Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

lunes, 16 de noviembre de 2015

ABRE, SEÑOR, LOS OJOS DE MI ALMA



Indudablemente que el mundo tiene muchas maravillas que ver. Y la vista es la que nos da esa posibilidad de contemplar las hermosuras que contiene el mundo. Sin lugar a duda que todo eso nos remite a pensar como será el Autor de esa maravillas. Porque, si las maravillas del mundo nos asombran, ¿cómo será la maravilla de poder contemplar al Creador de todas ellas?

Y esa vista es la que te pedimos hoy, Señor. Abre los ojos de nuestra alma para verte, porque eres Tú, Dios mío, la Maravilla Infinita que deseamos ver.

Las maravillas del mundo son finitas. Pueden deslumbrarnos, pero terminan por desaparecer. Sin embargo, Señor, tu Palabra y tu Amor son eternos, nunca pasan. Y esa es la Maravilla que queremos contemplar, la que nos hace felices y eternos. Lo que no perdura es cosa de poco valor. Y eso no se puede ver con los ojos del cuerpo, sino que hace falta los ojos del alma.

Por eso, Señor, te pedimos hoy la Gracia de no dejar pasar la oportunidad de encontrarnos contigo, y de pedirte que despiertes nuestra vista para ver lo fundamental e importante que es encontrarnos contigo. Porque mientras no lleguemos a Ti, todo sobra y de nada sirve. Eres Tú quien da sentido a nuestra vida y quien pone color a nuestros ojos. Los ojos del alma que ven más allá de las cosas vanas y caducas de este mundo.

Danos, Señor, la Gracia de saber valorar todas aquellas maravillas que nos has regalado en este mundo. Pero, lo más importante, es descubrir la necesidad de ser desprendidos y, dispuestos a servir, dándonos por amor.

domingo, 15 de noviembre de 2015

DANOS LA SABIDURÍA DE SABERNOS SALVADOS



No podemos entender, y eso debe ayudarnos a darnos cuenta de la presencia de Dios, lo que nuestro Padre Dios ha hecho por nosotros. Tampoco llegamos a darnos cuenta de que, Dios hecho Hombre en su Hijo Jesús, ha dado su Vida para salvarnos. No podemos entenderlo, y, ni siquiera, se nos ocurre pedirle esa sabiduría.

Quizás pasamos el tiempo pidiéndole muchas cosas que, posiblemente, no las necesitemos tanto, y pasamos de pedirle e insistir en lo fundamental y necesario: "La sabiduría de darnos cuenta de nuestra salvación por su Gracia y Amor Misericordioso".

Estamos salvados, y sólo necesitamos para consumar esa salvación responderle al Señor afirmativamente y, puestos en Manos del Espíritu Santo, esforzarnos en amar y amarnos como Él nos ha enseñado. Porque Jesús no fallará, no puede fallar. Porque es el Señor, y su Palabra es Palabra de Vida Eterna.

Vendrá a buscarnos, tal y como ha prometido, para llevarnos, cumpliendo su Palabra, a ese lugar que está preparando para cada uno de nosotros (Jn 14, 2), y del que no podemos imaginar como será. Sólo podemos comparar las maravillas de este mundo, que nos encantan y nos gustan. Pues lo que Él nos prepara no tiene ni comparación. ¿Dios mío, que será! Y en donde seremos plenamente felices.

Realmente vale la pena vivir en esa esperanza. Esperanza que no está fundada en ilusiones o fantasías, sino en promesas de Jesús Resucitado. Jesús que Murió y Resucitó para demostrarnos que es Señor de vivos y muertos, y que en El también resucitaremos nosotros.

Te pedimos, Señor, que nos des la Gracia de, pacientemente, vivir en tu Palabra y seguir tus mandatos en el ejercicio de la oración de cada día, y la frecuente Penitencia, arrepentidos de todos nuestros pecados diarios, lavados en tu Misericordia, y alimentados por la fuerza de tu Espíritu en la Eucaristía para vencer y resistir las tentaciones de este mundo.

sábado, 14 de noviembre de 2015

SÓLO TE PIDO, SEÑOR, SABIDURÍA PARA NO DEJAR DE INSISTIR MIS SÚPLICAS



No quiero callarme, Señor, entre otras cosas, la principal, porque Tú me invitas y me llamas a pedirte. La oración que me has enseñado, el Padre nuestro, resume toda mi súplica, que llena mi vida plenamente. Primero, darte gracias y alabanzas a Ti, Padre Bueno del Cielo, y luego pedirte que tu Reino, ese Reino que Tú has venido a instaurar en este mundo, sea el Reino que yo anhele y quiera vivir según tu Voluntad.

Y, tal como Tú me dices hoy, no quiero silenciar mi voz nunca. Ni siquiera en los momentos que todo indique que no estás, o que no me escuchas, ni me respondes. Y, también, en esos momentos que la vida se me tuerce y su peso me dobla mi cansada espalda.

Sé que estás ahí, Señor, y que responderás cuando lo creas conveniente y necesario. Sólo Tú sabes lo que necesito y cuando lo necesito. Por eso, Dios mío, te pido luz, fortaleza, fe, confianza, paciencia y sabiduría para entregarte mi libertad y voluntad, y ponerlas a tu servicio, estando siempre unido a Ti e implorando tu Gracia y Misericordia.

Danos también, Señor, la voluntad de perseverar e insistir, como esa mujer ante la negativa del juez injusto, confiados en que Tú, Señor, siempre nos responderás con la mejor solución para nuestros problemas. Porque Tú tienes Palabra de Vida Eterna. Amén.

viernes, 13 de noviembre de 2015

EN ESTADO DE ALERTA

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA UNIDA Y DEFENSA DE LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS




La palabra alerta está ahora muy de moda. Cada temporada otoñal y de invierno la oímos muchas veces. Tales comunidades están en alerta. Nos ponemos en alerta a cada momento. El progreso ha traído muchos avances y comodidades, pero también riesgos e incertidumbres. Y, desde la vigilancia, es bueno que nos despierten y nos pongamos en alerta, porque la vida deberíamos vivirla en constante alerta.

Alerta, porque el Hijo del Hombre, nuestro Señor Jesús, no nos avisará, ni el día ni la hora de su segunda venida. Y así como nos dice en el Evangelio de hoy lo ocurrido con Noé y Lot, así sucederá cuando se haga presente en este mundo. No sabemos si estaremos o no presentes, porque, quizás, a nosotros nos haya llegado el momento antes. Pero de una forma u otra, conviene estar en permanente alerta para cuando llegue el Señor.

Cierto es, no hay ninguna duda ni discusión al respecto, que llegará el día de nuestro final, de la misma forma que llegó el del principio. Pero cierto es también que Jesús nos ha prometido venir al final de los tiempos a llevarnos con Él a ese lugar que nos tiene prometido. Su Palabra siempre ha sido cumplida, hasta el punto que ha vencido la muerte, ha Resucitado. Y en Él también resucitaremos nosotros.

Por lo tanto, se hace necesario, muy necesario estar siempre en estado de alerta. No sólo en el sentido literal de la climatología, sino en el verdadero sentido espiritual, que es el que verdaderamente importa y nos salva. Porque es para siempre, y terminará con todas alertas. Ya no hará falta estar vigilantes, porque estamos con el Señor, y allí, donde Él nos ha preparado un lugar, no hará falta estar alertados, temerosos de peligros y muertes, porque viviremos en plenitud de gozo eternamente en la presencia del Padre.

Es verdad que no podemos imaginarnos ese lugar, pero nos llenamos de paz, alegría y esperanza pensando que al final, cuando creamos que todo se acaba, empieza la verdadera vida que todos estamos esperando. Por eso, Señor, te damos gracias y te pedimos que nos des la sabiduría y fortaleza de conocerte y de permanecer fiel a Ti. Amén.

jueves, 12 de noviembre de 2015

HAS VENIDO, SEÑOR, A INSTAURAR TU REINO



Con tu venida se ha instaurado el Reino de Dios. Porque Tú, Señor, eres el Reino de Dios. Tú eres el Camino, la Verdad y la Vida. Eres el Reino de los Cielos, porque en Ti está la Verdad y la Justicia. Y donde hay Verdad y Justicia hay Amor.

Y ese es el Reino de los Cielos, un Reino de Verdad, de Justicia, de Paz y Amor. Y la mayor prueba, tan evidente que la observamos todos los días y a cada instante, es que todos los hombres buscan y luchan por eso. ¿Qué son las luchas políticas, sino mensajes y promesas de instaurar leyes y derechos que vayan dirigidos al bien común de todos los hombres? Todos buscamos eso.

Ahora, lo que ocurre que todos decimos muchas mentiras y nos auto engañamos y engañamos a los demás. Y, luego, no cumplimos lo que decimos. Y, por eso, por nuestro egoísmos y pecados, el mundo está mal, y el Reino de Dios no está instaurado. Pero, verdad es, que todos lo buscamos y queríamos implantarlo.

Pues, para eso ha venido Jesús. Y Jesús no miente, sino que todo lo que ha dicho y dice se cumple. Y Reina en el corazón de todos los hombres que se abren a la Verdad. La Verdad y la Vida que Él nos proclama y que, con su Vida, nos enseña el Camino.

Pidamos al Señor la sabiduría, la fortaleza y la paz, para que en El podamos encontrar caminos de verdad y de justicia entre los hombres. Y para que no perdamos la esperanza de ser pacientes y confiados en su Palabra, hasta que llegue el momento que venga definitivo a nuestro corazón y lo deje verdaderamente instalado para siempre.

¡Ven, Señor, a reinar dentro de mi corazón e instaura en él tu Reino. Reino de verdad y justicia; Reino de amor y de paz! ¡Ven Señor!. Amén.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

CADA DÍA GLORIFICO TU GRACIA, SEÑOR



Es posible que, sin darnos cuenta, nos acostumbramos a recibirte ya casi de forma rutinaria. Te has hecho Alguien tan presente en nuestra vida que, quizás, a pesar de estar contigo cada día, te olvidamos igual que esos nueve leprosos que se olvidaron de regresar a darte gracias.

Posiblemente nos ocurra eso. Incluso participamos en la Eucaristía y hasta la reclamamos como un derecho sin percatarnos que es una Gracia. Una Gracia que has hecho y haces cada día para quedarte con nosotros y darnos tu Fuerza y tu Luz, para que podamos permanecer fiel a Ti.

No somos mejores que los nueve leprosos, que quisieron seguir sin contar contigo después de ser curados. No somos mejores que aquellos que, no te siguen porque no te conocen, porque de experimentar tu Gracia y tu Amor, seguirían sin titubear y de forma firme tus pasos.

Queremos, Señor, pedirte perdón por nuestra ingratitud, y por ni siquiera contar contigo para muchas cosas en las que te dejamos fuera y te damos la espalda. Queremos pedirte perdón por tantos rechazos y por tantas indiferencias y manipulaciones. Porque te usamos como una caja mágica para pedirte lo que nos interesa y según nuestros egoísmos. ¡Hay tantas cosas de las que queremos pedirte perdón, Señor!

Pero, también muchas para darte gracias. Sobre todo por tu Amor desinteresado y comprometido. Tu Amor Misericordioso por el que tenemos la esperanza de ser perdonados y curados. No una curación temporal, sino la salvación Eterna.

Y, sobre todo, Señor, por la Eucaristía, donde permaneces pacientemente en espera de mi regreso. Y, no sólo para abrazarme y perdonarme, sino para darte Tú mismo en alimento espiritual que me infunda la sabiduría, la fuerza, el valor, la voluntad y la luz que ilumine mi vida hasta descansar en Ti. Amén.

martes, 10 de noviembre de 2015

¿BUSCAMOS RECOMPENSA?



La tendencia natural es, cuando hacemos nuestro deber, buscar recompensa. Hemos oidos decir muchas veces a modo de queja: ¡Yo, que he cumplido siempre con mi deber! ¡Yo, que siempre me he esmerado en hacer las cosas lo mejor que puedo!...etc., como pidiendo reconocimiento y recompensa.

Y los demás tenemos la inclinación siempre de premiar a aquellos que con esmero han cumplido con su deber. ¿Acaso no es lo que les correspondían hacer? La costumbre de dar propinas descubre un poco esta tendencia a premiar el buen hacer. Es algo que nos sale desde dentro y que sentimos que debemos hacer.

Sin embargo, debemos hacer y cumplir nuestro deber sin ánimo de recompensa. Porque ya hemos sido recompensados al tener la oportunidad de servir. Descubrir que en el servicio somos felices, es descubrir que la felicidad no está en tener ni atesorar tesoros caducos y bienes temporales. La felicidad está en amar, y amar es servir.

Y eso es lo que nos descubre Jesús hoy en el Evangelio. No se trata de comprar amor con el servicio, porque eso ya lo anularía. El servicio no busca recompensa, porque entonces está escondido en el interés y el beneficio. Se trata de servir desde la gratuidad y el desinterés. Es decir, desde el amor.

Danos la Gracia, Señor, de no servir para luego ser pagado con la misma moneda y ser servido. Porque esa entonces sería mi recompensa. Y yo no la quiero, porque eso es caduco. Yo quiero la recompensa de tu Amor, de tu Amor Eterno que se me ha dado gratuito y sin interés, sino por Amor.

Y, de la misma forma, lo quiero dar yo. Servir gratuitamente, sin esperar nada, por amor. Eso te pido hoy, Señor, que transformes mi corazón de piedra, ambicioso, en un corazón de carne, entregado y generoso sin pedir nada a cambio. Amén.