Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

domingo, 17 de noviembre de 2019

EN LOS TIEMPOS DIFÍCILES, NUESTRA ARMA: LA ORACIÓN

Resultado de imagen de Lc 21,5-19 por Fano
Los cristianos sabemos que nos espera, y, a pesar de nuestros miedos, confiamos en el Señor. Nadie quiere el dolor, pero, nuestra experiencia nos dice que hay momentos que para conseguir un bien hay que sufrir. Basta pasar por un enfermedad para experimentar los sacrificios o dolor que tenemos que soportar para alcanzar la salud. De la misma manera, si tenemos claro nuestro destino, nos será, si no más fácil, si más llevadero soportar los obstáculos y espinas que tendremos que superar. Pero, sobre todo, porque lo hacemos injertados en y desde Xto. Jesús.

Los cristianos hemos sido avisados por Xto. Jesús. El Señor nos ha advertido de lo que nos va a suceder si le seguimos. Él no se esconde, pues va a la cabeza, porque es, precisamente, valga la redundancia, la Cabeza de ese Cuerpo Místico que es la Iglesia, y como tal lo ha sufrido hasta el extremo de dar su Vida por cada uno de nosotros. Pero, de la misma forma que nos advierte, también nos garantiza nuestro triunfo y, en, por y con Él nuestra Resurrección.

Realmente, vale la pena, porque nuestro destino, a pesar de pasar por el dolor, sufrimiento y la muerte es la Resurrección y la Vida Eterna. Por eso, estamos alegres, contentos y llenos de esperanza, porque a pesar del camino de espina nos espera el gozo y la alegría de la Vida Eterna en plenitud de gozo y felicidad. Por todo ello, damos gracias a Dios y le pedimos que nos llene de su Fortaleza , de su Paciencia y de su Amor, para superar todos los obstáculos que nos impidan nuestro esfuerzo por seguir al Señor.

Perder esta vida mundana nos dará la mayor ganancia que podemos alcanzar, tal es la Vida Eterna. Todo lo que no sea eso es estimado basura para aquellos que siguen a Jesús y para que es el Tesoro más valioso, porque, Él es el Camino, la Verdad y la Vida. Es la Resurrección y la Vida Eterna. Amén.

sábado, 16 de noviembre de 2019

NECESITO ORAR, SEÑOR

Resultado de imagen de Lc 18,1-8
Dame, Señor, la sabiduría para saber y entender la necesidad de la oración. Necesito orar a pesar de que los resultados no se vean, o quizás sean contrarios a lo que yo pido y deseo. Y es que, Señor, confieso y me doy cuenta que no sé pedir. Quizás pida lo que no necesito o lo que, a la larga, no me conviene, pero lo ignoro y es eso lo que necesito saber y darme cuenta. Y no es nada fácil, por eso, Señor, te pido sabiduría y paciencia para, poniendo toda mi confianza en Ti, tener fortaleza y perseverancia en no dejar de orar e insistir sin desmayo.

Necesito, Señor, orar para vaciar todos mis problemas e interrogantes en Alguien en quien pueda confiar. Y ese, Señor, eres Tú. Es posible que yo no te escuche ni te preste la debida atención. Es posible que yo no te entienda ni sepa que Tú me escuchas y estás siempre presente. Y es también posible que dude de tu Palabra, pero, yo, Señor, quiero fiarme de Ti porque Tú tienes Palabra de Vida Eterna.

Por todo ello, a pesar de mis dudas, quiero seguir insistiendo aunque todo se suceda contrario a lo que deseo y te pida. Creo en tu Bondad y tu Infinita Misericordia. Me lo has demostrado con tu Pasión y Muerte, entregando tu Vida de forma voluntaria y libre para rescatarme y librarme de mis pecados y restituirme la dignidad de hijo de tu Padre Dios. 

Dejo todo en tus Manos y a tu Voluntad, Señor, porque, sólo Tú es el que sabe y el que busca mi bien ante que yo mismo, que, sometido al pecado, busco ignorantemente mi propia perdición y muerte. Tú sólo, Señor, puedes salvarme y a Ti me confío y abandono. Por mi parte y siguiendo tu advertencia y contando con tu Gracia, seguiré insistiendo hasta que Tú decidas, Señor, el momento de mi hora. Amén.

viernes, 15 de noviembre de 2019

CADA DÍA UNA NUEVA UNA BATALLA

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HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 


Las guerras se gana cuando ganas la batalla que corresponde a cada día, porque, la suma de batallas ganadas te dará como resultado ganar la guerra. Eso significa que cada batalla es una lucha cuyo objetivo es ganarla o resistir a ella sin desfallecer. Y eso tiene su coste y su exigencia que nos obliga a estar atentos, vigilantes y prestos para la lucha y para conseguir la victoria.

El Reino de Dios es el objetivo a conseguir y a alcanzar y, cada día, representa una nueva oportunidad por acercarnos más a la victoria. Una victoria que se consuma en vivir en Xto. Jesús, porque, Él es el Reino de de Dios. Un Reino que está dentro de mí y que en y con Él tengo que librar la batalla de cada día en este mundo donde vivo y por donde camino.

Un mundo que me amenaza y trata de seducirme para que le abandone y no siga sus enseñanzas y sus mandatos. Un mundo que quiere, a toda costa, apartarme de Jesús y de su camino. Un camino que Él señala y marca, porque, Él es el único y verdadero Camino, Verdad y Vida. Por tanto, corremos un gran peligro, porque, en la medida que me deje seducir por las falsas ofertas y espejismos de este mundo, alejándome del Señor, estaré perdiendo la batalla de cada día y con ella, la guerra final.

Señor, te pido que me llenes de tu fortaleza y de tu poder para, siendo fuerte, vencer todas las tempestades que nacen en mi corazón y amenazan con derrumbarme y alejarme de Ti. Me parecen, cuando las miro, con serenidad y reflexivamente, pequeñas piedras, pero lo suficientemente grandes para alterar mi pobre y pequeño corazón y, por tanto, alejarlo de Ti. 

Dame, Señor, la Gracia de nunca separarme de tu presencia y de luchar con todas mis fuerzas para sostenerme siempre a tu lado en actitud de espera, de vigilancia, de aceptación y de estar permanentemente abierto a tu venida. Amén.

jueves, 14 de noviembre de 2019

LAUDES, XXXII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO


Resultado de imagen de Jueves, XXXII semana del Tiempo Ordinario POR fANO


H I M N O

¡Nacidos de la luz!, ¡Hijos del día!
Vamos hacia el Señor de la mañana;
su claridad disipa nuestras sombras
y llena el corazón de regocijo.

Que nuestro Dios, el Padre de la gloria,
limpie la oscuridad de nuestros ojos
y nos revele, al fin, cuál es la herencia
que nos legó en el Hijo Primogénito.

¡Honor y gloria a Dios, Padre celeste,
por medio de su Hijo Jesucristo
y el don de toda luz, el Santo Espíritu,
que vive por los siglos de los siglos! Amén.

miércoles, 13 de noviembre de 2019

ALABANZAS Y GRACIAS AL SEÑOR

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Si tomamos conciencia de todo lo que hemos recibido y de dónde venimos es para no dejar ni un instante en estar permanentemente alabando y dando gracias a Dios. Y es que todo lo hemos recibido gratuitamente de Él sin merecerlo. A Él todo honor y toda gloria. Es lo destacado en este Evangelio de hoy. De aquellos diez leprosos, enfermedad mortal en aquella época, sólo regresó uno, precisamente el extranjero, a dar gracias y a reconocer la grandeza y el poder de Jesús, el Hijo de Dios.

Y no nos debe de extrañar cuando también en nuestros días sucede lo mismo. Y quizás somos los protagonista nosotros mismos que, habiendo recibido todo de Dios, no nos sentimos agradecidos o no tomamos conciencia de ello y ni siquiera acudimos a dar gracias a Dios. 

Hoy, Señor, queremos pedirte perdón por tanta desidia y olvido; por tanta arrogancia y suficiencia y por creer que incluso me merezco tus atenciones, tu misericordia y tu amor. Perdón, Señor, por darte la espalda y por tomar todo lo recibido para mi provecho y para satisfacer mis egoísmos. Me doy cuenta que debo pensar en los demás y dar, de lo que Tú me has dado, parte a los demás. Porque, para eso, pienso, Tú me lo has dado.

 Por todo ello, Señor, te pido que me ilumines y me des la voluntad y la sabiduría para ser capaz de despojarme de mi suficiencia y de mis egoísmos y compartir con los demás de lo que Tú me has dado. De no pensar tanto en mí sino de darme a los demás. De reconocerte mi Señor y de sentirme agraciado por todo lo recibido, y de darte gracias como ese extranjero que, curado, descubrió que Tú, Señor, eres el Hijo de Dios hecho Hombre. Amén.

martes, 12 de noviembre de 2019

SEÑOR, DAME FUERZA Y VOLUNTAD PARA CUMPLIR CON MI DEBER SEGÚN TU VOLUNTAD

Resultado de imagen de Lc 17,7-10 por Fano
Será falso pensar que lo que tengo se debe a mis esfuerzos y trabajo. Es verdad que consecuencia de hacer las cosas bien y poner empeño en ello da sus frutos. Y, desde esa perspectiva, todo lo que tengo a partir de cierto momento de mi vida se debe a mis esfuerzos y trabajo. Eso está ahí y nadie lo discute. Pero, también es cierto y no tiene punto de discusión ni de duda que los primeros años de tu vida te fueron, junto con el don de la vida, regalados por tus madres o, en su defecto, por quienes te criaron. Sin ellos no estarías donde estás ahora.

También, tus habilidades, tu inteligencia, tus cualidades y talentos, ¿de dónde han venido? Es verdad que quizás tú las hayas perfeccionado con tu esfuerzo y práctica, pero alguien las ha depositado dentro de ti desde el principio. Esa voz, esa habilidad, esa cualidad para hacer esto o lo otro...etc. Eso ha tenido un principio y un don puesto por Alguien. Por una razón muy simple, porque otros muchos no lo tienen, y no son menos que tú ni tienen menos derecho que tú. ¿Acaso no son hijos del mismo Padre Dios?

Todo lo que he recibido ha sido por la Voluntad de Dios y de forma gratuita y por Amor. Desde el principio estoy en su Pensamiento y sin dejara de estarlo, dejaría inmediatamente de existir. ¿Con qué derecho le puedo exigir recompensa o premio? Él es mi Señor y Creador y de Él todo lo he recibido. Muy sencillo, tengo que sentirme agraciado, privilegiado y alabarle y adorarle durante me conceda tiempo en esta vida hasta llegar a la otra.

Gracias, Señor, por la vida y por la oportunidad  y esperanza de tener la posibilidad de, por tu Inmensa Misericordia y Amor, alcanzar la otra, la Vida Eterna. Gracias, Señor, por sentir el deseo gozoso de esperanza y de aspirar a gozar de tu presencia eternamente. Gracias por tu Bondad y Misericordia, que me permite levantarme y emprender, a pesar de mis miserias e inmericimientos, el camino de nuevo y compartir tu Gloria Eterna. Gracias, Señor, y reconociéndome débil y pecador, te pido que me fortalezcas y me llenes de tu Fuerzas para poder servirte en el servicio de cada día a los demás. Amén.

lunes, 11 de noviembre de 2019

DAME, SEÑOR, LA FORTALEZA Y LA SABIDURÍA PAR NO ESCANDALIZAR

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Somos prontos a protestar y, en la protesta y enardecidos por la rabieta y la furia, propensos a murmurar y, casi sin darnos cuenta, a escandalizar inclinando a otros a hacer lo mismo. Quizás no nos damos cuenta o, sin importarnos demasiado, incitamos a otros a caer en ese pecado que nosotros mismos proponemos. Pero, lo más grave es cuando eso ya lo hacemos conscientes y sabiendo sus consecuencias.

Pedimos perdón por las veces que podemos caer de forma no premeditada e imprevista por nuestro genio pronto y desmedido. Pedimos perdón y nos arrepentimos por los escándalos que podamos haber cometidos sin ser muy conscientes de realizarlo, y te pedimos, arrepentidos, Señor, de esas posibles acciones. Danos la moderación, la templanza y la sabiduría de sujetar nuestra lengua y suavizar nuestro corazón para actuar con prudencia y moderación.

Danos, Señor, la paciencia y perseverancia para tener en cuenta siempre que nuestras obras pueden provocar malas conductas y llevar a otros al error si no actuamos debidamente y con la debida prudencia. Danos la fortaleza y la sabiduría de ponernos siempre en Manos del Espíritu Santo, y desde Él, abiertos a su acción y auxilio, abandonarnos en sus Manos y seguir sus impulsos, porque de Él todo lo que nos viene está bendecido para nuestro bien. En tus Manos, Señor, nos abandonamos. Amén.