Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

domingo, 15 de febrero de 2015

APARIENCIAS DE LIMPIEZA, PERO LLENOS DE LEPRA



Nuestra limpieza es aparente. Se esconde y no se ve a simple vista. Nos relacionamos y nadie advierte a primera vista nuestra lepra escondida. Vivimos en el pueblo, aceptados y bien considerados sin ser denunciados por nuestra lepra.

Pero, queramos admitirlo o no, estamos infectados de lepra. Lepra del siglo XXI revestida de egoísmo, de envidia, de avaricia, de satisfacciones, de placeres, de comodidades, de odios, de vicios, de riquezas, de pasiones, de malos sentimientos, de intenciones malas, de pecados. Una lepra difícil de curar, porque necesita un corazón de carne convertido por amor.

No hay médicos que puedan curarla, sino sólo Tú, Señor. Ese leproso que te busca y lo curas, tal como nos dices hoy en el Evangelio, ha sabido encontrar al médico verdadero. Yo también, Señor, quiero encontrarme contigo y pedirte que me cures. Límpiame de todas esas lepras que me invaden y me esclavizan. 

Límpiame de todas esas lepras que me someten y me ciegan arrastrándome con el lodo de este mundo perdido y ciego, que te rechaza abrazando el virus de los vicios y enfermedades mundanas. Cúranos Señor de las cadenas que nos impiden amar y nos hunden en el desamor y la confrontación. Sólo Tú, Señor, puedes limpiarnos.

Y yo confío en Ti, Señor, porque has venido, enviado por tu Padre, a salvarnos por amor. Por eso, Señor, te ruego, como el leproso del Evangelio de hoy, que nos limpies.

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