Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

viernes, 17 de mayo de 2013

NO TENGO EXCUSAS, PERO NO PUEDO SIN TI, SEÑOR



Es el camino, no hay otro, ni tampoco excusas. Se llama "perdón". No es el nombre de un pueblo, ni tampoco de una vía o senda. Tampoco es el nombre de una persona o cosa. Es simplemente una actitud que hay que llevar en el camino, siempre dispuesta a vivir y poner en práctica. Porque cuando se vive y se pone por obra, supone antes que ha habido amor, porque sin amor nunca se podrá perdonar.

El perdón supone a priori que ha habido amor, pues es el amor quien habilita y prepara para que se realice el perdón. Primero se ama, y luego se perdona. ¿Será esta la razón por la que Jesús le pregunta a Pedro, tres veces, si le ama? ¿Le querrá advertir tanto de su amor que le ha perdonado su triple negación?

¿Nos querrá descubrir la magnitud de su Amor por el que nos ha perdonado tanto? ¿Y nos querrá seguir diciendo que tanto nos ama que seguirá perdonándonos todos los días de nuestra vida? ¿Y esa experiencia no nos descubre la necesidad que tenemos nosotros también de perdonar, por su Amor, a los demás, tal cual Él lo hace con nosotros?

Simplemente, sin más razonamientos ni complicaciones propias de nuestra humanidad pecadora, pidamos con confianza al Padre Dios que tanto nos Ama, que nos dé la voluntad y fortaleza necesaria para perdonar también nosotros a los demás. En Jesús y en su Espíritu tenemos esa fuerza que tanto necesitamos. No dejemos de aprovecharla y pedirla, pues el Padre solo necesita nuestra confianza y peticiones para dárnosla. No quiere más.

jueves, 16 de mayo de 2013

HIMNO



15 de mayo de 2013, martes de la VII semana de Pascua Del Común de los santos varones por San Isidro Labrador. (Memoria).
Oración de la mañana (laudes) 


HIMNO I 

 Cantemos nuestra fe y, al confesarla,
unidas nuestras voces de creyentes,
pidamos al Señor que, al proclamarla,
inunde con su luz a nuestras mentes.

El gozo de crecer sea alegría
de servir al Señor, y su Palabra
simiente en crecimiento día a día,
que al don de su verdad el mundo abra.

Clara es la fe y oscuro su camino
de gracia y libertad en puro encuentro,
si crees que Jesús es Dios que vino,
no está lejos de ti, sino muy dentro.

Legión es la asamblea de los santos,
que en el Señor Jesús puso confianza,
sus frutos de justicia fueron tantos
que vieron ya colmada su esperanza.

Demos gracias a Dios, que es nuestra roca,
sigamos a Jesús con entereza,
si nuestra fe vacila, si ella es poca,
su Espíritu de amor nos dará fuerza. Amén.

miércoles, 15 de mayo de 2013

CON LA CONFIANZA EN EL PADRE



Jesús nos recomienda al Padre. Nos lo ha presentado, nos ha hablado de Él, nos ha enseñado cuanto nos quiere y como debemos amarle, y nos revela su Voluntad. Y se nos presenta como enviado por el Padre para dejarnos su Palabra.

Pues bien, ahora, próximo a regresar al Padre, nos recomienda y le pide al Padre que nos guarde: Padre santo, cuida en tu nombre a los que me has dado, para que sean uno como nosotros. Cuando estaba yo con ellos, yo cuidaba en tu nombre a los que me habías dado.

¡Gracias, Señor, por esta infinita recomendación! Gracias porque nos sabemos guardados por tu Padre, y tu Palabra siempre tiene cumplimiento, pues todo lo que nos has revelado y enseñado se ha cumplido. ¡Gracias Señor, porque en Ti tenemos la confianza y la promesa de salvación del Padre! 

¡Gracias Dios mío, porque por los méritos de tu Hijo Jesús, su Muerte y Resurrección, hemos sido liberados de las ataduras de este mundo, y del dominio del Maligno, y en Él hemos sido rescatado, por tu Amor, para gozar de tu presencia eternamente.

Danos siempre la confianza y la fe fortalecida en tu Iglesia, para que juntos y unidos en Iglesia recorramos el camino de salvación que Tú mismos has trazado para cada uno de nosotros. Amén.

martes, 14 de mayo de 2013

MANTENME, DIOS MÍO, EN TU PRESENCIA



No puedo caminar solo. Me derrumbo a la primera de cambio. Me pesan mis piernas, mis fuerzas se fatigan y se desgastan. Se me hace muy pesado avanzar y mi corazón se vuelve frío, congelado y de piedra. Experimento que estoy hecho para una misión que yo solo no puedo cumplir. Necesito tu presencia, Señor, y tu Fuerza salvadora.

Al mismo tiempo, me consuela saber que Tú me entiendes y comprendes. Sé que Tú sabes de mi naturaleza caída por el pecado, y me asombra ese misterio de tu gran Amor hacia el hombre. En él descansa mi esperanza y mi fe. Y ellas me mantienen y me mueven. No soportaría el camino sin tu presencia y tu amor.

Por eso, Señor, te doy las gracias, pero no puedo dejar también de pedirte todo lo que necesito para continuar la marcha:  paciencia, perseverancia, esperanza, capacidad para sufrir, pero sobre todo, amor. Amor como el Tuyo, entregado sin condiciones y olvidado de Ti mismo. Sé que Tú quieres dármelas, y confío en ser capaz de yo recibirlas. En eso está mi camino y mi lucha de cada día.

No permitas, Dios mío, que me desvíe, que me despiste y el mundo borre tu Rostro de mi corazón y mente. Mantenme agarrado a Ti y no dejes que me suelte. Amén.

lunes, 13 de mayo de 2013

RESURRECCIÓN, EL FUNDAMENTO DE NUESTRA FE



Esa es la fe que nos sostiene: "Tú has Resucitado y vives entre nosotros", y tus apariciones en estos cincuenta días antes de la venida del Enviado y Defensor nos lo confirma y nos sostiene. Te marchas, pero prometes quedarte entre nosotros. Vivo bajo las especies de pan y vino, para nuestro alimento y sostén.

Y en el Espíritu Santo, señor y dador de vida, de Vida Eterna que nos fortalece y convierte. Con Él arranca la Iglesia, tu Iglesia, Señor, y en ella nos sentimos salvados, protegidos, acompañados, alumbrados, asistidos y alegres. Es el Espíritu quien nos ilumina y nos infunde valentía y fuerzas para amar y vencer en el amor.

Los de Cristo vencemos las dificultades tal y como Él las ha vencido, a pesar de que en nuestra vida también hayamos de pasar por sucesivas muertes y resurrecciones, nunca deseadas pero sí asumidas por el mismo Misterio Pascual de Cristo. ¿Acaso no son “muertes” la pérdida de un amigo, la separación de la persona amada, el fracaso de un proyecto o las limitaciones que experimentamos a causa de nuestra fragilidad humana?

Pero mantenemos la esperanza, y por ello, te damos gracias, Señor, porque tu presencia y tu pasión nos da la victoria de sabernos vencedores de todas las dificultades y sufrimientos que el camino hacia ti nos depara. Por eso también vamos juntos en la Iglesia, porque como Iglesia nos fortalecemos, nos pertrechamos los unos con los otros, nos asistimos y nos amamos. Ese amor nos salva, porque cuando amamos estamos cumpliendo tu Voluntad. Amén.

domingo, 12 de mayo de 2013

ABREME LA MENTE, SENOR



Y dame la sabiduría necesaria para saber transmitir y proclamar tu Palabra. Ábreme la mente para que entienda lo que en las escrituras estaba escrito: que Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día y se predicara en su nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las naciones, empezando desde Jerusalén. 

Y también la fortaleza y voluntad para empeñarme en transmitir tu Palabra con mi vida y testimonio. ¡Señor!, inunda mi alma de misericordia y de bondad para transparentar tu amor en mi amor a los demás. Abrázame con tu Paciencia para que yo pueda permanecer en ella, y ser paciente con cada uno de los que intervienen en mi vida. Y lléname de tu perseverancia infinita para que pueda ser yo perseverante y testimoniar esa perseverancia, valga la redundancia, a los demás.

Pero sobre todo, Dios mío, hazme dócil a tu Palabra en el Espíritu Santo, el enviado y Defensor que fortalece mi vida e impulsa mi acción para que mi pobre voluntad sea tu Voluntad. Y, por último, te pido Señor que la humildad con que fue adornada tu Madre, María, sea el adorno de mi vida, que me revista y me acompañe en todas mis acciones. Amén.

sábado, 11 de mayo de 2013

ENSEÑAME, SEÑOR, A SABER PEDIR



Cuantas peticiones y deseos no realizados ni concedidos. Realmente, ¿me escucha el Señor? Me desconcierta oír que todo le que pida al Padre en su Nombre, me será concedido. Pero, la Palabra de Dios está fuera de toda duda, otra cosa es que nos cueste creérnosla. Como también nos cuesta mantener encendida nuestra fe en Él.

Necesitamos tu fuerza y tu gracia, Dios mío, para mantener encendida nuestra fe. Y esa es nuestra primera petición. Petición que experimentamos, con tu ayuda, vamos consiguiendo. El camino se hace difícil, pero no imposible, pues tenemos tu promesa de que nos será enviado el Paráclito, el Defensor y Él nos guiará para superar todo problema.

Ahora, hemos observado que quizás nosotros no sabemos pedir. O, dicho de otro modo, lo que pedimos no nos beneficia, aunque en apariencias y a primera vista resulte que es lo que nos gustan, pero no lo que nos conviene. ¿No sabe el Padre más que nosotros? ¿Y no sabe lo que realmente necesitamos y nos conviene? Seamos, pues, humildes y obedientes a la Voluntad del Padre, y pidamos que nuestra voluntad sea su Voluntad.

Llénanos, Señor, de la Gracia de saber discernir lo bueno de lo malo; danos la sabiduría de, aunque se nos atragante a primera vista, dejarnos guiar por tu Camino, y no por el nuestro. Invade nuestro corazón de humildad y de sencillez para que nuestra primera intención sea la obediencia a tu Espíritu, a pesar de nuestros proyectos, ideales e intereses.

 Y danos la fuerza de voluntad de doblegar nuestra humanidad carnal a los intereses de este mundo para, desapegados de nuestras apetencias e inclinaciones, seamos capaces de liberarnos de nuestras propias ataduras mundanas y,  olvidados de nosotros mismos, darnos al servicio por amor a los demás. Amén.