Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

sábado, 17 de octubre de 2015

UNA VEZ MÁS Y TODAS LAS QUE HAGAN FALTA



No me cansaré de repetirlo, y malo sería que me cansara. Aumente mi fe, Señor. Y también mi confianza, porque experimento que me falta mucha fe y confianza.

Imagino que mi vida sería totalmente diferente si tuviera una fe como un grano de mostaza. Recuerdo que Tú ya me lo dijiste en una ocasión, Mt 17,20. Pero necesito oírlo muchas veces. Oírlo y repetirlo sin parar ni cansarme. También, Tú me lo propones y me animas a no desfallecer cuando me hablas en la parábola de la aquella viuda y el juez injusto, (Lc 18, 1-8).

No me voy a callar, Padre Bueno, y continuaré pidiéndote que esa fe y confianza en Ti, me ilumine y me dé la Gracia de creer en Ti fuertemente con la confianza que tuvo Abraham y Jacob.

Dame, Señor, la fe que necesito para servirte y vivir toda mi vida en y según tu Palabra. Soy consciente de mis debilidades. Un día sí, y otro también, tropiezo con y en la misma piedra. Experimento que estoy parado y que apenas adelanto. Mientras, a mi derredor, muchos samaritanos pidiendo ayuda, y yo quieto, impasible, o mirando para otro lado. ¿Qué puedo y debo hacer, Señor?

Aclárame el camino y dame la fuerza para recorrerlo llevándolo a mi vida. A la que tengo y vivo ahora, en estos momentos. Sí, soy débil, y mi corazón está esclavizado, encadenado a las pasiones y apetitos que inundan mi corazón de muchas cosas., pero Tú, Señor, puedes liberarme.

Y yo quiero dejarme liberar por Ti. Sólo por Ti, porque eres el Único que puedes hacerlo de verdad. No quiero las promesas falsas de un mundo mentiroso que, ni puede y engaña. Quiero sólo tu Palabra y tu Promesa en y con la que me dices que has venido a liberarme y lo demuestra entregando la vida por mí.

Dame, Señor, tu Gracia. Amén.

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