Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

martes, 30 de septiembre de 2014

CAMINOS DE ENFRENTAMIENTOS



Nunca la subida a Jerusalén puede significar enfrentamiento. Si es así no estamos subiendo, como Jesús, a Jerusalén. Subir a Jerusalén significa renuncia, libertad, entrega, desapego, generosidad y, sobre todo, amor. Todo menos enfrentamientos, luchas, envidias, diferencias, divisiones y desunión. Porque para eso no hace falta subir, podría también conseguirse quedándose abajo.

Subir a Jerusalén exige capacidad de sufrimiento, de soportar bofetadas, insultos, molestias y todo tipo de rechazos que nos duelen y hasta nos puede costar la vida. Jesús, empeñado en subir, hizo saber a sus apóstoles y discípulos que era necesario. Y que lo había que hacer despojado de todo poder y de toda actitud que provocará violencia y enemistad. Porque la escalera para subir es el Amor.

¿Y yo Señor? ¿Entiendo que hay que subir y cómo hay que hacerlo? ¿Soy capaz de atreverme a seguirte despojado de toda actitud violenta y dispuesto a soportar por amor? Claro que no lo soy, pero contando contigo, que me lo has prometido, si que podré hacerlo.

Dame Señor la Gracia de saber administrar, por amor, tus regalos y tu misericordia, para que siguiendo los dictados de tu Espíritu sepa darme, entregarme y servirte en los hombres que me rodean. Amén.

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