Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

miércoles, 5 de marzo de 2014

ESCÓNDEME MI AVARICIA Y MI VANIDAD SEÑOR



Sé que debo esconderme Señor y no lucir mis dones o virtudes de Ti recibidas. Pero también sé de mi pobreza y de mis egoísmos. Muchas veces me resulta difícil esconderme ante un halago o piropo, y mis sentimientos se hinchan de vanidad y de codicia. No puedo reprimir, aunque no los quiera, mis egoístas sentimientos y emociones. Confieso, y Tú lo sabes Señor que soy un pecador.

No tengo otra alternativa que recurrir a Ti, Dios mío, y suplicarte humildad y discreción. No quiero premios ni halagos que me paguen mis humildes servicios, porque quiero hacerlos como correspondencia a Ti, y Tú, Señor, me los has dado gratis y sin condiciones. Y no para que te los devuelvas, sino para que redunde en beneficio propio mío. Porque cuando amo a tu estilo, yo, Señor, soy el primer beneficiado, pues la felicidad se esconde detrás de la generosidad del corazón.

Cuando soy reconocido, y eso, ¿qué voy a decir Señor?, me gusta, quedo pagado. Mis premios ya me han sido entregados. ¿Qué más voy a pedir? Experimento pobreza y descubro que no he actuado de forma gratis, pues he recibo en compensación el premio a mi egoísmo. Y quiero hacerlo gratis, tal y como Tú me lo has dado. Ayúdame, Padre mío, en el Espíritu Santo, a ser humilde, a tener fuerza y voluntad de no esperar premios ni privilegios, sino ser el más servidor y escondido de tus siervos. 

Sólo por amor y amor y nada más. Necesito Señor tu Gracia para poder actuar y vivir así.


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