Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

sábado, 4 de agosto de 2018

EL MIEDO PONE EN PELIGRO NUESTRA VERDADERA VIDA

Resultado de imagen de Mt 14,1-12
No es fácil decir la verdad. Al menos, en algunos momentos decir la verdad compromete y pone en riesgo tu vida terrenal, porque la Eterna se consolida más al arriesgar la humana. Todos hemos experimentado alguna vez lo difícil que es decir la verdad y, por ella, enfrentarnos a otros hasta el extremo de poner en peligro nuestra vida humana.

Es verdad que todos sentimos miedo y, posiblemente, en muchos momentos experimentemos la tentación de callarnos, de asentir o de hacer mutis. De eso, creo, que nadie nos escapamos. Pedro, elegido para ser el líder de la Iglesia por Jesús le negó en tres ocasiones por miedo y por la presión a la que se vio sometido. También, quizás, nos ha podido suceder a nosotros.

Pero, lo verdaderamente importante nos son las caídas ni los miedos, sino la actitud de querer volver a levantarse. Está permitido caer. El Señor nos conoce y sabe nuestra debilidad, por eso su Misericordia Infinita nos devuelve, con el perdón, la esperanza de seguir adelante. Pero, nos está prohibido detenernos y permanecer caídos y alejados del Señor. Es decir, perder la esperanza y la confianza en la Misericordia de nuestro Padre Dios. Esa es la inmensa y grande lección de Pedro al levantarse de su caída y de su pecado.

Por eso, hoy, Señor, aprovechamos este humilde rincón para pedirte, unidos a los hermanos, estar siempre dispuestos a levantarnos y a seguir tus pasos. Danos, Señor, la tenacidad, la voluntad y la fe de no perder tu camino y de estar siempre dispuesto a confesarte hasta el punto de dar la vida por Ti. Amén.

viernes, 3 de agosto de 2018

ABRE NUESTRO CORAZÓN, SEÑOR, A LA VERDAD

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HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS.


Tengo que confesar que me cuesta aceptar la palabra de otro. Mejor, según sea el otro. Mi corazón se endurece cuando me habla alguien sencillo que, incluso estimo menos que yo, o, como le ocurrió a Jesús, le conozco y no noto en él nada notable ni destacado. Al contrario, le veo muy sencillo e incapaz de decir nada notable o que llame la atención.

Y lo confieso públicamente, porque siempre será mejor que ocultarlo. Porque, también públicamente pido perdón y ruego al Espíritu Santo que transforme ese forma de pensar y de actuar al respecto. Porque, supongo que yo podría ser uno de esos que también hubiesen rechazado al Señor en aquel momento de su tiempo por este mundo. 

Por eso, consciente de mi pecado y arrepentido de ello le pido al Señor que me dé la paciencia, la humildad y la sabiduría de prestar atención a cualquier persona que quiera ser escuchada y razonablemente exponga su criterio o su verdad. Porque, el Espíritu Santo sopla donde quiera y según quiera. Y que abra mi corazón a la verdad que Él quiera revelarme a través de cualquier persona, acontecimiento o acción.

Aprovechemos este espacio para, unidos como el Señor quiere, pedir para abrirnos a la acción del Espíritu y, en la humildad y sencillez de nuestros corazones, reconocer que la verdad puede llegarnos por cualquier persona, como así ha sucedido a lo largo del plan de salvación que nuestro Padre Dios ha pensando y ha realizado a lo largo de toda la historia de salvación.

Luego, dispón, Señor, de nosotros y de nuestra libertad y voluntad para darnos a conocer tu Palabra y tu buena Noticia de salvación. Amén.

jueves, 2 de agosto de 2018

EL PRECIO DE LA LIBERTAD

Resultado de imagen de Mt 13,47-53
Somos libres y, por lo tanto, responsables de nuestros actos. Eso, de alguna manera nos implica y nos advierte de nuestra responsabilidad. Tendremos que responder algún día de nuestros actos, de lo que hayamos hecho bien o no tan bien. Es el sentido común que se desprende del precio de nuestra libertad.

Ser libre significa que tendremos que responder y eso delata un juicio en el atardecer de nuestra vida, como dice San Juan de la Cruz. ¿Y de qué se nos juzgará? Pues, también el sentido común nos dice que del bien y del mal que hayamos hecho. Por lo tanto, no todo importa lo mismo. Es necesario que sepamos cómo actuamos y cómo lo hacemos, y buscando siempre el bien y la justicia.

Hoy el Evangelio, como los de estos días atrás, nos relata la existencia de ese juicio final. Juicio que sabemos que será sobre nuestra capacidad de amar. No se nos pedirá cuenta de las misas, rosarios, padrenuestros y demás, sino de lo que hemos amado y de lo que hemos dejado de amar. Por eso, pidamos al Señor la fortaleza y voluntad de amar y de perseverar en el amor. Sabemos que es una lucha constante, pero contamos con el Espíritu Santo para poder hacerlo.

Confiamos en la Misericordia de Dios, que nos ama y nos invita para que actuemos según su Voluntad. Sólo nos pide que abramos nuestros corazones y que nos abandonemos en sus Manos confiados en su bondad y en su amor. Él nos recogerá y nos llevará al lado de los buenos. Eso te pedimos, Señor. Amén.

miércoles, 1 de agosto de 2018

DESCUBRENOS, SEÑOR, EL VERDADERO TESORO

Resultado de imagen de Mt 13,44-46
No es fácil descubrir dónde está el tesoro de mi vida. Hay muchas señales y sensaciones que pueden llegar a confundirme. A veces no sé tampoco distinguirlas bien y puedo caer en la trampa. Por otro lado, mi cuerpo está sujeto a leyes físicas y sensoriales que me confunden y me engañan. Sí, porque no lo que me gusta es por eso bueno. Y me cuesta vencer mis apetencias, mis pasiones y egoísmos. Son indicaciones falsas que pueden engañarme.

Porque, la realidad es que al experimentarlas compruebo y me doy cuenta que en ellas no está esa felicidad que busco. Son efímeras y desaparecen tal como empiezan. Son pasiones que están dirigidas por el egoísmo y toda la cizaña que habita dentro de mí. Porque, no se trata de que sean malas sino que inducen a ser mal usadas y a hacer daño. Es el egoísmo del placer que inhibe al otro y llega hasta anularlo. Es la pasión del deseo y satisfacción que posee al otro y lo desplaza. Es el tesoro de guardártelo para ti y no compartirlo. Emplearlo sólo para tu placer y gozo.

Y pronto te das cuenta que no terminas por encontrar la paz ni el gozo de sentirte bien contigo mismo. Experimentas que la felicidad no está en tener y guardar, sino en tener y compartir y dar todo lo que pueda servir para alegrar y hacer vivir a otros. Descubres que el tesoro no está fuera de ti, sino que lo encuentras dentro de ti, en tu propio corazón. Descubres que la felicidad no consiste en tener sino en dar, y que cuando más das más feliz te sientes.

Hasta que llegas a correr para conseguir descubrir este tesoro en tu corazón y compartirlo con los demás. No lo quieres perder y te aseguras de tenerlo siempre para poder compartirlo siempre. Y sabes que sólo con Él puedes perpetuarlo y conservarlo, porque hay muchos peligros que trataran de engañarte y de hacerte cambiar de idea. Procura, entonces, agarrarte con todas tus fuerzas al Señor para que nadie pueda arrancarte ese Tesoro del Amor de Dios y que da la Vida Eterna. Amén.

martes, 31 de julio de 2018

DINOS, SEÑOR, ¿CÓMO HACEMOS PARA SER BUENA SEMILLA?

Resultado de imagen de Mt 13,36-43
Los discípulos le piden al Señor que les explique la parábola, ¿y nosotros, qué le podemos pedir? Porque, también necesitamos muchas explicaciones y orientaciones respecto a nuestro camino y a nuestro proceder. Sí, Señor, nada más oportuno que aprovechar este humilde rincón de oración para pedirte que nos explique cómo hemos de proceder.

¿Qué me ocurre, Señor, que no avanzo lo suficiente en mi vida interior? ¿Qué me pasa que me siento atormentado por tanta cizaña en mi vida y de la que experimento que no me puedo librar? ¿Cómo puedo, Señor, serte más fiel, más obediente, mejor discípulo, más atento, más escuchante de tu Palabra y más servidor? 

Enséñame, Señor, y dame fuerzas y voluntad para poder perfeccionar mi camino y servirte en los hermanos como Tú quieres que haga. Enséñame a amarte a través de mi servicio a los demás, empezando por los enemigos como Tú me has indicado. ¿Cómo puedo encontrarte, Señor? ¿Como puedo ser un apóstol cada día más cualificado y más cumplidor de tu Palabra y Amor?

¿Como es mi oración? ¿Es constante, sincera, confiada, hecha con verdadera fe, entregada y ofrecida desde lo más profundo de mi corazón? Dime, Señor, ¿còmo soy y descúbreme mis miserias, mis pobrezas y mis necedades? Necesito, Señor, tu asesoramiento, tus indicaciones y tu guía para no caer en manos de la cizaña que va conmigo y amenaza mi vida.

Por eso, Señor, desde este rincón de oración te suplico que iluminas mi vida y la de todos aquellos que quieren seguirte y comparten nuestro rincón. Y, también, de los que te dan la espalda y no quieren ver la realidad de sus vidas ni el fin de sus caminos. Amén.

lunes, 30 de julio de 2018

TRANSFORMADOS POR LA GRACIA

Resultado de imagen de Mt 13,31-35
Esa es la tierra buena, la Gracia, el Amor de Dios y su Vida Gloriosa. Esa es la tierra que da verdadero frutos de amor. Esa es la tierra a la que aspiramos y en la que queremos transformarnos. Pidamos esa Gracia a Dios, nuestro Padre, porque sólo Él nos la podrá dar.

No nos daremos cuenta, pues crecerá dentro de nosotros igual que nos crece el pelo. Pero, sí, se necesita una condición, poner en Manos del Espíritu de Dios nuestra libertad y voluntad para que sea el Espíritu Santo quien nos dirija y oriente nuestra vida y haga crecer en nuestro corazón la Gracia de Dios. Una Gracia que, sin quizás notarlo en el día a día, nos vayamos transformando de pobres y míseros pecadores en humildes y abnegados santos disponibles para servir y amar.

Es algo que no está a nuestro alcance y que nosotros no podremos realizar. Por eso hay mucha mediocridad, malas intenciones y desviaciones en nuestro mundo y, también en nuestra Iglesia. El Señor necesita que pongamos en sus Manos nuestra disponibilidad y nuestro consentimiento voluntario. Nunca nos va a presionar o exigir. Es un acto voluntario de amor y de sentido común, porque, aquello que buscamos está en Manos del Señor.

Nunca lo encontraremos en el mundo, porque no está en el mundo ni en las cosas contenidas en el mundo. Nuestro gozo, nuestra paz y nuestra máxima aspiración está en nuestro Padre Dios. Él es el único y verdadero Reino de Dios y sólo su Gracia hará el milagro, con nuestro permiso, porque así Él lo ha querido y regalado, de convertir nuestra tierra, pobre y seca, en frondosa, buena y rica en hermosos frutos.

Pidamos que ese grano de mostaza o porción de levadura contenidos en nuestros corazones fructifiquen y aumenten nuestra fe y hagan de nosotros, hijos de Dios, santos que aspiren a proclamar y gozar el Reino de Dios. Amén.

domingo, 29 de julio de 2018

UN CORAZÓN SEMEJANTE AL TUYO

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Conocemos nuestra miseria y el pecado de nuestro corazón. No podemos liberarnos de las apetencias de nuestro corazón materializado, humanizado, contagiado de pecados, de intereses materialistas, económicos, egoístas, que buscan su propio beneficio o que no puede evitar dar sin esperar recibir. Un corazón dado al trueque, al intercambio, a amar a cambio de algo. Esa es nuestra historia. Diferente en cada uno, pero muy parecidas en lo esencial en todos. Por eso, tú como también yo, nos confesamos pecadores.

Ahora, el camino de conversión empieza cuando estamos dispuestos a arrepentirnos. O, por decirlo de otra forma, a iniciar el sufrido camino de dolor y arrepentimiento abajándonos humildemente hasta el dolor contrito de presentarle nuestras miserias y pecados. Ahí, aunque iniciamos el primer paso, estamos en el camino de desnudarnos ante el Señor y dejar que Él nos alimente, comparta su Cuerpo y Sangre, bajo las especies de pan y vino, con nosotros y empiece la transformación de nuestro corazón humano y psíquico en un nuevo corazón espiritual semejante al suyo.

No nos daremos cuenta ni sabremos, como sucede con la semilla en la tierra, como se irá gestando esos frutos nuevos y buenos en nuestro corazón, pero se irán gestando. La Gracia de Dios hace que tú y yo seamos capaces de darnos y ofrecer nuestra miseria, esos pocos panes y peces, que creíamos nuestro gran tesoro, a todos aquellos que verdaderamente lo necesiten. No se trata de desaprovechar nada y menos derrochar, sino de compartir con equidad y a quien realmente está necesitado.

Y no se trata de alimentos materiales sino también, y quizás más importante, espirituales. Porque, lo espiritual transforma nuestra visión respecto a lo material y, nuestro corazón, apegado se suaviza y convierte en un corazón desprendido y generoso. Pidamos esa Gracia, pero hagámoslo poniéndonos en Manos del Señor. Amén.