Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

sábado, 22 de marzo de 2014

NO SOY DIGNO DE TI, PADRE



Aléjame Señor de la tentación de sentirme buen hijo, porque no lo soy. Dame la sabiduría de descubrir mi arrogancia, mi egoísmo y mis derechos a recibir tu herencia. Líbrame de atreverme a juzgar a mi hermano y condenar sus actos y su vida, y lléname de tu Amor para encontrar en mi corazón el deseo de perdón y de acogida a sus errores y egoísmos.

Inúndame de humildad y de fortaleza para afrontar y reconocerme pecador y necesitado de tu perdón. Dame conciencia de saberme privilegiado por tantos dones y bienes recibidos y dame también generosidad para despojarme y compartir con los hermanos más necesitados.

Ante tanto Amor, Padre, me quedo sin respuesta y experimento miedo de no responder. Me vencen mis egoísmos y no me siento digno de estar a tu lado ni de entrar en tu Casa. El regreso se me hace cuesta arriba y mis fuerzas desfallecen. Dame la paciencia y el valor de abandonarme en tus Manos y dejarme conducir por tu Espíritu. Sé que no puedo, pero confío en tu Gracia y en tu Misericordia.

Enciende mi corazón y llénalo de amor para que el camino de regreso a tu Casa sea movido por verdadero amor más que por intereses egoístas y necesidades, pues aunque no hubiese cielo te quisiera.

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