Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

miércoles, 31 de agosto de 2016

Y YO TAMBIÉN, SEÑOR



Por nuestro Bautismo quedamos consagrados como sacerdote, profeta y rey, y comprometidos a dar testimonio de mi fe. Es decir, debo transmitir mi fe, no sólo de palabra sino también con mi vida y mi obrar de cada día. Así que tú y yo tenemos también muchos lugares donde proclamar la Palabra.

Y es que, desde nuestro nacimiento somos personas en relación. Nacemos inmersos en una familia y  pasamos mucho tiempo en ella. El tiempo necesario para formarnos y prepararnos para valernos por nosotros mismos. Es en ese lugar donde recibimos y desarrollamos nuestra personalidad y donde aprendemos a dar nuestros primeros pasos. De ahí la gran importancia de la familia.

Pero, luego, salimos al mundo. A nuestro propio mundo y nos relacionamos en el cole, con los amigos en los juegos y los actos sociales. Y en la medida que crecemos, crece también nuestra formación y responsabilidad. Y son en esos lugares donde tenemos y debemos dar testimonio de nuestro compromiso de Bautismo. Por eso, Señor, te pedimos paz, sabiduría y fortaleza para derramar toda nuestra vida en esos lugares que la misma nos lleva.

Quizás, el mundo de la política, de la proclamación catequética, de la parroquia y sus ministerios, de las misiones, del mundo del trabajo...etc. Donde quiera que estemos, allí estás Tú, Señor, con nosotros. Y son en esos lugares donde debemos dar testimonio de nuestra fe.

Danos, Señor, esa fortaleza para, llenos del Espíritu Santo, seamos luz y testimonio para todos aquellos que intervienen en nuestra vida. Amén.

martes, 30 de agosto de 2016

LÍMPIANOS, SEÑOR, DE NUESTROS ESPÍRITUS INMUNDOS



Estamos en un mundo peligroso y lleno de trampas. No es fácil escapar a ellas. Ayer, domingo, el Señor nos lo decía: No corras a curar la herida del cínico, pues no tienen cura, es brote de mala planta (Si 3,17-18.20.28-29).

Abundan muchos peligros y cínicos cuyo territorio está en el mundo y en él tienen puestos sus ojos. Y actuan para arrastrarte a ti también y contagiarte de esa actitud cínica y perversa. Por eso, más que nunca, los creyentes tenemos que apoyarnos y caminar unidos para preservarnos de esos peligros. Pero, sobre todo, permanecer injertado en el Señor, tal y como el sarmiento a la vid.

Por eso, Señor, nuestra oración de hoy va dirigida a pedirte fortaleza, sabiduría y paz para enfrentarnos con todos esos peligros y espíritu inmundos que polulan por nuestros pueblos y ambientes tratando de alejarnos de Ti. No dejes nunca de sorprendernos y asombrarnos con tu Palabra. Danos esa sabiduría, como Tú, Señor, tenías al proclamar la Palabra. Danos esa confianza, como Tú mostrabas, al estar seguro y confiado del Amor del Padre.

Señor, como decía Pablo en 1Co 2, 1-5Me presenté a vosotros débil y temblando de miedo; mi palabra y mi predicación no fue con persuasiva sabiduría humana, sino en la manifestación y el poder del Espíritu, para que vuestra fe no se apoye en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios. Así, Señor, queremos actuar nosotros, apoyados en tu Palabra y en tu Sabiduría.

Humildemente te pedimos, Señor, que nos salve de todos esos peligros y nos des la fortaleza y capacidad de, apoyados y confiados en tu Palabra, podamos admirar, en tu Nombre y para tu Gloria, a todos los hombres que nos escuchen y crean que Tú eres el Camino, la Verdad y la Vida. Amén.

lunes, 29 de agosto de 2016

NO ES FÁCIL



Una cosa es prometerlo y estar dispuesto también a hacerlo, pero otra muy distinta es la realidad que nos envuelve y nos toca vivir. Dar la vida es duro y difícil. No podemos engañarnos ni engañar. Sin embargo, los cristianos comprometidos y consecuente con nuestro Bautismo, pensamos que a la hora de la verdad el Espíritu de Dios nos conforta, nos fortalece y nos da el valor que necesitamos para enfrentarnos con la hora de nuestra muerte. Sea de forma natural o martirizada como la de Juan Bautista.

Porque no se puede entender de otra forma. La Gracia de Dios hace el milagro de hacernos fuertes ante la adversidad. Ya lo experimentaba Pablo cuando decía que en la debilidad se sentía fuerte (2ª Corintios 12, 10) y también muchos otros que han seguido a Jesús. Porque seguir a Jesús es complicarse la vida e ir contra corriente, pero vale la pena, pues no se entendería la vida de todos esos hermanos en la fe que han dado su vida y los que la están dando en este preciso momento.

Y es que el gozo de amar no tiene precio, aun pagándolo con la vida. Porque hemos sido creados para amar y esa es nuestra finalidad. Vivir sin amar es no vivir. Vivir sin amar es perder la vida y desperdiciarla. Vivir sin amar es no experimentar el verdadero amor que se esconde en dar la vida por otro. Esa es la experiencia que nos ha dejado Jesús, porque Él nos amó hasta ese extremo.

Y el mundo trata de engañarnos. El Maligno se encarga de eso ofreciéndonos un mundo lleno de ofertas tentadoras que colman nuestras pasiones y apetencias. Jesús también fue tentado en el desierto (Mt 4, 1-11) y nos enseña el camino para soportarlas. Indudablemente, no hay otro camino sino el que señala Jesús, porque Él es el único y verdadero Camino, Verdad y Vida.

Hoy, Señor, queremos pedirte desde este rincón la Gracia de caminar junto a Ti y no separarnos nunca. Porque contigo seremos mayoría aplastante y el Maligno y su mundo nada podrán hacernos. Amén.

domingo, 28 de agosto de 2016

SIEMPRE EN ACTITUD HUMILDE



Revestidos de humildad es el vestido que siempre debemos llevar puesto. Y digo revestido, porque nuestro corazón está manchado por el pecado de la soberbia y el orgullo. Somos mejores que los demás y estamos en constante competencia. Por eso, debemos esforzarnos en cada momento, por y con la Gracia de Dios, estar revestido de la humildad y la misericordia para ocupar los últimos puestos y no los primeros.

Porque Jesús nos dice: "todo el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado". Y fue precisamente eso lo que hizo Jesús durante su vida aquí en la tierra. Se despojó de su Divinidad para revestirse de naturaleza humana e igualarse con nosotros menos en el pecado. El creyente en Jesús tiene que ser un hombre humilde y en actitud de servicio. No hay otra forma ni otro camino.

Sabemos que no es fácil, pero, también sabemos que no estamos solos. Contamos con la Gracia y el auxilio del Espíritu Santo, y con Él podemos lograr esa actitud humilde y misericordiosa. Pero eso nos exige oración, esfuerzo perseverante y fiarnos de su Palabra. Y, sobre todo, alimentarnos con su Cuerpo y Sangre en la Eucaristía bajo las especies de pan y vino.

Pidamos con todo nuestro esfuerzo recibir esa Gracia Divina e, injertado en el Espíritu Santo, caminar confiados en su Palabra y abiertos a su Gracia experimentando como nuestro corazón, quizás altivo y altanero, se va transformando en un corazón de carne suave, sencillo y humilde. Amén.

sábado, 27 de agosto de 2016

DESCUBRIR MIS TALENTOS



No es tarea fácil descubrir que cosas hago bien hasta el punto de, consagrada a ellas, ponerlas a servicio de los demás. Porque, tampoco es tarea fácil descubrir mi vocación, que va en estrecha relación con los talentos recibidos. En muchas ocasiones la descubrimos tarde, y en otras ni siquiera las descubrimos. Es notorio y claro que también se necesita esfuerzo, búsqueda y voluntad, para emprender el camino de descubrirlas.

Sin lugar a duda, el camino se cubre caminando y, diríamos también que, se descubre experimentándolo. Nadie sabe si realmente puede hacer algo bien, si antes no lo ha intentado y se ha puesto manos a la obra. Es en la experiencia donde y cuando se descubre tu capacida talentosa. Nadie, si no se atreve a cantar, descubrirá que su voz es melodiosa, potente o sublime. Realizado ese intento, descubrira lo que guardaba dentro de su garganta.

De la misma forma, el encuentro con Jesús despierta tu compromiso y desempolva tu dormido corazón para darle brillo y desenterrar tus talentos. Sacados afuera verán la luz y de lo que son capaces de hacer y del gozo de servir a los que realmente lo necesitan. Y es eso lo que hoy te pedimos, Señor.

Danos, Señor, la sabiduría y la capacidad de descubrir los talentos que me has dado, y la voluntad, prudencia y fortaleza para ponerlos en función y beneficio de los que realmente lo necesitan. En ti confío, Señor, y, lleno de tu Gracia, abro mi corazón para que con todos los talentos, que has derramados por tu Espíritu en mi humilde persona, volcarlos en los demás según tu Voluntad. Amén.

viernes, 26 de agosto de 2016

UN CORAZÓN PRUDENTE CONECTADO CON EL TUYO, SEÑOR

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS




Dame, Señor, la prudencia de saber discernir lo bueno de lo malo; el bien del mal; lo justo de lo injusto y lo superficial y accidental, de lo sustancial, sentido común y razonable. Dame, Señor, el criterio de la verdad y la justicia, pero también de la misericordia. Dame, Señor, la fe de dejarme llevar, poniendo en Manos del Espíritu Santo, todo mi ser y todo mi actuar. Amén.

Quiero ser hombre prudente y vigilante para que tu llegada no me sorprenda. O, mejor dicho, me sorprenda con mi lámpara encendida, despierto y aguardándote. Líbrame, Señor, por tu Misericordia, de no tener mi lámpara apagada ni desprovista del aceite necesario para iluminar mi vida y ver tu llegada cuando Tú así lo decidas. Amén.

Reviste mi corazón de la prudencia suficiente para que no le falte el aceite que necesita para estar listo y preparado. El aceite de la oración, de la contemplación, del silencio ante tu presencia, de la intimidad y de la paz alimentada por la fe, para que tu Amor se haga presente y eficaz en mi vida. Que me vida sea un estar atento y vigilante a tus Palabras y a tu llegada. Amén.

Dame la sabiduría de saber discernir que, mi vida sin Ti no es vida, sino infierno. Dame la sabiduría de descubrir que, mi vida sin la Tuya, no sirve para nada porque es pacto de la llama y de la muerte. Dame, Señor, la sabiduría de entender que, mi vida ha sido creada para amar y sólo en el amor podrá encontrar la felicidad y el eterno descanso. Y sólo en Ti está ese Amor, porque Tú, Señor eres el Camino, la Verdad y la Vida. Amén.

jueves, 25 de agosto de 2016

APRENDIENDO A AMAR A CADA INSTANTE


No es cuestión de algunos cursos, ni de una serie de catequesis. Quizás, ambos, nos pueden ayudar para iniciarnos en el camino, pero, la palabra lo dice, camino. Y el camino no se acaba hasta, llegada la hora, recibir al dueño que anuncia su llegada.

Si bien, no sabemos el día ni la hora. Y eso significa, no que sólo debemos estar vigilantes, sino que nuestro camino es andar y andar. Pero, andar amando. Porque es el amor lo que Jesús, el Amo que vendrá a su hora, lo que espera encontrar y recoger de cada uno de nosotros. La cosecha está clara:  frutos de amor. Y el cultivo también: amor, amor y más amor.

Esa es la vigilancia que hoy el Evangelio nos quiere advertir. No dejemos de amar. Y amar es estar atento a cada instante de nuestra vida a dejar pasar la Luz que llena nuestro corazón y derramarla en dulzura, escucha, comprensión, amabilidad y servicio. Pero, también en reprimenda, cuando la ocasión lo exige, porque el amor es a veces duro, inflexible y exigente cuando la vida se pone en peligro y el amo puede encontrarte distraido y no haciendo lo que debes.

Estamos hechos para amar, porque cuando amamos experimentamos gozo, satisfacción y felicidad. Y cuando hacemos lo contrario, nos sentimos mal y a disgusto. Pidamos al Señor estar siempre en actitud vigilante de amor. O lo que es lo mismo, de servicio, de atención, de justicia, de verdad, de misericordia, porque son esas actitudes las que el Señor espera recoger de nosotros.

No simplemente alabanzas, ni cumplimentos, ni rosarios, ni novenas, ni exaltaciones que dicen ¡¡Señor Señor!! Y eso no significa ni quiere decir que todas estas cosas no se hagan. Al contrario, son buenas y debemos hacerlas, pero para ser y vivir lo otro, es decir, la justicia, la misericordia y la fe. Amén.