Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

jueves, 5 de diciembre de 2019

TÚ, SEÑOR, ERES MI FORTALEZA

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Todo lo de este mundo está llamado a la destrucción. Todo tiene su límite y nuestro planeta tiene fecha de caducidad que el hombre desconoce. Es por eso que los gobernantes de este mundo, ahora precisamente reunidos en Madrid, debaten esta realidad tratando de buscas soluciones a las alteraciones del clima. ¿Acaso ignoran que el planeta tierra tiene fecha de caducidad? ¿Acaso piensan que es eterno? El tiempo será el que será y nuestro deber como habitantes del mismo es conservarlo lo mejor posible, pero él tiene su tiempo contado.

Sí, sabemos que el buen o mal uso del mismo, y esa es nuestra gran responsabilidad, prolonga o acorta su vida, pero tarde o temprano no podremos eludir que se extinguirá. Queda claro que apoyarse en él es de necio, porque en y con él te hundirás tú también. Por tanto, urge buscar soluciones si las hay. ¡Y realmente las hay! Sin embargo, ciegos por nuestros pecados y guiados por otros ciegos no las encontraremos. La única solución es Jesús. Apoyarse en su Palabra y ponerla en práctica es la solución. Por el contrario, los sabios y entendidos de este mundo se reúnen eludiendo y marginando al Señor, única solución del mundo y de sus habitantes. El Papa Francisco ya nos ha hablado de nuestra casa común - ver aquí -.

Desde aquí, Señor, este humilde rincón de oración elevamos nuestra mirada hacia Ti y te pedimos luz y sabiduría para que todos aquellos que tienen responsabilidades de decidir el camino a tomar y donde poner el sustento y apoyo de este mundo, descubran que sólo Tú, Señor, eres la Roca que lo sostiene y que lo salva. Amén.

miércoles, 4 de diciembre de 2019

GRACIAS, SEÑOR, POR TU COMPASIÓN

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Me pregunto que sería de mí, Señor, sin tu presencia y sin tu compasión. ¿Dónde pondrías mis esperanzas sin Tú, Señor, no hubieses venido a mí? ¿Cómo podría aliviar tanto dolor en este mundo que nos aflige, me llena de tristeza y me desespera y angustia? Sin Ti, Señor, ¿a dónde y a quien acudiría? Por todo ello, Señor, me siento agradecido, lleno de esperanza, de vida y fortaleza ante el dolor que, este mundo, me presenta en mi peregrinar hacia la Casa del Padre.

¡Qué sorpresa, Señor! Muchos, que te han conocido, te toman de forma indiferente y como una ocasión  que le ayuda a entretenerse siguiéndote. No entiendo como puede suceder eso. Bueno, ayer nos lo dijiste en el Evangelio, son los enterados, los suficientes, los que se saben todo y piensan que seguirte es una manera más de tratar de entretenerse y pasar el tiempo. Y sucede así, porque son precisamente los más preparados intelectualmente los que te rechazan.

Señor, gracias por tu compasión y tu Amor Infinito. Toda mi vida se llena de esperanza y se ilumina cuando experimento tu compasión y tu Amor. Gracias, Señor, por todo lo que me ofreces, por ese pan material que fortalece mi dolor físico, pero sobre todo, por ese pan espiritual, tu Cuerpo y tu Sangre, que me alimentan espiritualmente y me llenan de vida y gozo eterno. Amén.

martes, 3 de diciembre de 2019

UN DIOS INACCESIBLE

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No sería Dios si fuese un Dios accesible al conocimientos de los hombres. Porque, de serlo, significaría que podríamos alcanzarlo, entenderlo y hasta discutirle sus mandatos y su juicios. Y su Palabra no sería una palabra con autoridad. No se podría explicar un Dios que estuviese al alcance de la mente del hombre, porque, de ser así dejaría en ese momento de ser Dios. Fue lo que sucedió y pensó Adán y Eva.

Yo, Señor, desde este humilde blog, te doy gracias por darme la sabiduría de entenderlo así y no tratar de querer que mi limitada razón quiera abarcar tu Infinita grandeza. Porque, Tú, Señor, eres un Dios inaccesible para el hombre. Un Dios Creador de todo lo que existe, tanto visible como invisible al conocimiento humano. Por tanto, Señor, quiero pedirte que me des un corazón sencillo, o mejor, un corazón transformado de endurecido y engreído a manso, humilde y sencillo y que se abra a tu Palabra, a tus enseñanzas y a tus mandatos sin resistencia sino confiado en tu Amor y Misericordia.

Porque, Tú, Señor, eres el Camino, la Verdad y la Vida. Tú eres Infinito y Eterno. Principio y fin de todo lo que existe e inaccesible para nuestra pobre y limitada mente. Gracias, Señor, por tu Palabra e Infinito Amor misericordioso. Amén. 

lunes, 2 de diciembre de 2019

NO ESTAMOS EN DESVENTAJA

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Podemos llegar a pensar que aquel centurión del tiempo de Jesús estaba en ventaja. Habló con Jesús y había oído los milagros que hacía. Por eso, le buscó y le rogó que curase a su siervo. Pero, también podemos pensar que habían muchos otros que, incluso, habían escuchado su Palabra y presenciado esos milagros, y no creyeron en Él. La relevancia y grandeza de aquel centurión fue que creyó en la Palabra de Jesús y en su Poder. Y esa gran fe nos interpela también a nosotros.

Sin lugar a dudas, Señor, yo quiero creer, pero experimento que la fe es un do que viene de Ti y que yo no puedo alcanzarla por mí mismo. Por eso, Señor, te pido que me des ese don de la fe para, como el centurión, fiarme plenamente de tu Palabra. No puedo poner la excusa de que él te vio, porque, yo también puedo verte y con más garantía, pues tengo el testimonio de los apóstoles y la confesión y enseñanza de la Santa Madre Iglesia.

Quizás el centurión tuvo que hacer un gran esfuerzo, porque no tenía el testimonio de nadie sino sólo su fe de fiarse de Ti y de tu Palabra. Es verdad que también tenía, quizás de oída, la realidad de tus Obras, pero tuvo que fiarse y creer en Ti. Nosotros hoy también tenemos que fiarnos, pero tenemos el testimonio de la Santa Madre Iglesia en todos aquellos santos que nos dan ejemplo con sus vidas tanto de palabra como de obras. Y tenemos la experiencia personal de tu presencia en nuestras vidas.

Por eso, Señor, yo desde la debilidad de mi humanidad y la humildad de mi pobreza y el fracaso de todos mis pecados, te pido que aumentes mi fe y la sostengas cada día firmemente en mi corazón. Una fe que me empuje al compromiso de vivir en el amor a Ti, Fuente de Vida y de Gracia, y en el servicio a los demás. Sobre todo a los más pequeños y desfavorecidos. Amén.

domingo, 1 de diciembre de 2019

DAME, SEÑOR, UN CORAZÓN VIGILANTE

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No quiero dormirme, Señor, ni tampoco dejarme mecer por las pasiones y espejismo de este mundo. Porque, todo lo que él me ofrece es caduco y solo aparente ya que está destinado a desaparecer. Yo quiero vivir eternamente, porque es esa la huella que Tú, Señor - Jr 31, 31-34 - has escrito en mi corazón, una huella que me habla de una Alianza que has hecho conmigo y que me promete felicidad y vida eterna. 

Y sintiéndome frágil y pobre, Señor, te pido que fortalezcas mi corazón para que se mantenga vigilante y atento a tu Palabra y a tus indicaciones para no perderme en el camino. Porque, las seducciones que el mundo me propone y con las que me provoca son superiores a mi fuerza y necesito tu Gracia, Señor, para poder rechazarlas y vencerlas. 

No quiero, Señor, perderme en la superficialidad y en las costumbres tradicionales que me dejan indiferente ante tu Palabra. Quiero escuchar en actitud de hacerlas mías y guardarlas en mi corazón para vivirlas con coherencia en los días que peregrino por este mundo. Es esa mi humilde oración, Señor, que te pido con todas mis fuerzas y buenas intenciones. 

Sé que respetas mi libertad, pero sé también y conozco mi debilidad y fragilidad sometidas a mis pasiones y comodidades. Sé que tendré que luchar y sufrir, pero, tanto para tanto para soportar como defenderme necesito tu fuerzas, Señor. El deseo de mi corazón es servirte, Señor, y servirte amándote a Ti primero para, luego, lleno de tu Amor poder amar a los demás. Y, sin entender como lo puedes hacer, yo, Señor, confío en tu Palabra y en tu Poder, porque, para Ti no hay nada imposible. Amén.

sábado, 30 de noviembre de 2019

CONVIERTE, SEÑOR, MI CORAZÓN ENDURECIDO EN UN CORAZÓN SUAVE, GENEROSO, DISPONIBLE Y ENTREGADO

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Mi oración no tiene otro sentido ni otra intención que la de pedirte, Señor, que cambies mi corazón apegado y endurecido por las cosas de este mundo en un corazón suave, compasivo, generoso, misericordioso y disponible a la entrega y servicio, por amor, a los demás. Tal y como Tú me enseñas y me testimonias con tu Palabra y con tu Vida, porque, yo, Señor, tengo un corazón apegado, enfermo y sometido a las cosas de este mundo.

Tengo claro, Señor, que sin tu ayuda estoy vencido, porque el mundo me puede, me somete y me esclaviza. Con mis fuerzas no me basta para liberarme y salir victorioso. Necesito tu Gracia, Señor, y te la pido a través de este humilde blog y por medio de estas pobres palabras.

Dame, Señor, esa capacidad y voluntad de despojarte de las cosas caducas de este mundo para, liberado del pecado, responder a tu llamada como hizo Pedro, Andrés, Santiago y Juan, y para entregar mi vida a servir por amor tal y como Tú, mi Señor, me enseñas.  Quiero, Señor, responderte, pero me reconozco débil, frágil y esclavo de mis pasiones. Por ello, te pido la fuerza y voluntad para perseverar y sostenerme siempre en tu presencia y no dejarme seducir ni debilitar por las pasiones y pasiones con las que el mundo trata de aprovechar mis flaquezas.

Convierte, Señor, mi corazón de esclavo en un corazón libre y fuerte para doblegar y vencer todas aquellas pasiones que me subyugan. Un corazón suave, generoso, disponible y entregado para seguirte, Señor, y darte mi vida para amar como Tú me amas. Amén.

viernes, 29 de noviembre de 2019

¡ILUMINA, SEÑOR, MI CORAZÓN PARA DESCUBRIR TU PALABRA !


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HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 

Todos sabemos interpretar los brotes verdes de los árboles y la llegada de las primeras lluvias. Los signos con los que la naturaleza nos descubre que el tiempo pasa de una estación a otra nos descubren la llegada de la primavera o del otoño respectivamente. Pero, ¿de la misma forma nos atrevemos a interpretar lo que nos dice la Palabra de Dios? Esa es la cuestión que el Evangelio de hoy nos plantea.

Vivimos en un mundo que cada día está más secularizado y alejado de la Palabra de Dios. Incluso, los nuevos partidos políticos emergentes tienden a excluir la Palabra de Dios del pueblo y recluirla en la sacristía hasta su extinción, cuando no tratan de erradicarla matándola. Interpretan los tiempos por los signos que ven en la naturaleza y hablan de los cambios climáticos, sin embargo están ciegos a los signos que la Palabra de Dios nos presenta y nos descubre.

El mundo tiembla por todo lo que en él está sucediendo y la Palabra de Dios lo descubre y nos pone en el conocimiento de todo lo que está pasando y lo que irá viniendo como signos de la llegada del Señor. Su presencia entre nosotros se esconde en los signos de misericordia, de bondad y de amor que descubrimos en esos árboles humanos que nos hablan del amor de Dios. Pidamos que nuestros corazones se abran a la acción del Espíritu Santo y nos permita ver la manifestación del Amor de Dios a toda la humanidad.

Danos, Señor, la fortaleza para, sin imponer, sino proponer, sembrar con nuestra vivencia de cada día tu Palabra, para que dé los frutos que sean signos de tu Amor y luz, por tu Gracia, para los hombres. Amén.