Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

domingo, 19 de enero de 2020

LAUDES DEL DOMINGO

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H I M N O

Somos el pueblo de la Pascua,
Aleluya es nuestra canción,
Cristo nos trae la alegría;
levantemos el corazón.

El Señor ha vencido al mundo,
muerto en la cruz por nuestro amor,
resucitado de la muerte
y de la muerte vencedor.

Él ha venido a hacernos libres
con libertad de hijos de Dios,
él desata nuestras cadenas;
alegraos en el Señor.

Sin conocerle, muchos siguen
rutas de desesperación,
no han escuchado la noticia
de Jesucristo Redentor.

Misioneros de la alegría,
 
de la esperanza y del amor,
mensajeros del Evangelio,
somos testigos del Señor.

Gloria a Dios Padre, que nos hizo,
gloria a Dios Hijo Salvador,
gloria al Espíritu divino:
 
tres Personas y un solo Dios. Amén.

II Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo

sábado, 18 de enero de 2020

GRATUIDAD Y ABUNDANCIA DESMESURADA

Resultado de imagen de Mc 2,13-17
Enséñame, Señor, a darme con abundancia y desmesura y a olvidarme de mí. Es verdad y cierto que soy humano y también siento hambre y frío y busco seguridades, pero, también, me duele que otros , que sienten como yo, sufran esas inclemencias. 

También, es verdad, que muchos las sufren por sus propios egoísmos, rebeldía y desobediencia. Y no nos parece bien soportarles y mantenerles sus caprichos y apetencias. Se muestran indomables y amigos de sus vicios y libertinajes. No son dóciles a estructurar sus vidas y guardar una necesaria disciplina. Viven a su libre albedrío desordenado  y sin normas.

No sé, Señor, si realmente eso es así o son justificaciones mías para evadirme del problema. Eso me inquieta y, Tú lo sabes, Señor, que yo quiero responder y hacer tu Voluntad. Por eso, Señor, quiero encontrar respuestas, aunque me temo que la única manera de averiguarlo es actuando y arriesgándome, a expensa de equivocarme. Posiblemente, será cuando el Espíritu Santo actúe y auxilie mi acción.

De cualquier forma, yo, Señor,  te lo seguiré pidiendo y aguardando pacientemente tu respuesta al mismo tiempo que iré intentando siguiendo las señales que creo Tú me indicas. A tu acción, Espíritu Santo, abro mi corazón. Amén.

viernes, 17 de enero de 2020

¡SEÑOR, PERDONA MIS PECADOS!

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HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 

Gracias, Señor, por crearme libre y darme la opción de decidir por mi propia voluntad. No me pones condiciones ni me exiges nada, simplemente me ofreces esa felicidad eterna que busco y me das señales y signos que, a parte de asombrarme, me descubren que Tú, Señor, eres el Hijo de Dios enviado a recuperar, rescatar y devolverme la dignidad de ser hijo de Dios. Gracias, Señor.

Pero, también aprovecho este hermoso momento y gran oportunidad, Señor, para presentarte mis parálisis, sobre todo, las que voy descubriendo en este camino hacia Ti. La parálisis del miedo y de la comodidad que me impiden en muchos momentos levantarme y seguirte con fortaleza y entrega. La parálisis de la soberbia, por la que me resisto a aceptar muchas cosas y a poner las mías primero y a no ser lo necesariamente humilde como me gustaría y aceptarme pecador. La parálisis de la lujuria y la de la impaciencia que me desesperan y atormentan en una lucha y batalla diaria. También, Señor, las parálisis de la perfección y seguridad.Todas son parálisis que me impiden avanzar hacia Ti, Señor, y minan mis fuerzas y mis ánimos. Todas esas parálisis esconden y paralizan mi fe y mi entrega total a tu Amor. 

Sí, tengo muchas parálisis, Señor, y necesito que, primero, tal y como le has dicho a ese paralítico, perdones mis pecados y, luego, mandame a levantarme, tomar mi camilla y seguir tus pasos en y con  la Esperanza, Misericordia y Amor que me ofreces y propones. Gracias, Señor. Y no permitas que me instale y me quede en mis parálisis, porque la diferencia entre el justo y el pecador es que, a pesar de ambos pecar siete veces, el pecador se instala en su pecado y no se levanta, y el justo toma su pecado y se levanta implorando, Señor, tu Misericordia y tu Amor. Amén.

jueves, 16 de enero de 2020

GRACIAS, SEÑOR, POR TU CERCANÍA

Resultado de imagen para (Mc 1,40-45Igual que ayer, Señor, cuando andabas con tus apóstoles y discípulos  por los caminos de este mundo, hoy también estás presentes por el Sacramento de la Eucaristía y también por los demás Sacramentos. En el Bautismo nos hace hijos tuyo y recibimos el Espíritu Santo para caminar por este mundo asistidos por su acción con la que nos fortalece y nos auxilia contra los peligros y tentaciones de este mundo.

Tu presencia entre nosotros, aunque no te vemos, es la misma que cuando estaba encarnado y anunciabas la Buena Noticia. Y con la misma Misericordia y Amor nos sigues amando y perdonando. Por todo ello, Señor, te doy gracias y te pido que me sostengas en tu presencia cada instante de mi vida y fortalezcas mi voluntad para vivir haciendo tu Voluntad y no la mía. Porque, mi felicidad, Señor, estará en hacer todo lo que Tú me vayas señalando a través del Espíritu Santo, que sabe lo que me conviene mejor que yo.

Dame, Señor, la sabiduría que necesito, no más, para saber escoger el verdadero camino por donde Tú quieres que vaya y para superar y vencer todas las dificultades y tentaciones que me salen al paso para desviarme de tu camino y alejarme de Ti. Seguro y confiado, a pesar de no comprender todo lo que me ocurre en el camino que me conduce a Ti, avanzo esperanzado y confiado que lo que me ocurre es lo que más me conviene porque viene de Ti. Gracias, Señor. Amén.

miércoles, 15 de enero de 2020

AL SERVICIO DE LO PEQUEÑO

Resultado de imagen para Mc 1,29-39
Cada día tenemos muchas oportunidades de ser amables, serviciales, atentos en hacer el bien. Cada día se nos presenta muchas oportunidades donde podemos actuar por el bien de los demás y por lo sencillo y natural sobre naturalizarlo por la Gracia de Dios. Cualquier acto, por pequeño que sea, puede convertirse en una ocasión de conversión o de buen testimonio para otros. Toda ocasión puede convertirse en una llamada a la conversión, se trata solamente de hacerlo en nombre de Dios.

Y cada día tenemos muchas oportunidades de poder vivir esos maravillosos momentos donde podemos convertir nuestros actos en verdaderas acciones de amor y misericordia. Por eso, Señor, pedimos tu Gracia para que, nuestros actos, sean bendecidos por Ti y con tu Gracia y la acción del Espíritu Santo poder convertir nuestras relaciones en verdaderos actos de amor y misericordia.

No se trata de buscar grandes ocasiones o cosas extraordinarias, se trata de lo cotidiano de cada día. En los lugares normales donde convivimos a diario: la familia, el trabajo, el ocio...etc. Se trata de en esos lugares actuar en la presencia de Dios e injertados en el Espíritu Santo. Amén.

martes, 14 de enero de 2020

TÚ, SEÑOR, DAS VALOR A MI VIDA

Resultado de imagen para Mc 1,21-28
Mi vida no vale por lo que tengo o por el lugar relevante que puedo tener en la sociedad en la que vivo, sino, simplemente, por lo que soy. Es decir, mi vida vale porque Dios me ha dado la dignidad de ser su hijo y, como hijo de Dios, igual a todos los hombres en dignidad y derechos. 

Los derechos humanos no me vienen por la ley, que hoy es y mañana puede cambiar por el capricho o interés de los hombres, sino por Alguien que está antes de la ley y me da esa dignidad.

El hombre tiene derecho a ser libre, a la vida y a decidir su camino. Y esa dignidad le viene dada por el hecho de ser persona humana. Es antes y está por encima de la ley. No cabe ninguna duda que esa dignidad le viene gratuitamente y sin merecerla desde arriba y que los hace a todos iguales y con los mismos derechos humanos. Por todo ello damos gracias a Dios.

Y le pedimos que nos de la sabiduría y la voluntad para corresponder a esa dignidad de hijos suyos que hemos recibido sin merecerlo. Te pedimos, Señor, coherencia de nuestras palabras con nuestra vida y que seamos fieles y responsables con el compromiso de nuestro bautismo. Un bautismo donde nos has nombrado, Señor, hijos predilectos tuyos y nos ha enviado al Espíritu Santo para, que como con Jesús, tu Hijo predilecto, nos guíe y nos dirija por el camino que nos lleva a Ti.

Señor, conscientes de que no merecemos tanta Gracia ni tu Misericordia, te pedimos perdón por todos nuestro pecados y, postrados humildemente a tus pies, imploramos fortaleza y paciencia para, con la fuerza del Espíritu, sostenernos en tu Voluntad y perseverar coherentemente en tu Palabra. Amén.

lunes, 13 de enero de 2020

ANUNCIAR LA BUENA NOTICIA

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Desde la hora de mi bautismo, Señor, me he comprometido a anunciar la Noticia de que, por el Amor de tu Padre y los méritos, también por Amor, de tu Pasión y Muerte, hemos sido rescatados de la muerte y la esclavitud de nuestros pecado. Pero, al mismo tiempo me doy cuenta de mi pobreza y de mi imposibilidad de corresponder a ese compromiso bautismal sin la asistencia del Espíritu Santo, que precisamente he recibido en el bautismo para poder cumplirla.

Por eso, Señor, queriendo seguirte y responder a ese compromiso bautismal que he recibido de niño y que ahora, adulto, quiero cumplir, te pido, siguiendo tu promesa de que pidamos, la Gracia que me ayude a proclamar y anunciar la Buena Noticia de Salvación. Y cuando digo esto, Señor, quiero referirme a que, no sólo me des la sabiduría de poder proclamarla, sino también la fortaleza de dar ejemplo con mi obras, con mi renuncia a todo aquello que sea buscarme y pensar en mis intereses.

Quiero, Señor, vivir a tu estilo y buscar siempre el bien de los demás, incluso cuando me vaya en ello perder o renunciar a mí mismo. Y te lo pido, Señor, porque sé que yo no podré hacerlo por mí mismo sino con la ayuda de tu Espíritu. Y ahí, Señor, ponto toda mi confianza y esperanza y seguiré esforzándome en perseverar y entregarme a tu Amor confiado en que de Ti recibiré la Gracia de sostenerme en tu presencia y vencer las dificultades que el mundo me presenta. Amén.