Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

viernes, 14 de agosto de 2015

EL AMOR NECESITA LA FUERZA DEL ESPÍRITU SANTO

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA UNIDA Y DEFENSA DE LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS



No te creas que tú puedes sostener la unidad de tu compromiso matrimonial. Necesitas el concurso del Espíritu Santo y poner todo lo de tu parte, tu libertad y voluntad, y vencerás. No será fácil, pues la cruz, tu cruz, exige esfuerzo y renuncias. Y estas dentro de ese camino que tendrás que recorrer con alegrías, pero también con sufrimientos.

Ese es el verdadero y único significado de la palabra amor. El amor se descubre cuando te exige renuncias y sacrificios. Ahí se destaca y destapa. Hay verdadero amor y eso no lo rompe nadie ni nunca se acaba. Así nos ha amado y nos ama Jesús, y así nos enseñó y testimonió con su Palabra y su Vida.

Siempre está vivo el compromiso matrimonial, en el sufrimiento, en las alegrías, en las enfermedades, en las penas y en los gozos. Es un camino de lucha y de gozo para llegar al final del camino, donde sea la muerte la que nos separe. Y esa meta no la podemos alcanzar fácilmente sino injertados y unidos, en el compromiso del sacramento del matrimonio en Xto. Jesús.

Por eso, Señor, te pedimos tu Gracia y tu Fuerza para superar todos los contratiempos y las diferencias que nos amenazan con separarnos. Sabemos de nuestras debilidades, de nuestras pasiones, de nuestros egos, de nuestras apetencias e inclinaciones, pero, a pesar de todo eso, queremos serte fieles y renunciar, por amor, a todos los obstáculos y dificultades que se interpongan entre nuestros matrimonios y familias.

Danos, Señor, esa Gracia, para responder a tu compromiso de Amor. No nos será fácil porque Tú quieres nuestra colaboración, y eso significa abrirnos a la acción de tu Espíritu y entregar la libertad y voluntad que Tú nos has dado. Es eso lo que queremos y lo que humildemente, Señor, ponemos en tus Manos. Amén.

jueves, 13 de agosto de 2015

ESTOY VIVO POR TU PERDÓN



Mi vida depende del perdón de Dios. Me ha permitido por su Misericordia y Amor estar vivo y perdonado. Y con la gran oportunidad de vivir inmensamente feliz para toda la vida. Mi salvación la Cruz, en la que Jesús, el Hijo de Dios, entregó su Vida para la remisión de todos los pecados. Desde entonces la Cruz es signo de salvación.

Pero ese perdón recibido desde la Cruz y ofrecido con tu muerte, Señor, lo revivo en la medida que yo soy capaz también de perdonar. Tú me has perdonado para que yo también perdone. Sabes que no soy capaz ni tengo fuerzas para hacerlo. Mi débil humanidad es frágil y  fracasa en cada intento misericordioso, pero unido a Ti, Señor, la cosa cambia. Contigo soy triunfador y capaz de perdonar a los que me ofenden.

Te pido, Señor, la fuerza y la paciencia para soportar todo el peso que me ofende y que se me resiste a mi misericordia. Necesito perdonar en la misma medida que Tú me has perdonado, y experimento que sólo en tu Amor puedo encontrar esa Gracia que me transforme y me dé un corazón de carne compasivo y capaz de ser misericordioso.

Quizás todo vaya despacio, al menos a mí me lo parece. Quisiera perdonar y abrazar a todos los que me han ofendido y he ofendido, pero no hago, ni lo uno ni lo otro. Experimento impotencia y mis sentimientos me frenan. Se descubren los complejos, los miedos y quedo atenazado por mis propias cadenas. Mi voluntad se debilita y me doy cuenta que todo depende de Ti y cuando Tú lo dispongas y quieras.

Dame Señor la sabiduría y la fuerza de dominar mi voluntad y dirigir mi libertad para ser compasivo, misericordioso y paciente ofreciendo el perdón a todos aquellos que se presenten en mi vida y me lo reclamen. En tus Manos, Señor, me pongo. Amén.

miércoles, 12 de agosto de 2015

CUESTA OBEDECER



Cuando nos reprende ocurre que en lo más profundo de nuestro corazón comprendemos nuestro error, pero en nuestra cabeza se entabla una lucha soberbia contra la humildad de aceptar dicha corrección. Cuesta no ensoberbecerse, sobre todo cuando nuestro corazón se hincha de suficiencia y prepotencia.

En estas circunstancias rechazamos la reprimenda y no nos doblegamos a la corrección fraterna. Nos cuesta. Quizás necesitamos algo de tiempo para desahogarnos como hizo Pedro, llorar amargamente hasta doblegar su corazón y ponerlo en Manos de la Misericordia del Señor. Sin embargo, hay muchos que no son capaces de doblegarlo y llegan a consecuencias fatales de remordimiento y de muerte.

Pidamos al Señor que nos dé un corazón capaz de entender y de ser humilde; capaz de dejarse transformar por la acción del Espíritu Santo y aceptar la corrección fraterna que los hermanos nos hagan con buenas intenciones y por el bien nuestro y de los demás. 

Dejarse corregir es una forma también de amar, porque no sólo amas cuando te das, sino cuando eres capaz también de recibir, y en este caso una corrección de alguien que te conozca bien y busque tu bien, es un acto de amor el saberlo recibir y agradecer. Pero eso no es fácil. Exige mucha humildad, sobre todo a aquellos que se sienten superiores y mejores que los otros. Recibir una corrección les será casi imposible.

Jesús padeció mucho de esto. Aquellos fariseos y judíos de su mismo pueblo, que le conocían como el hijo de José y María, no podían aceptar que fuera el Pan bajado del cielo. ¿Cómo el hijo del carpintero dice ahora que es el Pan bajado del Cielo? ¿No nos ocurre hoy algo igual?

Pongamos nuestro corazón soberbio a disposición del Espíritu de Dios con la actitud de dejarnos transformar en un corazón humilde y manso capaz de acoger y aceptar la corrección de todos nuestros errores. Amén.

martes, 11 de agosto de 2015

DAME LA GRACIA, SEÑOR, DE SER TÚ MIS HONORES Y PODER



Nuestra naturaleza está herida y aspira a poderes y honores mundanos. Todos nos perdemos por ser bien considerados, recibir honores y ser poderosos. El artista vive de los aplausos y de los premios. Sin aplausos el artista se desploma y pierde todo su sentido. Ese es nuestro mundo y del cual no podemos escapar.

Para eso has bajado Señor, sabes de nuestras debilidades y de la posibilidad de descarriarnos. Y como buen Pastor nos cuida y nos protege, y sales en nuestra búsqueda ante la posibilidad de descarriarnos y de perdernos. Y te alegras y haces una fiesta cuando me encuentras a salvo. Me abres tus brazos, me acoges y me llevas a tu Casa.

Danos Señor la humildad de buscarte y de rechazar los honores de este mundo que se exalta con el sudor  y sufrimiento de los pequeños y de los pobres, y de buscar la sencillez y el compartir los bienes recibidos, tanto los intelectuales como los económicos, y estar disponibles al servicio. Porque sabemos de nuestras flaquezas y debilidades que nos inclinan a pensar solo en nosotros y olvidarnos de los demás.

También te pedimos perdón, Señor, por tantos fallos e indiferencias. Nos cuesta mucho vencer la pereza, la comodidad, los apegos y apetencias. Nos cuesta mucho ser humildes, comprender las debilidades de otros y estar prestos al servicio, pero, Tú sabes que es lo que queremos y deseamos. 

Es, entonces, cuando experimentamos nuestra pobreza y pequeñez, y eso nos ayuda a sentirnos pequeños y ser humildes. Quizás sean esas debilidades las que nos ayuden a comprendernos y aceptarnos pobres y humildes, y, confiados en tu Gracia, Señor, nos ponemos en tus Manos para que por tu Misericordia y Amor nos vayas transformando en los niños que Tú quiere que seamos. Amén.

lunes, 10 de agosto de 2015

HIMNO




"Quien entrega su vida por amor, 

la gana para siempre",
dice el Señor.


Aquí el bautismo proclama 
su voz de gloria y de muerte.
Aquí la unción se hace fuerte
contra el cuchillo y la llama.



Mirad cómo se derrama
mi sangre por cada herida.
Si Cristo fue mi comida,
dejadme ser pan y vino
en el lagar y en el molino
donde me arrancan la vida.


10 de agosto de 2015,
 lunes de la semana XIX.
 Del común de un mártir por San Lorenzo. (Fiesta).
Oración de la mañana (laudes) 

domingo, 9 de agosto de 2015

SIMPELEMENTE, GRACIAS, SEÑOR



¿Qué puedo decir? ¿Acaso puedo entender lo que Jesús, mi Señor, me ofrece? ¿Y acaso lo merezco? Todo es Gracia suya por su Amor y Misericordia. Cuando tienes la capacidad de asombrarte por tanto bienes recibidos, materiales e espirituales, y de forma inmerecida, porque no eres digno ni de que el Señor te mire, te haya creado y encima quiera salvarte para la vida eterna, te quedas sin palabras.

Tragas nudos y te asombras, y ese poder asombrarte es también Gracia del Señor. Experimentas que tu capacidad es pequeña, pobre y muy limitada. ¡Vaya grandeza la del Señor! Experimentas que el advertir esa presencia del Señor es por su Voluntad y te quedas anonadado, embobecido y sin saber que decir ni que hacer. Simplemente, gracias Señor.

Gracias por quedarte y hacerlo por Amor; gracias por buscarme y esperarme como nos contó tu Hijo Jesús al hablarnos de tu Amor ante aquel hijo prodigo; gracias, sobre todo, por tu Misericordia, porque por ella estoy vivo y tengo la oportunidad de volver a ti. Y gracias, Señor, por encender en mi pobre corazón la llama de tu Amor y de tu presencia, y la chispa de la humildad con la que puedo verte, escucharte y dejarme abrazar por tu encendido Amor y generosidad.

Gracias Señor quedarte bajo las especies de Pan y Vino, y darme la posibilidad de tenerte dentro de mí cada día. Porque, ¿saber?, me esfuerzo, y hasta ahora, después de la vuelta a casa hace ya sobre diez años, no he dejado de visitarte y comer, como Tú me has ofrecido, tu Cuerpo y Sangre, cada día, excepto por enfermedad, viaje o alguna imposibilidad que me lo haya impedido. Tú lo sabes mejor que nadie, pero me gusta decírtelo, tal y como hacen los hijos con los padres.

Bueno, Señor, reitero mis gracias de nuevo, que sé que si tiene algún valor es porque Tú así lo permites, porque hasta el poder amarte es Gracia que Tú nos das. Buenas noches Dios mío.

sábado, 8 de agosto de 2015

TODO PUESTO EN TUS MANOS SEÑOR



Vano serán mis esfuerzos sí creo que pueden dar frutos. Es posible que el Señor nos haya adornado con muchos talentos hasta el punto que podamos caer en la tentación de vanagloriarnos de nuestras obras. Estaríamos en un grave y gran error. Todo depende exclusivamente de la Gracia y el Poder del Señor.

Se nos ha dado gratuitamente talentos para ponerlos al servicio de los que los necesiten. No de aquellos que quizás tengan suficientes o más que nosotros, sino de los pobres y necesitados que dependen más de todos aquellos que tienen de sobra, quizás de ti. Es ahí donde debes y tienes que volcarlos. Y derramarlos en el Nombre del Señor y por su Gracia, porque las alabanzas y Glorias le corresponden a Él.

Demos Gracias por el don de despertar a esta sabiduría de sabernos instrumentos de la Gracia de Dios, y pidámosle la fuerza, valor y voluntad de poder cumplirla en el camino de nuestra propia vida. Sobre todo el don del discernimiento para saber dónde generosamente debemos y tenemos que derramar todo lo que, recibido de su Mano generosa, hemos recibido gratuitamente para compartir.

Descubrimos que así el mundo estaría mucho mejor, pero también descubrimos que es tarea no de unos cuantos, sino de todos. De modo que lo que no hagas tú quedará sin hacer.

Pidamos esa Gracia para que el mundo comparta más las riquezas entre aquellos más desfavorecidos y necesitados y seamos instrumentos que favorezcan la instauración del Reino de Dios. Amén.