Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

miércoles, 9 de enero de 2013

HAZME NIÑO, SEÑOR

 

Sí, necesito hacerme niño, pensar como un niño, y creer como un niño. Ahora, de las pocas cosas que entiendo es que debo pensar como un niño cuando se trata de mirarte y creer en Ti. Porque si no, mi cabeza, mi propio Herodes que llevo dentro tratará de rechazarte y hasta matarte. Sí, Padre, necesito ver las cosas como un niño.

Tengo el regalo que me has dado, mi nieto. Tiene tres años y habla del Niño Jesús como si de un amigo se tratara. Lo llevo a ver el Niño Jesús y habla contigo como si tal cosa. Tú, Señor, debes gozar con él. Te tienes entre sus mejores amigos, Peter Pan, Spiderman...

¡Y qué decir de los Reyes Magos! Sin lugar a dudas, tendremos que ser como niños para entrar en tu Reino, Señor. No se trata de creer de forma tan infantil. Se trata de creer lo que no podemos ver ni entender. No cabe en nuestra cabeza que te hayas encarnado en nuestra naturaleza humana, y en el seno de María. Y por obra del Espíritu Santo. ¡Claro!, no lo podemos entender, y nos cuesta mucho creerlo.

Pero esa es la fe de niño que tendremos que aceptar y ejercitar. Me lo creo, Señor. Me lo creo porque Tú eres el Hijo de Dios vivo. Ese Dios Padre que ha creado el mundo y todo lo que en él existe. Ese Dios Padre que ha hecho maravillas que nunca el hombre llegará a descubrir ni entender. Pues, si has creado todo lo visible e invisible, ¿por qué no has nacido encarnado en María? Tú, Señor, tienes poder para hacer eso y todo lo que te plazca. ¿Quién soy yo para pedirte explicaciones?

Por eso, Señor, te pido que me des la inocencia del niño y la pureza e intención de justicia de creer en tu Palabra y en el amor. Ese amor que une a todos los hombres y establece tu Reino en el mundo. Amén.

martes, 8 de enero de 2013

DARME Y PREOCUPARME

 


No se trata de dar algo de lo que tengo, y que posiblemente me sobra. Se trata de darme y de preocuparme por tantas cosas que andan mal en este mundo, y en consecuencia mucha gente lo pasa mal. Se trata de no comer yo solo, sino de preocuparme porque coman los demás también.

¿Es realmente esa mi preocupación y actitud? Si lo es, no debo preocuparme porque se notará en mi vida, pero si no se nota es porque esa preocupación no es lo suficiente profunda y seria para que mi vida sea una respuesta a ella. Sí estás con Jesús y convives con Él, llegarás a vivir y ser como Él.

Por eso, Señor, no quiero cansarme de pedirte tu Gracia y fuerzas para que pueda desprenderme de esas cosas que me atrapan y me encadenan separándome de los demás. Pero, mira, más que las cosas materiales son las actitudes del mundo que me rodea que me hace sentirme tonto, idiota cuando doy y comparto gratuitamente.

Cambia mi corazón humano e interesado, en un corazón humano despegado y solidario. Presto y disponible a darse, a compartir y a servir. Sé que yo no puedo, pues llevo toda mi vida en esa lucha y muy poco he avanzado. Me sorprendo de algunas cosas que he hecho, y en ellas he experimentado la presencia de tu Espíritu. Yo solo no hubiese podido hacerlo.

Por eso, Padre mío, te pido que me transformes y me des la virtud de la constancia, la paciencia y el desapego para darme, compartir y servir a los hombres, pues sirviendo a los hombres estoy manifestando mi amor hacia Ti. Amén.

lunes, 7 de enero de 2013

YO TAMBIÉN ESTOY ENFERMO


 Y necesito de Ti, Señor. Porque mi vida deja mucho que desear y me siento débil e instalado en la mediocridad. Experimento que no avanzo, que me quedo en la rutina de cada día y que casi ya me instalo en lo mismo de todo los días. Sí, trato de no engañarme y de esforzarme en vivir la actitud del servicio, del estar disponible y de amarte en los hombres que viven en mi vida, pero...

No me siento bien, ni me parece que hago todo lo que debiera ni quisiera. Creo que hay muchas faltas en mi vida de pecados por omisión, por mirar para otro lado, o por quedarme tranquilo antes muchas cosas que podía, al menos, intentar hacerlas mejor o comprometerme más. Todos los días trato de hacer esa promesa, pero me temo que nunca doy el paso necesario.

Unas veces por miedo, otras veces por mi propio entorno familiar e incomprensiones. Y otras, muchas más, veces por comodidades o parálisis descomprometida que huye de la complicación. Sea como sea, Señor, ando así, dando una de cal y otra de arena. He llegado al convencimiento que solo Tú puedes darle la vuelta a mi corazón y hacer que sea un corazón dado y entregado. Sí, también sé que necesitas mi libertad y mi pequeña y humilde colaboración, y yo quiero dártela, pero me cuesta por todo lo que he dicho antes.

Inúndame de tu Gracia, Señor, y dame las fuerzas necesarias para poder dejar en tus Manos mí ser y mi libertad. A fin y al cabo son tuyas, porque Tú me las has regalado. Y yo quiero ponerlas en tus Manos. ¿Dónde mejor pueden estar? Espero y confío que el Espíritu Santo haya tomado buena nota, y no me deje por mi palabra, sino que me obligue a cumplirla porque creo que será lo mejor que me puede pasar.

domingo, 6 de enero de 2013

¡DÓNDE ESTÁ MI ESTRELLA?

 

¿Por qué yo no tengo una estrella como los Magos que me alumbre y me facilite el camino? Supongo que de esa manera me sería más fácil encontrarme con el Niño Dios. Aprovecho este día de reyes para pedírsela y así tener el camino bien señalado.

No es mala idea aprovechar estas fechas para pedirle al Señor que nos alumbre el camino con una estrella que nos conduzca al encuentro con Jesús, y creo que debemos pedírsela. Yo me sumo a esa petición. Pero conviene también recordar que los Reyes Magos no lo tuvieron fácil como puede parecernos a nosotros. Ellos tuvieron que dejar muchas cosas y aventurarse sin ninguna certeza. 

Podía ser un engaño, una intuición falsa, una aventura sin fundamento seguro. Nada garantizaba nada, y todo fue un camino inseguro, arriesgado y sin garantías de ninguna clase. Incluso, nadie buscaba ni nadie sabía nada a ese respecto. Sí, había una profecía, pero que nadie daba crédito, o en el mejor de los casos permanecían inmóviles y sin reaccionar.

Sin lugar a dudas, los Magos tuvieron su mérito, salir confiados a la indicación de esa estrella y dejarse guiar por ella. Y es eso, en mi humilde parecer, lo que creo que debemos hacer nosotros también. Hoy que, en el camino que emprendemos juntos, se habla de estrellas y de orientación, pidamos al Espíritu Santo, nuestra mejor estrella, que nos guíe y nos alumbre nuestra vivencia diaria por los caminos que la vida nos va presentando. Es la luz que el Niño Dios nos ha dejado para que no perdamos su estela y su nacimiento. Amén.



HIMNO
(Laudes)
 
Reyes que venís por ellas,
no busquéis estrellas ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas.

Mirando sus luces bellas,
no sigáis la vuestra ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas.

Aquí parad, que aquí está
quien luz a los cielos da:
Dios es el puerto más cierto,
si habéis hallado puerto
no busquéis estrellas ya.

No busquéis la estrella ahora:
que su luz ha oscurecido
este Sol recién nacido
en esta Virgen Aurora.

Ya no hallaréis luz en ellas,
el Niño os alumbra ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas.

Aunque eclipsarse pretende,
no reparéis en su llanto,
porque nunca llueve tanto
como cuando el sol se enciende.

Aquellas lágrimas bellas
la estrella oscurecen ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas. Amén.

sábado, 5 de enero de 2013

TE PIDO VOLUNTAD Y FORTALEZA


Es tiempo de pedir. En esta época del año los niños piden, y piden convencidos que sus regalos les van a venir. Al menos esperan con esperanza de que así sea. Sería bonito y esperanzador dejar que nuestro corazón se convierta por estos días en un corazón de niño, y que continúe así por mucho tiempo.

Necesito, Dios mío, un corazón voluntarioso y fuerte. Voluntad para no desfallecer y vencer la pereza y las comodidades que este mundo me ofrece como tentación de rendirme a sus encantos y  dejarme mecer por el encanto del ritmo que la buena vida marca. Sin preocupaciones ni molestias por lo que pase a mi alrededor.

Necesito fortaleza para enfrentarme con decisión a las tempestades y embestidas de todos aquellos obstáculos que la vida, por si sola, se encarga de ponerme ante mi camino. Tempestades de envidias, de soberbias, de egoísmos, de vanidades, de placeres y todo lo que me aleja del amor por construir un mundo mejor, más solidario y más justo apoyado en el amor.

Y una tercera petición: algo de sabiduría y paciencia para saber caminar y evadirme de muchas tempestades imposible de vencer y superar. La luz que me ilumine para ver en la oscuridad de la noche y pacientemente dirigir mis pasos hacia la verdad y libertad.

No quiero nada más, Señor. No quiero riquezas, poder, halagos, privilegios. ¡Ah!, eso sí, un poquito de salud para poder servirte en los hermanos. Espero que no sea mucho, pero si así fuera y me haya excedido, aceptaré lo que Tú a bien decidas concederme. Eso, venido de Ti, será lo mejor y lo más conveniente. Amén.

 


viernes, 4 de enero de 2013

SÉ QUE EXISTO, SEÑOR...


pero necesito también saber de tu existencia. Juan el Bautista lo tuvo claro, sin embargo también mando a preguntarte si eras Tú quien esperaba. Y Tú, gustado de no responder directamente, contestaste que observara que los ciegos veían, los cojos andaban y los leprosos eran sanados...

Juan entendió a la perfección y cuando llegó el momento oportuno señaló a sus discípulos que Tú eras el Mesías que había de venir. Y Andrés y el otro discípulo obedecieron y te siguieron. Y Tú, Señor les abriste tu corazón y les acogiste en tu camino. Y ellos quedaron maravillados con tu encuentro.

Un encuentro que demanda primero una búsqueda, un seguimiento, un riesgo y aventura de buscar y responder a ese deseo de felicidad y eternidad que palpita dentro de cada uno de nosotros. Quizás estemos muy distraídos con tantas luces, ruidos y ofertas que este mundo nos propone. Quizás no nos dejen pensar y nos entretengan con placeres y fiestas efímeras que siempre terminan dejándonos vacíos.

Hoy, Señor, te pedimos luz, atrevimiento, impulso irrefrenable para buscarte, para ir a tu encuentro, para experimentar tu Palabra, tu acogida, tu invitación, tu llamada, tu búsqueda y tu alimento. Como Andrés y el otro discípulo atraénos hacia Ti, respóndenos como a Juan el Bautista, y enséñanos a ver claro que Tú eres el Camino, la Verdad y la Vida, y toda esperanza que vive dentro de nosotros. Amén.

jueves, 3 de enero de 2013

UN NUEVO AÑO COMIENZA

Tu palabra me da vida...

pero por eso el camino no termina, ni tampoco comienza, digamos que el camino sigue, continua y una nueva etapa marca el recorrido con este año nuevo que estrenamos hace unos días. Sin embargo, los días pasan y avanzan sin tregua. Se suceden unos tras otros, y se hace necesario avanzar, no quedarse parado ni estancado. Eso significaría la muerte.

También ocurre lo mismo en mi componente espiritual. Necesito seguir caminando y avanzando en el Espíritu. Avanzar con fe y con confianza. El panorama no promete un camino plácido y suave. Todo lo contrario, un camino lleno de espinas, de luchas que complican cada paso y cada avance, pero se hace necesario crecer y avanzar.

Necesito creer, Señor. Sólo Tú tienes Palabra de Vida Eterna. Los años pasan, pero tu Palabra permanece firme, fiel, gozosa y llena de vida. Déjame agarrarme a ella porque sin Ella nada puedo. Se acabó un año, y llega otro, y sin darnos cuenta también se irá, pero tu Palabra quedará, y yo quiero permanecer y vivir en Ella. Porque Ella, la Palabra, es el Camino, la Verdad y la Vida. Amén.