llevamos dentro.


De otra manera no sabría ni tendría posibilidad de administrarlos y gastarlos en el bien de los otros. Pero, ¿qué otros?, me repito de nuevo. Pues, los más pobres, los que poco o nada han recibido. Es decir, los ignorantes, los más débiles, los excluidos e incluso los engreídos, los suficiente, los más fuertes y poderosos...etc. Todos son pobres, si bien, los nombrados primeros, es decir, los carente de todo, los marginados, los ignorantes y excluidos son los preferidos por el Señor. El problema de los otros es que se rebelan y se cierran a la acción del Espíritu Santo y nuestro testimonio de amor les puede ayudar. Demos gracias a Dios y pidámosle la Gracia necesaria para saber nosotros administrar los talentos recibidos. Amén.

martes, 19 de noviembre de 2019

DAME, SEÑOR, UNA CORAZÓN PERMEABLE

Resultado de imagen de Lc 19,1-10
Reconozco, Señor, que mi corazón está endurecido por los pecados carnales y la ambición de riqueza y poder. Ya, mi corazón ha venido con la herencia de mis padres y está manchado por el pecado original. Me cuesta enderezar mi camino y levantarme no es tarea fácil. Por tanto, sin lugar a duda, reconozco, Señor, que mi corazón está herido por el pecado y difícilmente hay hueco en él para tu Palabra.

Eso no significa que la escuche. Es posible que en muchos momentos puntuales o incluso en la Eucaristía la escuche, y hasta reciba la Sagrada comunión, pero, ¿es tu Palabra, Señor, la prioridad de mi corazón? Es decir, ¿se conduce mi vida y mi corazón por el cumplimiento de tu Palabra como prioridad? Eso es lo que descubre la dureza o suavidad de mi corazón. Posiblemente, priman otros intereses e intenciones más carnales y materiales que el cumplimiento de tu Palabra.

Esa es mi realidad por mucho que quiera disimularla y esconderla. Y de nada me sirve ocultarla, Señor, porque Tú lo sabes todo. De nada me sirve esconderla porque la verdad emerge y prevalece siempre. Dame, pues, Señor, un corazón capaz de suavizarse y de ser poroso a tu Palabra, para que Ella penetre y lo inunde de tu Bondad y Amor.

Es esa, Señor, la petición de hoy, como la de otros tantos días pasados. Como ves, Señor, no dejo de insistir según tu me has propuesto, y persisto en mi perseverancia, aunque eso, sí, confieso, que muchas veces me parece que lo hago de forma rutinaria, más como una costumbre que otra cosa. Por eso, confío en Ti, Señor, y, esperanzado, de una manera u otra sigo insistiendo. Gracias, Señor, por todo y, finalmente, te pido que me des un corazón permeable a tu Palabra e impermeable a todo lo que viene de afuera y con olor a contaminarme de seducciones e inclinaciones pecaminosas.

lunes, 18 de noviembre de 2019

LAUDES - LUNES DE LA PRIMERA SEMANA


Resultado de imagen de Laudes - Lunes, XXXIII semana del Tiempo Ordinario,




H I M N O

Mis ojos, mis pobres ojos
que acaban de despertar
los hiciste para ver,
no sólo para llorar.

Haz que sepa adivinar
entre las sombras la luz,
que nunca me ciegue el mal
ni olvide que existes tú.

Que, cuando llegue el dolor,
que yo sé que llegará,
no se me enturbie el amor,
ni se me nuble la paz.

Sostén ahora mi fe,
pues, cuando llegue a tu hogar,
con mis ojos te veré
y mi llanto cesará. Amén.

Lunes, XXXIII semana del Tiempo Ordinario

domingo, 17 de noviembre de 2019

EN LOS TIEMPOS DIFÍCILES, NUESTRA ARMA: LA ORACIÓN

Resultado de imagen de Lc 21,5-19 por Fano
Los cristianos sabemos que nos espera, y, a pesar de nuestros miedos, confiamos en el Señor. Nadie quiere el dolor, pero, nuestra experiencia nos dice que hay momentos que para conseguir un bien hay que sufrir. Basta pasar por un enfermedad para experimentar los sacrificios o dolor que tenemos que soportar para alcanzar la salud. De la misma manera, si tenemos claro nuestro destino, nos será, si no más fácil, si más llevadero soportar los obstáculos y espinas que tendremos que superar. Pero, sobre todo, porque lo hacemos injertados en y desde Xto. Jesús.

Los cristianos hemos sido avisados por Xto. Jesús. El Señor nos ha advertido de lo que nos va a suceder si le seguimos. Él no se esconde, pues va a la cabeza, porque es, precisamente, valga la redundancia, la Cabeza de ese Cuerpo Místico que es la Iglesia, y como tal lo ha sufrido hasta el extremo de dar su Vida por cada uno de nosotros. Pero, de la misma forma que nos advierte, también nos garantiza nuestro triunfo y, en, por y con Él nuestra Resurrección.

Realmente, vale la pena, porque nuestro destino, a pesar de pasar por el dolor, sufrimiento y la muerte es la Resurrección y la Vida Eterna. Por eso, estamos alegres, contentos y llenos de esperanza, porque a pesar del camino de espina nos espera el gozo y la alegría de la Vida Eterna en plenitud de gozo y felicidad. Por todo ello, damos gracias a Dios y le pedimos que nos llene de su Fortaleza , de su Paciencia y de su Amor, para superar todos los obstáculos que nos impidan nuestro esfuerzo por seguir al Señor.

Perder esta vida mundana nos dará la mayor ganancia que podemos alcanzar, tal es la Vida Eterna. Todo lo que no sea eso es estimado basura para aquellos que siguen a Jesús y para que es el Tesoro más valioso, porque, Él es el Camino, la Verdad y la Vida. Es la Resurrección y la Vida Eterna. Amén.

sábado, 16 de noviembre de 2019

NECESITO ORAR, SEÑOR

Resultado de imagen de Lc 18,1-8
Dame, Señor, la sabiduría para saber y entender la necesidad de la oración. Necesito orar a pesar de que los resultados no se vean, o quizás sean contrarios a lo que yo pido y deseo. Y es que, Señor, confieso y me doy cuenta que no sé pedir. Quizás pida lo que no necesito o lo que, a la larga, no me conviene, pero lo ignoro y es eso lo que necesito saber y darme cuenta. Y no es nada fácil, por eso, Señor, te pido sabiduría y paciencia para, poniendo toda mi confianza en Ti, tener fortaleza y perseverancia en no dejar de orar e insistir sin desmayo.

Necesito, Señor, orar para vaciar todos mis problemas e interrogantes en Alguien en quien pueda confiar. Y ese, Señor, eres Tú. Es posible que yo no te escuche ni te preste la debida atención. Es posible que yo no te entienda ni sepa que Tú me escuchas y estás siempre presente. Y es también posible que dude de tu Palabra, pero, yo, Señor, quiero fiarme de Ti porque Tú tienes Palabra de Vida Eterna.

Por todo ello, a pesar de mis dudas, quiero seguir insistiendo aunque todo se suceda contrario a lo que deseo y te pida. Creo en tu Bondad y tu Infinita Misericordia. Me lo has demostrado con tu Pasión y Muerte, entregando tu Vida de forma voluntaria y libre para rescatarme y librarme de mis pecados y restituirme la dignidad de hijo de tu Padre Dios. 

Dejo todo en tus Manos y a tu Voluntad, Señor, porque, sólo Tú es el que sabe y el que busca mi bien ante que yo mismo, que, sometido al pecado, busco ignorantemente mi propia perdición y muerte. Tú sólo, Señor, puedes salvarme y a Ti me confío y abandono. Por mi parte y siguiendo tu advertencia y contando con tu Gracia, seguiré insistiendo hasta que Tú decidas, Señor, el momento de mi hora. Amén.

viernes, 15 de noviembre de 2019

CADA DÍA UNA NUEVA UNA BATALLA

Resultado de imagen de Lc 17,26-37
HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 


Las guerras se gana cuando ganas la batalla que corresponde a cada día, porque, la suma de batallas ganadas te dará como resultado ganar la guerra. Eso significa que cada batalla es una lucha cuyo objetivo es ganarla o resistir a ella sin desfallecer. Y eso tiene su coste y su exigencia que nos obliga a estar atentos, vigilantes y prestos para la lucha y para conseguir la victoria.

El Reino de Dios es el objetivo a conseguir y a alcanzar y, cada día, representa una nueva oportunidad por acercarnos más a la victoria. Una victoria que se consuma en vivir en Xto. Jesús, porque, Él es el Reino de de Dios. Un Reino que está dentro de mí y que en y con Él tengo que librar la batalla de cada día en este mundo donde vivo y por donde camino.

Un mundo que me amenaza y trata de seducirme para que le abandone y no siga sus enseñanzas y sus mandatos. Un mundo que quiere, a toda costa, apartarme de Jesús y de su camino. Un camino que Él señala y marca, porque, Él es el único y verdadero Camino, Verdad y Vida. Por tanto, corremos un gran peligro, porque, en la medida que me deje seducir por las falsas ofertas y espejismos de este mundo, alejándome del Señor, estaré perdiendo la batalla de cada día y con ella, la guerra final.

Señor, te pido que me llenes de tu fortaleza y de tu poder para, siendo fuerte, vencer todas las tempestades que nacen en mi corazón y amenazan con derrumbarme y alejarme de Ti. Me parecen, cuando las miro, con serenidad y reflexivamente, pequeñas piedras, pero lo suficientemente grandes para alterar mi pobre y pequeño corazón y, por tanto, alejarlo de Ti. 

Dame, Señor, la Gracia de nunca separarme de tu presencia y de luchar con todas mis fuerzas para sostenerme siempre a tu lado en actitud de espera, de vigilancia, de aceptación y de estar permanentemente abierto a tu venida. Amén.