Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

miércoles, 13 de noviembre de 2019

ALABANZAS Y GRACIAS AL SEÑOR

Resultado de imagen de Lc 17,11-19
Si tomamos conciencia de todo lo que hemos recibido y de dónde venimos es para no dejar ni un instante en estar permanentemente alabando y dando gracias a Dios. Y es que todo lo hemos recibido gratuitamente de Él sin merecerlo. A Él todo honor y toda gloria. Es lo destacado en este Evangelio de hoy. De aquellos diez leprosos, enfermedad mortal en aquella época, sólo regresó uno, precisamente el extranjero, a dar gracias y a reconocer la grandeza y el poder de Jesús, el Hijo de Dios.

Y no nos debe de extrañar cuando también en nuestros días sucede lo mismo. Y quizás somos los protagonista nosotros mismos que, habiendo recibido todo de Dios, no nos sentimos agradecidos o no tomamos conciencia de ello y ni siquiera acudimos a dar gracias a Dios. 

Hoy, Señor, queremos pedirte perdón por tanta desidia y olvido; por tanta arrogancia y suficiencia y por creer que incluso me merezco tus atenciones, tu misericordia y tu amor. Perdón, Señor, por darte la espalda y por tomar todo lo recibido para mi provecho y para satisfacer mis egoísmos. Me doy cuenta que debo pensar en los demás y dar, de lo que Tú me has dado, parte a los demás. Porque, para eso, pienso, Tú me lo has dado.

 Por todo ello, Señor, te pido que me ilumines y me des la voluntad y la sabiduría para ser capaz de despojarme de mi suficiencia y de mis egoísmos y compartir con los demás de lo que Tú me has dado. De no pensar tanto en mí sino de darme a los demás. De reconocerte mi Señor y de sentirme agraciado por todo lo recibido, y de darte gracias como ese extranjero que, curado, descubrió que Tú, Señor, eres el Hijo de Dios hecho Hombre. Amén.

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