Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

jueves, 4 de junio de 2015

EL SEÑOR ESTÁ EN TU HERMANO



No es nada fácil demostrarle al Señor nuestro amor y nuestra entrega, porque no lo vemos ni se lo podemos hacer directamente. La única forma es hacerlo en sus hermanos, y sus hermanos son todos los hombres. Por lo tanto, bien nos lo dijo Jesús cuando respondiéndole a aquel escriba le dijo: «El primero es: ‘Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor, y amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas’. El segundo es: ‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo’. No existe otro mandamiento mayor que éstos». 

Y esto de amar al prójimo no es fácil. No hace falta ahondar más en esto porque lo experimentamos por nosotros mismos. Incluso dentro de nuestra propia familia. ¡Cuántas familias rotas por enfrentamientos y luchas! ¡Y cuántas amistades enfrentadas por envidias, engaños y venganzas!

No podemos amar al Señor mientras no nos amemos nosotros que nos vemos y convivimos. Sería absurdo decirle al Señor que le amamos mientras mantenemos enemistad y disputas con nuestros hermanos. El Señor nos dejó la prueba máxima del amor, y sólo la superamos en la medida que somos capaces de amar a los hermanos.

Y amar significa estar en actitud de servir, comprender, entrega, disponibilidad, humildad, diálogo, paciencia, perseverancia, escucha, perdón, compañía, alegría, tristeza, silencio…etc. Amar significa vivir en el esfuerzo de esas actitudes ya citadas con la confianza y la fe de que en el Espíritu Santo podremos hacerlo.

Por eso, necesitamos el auxilio del Espíritu de Dios para que con su fuerza podamos vencernos y perfeccionar todas esas actitudes necesarias para amar. Danos, Señor, la fuerza de tu Espíritu para ser fuerte y pacientes ante las dificultades que nos salen al paso y nos desbordan y desesperan rompiendo nuestra paz y nuestros deseos de amar. En Ti, Señor, confiamos y abandonamos. Amén.

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